Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo final
Un Año Después
— Q-queridos hermanos, estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio a Kim TaeHyung y a Jeon JungKook.
Este era un día feliz, muy, muy, pero muy feliz para TaeHyung y JungKook.
TaeHyung, vestido con su traje blanco y lazo negro alrededor de su cuello, mientras que JungKook portaba un traje negro completo, ambos estaban tan felices.
Su relación al principio no fue muy aceptada, más que todo por parte de la familia de TaeHyung. Su madre ni siquiera estaba al tanto de que su hijo era gay. Para MyungHee, fue como una patada en las bolas. Su hijo, su apreciado hijo TaeHyung, estaba con el hombre que él mismo había hundido y que le había hecho quedar en ridículo ante la sociedad. TaeHyung era un gran traidor.
JaeHyun, él ya se lo venía venir, pero no se imaginó que su querido hermanito se fuera a casar tan pronto con el coronel. Pues si la noticia de que eran amantes fue fuerte... La boda fue totalmente una puñalada al costado. Nadie podía creerlo, y más que por TaeHyung, era por el coronel. Su pasión eran aquellas mujeres de lindos rasgos con figura definida: senos, vaginas y traseros, no penes y traseros.
JungKook permanecía ajeno ante las preguntas de todos. Él seguía siendo tan frío y gruñón como siempre. El hecho de que le gustara un hombre no quería decir que eso cambiara su comportamiento con los demás o que se volviera más blando. Para nada.
— N-no... No puedo hacer esto, esto está prohibido... Es pecado — Dijo el sacerdote y ambos novios giraron a verlo.
El sacerdote estaba con los nervios de punta, y su rostro estaba pálido. Lo habían obligado a casar a dicha pareja en contra de su voluntad, amenazándolo (Jungkook mismo lo hizo). Ese sacerdote era conocido por todo el país y trataba directamente con el presidente. JungKook, obviamente, quería que la boda fuera por todo lo alto... Lo mejor para su TaeHyung.
JungKook enfureció al instante y olvidó por completo que estaban en una iglesia, lo que se suponía era un templo sagrado, y sacó un revólver que tenía metido por la parte de atrás de su pantalón, llegando a la espalda. Apuntó al sacerdote, pero gracias a su anatomía y la lejanía, los invitados no sabían con certeza lo que estaba pasando. El sacerdote retrocedió un par de pasos entre temblores.
— Usted va a hacer lo que tenga que hacer y nos casa ahora, o me voy a asegurar de que hoy mismo le haga compañía a su Dios.
TaeHyung le agarró la mano izquierda a JungKook, tranquilizándolo. Todos los invitados, desde la vecina de TaeHyung hasta grandes coroneles y tenientes, estaban murmurando y poniéndose nerviosos.
— Amor, baja el arma, ¿sí? — Dijo un comprensivo TaeHyung con su sonrisa que derretía hielo, y obviamente JungKook estaba derretido al verla. Bajó el arma — Padre — Se dirigió al sacerdote — Discúlpenlo, está desesperado porque nos casemos rápido.
JungKook lo miró con una ceja alzada. ¿Acaso no era al revés?
— ¿Puede continuar, por favor? — Más que una pregunta, fue un mandato hecho por Kim, quien volvió a agarrar las manos de su casi esposo.
— Pero...
— ¡Que continúe! — Gruñó JungKook, ya harto de la situación. El sacerdote suspiró antes de asentir y continuar.
¿Había otra salida? Muchos soldados estaban ahí mismo con armas, teniendo la orden hecha por JungKook de intimidar a dicho sacerdote.
Prosiguió con la ceremonia.
JungKook miraba a TaeHyung justo a los ojos y este no dejaba de sonreírle. Estarían juntos para siempre, uniéndose de la forma correcta (a la fuerza), pero la correcta.
— ¿Los anillos? — Preguntó el padre.
— Sáltese esa parte, ya los tenemos puestos — Alzó su mano y la de TaeHyung para que este los viera — Siga.
Dios, de verdad que JungKook no tenía remedio.
El sacerdote no tuvo otra opción más que seguir. Todo aquí se tenía que hacer como aquel hombre lo decía.
— Jeon JungKook, ¿acepta usted a Kim TaeHyung como su esposo para amarlo y respetarlo en la riqueza y la pobreza, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Silencio por todos los presentes.
— Acepto — Respondió sin dudar.
TaeHyung sonrió ampliamente.
— Kim TaeHyung, ¿acepta usted a Jeon JungKook como su esposo para amarlo y respetarlo en la riqueza y la pobreza, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
Esa vez, fue el turno de TaeHyung para responder.
— Acepto — JungKook sonrió complacido, TaeHyung también lo hizo.
— Por el poder que me concierne, los declaro marido y marido, pueden besarse — Dicho esto, el sacerdote se alejó rápidamente.
JungKook y TaeHyung rieron antes de unir sus labios, sellando su unión con un profundo beso.
Todos los presentes sacaban fotografías que de seguro estarían mañana en la portada de los periódicos y una que otra revista del gobierno. Gritos y silbidos por la multitud dentro de la iglesia era lo único que se escuchaba.
Ambos separaron sus labios, pero sus cuerpos seguían juntos.
— Te amo tanto, mi estúpido soldado — Sonrió JungKook, viendo a TaeHyung desde su altura.
Kim alzó su rostro para encontrarse con esos ojos marrones que tanto le encantaban.
— Yo mucho más, Coronel Jeon.
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