Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 38
JungKook terminó de dar el entrenamiento, mucho más fuerte que los anteriores. Todos los soldados quedaron exhaustos, rogando que el entrenamiento terminara de una vez por todas.
Una vez terminado, prácticamente corrieron hacia la base para obtener descanso. Jeon entró a su habitación y, a pesar de que estaba más tranquilo por TaeHyung, quien había despertado el día anterior, quería que este estuviera seguro ya que Kim se había decidido a contarle la causa de su reacción ante disparos y explosiones.
Dijo que tenía ligirofobia y, luego de explicarle qué mierda era eso, JungKook no se pudo sentir más mal en su puta vida, y eso explicaba el comportamiento tan raro de TaeHyung.
¿Pero por qué decidió quedarse en los entrenamientos de las fuerzas armadas si sabía las consecuencias? ¡Oh! Por supuesto que TaeHyung seguramente no quería ir a parar ahí, pero como era obligatorio para ir a la marina, por esa razón se quedó.
Cuando se cumplió el mes de entrenamiento en las fuerzas armadas, TaeHyung insistió en quedarse, aun sabiendo que el entrenamiento sería cada vez más fuerte. Ese enclenque era terco, necio, tonto y estúpido. Si decía lo de su jodida fobia, JungKook quizás encontraba la manera de entrenarlo con más... tacto - por más difícil que fuera -, lo hubiera hecho.
Pero JungKook sonreía con tan solo recordar a ese muchacho terco, necio, tonto y estúpido.
— ¿TaeHyung, qué haces aquí? — JaeHyun miró a su hermano sentado en la arena de la playa — Deberías estar descansando.
— Eso hago — Dijo. Tenía sus piernas encogidas, pegando sus rodillas al pecho. Cargaba puesto su uniforme — Estar dentro me estaba asfixiando.
— Eres todo un caso — Rodó los ojos, pero se sentó al lado del menor.
— Ba... digo, JaeHyun, ¿cuándo llegué tú sabías que yo era tu hermano? — Colocó su barbilla encima de sus rodillas y su tono de voz era bajito.
— No — Admitió — Me enteré un día que estabas hablando por teléfono.
— ¿M-me escuchaste? — Se puso nervioso. ¿Y si alguien más lo escuchó?
— Cuando papá me envió lejos, me dejó con un hombre llamado SeeGyun. Él cuidó de mí. Antes de llegar aquí, me dijo que mi hermano menor también se enlistaría en estas fuerzas armadas — JaeHyun no era hombre de caricias y afectos, pero de todas formas llevó su mano derecha al cabello azabache del menor, acariciándolo un poco — No fue entonces hasta que te escuché hablar por teléfono con una tal Karen aquel día y sospeché al instante.
Flashback
— Agente Kim... ¿Está seguro de no ir a la marina?
— Más que seguro.
Song caminaba por los pasillos de la base. Todo estaba desolado, pero le pareció escuchar a alguien hablando. No era chismoso, así que no escucharía nada y solo seguiría su camino.
— ¿A qué se debe su repentino cambio de opinión? Su madre no estará muy feliz de que permanezca en ese lugar.
— Eso ya lo sé, señorita Karen, pero véanlo por el lado bueno. Si me quedo aquí los próximos tres meses, podré tener más pruebas sobre los tratos dados aquí. Con lo poco que tengo, ni siquiera llegaré a dar una declaración digna.
JaeHyun paró en seco. Era la voz chillona de Kim. ¿Quién era Karen? ¿Por qué estaba utilizando el teléfono de la cocina si estaba prohibido?
— Joven Kim, ya ha permanecido en ese lugar por un mes. No me gustaría imaginar lo que le deparan los próximos tres meses. Se dice que el entrenamiento cada vez es más tortuoso — La agente Karen sonaba nerviosa y un tanto preocupada.
— Confíen en mí, al menos una vez... Además, si sigo aquí puedo encontrar a tú sabes quién y podré devolverlo a casa.
¿Encontrar a quién? TaeHyung no podía ser...
¡Jesús! Ahora todo encajaba; el apellido Kim, la edad de TaeHyung, y la rara búsqueda del menor.
TaeHyung era su hermano. SeeGyun tenía razón... Se enlistó en las fuerzas armadas.
Se escuchó un suspiro cansado al otro lado de la línea.
— Está bien, agente TaeHyung. Solo me queda desearle suerte y pedirle que se cuide. Aún me arrepiento de dejarlo aceptar esta misión. Usted está muy joven todavía, y este tipo de casos no son para usted.
— Eso no quita el hecho de que pueda lograrlo, y no es tu culpa... Yo mismo elegí.
— Cuídate mucho, TaeHyung.
— Lo haré. Ahora debo colgar; si descubren que estoy llamando del teléfono de la cocina, van a castigarme.
— Adiós.
— Adiós.
JaeHyun se alejó de la entrada de la cocina y fue a parar hasta el campo de entrenamiento.
Era TaeHyung, sin pensar que al principio no le caía bien. Qué ironía.
Fin del Flashback
TaeHyung seguía en silencio.
— El día que te confesé todo, que era tu hermano, ni siquiera estaba seguro, pero tu reacción no me dejó ninguna duda — Apartó la mano del cabello ajeno — Pero todo encajó perfectamente.
— Creo que sí — Hizo un puchero.
JungKook salió a buscar a TaeHyung, pues no estaba en la enfermería, y el doctor le dijo que no sabía adónde fue el soldado. Jeon estaba caminando hasta que vio a cierto par sentados a la orilla de la playa. Se acercó para darle un regaño a TaeHyung y mandarlo a descansar, pero...
— Debes dejar esto, TaeHyung — Habló JaeHyun con su típico tono tosco — Por el bien de todos, por tu bien.
— No puedo, no voy a rendirme tan fácil, NamJoon.
— Deja de ser tan terco, TaeHyung. Además, el coronel Jeon no se pondrá muy feliz cuando se entere de lo que ocultamos.
JungKook tensó su mandíbula, su expresión no era muy diferente a la de un perro rabioso. ¿Acaso esos dos ya estaban en una relación? Hizo su mayor esfuerzo para controlarse y no dejarle un bonito agujero a la frente del soldado Song. Luego de enterarse del problema que TaeHyung tenía, él se estaba esforzando por ser lo menos escandaloso posible. Para no seguir escuchando su escenita de romance, prefirió alejarse un poco. Luego hablaría con TaeHyung sobre esto y dejaría claro lo que pasaba en todo este lío.
JaeHyun se fue a la base dejando al azabache solo luego de unos quince minutos, en los cuales conversaron de todo un poco: los problemas actuales, decisiones que tendrían que tomar, la familia y cómo JaeHyun decidió cambiarse el nombre. Le dijo que lo hizo cuando tenía diecinueve.
Escuchó unos pasos acercarse, volteó y se encontró con el coronel Jeon, tan elegante como siempre y tan brabucón como de costumbre. Solo que ahora era peor.
— Debemos hablar — Soltó JungKook.
— Siento haberme escapado de la enfermería, pero no quería estar más allí encerrado...
— Los escuché — Interrumpió Jeon — A ti y al soldado Song.
Kim palideció. Se puso de pie al instante.
— ¿Tú y él... son amantes?
"¿Qué?"
Jeon hablaba tranquilo y su expresión era la misma, pero la sequedad de sus palabras hacía que TaeHyung quisiera que se lo tragara la tierra ahí mismo. Por supuesto que no era amante de JaeHyun. ¡Era su hermano! Pero no podía decirle eso al coronel.
— ¿Lo son? — Insistió el mayor, elevando un poco su voz hasta hacerla mandona.
— No — Tenía la cabeza baja.
— Quisiera creerte, pero están tan juntos últimamente que parecen pareja — Torció su boca en una mueca, al recordar todas las veces que los veía juntos estos últimos días.
— No tenemos nada, el soldado Song y yo, coronel — Tragó grueso.
— Por favor, TaeHyung, déjate de formalidades conmigo. Si tienes alguna relación con el soldado Song, deberías decirlo. Soy el coronel y... debo estar informado de algo así. De que hay una relación gay aquí — Alzó una ceja con su expresión hecha piedra. No, no estaba bien — Estuviste conmigo, no veo problema en que quieras estar con alguien más. Los gays hacen eso, no veo problema en realidad — Por supuesto que no, solo quería estrangular a Song.
Kim levantó su cabeza sintiendo un nudo en su garganta. ¿JungKook pensaba así de él solo por ser gay? Como una puta que, después de haber estado con alguien sin "sentimientos", se va detrás de alguien más.
— Esto no tiene nada que ver con eso — Intentó que las palabras no salieran arrastradas por el ardor en su pecho porque las ganas de llorar eran inmensas.
— Por supuesto que sí, tiene mucho que ver, TaeHyung — No quería ser rudo, no quería mentir y hacer que TaeHyung se sintiera mal, pero tenía que engancharse de algo para herir al menor.
No quería que TaeHyung siguiera en las fuerzas armadas por su condición, pues quería protegerlo, así él mismo estuviera dolido. Sonará egoísta, pero tampoco podía tolerar ver a TaeHyung junto a JaeHyun todo el año de preparación. Lo mejor es que se vaya y evitar problemas futuros.
— Me atrajiste porque sabía que podía acostarme contigo cuando quisiera.
TaeHyung dio dos pasos hacia atrás como si las palabras soltadas por el mayor amenazaran por matarlo, enterrándose en su cuerpo.
— ¿E-entonces yo tengo la culpa? — Y sin querer ya estaba llorando. Maldita sea, ser débil era lo peor del mundo y no podía luchar contra lo que siempre estuvo jodiéndole la vida.
La debilidad.
Jeon apretó mucho más sus puños a ambos lados de su cuerpo, colocando sus nudillos blancos. La impotencia lo consumía por completo, y era consciente de que estaba haciéndole daño a TaeHyung, a ese chico lindo de cuerpo tan delicado como masculino al mismo tiempo, con sensibilidad de niño y terquedad gigante. TaeHyung tenía que irse de una vez. Las fuerzas armadas no eran un lugar seguro para él.
JungKook asintió.
— Idiota — Limpió sus lágrimas con brusquedad, sus ojitos estaban muy rojos e hinchados — Más gay es aquel que se folla a otro gay.
Le mostró su dedo medio antes de irse con el jodido dolor en el pecho y ganas de ahogarse con sus propias lágrimas.
Jeon sonrió. TaeHyung siempre tendía a ser frágil, pero no quitaba el hecho de que tenía su carácter y lo sacaba a relucir cuando quería.
Suspiró con nostalgia viendo al mar, porque si veía al menor yéndose no sería capaz de contenerse y saldría corriendo hasta él, diciéndole que no quería decirle esas cosas.
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