Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 36
Doce Años Atrás
— TaeHyung, hijo, te quedarás aquí con tu hermano y me verán disparar, ¿de acuerdo? — El menor de los Kim asintió y se quedó sentado con su hermano NamJoon en unas bancas lejos de aquel campo de entrenamiento.
— Sí, nosotros queremos ver. De seguro será asombroso — Dijo el hijo mayor.
— ¡Siii! — Gritó TaeHyung.
Su padre se fue. Cuando estuvo lejos, se colocó los tapaoídos y agarró su arma. No le puso silenciador porque creyó bueno que sus hijos escucharan aquel sonido, ya que no sería bueno que le tuvieran miedo a simples disparos. Levantó su brazo apuntando hacia la frente de uno de los maniquíes que estaban a unos veinte metros de lejanía.
Y disparó, dando justo donde quería.
NamJoon miraba aquella escena como si fuera lo mejor del mundo y, para nadie era un secreto que le encantaban todas esas cosas de armas. Él fue quien convenció a su padre de que los llevara a ver su entrenamiento con armas los fines de semana.
TaeHyung tenía sus ojitos abiertos y sus manitos hechas puños, preguntándose a sí mismo: ¿Qué era lo que le pasaba? Ese sonido era muy fuerte y le dio dolor de cabeza.
Sonó otro disparo y se lanzó encima de su hermano, abrazándolo con fuerza, con desespero y evidente miedo ante aquello.
— E-ese sonido es feo — Lloriqueaba en el cuello de su hermano mayor — Dile a papá que pare — Susurró y NamJoon sonrió abrazándolo.
— TaeHyung, ¿no me digas que le tienes miedo a esos simples disparos? — En su tono había diversión típica de un niño de nueve años.
Otro disparo sonó y TaeHyung parecía perder el control encima del cuerpo de su hermano. Apretó el cabello del mayor en sus pequeñas manos, sacándole jadeos de incomodidad.
— ¡DILE QUE PARE! ¡DUELE!
Luego de ese incidente, el padre de TaeHyung y su hijo mayor prefirieron no llevarlo más a los entrenamientos, pues quizás solo era miedo que sentía el pequeño por tener solo seis años. Ya luego se tendría que acostumbrar.
Fiesta De Cumpleaños
TaeHyung, 7 Años.
— Vamos, TaeHyung, sal de ahí. No lo volveré a hacer — La voz de NamJoon era preocupada y pasiva. No quería asustar más a su hermanito menor — Afuera todos te están esperando.
Si su padre se enterara de que TaeHyung no quería salir, iba a ponerse molesto, pues la fiesta de su hijo menor era por todo lo alto... Era un político y quizás, próximo ministro de seguridad; sus hijos merecían las mejores fiestas, todo lo mejor para ellos.
— N-no quiero, Joon — TaeHyung yacía bajo su cama y el mayor podía escuchar sus sollozos.
— Por favor, hermanito, no lo volveré a hacer — NamJoon acercó su mano para tocar la cabeza de su hermano menor, incitándolo a salir.
La razón para que TaeHyung estuviera ahí ahora fue que NamJoon estaba explotando globos por todos lados, muy hiperactivo, y TaeHyung sintió de nuevo esa misma incomodidad de cuando escuchó aquellos disparos hace un buen tiempo. Definitivamente, esos sonidos lo perturbaban hasta el punto de hacerlo llorar.
Dos meses después los Kim consideraron la conducta de su hijo preocupante, así que lo llevaron al mejor doctor de toda Corea del Sur, pues tenían cómo pagarlo.
Ambos padres yacían sentados frente a un escritorio y, al otro lado, un doctor de unos ¿sesenta años tal vez? El señor ya se veía con muchas arrugas en su rostro, pero desde lejos se le notaba la experiencia. El señor juntó sus manos encima del escritorio, mirando a los Kim, primero a la madre y luego al padre.
— ¿Desde cuándo su hijo presenta este tipo de conducta?
— Desde el año pasado — Respondió el padre.
— Entiendo. Estuve con el niño haciendo unas prácticas y tengo una clara idea de lo que padece.
Ambos padres se tensaron.
— Díganoslo, por favor, doctor — Insistió la madre.
— No se preocupen, no es algo grave en realidad. Muchas personas tienen esto — Mueve sus lentes para acomodarlos mejor en su nariz — ¿Qué sonidos hacen que tenga ese comportamiento?
— Pues, al explotar un globo, cuando escucha disparos en la televisión o simplemente si su hermano está jugando videojuegos de combates.
El mayor asintió.
— En pocas palabras, los sonidos fuertes, ¿eh? Sí, me lo imaginaba — Suspiró — Su hijo sufre de ligirofobia.
— ¿Qué tipo de fobia es esa? — Preguntó la madre. Estaba más que claro que era una fobia, pero no sabía de qué trataba.
— Es cuando una persona no tolera los ruidos fuertes, ruidos similares a cosas explosivas. Unas personas lo adquieren con el pasar del tiempo, otras nacen con ello y pueden vivir tranquilamente. TaeHyung tiene ligirofobia aguda. Eso significa que cualquier cosa, por más mínima que sea, va a afectarlo — Hizo una pausa y luego continuó — Deben tener cuidado con esto porque, a pesar de que solo es una fobia, puede afectarlo mucho, y si estos ruidos lo atormentan muy frecuentemente, puede tener consecuencias.
TaeHyung ya tenía su miedo casi superado. Ya podía mantenerse en control al jugar videojuegos o cuando explotaban esos globos cerca de él en fiestas o con cualquier niño.
Antes De Todo Entrenamiento
Kim decidió enlistarse en la marina porque le gustaba desde que tenía memoria. No tenía una misión como en las fuerzas armadas y podría disfrutar de la experiencia. Su padre y madre le dieron la libertad de escoger dónde quería enlistarse.
Lo que TaeHyung no sabía era que tenía que pasar antes por el entrenamiento militar y, en este caso, eran las Fuerzas Armadas, por lo que decidió aceptar una misión que, en un principio, catalogó como "fácil". Solo se trataba de ver, escuchar y recordar. Nada más.
— Papá, tengo algo que decirte — Mordisqueó su labio inferior con nerviosismo.
— Escúchame tú primero, hijo. Tu hermano NamJoon está enlistado en las Fuerzas Armadas. Lo último que supimos fue que se había cambiado el nombre... Al parecer no quiere que lo involucren conmigo — Rió, pero se notaba que era con melancolía — Quizás si tú estás en la marina y él en las Fuerzas Armadas puedan verse.
TaeHyung no dijo nada. Tenía que encontrar a su hermano. No quería mentirle a su padre sobre su entrenamiento en las Fuerzas Armadas, ya que este sería capaz de ir a buscarlo personalmente en helicóptero para sacarlo de ahí.
— Eso es grandioso, papá — Su alegría fue sincera. Quería ver a su hermano después de tantos años — Quizás nos encontremos.
Se despidió y cortó la llamada.
Recuerda que ese día, antes de que cortara comunicación, independientemente habló con Karen para aceptar la misión Jeon, no difícil, pero que si este hombre llegaba a saber no le agradaría para nada.
Actualidad
JungKook estaba en su habitación, aún golpeando cada cosa que encontraba. Ver a Song con TaeHyung sentados frente a la playa lo dejó muy fuera de sí.
Sin pensar que tenía que hacer los entrenamientos más fuertes, hacía rato solo tenía ganas de dormir... Ahora quería hacer a todos entrenar como era debido. Se vistió con su respectivo uniforme y salió de su habitación, agarrando unas cinco granadas en sus manos. Fue hasta donde estaban los soldados de entrenamiento, aquellos de la guardia, e hizo que lo escucharan.
— Los quiero a todos en el campo de batalla, armados hasta las pelotas si es posible — Tenía tanta rabia. ¿Por qué le molestó que TaeHyung estuviera tan cerca de Song? — Mis soldados irán al campo dentro de un rato. Será un entrenamiento extremo, así que quiero que los golpeen si es necesario, que los amenacen con las armas, que los pisoteen, pero ni se les ocurra matarlos o hacerles algo grave. Ya saben cómo funciona este entrenamiento. Disparen, pero no hacia ellos. ¿Entendido?
— ¡SÍ, MI CORONEL!
Aquellos soldados eran más maduros y con más experiencia que los que estaban en la base. Ellos siempre estaban fuera para evitar cualquier contacto con los nuevos. La vieja escuela y la nueva no se llevaban muy bien que digamos: los nuevos por creerse la gran cosa por ser jóvenes, y los viejos porque querían imponer orden a su manera clásica.
JungKook no era de ninguno de los dos, pero tenía más experiencia en batalla que un soldado jubilado y por eso todos le obedecían. Si el coronel Jeon decía "Misa", todos tenían que ponerse a rezar, así de simple.
Después de dejar todo listo, se paró frente a la base, se giró hacia la playa, quitó la tapa de una de las granadas y la lanzó lejos hacia la orilla de la playa. Esta explotó entre la arena y el agua.
Solo quería hacer que los soldados salieran hechos un lío pensando que era un ataque. No tenía intención de herir a alguien con el mortal explosivo.
Siguió haciendo esto hasta que las granadas se acabaron. Fue al frente y todos estaban afuera. Estaban todos, al parecer... No, no estaban todos, porque cuando sus ojos buscaron a cierto azabache de baja estatura, lo vio lejos de la formación.
Por supuesto que lo vio, con su frente juntada a la de Song JaeHyun y ambos hablaban.
Suspiró, algo rabioso.
"Solo haz el puto entrenamiento y no te enfoques en ellos, solo son unos soldados del montón y lo que hagan no debe importarte" se dijo a sí mismo, tomando las riendas del entrenamiento.
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