Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 26
TaeHyung no sabía exactamente lo que estaba haciendo. Odiaba al coronel Jeon más que a nadie; ese hombre le había hecho la vida de cuadritos como nadie lo había hecho antes. Pero esos ojos que lo miraban con tanta hambre, esos labios delgados, ese cuerpo que no merecía otra cosa que ser tocado, aprovechado... Por alguna extraña razón, TaeHyung deseaba aprovecharlo. Sabía que luego vendría el arrepentimiento, pero, por ahora, quería obtenerlo.
JungKook se lanzó sobre él para volver a besar sus labios con la misma, o quizás más, intensidad que la vez pasada. La manera en que esos labios se apoderaban de los suyos era tan experta que TaeHyung no pudo evitar gemir cuando sintió que los fuertes brazos de JungKook rodeaban su cadera, alzándolo. Instintivamente, TaeHyung rodeó la cintura del mayor con sus piernas, acercándose más a su cuerpo, tanto que el aire no podía pasar entre ellos. Tal vez se arrepentiría más tarde, cuando no hubiera forma de revertirlo, pero mientras tanto, disfrutaría de ello.
— Creo que... — JungKook se separó ligeramente, mirándolo con esos ojos brillantes de deseo. TaeHyung podía ver su reflejo en ellos, y sabía que él mismo lucía igual — El soldado TaeHyung necesita una ducha.
El coronel mordió su quijada, arrancándole un jadeo. TaeHyung tiró más de la chaqueta del mayor para atraerlo hacia él, como si fuera posible aumentar el contacto. Quería más de ese hombre que había hecho de su llegada a las Fuerzas Armadas un completo infierno.
La húmeda lengua del coronel recorrió su mejilla en círculos antes de morderla suavemente. TaeHyung respiraba por la boca, y sus ojos entrecerrados reflejaban todo el placer que sentía. Sin embargo, eso no fue nada comparado con lo que ocurrió después. JungKook lo tomó por los glúteos para alzarlo de nuevo y lo apretó contra sí mismo, simulando una fuerte embestida. TaeHyung echó la cabeza hacia atrás al sentirlo, notando cómo la erección del coronel rozaba exquisitamente contra la suya.
Durante unos segundos, sus miradas se encontraron antes de que TaeHyung volviera a besarlo, enredando sus manos en el cabello del mayor a su antojo. Sin embargo, JungKook no parecía molesto; al contrario, hundió sus delgados dedos en la cadera de TaeHyung, presionándolo con fuerza. Seguramente habría moretones después, pero eso era lo de menos.
Se separaron debido al maldito aire que sus pulmones necesitaban, pero TaeHyung no quiso alejarse del todo y apoyó su frente en la del coronel. Las manos de JungKook se deslizaron hasta su pecho, tomando el cuello de su camiseta blanca y rompiéndola con un tirón. Otro tirón y la prenda quedó completamente destrozada. TaeHyung gimió ante la rudeza de aquel acto, excitado por lo que eso representaba.
— Eres tan hermoso — Murmuró JungKook.
TaeHyung se sonrojó al instante y desvió la mirada hacia la derecha, notando que la marea estaba subiendo. Internamente, rogó que ninguno de sus compañeros decidiera salir. Si lo hacían, no tendría cómo excusarse. El coronel saldría ileso, pero él era solo un simple soldado entre tantos.
Sin embargo, TaeHyung no debía tomarse tan a la ligera. Tal vez allí no era nadie, pero fuera de las Fuerzas Armadas, cualquiera se sorprendería de quién era realmente.
Abrió la boca soltando un chillido cuando los dientes del coronel mordieron su pezón derecho. Acto seguido, lo succionó con intensidad, pasando luego al izquierdo y repitiendo el mismo proceso. TaeHyung arqueó la espalda, entregándole ambos pezones endurecidos como una ofrenda.
— Vas a ser mío — Dijo JungKook con voz ronca. TaeHyung mordió su labio inferior, sintiendo cómo algo dentro de él parecía dar vueltas al escuchar esas palabras — Vas a ser mío, pequeño.
El coronel enterró su rostro en el cuello de TaeHyung, dejando besos por cada rincón a medida que sus manos recorrían su espalda. A pesar de estar alzado en brazos, TaeHyung se sorprendió de la fuerza de JungKook.
— ¿Es… E-es una orden, coronel? — Preguntó TaeHyung con dificultad, apenas pudiendo articular las palabras. JungKook dejó su cuello y lo miró divertido, con una sonrisa lasciva.
— No — Respondió el mayor con una amplia sonrisa — Soy un hombre, no un dios al que todos deben obedecer como tú acabas de decir hace poco.
Le dio un beso casto en los labios antes de delinear con la punta de su lengua el inferior.
— Pero tú quieres, ¿no es así? — Preguntó mirándolo con malicia. TaeHyung solo asintió tres veces, y JungKook sonrió satisfecho.
El menor lo abrazó, dejando que sus bocas quedaran cerca de los oídos del otro. Entonces, JungKook comenzó a caminar cargándolo.
— Nunca había pasado esto antes con ninguno de mis soldados, y menos con un hombre — Confesó JungKook, haciendo que TaeHyung jadease cuando su mano comenzó a rozar su entrepierna por encima del pantalón del uniforme — Porque me gustan las vaginas y los senos grandes, ¿sabes?
A medida que seguían caminando, la presión aumentó, y TaeHyung gimió contra el cuello del coronel, quien gruñó.
— Pero, por alguna razón, tú eres el único hombre que quiero tocar.
— ¿Debería sentirme halagado por eso? — Preguntó TaeHyung en un tono que intentó hacer lo más sexy posible.
— Puede ser.
TaeHyung repartió besos húmedos por el cuello del mayor, sintiéndose poderoso al escuchar un ronco gemido salir de su boca.
De pronto, JungKook se detuvo. TaeHyung escuchó cómo se abría una puerta, pero no quiso perder contacto con el cuerpo del mayor. Era como si estuviera adicto a su tacto.
— Voy a joderte, Kim — Afirmó JungKook, haciendo que la piel de TaeHyung se erizara — Así que espero que sepas mover ese rico culo que te gastas.
La voz susurrante y ronca del coronel, tan masculina, llegó a su oído, y TaeHyung no pudo evitar lamer levemente el lóbulo de su oreja.
Cuando JungKook pateó la puerta para abrirla por completo, TaeHyung gimió de forma aguda al sentir cómo su mano presionaba aún más su pene.
Caminó un poco más y vio que entraron al baño. Se bajó de su cuerpo y, cuando sus botas tocaron el suelo, ahogó un grito porque su espalda chocó brutalmente contra la pared dentro de la ducha. El coronel Jeon lo acorraló, con sus manos apoyadas en la pared a cada lado de su cabeza.
— Y no hagas que me arrepienta — Dijo, viendo el deseo en sus ojos que lo miraban con hambre — Eso sí es una orden.
JungKook abrió la regadera y el agua mojó ambos cuerpos. Sus manos fueron a la camisa rota de TaeHyung, para quitársela por completo, tirándola lejos.
— Coronel, me debe una camisa nueva — Dijo, haciendo un puchero algo infantil al ver la camisa rota en una esquina del baño.
— Tendré que deberte más que una simple camisa — Respondió, mientras la yema de sus dedos recorría el pecho desnudo del menor.
El agua seguía mojándolos y el cabello de TaeHyung ya estaba completamente mojado, cayendo cerca de sus ojos. JungKook lo observaba con la mirada, encontrando demasiado erótico cómo el líquido transparente caía por su cuerpo semi marcado, quitando la arena de la playa. Su tacto bajó hasta su ombligo y TaeHyung no pudo evitar relamerse los labios.
— Deberé darte días libres después de esto, ay, Kim, siempre dándome problemas — Dijo con falsa molestia.
TaeHyung quedó helado, mirándolo con ojos muy expectantes. El mayor se acercó sin prisa, pero lo que más deseaba era enterrarse en él, porque, ¡joder!, su pene dolía como el infierno. Se alejó un poco y extendió los brazos.
— Desnúdame, TaeHyung.
El azabache dudó un momento, pero luego asintió temeroso y comenzó a quitar el cinturón ajeno. Sus manos temblaban, lo cual sacó una sonrisa al mayor, pero TaeHyung no la notó, concentrado en su tarea. El cinturón ya no estaba abrochado, suspiró y agarró los bordes de la chaqueta del mayor para ir subiéndola lentamente. JungKook levantó los brazos para ayudarle. TaeHyung maldijo en su interior, pues JungKook era muy alto. Jeon notó cómo TaeHyung se ponía de puntillas para sacarle la chaqueta del uniforme y sonrió divertido. Flexionó las rodillas y TaeHyung la sacó con facilidad.
Ambos sonrieron, aunque sin mucha simpatía, porque ninguno podía creerse del todo que sus deseos y cuerpos los estuvieran empujando a hacer esto. Un coronel "heterosexual" que creía enloquecer si no obtenía ese delicioso cuerpo y un soldado que tenía una misión más allá de encontrar a su hermano y que, quizás con esto, estaba firmando su condena. TaeHyung ahora iba a sacar su camiseta blanca y repitieron lo mismo que hicieron con la chaqueta.
¿Por qué JungKook tenía que ser tan alto?
Él seguía con su trabajo y ahora era el turno para los pantalones.
— Espera — Dijo TaeHyung, viéndolo curioso. Jeon decidió ayudar con el trabajo de TaeHyung para acelerar el procedimiento y sacó sus botas, tirándolas lejos, dejando así más fácil sacar el pantalón — Ahora sí, continúa.
Sin vacilar, TaeHyung bajó los pantalones del contrario y quedó agachado sin levantarse. JungKook terminó de sacarlos y los tiró a la misma esquina donde estaba tirado todo lo demás. TaeHyung observó el bóxer gris del mayor, manchado con pre-sémen, y no dudó en retirar esa última prenda. Cuando alzó el rostro, se encontró con el miembro erecto de JungKook, lo cual lo excitó aún más. Rozó con la punta de su nariz toda la extensión, y JungKook gruñó, pues Kim estaba jugando un juego sucio.
— Travieso — Dijo, cruzando los brazos sobre su pecho.
TaeHyung sacó la lengua para pasarla por el glande. JungKook mordió su labio inferior con fuerza y frunció el ceño. Kim quería complacer al coronel Jeon, debía hacerlo bien. Él era virgen, pero había hecho alrededor de dos mamadas anteriormente en su instituto, aunque no podía declararse un experto… Lo bueno es que no estaría perdido del todo.
Abrió la boca y metió lentamente el pene del mayor, primero hasta la mitad y luego hasta que la punta chocó contra su garganta. La polla era larga, ancha, caliente y venosa. Con esfuerzo, pudo tragársela toda.
— Ah~ TaeHyung — El mayor llevó su mano derecha para acariciar el cabello azabache mojado en unas hebras largas que no deberían estarlo. Lo tiró un poco hacia atrás para que TaeHyung lo mirara.
Y así fue.
Cuando sus miradas se encontraron, TaeHyung aprovechó para mover su cabeza de atrás hacia adelante, su mano derecha masajeando ciertos testículos y la izquierda sobre el muslo del mayor para poder moverse mejor. TaeHyung se echó hacia un lado y la punta del pene del mayor chocó contra el interior de su mejilla suave y lisa, algo muy satisfactorio para quien recibía una buena felación. JungKook movió su cadera, estrellando su polla contra el interior de la mejilla del soldado TaeHyung.
Sentía que ya estaba a punto de llegar, pero sacó su pene de la boca del menor, pues no quería que la diversión quedara allí. Sería muy descortés si no le daba un buen sexo al menor y, obviamente, necesitaba estar dentro de él. Agarró a TaeHyung del brazo para ayudarlo a ponerse de pie.
— ¿Qué ocurre? — Preguntó TaeHyung, mirándolo interrogante y ladeando la cabeza.
— Colócate de espaldas — TaeHyung obedeció, un tanto nervioso.
JungKook pasó sus manos por la cadera del menor para desabrochar el botón del pantalón. Cuando lo logró, bajó el pantalón junto con el bóxer blanco de un solo tirón, y por fin tuvo ese precioso culo frente a él, a centímetros de su rostro. No pudo evitar darle una nalgada.
TaeHyung dio un saltito al ser golpeado en esa zona que pronto ardería, pero ahora se sentía libre, ya que su erección no estaba aprisionada bajo su ropa.
— Alza tus piernas — Dijo JungKook. TaeHyung hizo lo pedido y JungKook aprovechó para sacar las últimas prendas, echándolas lejos de ellos.
— Abre tus piernas, nene.
Oh, ¿el coronel le dijo "nene"?
TaeHyung parecía tan perdido que sintió otra nalgada, mucho más fuerte, que lo hizo jadear de dolor.
— ¡Coronel Jeon! — Se quejó.
— Aquí solo dime JungKook, cariño.
¿Cariño? ¡¿Cariño?! ¡¿CARIÑO?! ¿Desde cuándo JungKook le trataba así?
"Desde que le diste la libertad para hacer lo que quiera contigo."
TaeHyung abrió sus piernas y apoyó sus manos en la pared. De esa forma, todo su culo quedó entregado al coronel de cabello largo y rubio, quien no perdió tiempo en separar con sus manos las lechosas y grandes nalgas de TaeHyung. Sin perder tiempo, llevó su boca al pequeño agujero del menor, y este gimió alto.
— ¡J-JungKook! — Sus ojos se entrecerraron y empujó más su trasero contra la cara del mayor sin vergüenza — ¡Oh, joder! — La lengua del mayor se abrió paso en el agujero de TaeHyung. Kim parecía que lloraría de tanto placer que su cuerpo experimentaba.
TaeHyung miró por encima de su hombro, encontrando a JungKook viéndole con malicia divertida. El mayor sacó más su lengua, embistiendo la entrada del menor con su sentido del gusto. Sus miradas se encontraron.
— A-ahh, ¡Mierda! — Jeon sonrió — Me v-voy a cor… — Antes de terminar de decirlo, JungKook se separó al instante y el orgasmo que TaeHyung esperaba se fue al carajo.
Kim estaba frustrado. ¡Maldita sea!, su miembro dolía como el mismísimo Tártaro.
— ¡JungKook! — Se volteó con rudeza.
— ¿Te acostumbras rápido a la confianza, verdad, nene? — Un tonto pero tierno color carmesí apareció en las mejillas del menor, y tan rápido como TaeHyung se giró, JungKook lo tomó de los brazos, volteándolo con rapidez para apegarlo a la pared de nuevo. TaeHyung terminó con su rostro restregado en la cerámica.
Unos dedos fueron hasta sus labios.
— Chúpalos.
TaeHyung abrió la boca, apoderándose de esos largos dedos, pasando su saliva con gusto. JungKook, con su otra mano, daba masajes morbosos por sus glúteos.
— Para nunca haber estado con un hombre, pareces... s-saber mucho — Dijo cuando el mayor sacó los dedos de su boca.
— Sé lo necesario.
Metió un dedo dentro de TaeHyung, y este no pudo evitar dar un grito.
Movía su dedo en círculos, estirando su agujero. Otro dedo entró, y el dolor aumentó. Su polla parecía explotar y necesitaba atención. Bajó su mano hasta su pene, pero...
— No te atrevas, Kim — Amenazó el mayor, y este alejó su mano al instante.
Embistió con sus dedos y tocó su próstata. TaeHyung cerró con más fuerza sus ojos. Una lágrima de dolor y placer resbaló por su mejilla.
— Ahí, a-ahí...
El mayor sacó sus dedos. Kim maldijo.
— Eres tan sucio.
Succionó una porción de la piel de la nuca del menor, lo suficiente como para dejarle un moretón.
— Tan sucio que te vas a dejar follar por el coronel. Dime, TaeHyung, ¿no te parece eso excitante?
Puso la punta de su miembro en la entrada del menor. TaeHyung esperó gustoso. Jeon pegó su pecho fuerte contra la espalda suave y mojada del menor. Su boca quedó en su oreja para susurrarle:
— Tan sucio y hermoso.
Se fue abriendo paso dentro del cálido culo del azabache, quien abrió su boca, ahogando un gemido al sentir cómo su ano se iba estirando al recibir el largo y grueso pene del coronel.
— Mhm, J-JungKook... joder... — Susurró repetidas veces — ¡Carajo!
Soltó un grito que le desgarró la garganta al sentir que el pene del mayor había entrado por completo.
— Y para mí — soltó un suspiro de alivio al estar por completo dentro de TaeHyung —. ¡Mierda, Kim! Estás tan malditamente estrecho. No sé cuánto más pueda estar quieto — confesó, sintiéndose frustrado.
— Muévete — Dijo, queriendo saciar sus ganas. — Más~ — Susurró ronco.
— ¿Más qué? — Preguntó JungKook con malicia.
— M-más rápido, quiero más.
Y perdió la cordura.
— Por favor, necesito más — Suplicó, moviendo sus caderas en busca de más contacto.
JungKook no dijo nada. La sonrisa que adornaba su boca lo decía todo.
Una embestida, y otra, y otra, pero cada vez más rápido. JungKook metió dos dedos en la boca del menor, y, gracias a los gemidos agudos de este, la saliva corría por sus dedos y resbalaba por la quijada del azabache, quien se alzó un poco y echó su cabeza hacia atrás, jadeando por las fuertes embestidas que JungKook propinaba en su culo.
Jeon sacó sus dedos de su boca y, sin parar de embestir, agarró el rostro de TaeHyung para besarlo profundamente.
TaeHyung no pudo aguantar más y llevó su mano a su pene, masturbándose con desespero y alivio al recibir atención después de tanto rato. JungKook dejó la boca contraria.
Cada vez era más rápido, duro y profundo, dando exacto en la próstata de TaeHyung, haciéndolo ver estrellas por el inmenso placer. Jeon estaba cerca de su orgasmo, al igual que TaeHyung.
— E-eres tan delicioso...
Subió la pierna derecha de TaeHyung en su brazo para poder embestir lo más rápido que podía, lanzando unas tantas maldiciones por la presión y el placer.
TaeHyung parecía perderse del mundo, y los gemidos no paraban. Cada vez se sorprendía más de lo que estaba sintiendo, y no quería parar por ningún motivo.
— ¡J-JungKook! — Gritó sin preocupación de que alguien lo escuchara.
Acabó como nunca antes lo había hecho durante sus pajas -sus pajas no se comparaban con esto-
El mayor jadeó sin hacer mucho ruido al terminar, descargando su semen dentro del delicioso interior de TaeHyung, dando otras embestidas lentas.
— Tan bueno... tan malditamente sucio por dejarte follar del hombre que más dices odiar.
Salió lentamente de TaeHyung. Este jadeó y, con cuidado, se reincorporó.
El semen que TaeHyung expulsó en el suelo ya había sido borrado a causa del agua que aún caía.
— Los servicios del agua serán caros — Dijo TaeHyung, sonriendo ladino.
Sabía qué hacer exactamente, girándose para ver a JungKook.
El mayor asintió sin expresión en su rostro.
— Ven acá.
Lo jaló para cargarlo en forma de princesa.
— Lo menos que necesito es un inválido en los entrenamientos.
— ¿De verdad no entrenaré?
— ¿Y todavía lo preguntas?
Salió de la ducha y, seguido, del baño, sin importarle que estaban desnudos.
— ¡Hey! Nos pueden ver.
— Eso es lo de menos.
— No es necesario que me cargues.
— No es necesario que me cargues — TaeHyung trata de bajarse, pero el mayor sigue caminando, apretándolo más contra su cuerpo.
— Ajá, sí, créeme que si tus piernas no parecieran gelatina no te cargaría.
Y TaeHyung se sonroja sin agregar nada más. Llegan al cuarto de JungKook y este abre la puerta para dejarlo en la cama.
Se miran por un momento y luego, sonriendo, esta vez quizás sí lo hacen con ganas.
— Eres tan estúpido, Kim.
— En eso no tengo objeción.
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