Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O8
¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿Por qué?! ¿Por qué entre tantos que estaban en las Fuerzas Armadas tenía que ser exactamente el Coronel Jeon quien descubriera su secreto?
Siempre las malas cosas le pasaban a él, quizás cuando nació los doctores le echaron un paquete de sal en la cabeza para que toda su vida fuera una desgracia.
Se estaba preparando mentalmente para cuando este le diera la gana de decirle a las autoridades sobre su preferencia sexual y lo terminaran echando de las Fuerzas Armadas, y eso no era lo peor; aquí tenemos lo peor: se supone que él debía enlistarse en la Marina pero, ¿qué grato, no? Lo echarían antes de siquiera poder subir las escaleras del barco.
La vida lo odiaba.
Todos conspiraban contra él.
Debía tener cuidado.
Miró su reloj y era la hora del entrenamiento, así que se colocó mejor su gorra, suspiró cerrando sus ojitos tratando de dejar de pensar en el hecho de que lo echarían. Debía ser positivo hasta en los más jodidos momentos.
— Y bien, ¿quién fue el último? — El Coronel seguía vestido de la misma forma; con su traje de las armadas, aún continuaba con sus gafas de sol puestas, además de que ahora mantenía su reloj dorado que resplandecía cuando el sol lo apuntaba, el cabello recogido en una coleta.
TaeHyung estaba tranquilo porque no llegó de último; se sentía algo aliviado por el hecho de que su compañero, Song JaeHyun, tampoco llegó de último.
La prueba cada día era más difícil. Más alambres de púas, más pruebas de resistencia y las que TaeHyung más odiaba... Las de saltos. Parecía que cada día las alzaban más, por lo cual se le hacía muy, muy, pero muy difícil poder saltarlas; sin embargo, su estatura le puede ayudar a escabullirse en otras trampas sin necesidad de lastimar su cuerpo o atraparse, ya que se aprovechaba de su baja estatura y burlaba a sus compañeros, que eran más altos que el poste de la esquina.
— Fui yo — Un chico de no más de la edad de TaeHyung se colocó al frente — Lim HaJoon — Todos lo miraron porque él se veía muy fuerte y las otras veces pasó las pruebas sin ninguna dificultad, pero ahora, su atraso fue tan grande que quedó en último lugar.
— Es raro, suponiendo que te consideraba con buena condición física, uno de los mejores — Pasó por su lado y acomodó mejor sus gafas — Pero ahora, ya no te considero nada — Estampó su puño contra la mejilla de este. El soldado ni se movió, solo ladeó su cara hacia la derecha por la fuerza del golpe.
Todos miraban atónitos. HaJoon parecía de hierro, siquiera se había movido de su lugar y todos divisaban la sangre que escurría por la comisura de su labio. ¿Cómo alguien tan fuerte llega de último?
Jeon sonríe lascivo y esta vez se ensañó más con el soldado dándole una patada en su estómago y esta vez sí logró tirarlo al suelo, haciéndolo caer de espalda.
JungKook se nota complacido y no se ve con signos de compasión. Nadie podía llegar a mantenerse firme frente a él si lo quería... No lo permitiría.
Le jodía la idea de que pudieran creerse capaces de mirarle a los ojos, desobedecerle, disgustarle, mantenerse firmes frente a él simulando valentía mientras que en realidad, por dentro, se están cagando de miedo. Tan débiles. Mientras eso siguiera ocurriendo, él no lo permitiría.
— No tolero a los débiles. Vienen aquí para ser fuertes, no para aparentar que lo son — Miró a TaeHyung — Este lugar no es para los débiles, ¿me explico? — Dejó de mirar al azabache volviendo su vista a Lim, quien seguía encogido por el golpe en su estómago — Sin agua ni comida hasta medianoche — Lo levantó agarrándolo de su chaleco hasta dejarlo en el poste de castigos, sacó sus esposas para dejar la mano derecha de este sin escapatoria — ¡Tienen permiso para retirarse! — Todos optaron por mantenerse más firmes.
— ¡Como usted ordene, Coronel! — De este modo todos dejaron sus puestos regresando a la base, a excepción de uno que solo miraba con algo de pena a aquel chico recién golpeado y castigado.
— No se lamente tanto, Kim; hay castigos mejores para después — Se colocó a su lado derecho mirando hacia el mar.
Kim se giró para mirarle al rostro, elevando un poco su cabeza.
— No me quedaré mucho tiempo aquí, ¿no recuerda que me enlistaré en la Marina? — A TaeHyung se le había olvidado el hecho de que este lo tenía acorralado con su secreto, así que se dispuso a hablar fluidamente con el Coronel.
— Lo recuerdo perfectamente, ansío que ese día llegue rápido — Seguía con su vista clavada al mar.
— Ansío lo mismo — El menor se disponía a irse pero...
— Tu tiempo aquí es justo el que necesito para hacer de tu vida miserable, así que no te preocupes, no hay apuro.
Kim tragó duro mientras sigue su camino hasta la base.
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