Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O5
En el transcurso del día fue totalmente ignorado por el Coronel y los soldados, quienes eran forzados cada vez más y más en el entrenamiento, haciendo cosas tan fuertes que a TaeHyung solo le quedaba fruncir su rostro por tan solo imaginar el dolor que ocasionarían los mismos.
Para cuando cayó la noche, afuera estaba helado.
Hace frío. Mucho.
TaeHyung calculaba que era más o menos pasada de las nueve de la noche. Veía a sus compañeros pasar de un lado a otro hablando, riendo o simplemente caminando como si nada. Lo ignoraban completamente, pero era mejor así, ¿verdad? Era mejor ser ignorado a ser molestado como lo fue esta mañana en la hora del desayuno, después de salir de su repos... Reposo, doctor, medicina...
— ¡Que me jodan! — El azabache golpeó su frente con la palma de su mano libre, recordando que no había tomado sus píldoras.
Rebuscó entre sus bolsillos ansiando encontrarlas, pero fue en vano, no encontró nada.
— Carajo.
Luego de un muy largo rato más, se acercó el coronel Jeon y TaeHyung estaba cabeceando, a punto de quedarse dormido.
— Acá está — Dejó la bandeja de mala gana al lado del azabache, pero algo lejos para que no la pueda alcanzar. Subió la manga de su uniforme, mirando la hora en su reloj — Son las doce en punto, supongo que ya puedes comer.
La comida constaba de una tostada con café. La verdad no se veía nada mal comparada con la comida de la mañana.
— Entonces, ¿ya puede soltarme? — El menor revolvió un poco su cabello.
— ¿Soltarte? — Frunció el ceño.
TaeHyung asintió rápidamente.
— Lo siento, soldado, pero eso no se podrá.
— ¿Por qué no? Usted dijo que mi castigo se terminaba a medianoche.
— No, no, no, recuerdo muy bien que dije que no comías hasta medianoche, pero nunca dije que te soltaría. Pasarás aquí toda la noche por ser el último en llegar en el entrenamiento de la mañana.
TaeHyung olvidó ese "pequeño" detalle.
— Como diga — Bajó su cabeza, evitando todo contacto visual con el coronel, ya que como le comentó "luego le iría peor".
Se estiró un poco para poder agarrar la bandeja con la comida, pero de pronto la lejanía fue mayor, cuando el mayor la echó más lejos con su pie. TaeHyung miró hacia arriba, y este le miraba con una sonrisa ladina muy malvada.
— Buenas noches, Kim — Con superioridad y riendo malignamente, se fue alejando, dejándolo solo de nuevo.
— Es tan irritante — El menor decía mientras lo veía desaparecer de su campo visual.
Intentó unas veces más, pero sabía que era en vano. Su mano comenzaba a doler por estar tanto tiempo apresada con las esposas, agregando la forma en que estiraba su cuerpo intentando llegar a la bandeja.
¡Joder! Tenía mucha hambre.
Se rindió y se sentó en el suelo con su espalda apegada al poste, suspirando.
— Qué fastidio.
Escuchó algo y se echó a un lado.
— Oh, no te asustes — Era el doctor Im, que le arrimó la bandeja más hacia su cuerpo — Mejor come, apúrate — Lo animó, y TaeHyung, viendo que no había peligro con el doctor, decidió comer lo más rápido que pudiese, dejando sus mejillas infladas — Con calma, tampoco quiero que te ahogues — Dio unas palmaditas en su espalda.
Cogió la taza con café, entregándosela al azabache, quien rápidamente dio tres sorbos.
— Y dime, ¿te metiste en problemas de nuevo?
El menor negó.
— Solo... — Terminó de tragar. No estaba mal la tostada. Sabía a... tostada — Solo no rendí bien el entrenamiento.
— Ohhh, entiendo. ¿Por qué te dejaron sin comer?
— Es que... al parecer al coronel no le gusta que lo miren a los ojos.
— Sí, he escuchado algo de eso. Solo no lo mires y no te metas en más problemas — Acaricia su cabeza delicadamente, como si acariciara una flor a punto de romperse — Mírame a mí, yo no tengo problema en que me mires a los ojos.
TaeHyung tosió y tomó más café. Su tostada se había acabado, y aunque no le llegó a llenar ni un poco debido a su hambre de cavernícola... se sentía mejor.
— G-gracias, doctor Im — Limpia las migajas que estaban sobre sus labios.
— Solo dime YoJun, ¿sí? — Le dedicó una hermosa sonrisa.
Este asintió, devolviéndole el gesto.
— Aquí no hay chicas con las cuales puedas hablar, o que puedan gustarte. Supongo que por eso tus compañeros se la pasan de mal humor. Estar sin atención femenina... no los ha de tener contentos.
— Sí, puede ser — Soltó una risita.
— ¿A ti qué tipo de chica te gusta?
— La verdad... no me gustan las chicas.
El castaño abrió sus ojos como platos.
— ¿Me estás diciendo que eres gay? — Susurra.
— Sí — No dudó en ningún momento en afirmarlo, de todas formas, ya todo aquí era un infierno y que el doctor Im se uniera a ese infierno no podía ser peor — No se preocupe, gracias por ayudarme y entenderé si no quiere volver a hablarme o si prefiere despreciarme. Lo entenderé — Dejó la bandeja a un lado.
— ¿Qué dices? TaeHyung, no pensaba que eras gay porque de aquí a lo que tengo entendido ninguno de los que están en las fuerzas armadas lo son, pero no podría despreciarte.
TaeHyung lo miró y sonrió, haciendo que sus ojos se hicieran líneas.
— ¿En serio?
— Sí, de todas formas, no juzgo a nadie — Frunció sus labios, pero aún ríe.
— La chica que vaya a ser su esposa ha de ser muy afortunada — TaeHyung soltó un halago.
— Esposa o... esposo — Im se levantó, sacudiendo un poco su pantalón y bata de médico.
— ¿Qué? — TaeHyung copió su acto, colocándose de pie.
— Ajá, me has revelado que eres gay, y aunque para nadie que me conozca es un secreto mi preferencia sexual... prefiero mantener ese tema fuera conforme a las fuerzas armadas. Ahora estamos a mano, ¿verdad?
El menor seguía en shock.
— ¿A mano?
— Sí, a mano. Por cierto... ¿te tomaste tus pastillas?
— Se... s-se me perdieron en el entrenamiento — Tragó duro.
— Debes tener más cuidado para la próxima — Sacó un paquete de pastillas de su bata dándoselas al menor. Antes de dárselas, sacó una — Abre la boca — TaeHyung obedeció temerosamente, y el castaño metió la píldora — No tengo agua para que la puedas tomar, pero trata de hacerlo con tu saliva. Toma la otra a las ocho de la mañana y no falles con el tratamiento, ¿bien?
El azabache asintió.
— Ya debo irme, pero ten — Se quitó su bata y la colocó encima del menor para arroparlo — Te queda grande — Es inevitable para el doctor no reír ante el pequeño soldado cubierto con su larga bata.
— No se burle de mi estatura — Hizo un puchero.
— Mira el lado bueno; mientras más grande te quede, más caliente te mantendrá — Removió su cabello — Antes de que te vean con ella lánzala lejos para que no sepan que te ayudé mientras estabas en castigo. No debes preocuparte por ella, tengo cinco más en el consultorio.
— Gracias — Agarró la bata cubriéndose mejor.
Si fueran otras circunstancias, lo hubiera rechazado, pero realmente sentía que se congelaba.
— Adiós, TaeHyung, nos vemos luego.
YoJun se fue, y TaeHyung soltó un suspiro volviéndose a sentar en el suelo.
— Por lo menos él es el único que no me desprecia — Se arregló mejor para que su mano no doliera tanto y se acurrucó entre la bata de doctor para dormir. Olía tan bien.
Eso le quitaba dolor a su noche.
No muy lejos de allí...
— Con que gay, ¿eh? Eso le traerá muchos problemas a la escoria de Kim. Pero dejaré que sea él mismo quien caiga.
JungKook entró con una sonrisa ladina.
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