Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 31
El entrenamiento en las Fuerzas Armadas fue igual a todos los días anteriores, pero, de alguna forma, el coronel Jeon parecía menos malvado y desalmado que de costumbre. Hasta los dejó descansar diez minutos mientras entrenaban.
Increíble.
Por supuesto que este cambio se debía a que había tenido las mejores rondas de sexo. Lo raro de todo era que él había estado con tantas mujeres anteriormente que era sorprendente que ahora estuviera follándose a un soldado de dieciocho años con facciones muy delicadas.
TaeHyung aprovechó que el coronel estaba de buen humor para ir a su habitación y dormir un poco luego de ducharse y almorzar. Después de aquella majestuosa follada en la noche anterior, estaba agotado y, a pesar de que su pierna estaba mejor, eso no quería decir que no le doliera.
Y por eso lo mejor era dormir.
Todos los soldados permanecían formados. Eran las seis y cuarto de la tarde cuando JungKook los citó a todos; era hora de un nuevo entrenamiento.
— Hoy veremos el entrenamiento cuerpo a cuerpo — Jeon tenía una mesa de madera justo a su derecha con muchos cuchillos, puñales y hasta navajas. Agarró uno de los cuchillos e hizo varios trucos con él en su mano — Desde los puños — Alzó su mano libre hecha puño — Hasta las armas blancas — Clavó el cuchillo en la mesa, y todos se tensaron.
TaeHyung, quien miraba todo desde más o menos la mitad de la fila, no pudo evitar humedecer sus labios inconscientemente porque el coronel Jeon se veía malditamente sexy viéndolos a todos como si fueran alguna basura o unos gusanos asquerosos. Hace tiempo le hubiera parecido una idiotez pensar así del coronel, pero luego de tenerlo encima de él, manejándolo a su menudo antojo... Todo del mayor era provocativo y tentativo.
JungKook agarró una pequeña carpeta que tenía en la esquina de la mesa y quitó el bolígrafo que permanecía en su oreja.
— El soldado Choi será el contrincante del soldado Jung.
Estos dos se miraron un tanto sorprendidos desde sus filas, pero luego sonrieron nerviosos.
— Soldado JaeHyun, será el contrincante de Bambam — El coronel frunció el ceño y miró más de cerca la hoja — ¿Bambam?
El nombrado alzó la mano; estaba en la cuarta fila. JungKook le miró con una ceja arqueada.
— Soy yo, coronel — Sonrió.
— Esto ni siquiera es un nombre — Reclamó — ¿Te alistaste aquí con este nombre?
JungKook sabía que este chico tenía ese apodo, pero no esperaba que estuviera registrado de esa forma. El soldado asintió un poco avergonzado.
— Qué locura, en fin... Serás el contrincante del soldado Song JaeHyun.
JaeHyun rodó los ojos y frunció los labios. La verdad, a él no le importaba con quién se enfrentara, pero le parecía una falta de respeto que lo pusieran con un niñato que tenía la mentalidad de un crío de siete años.
Muy ruidoso e hiperactivo para su gusto.
— Soldado HaJoon es el contrincante del soldado DongHee — A diferencia de los otros, ellos no demostraron ningún tipo de emoción y solo aceptaron.
JungKook siguió nombrando parejas para sus respectivas actividades de pelea, y TaeHyung solo quería desvanecerse en la arena de la playa solo para acostarse y mirar con más atención al varonil hombre que tenía ahí parado dando órdenes. Belleza pura.
— Soldado TaeHyung — El nombrado parpadeó varias veces, colocándose firme ante el llamado. Era su turno de conocer contra quién debía combatir — Será mi contrincante.
Jeon seguía nombrando como si no pasara nada, a diferencia de TaeHyung, el cual ahora permanecía más pálido que un muerto. Escuchaba a sus compañeros murmurar entre ellos diciendo: "va a matarlo", "pobre chico". Por alguna razón, TaeHyung no se sentía seguro estando en esa posición; pues, él podría ser muy bien algún tipo de amante del coronel, pero no quitaba el hecho de que Jeon era su superior, y mientras estuvieran fuera de una habitación las cosas permanecían iguales.
Todos los soldados empezaron a dispersarse y colocarse cerca de los que serían sus contrincantes. A TaeHyung no le quedó otra opción que ir al lado del coronel.
JungKook le miró de reojo.
— Agarren el arma que quieran — Jeon hizo un ademán con su mano y los soldados llegaron rápidamente a agarrar lo que más les llamase la atención — Dije todos — TaeHyung alzó su cabeza, y sus ojos se encontraron con los del coronel, que le exigían que cogiese una de las armas filosas.
Todos los demás agarraron sus diferentes cuchillos, puñales y, entre otras cosas, para acompañar en su combate.
— Soldado Kim — El tono rudo del coronel hizo a TaeHyung tragar grueso y respirar profundo — ¿Qué está esperando para agarrar su arma?
— ¿Para qué utilizar algo como eso si puedo utilizar mis manos? — Parpadeó algunas veces, mirando al mar, rogando que JungKook no lo obligara a utilizar esas armas que él tanto despreciaba.
Jeon sonrió como si Kim hubiera dicho el mejor chiste de los últimos tiempos, pero TaeHyung seguía inexpresivo. Eso llevó a que la sonrisa del mayor desvaneciera, y su rostro volvió a ser el mismo: sombrío y arrogante.
— ¿En serio vas a arriesgarte a pelear conmigo sin armas?
TaeHyung asintió.
— Quiero un verdadero combate, mano a mano — Trataba de no tartamudear porque se vería realmente como un gatito asustado si lo hacía.
— Si esa es su decisión, está bien, soldado.
— Se lo agradezco, coronel.
¿Soldado?
¿Coronel?
Daba algo de gracia que ambos se traten con tantas modestias luego de follar sin control y llamarse ambos por sus respectivos nombres entre gemidos.
— Todos ustedes, los quiero en posición de combate — Jeon quitó su chaqueta arrojándola lejos. Estaba dándole la espalda a TaeHyung, los soldados hicieron lo ordenado — Sujeten muy bien sus armas y no le quiten la vista al enemigo — Se giró para quedar frente al menor que estaba tenso — Déjenle saber que ustedes tienen el control, ustedes dominan y ellos simplemente son débiles siendo dominados — Kim y Jeon seguían con sus ojos puestos en los otros y, aunque JungKook hablaba hacia sus soldados, parecía algún tipo de indirecta para cierto azabache — Ustedes mandan.
Jeon se colocó en posición de pelea: sus brazos alzados hacia adelante, sus puños en frente, sus piernas levemente flexionadas; una delante de otra, y, por supuesto, esa sonrisa que hacía que TaeHyung quisiera brincarle encima y arrancarle los ojos.
O brincarle encima para besarlo.
"Carajos, TaeHyung, piensa con claridad, idiota. El coronel Jeon está a punto de darte una golpiza hasta matarte y tú solo tienes pensamientos sucios. Estás podrido".
— ¡Empiecen! — Gritó JungKook, y todos ya estaban listos para ponerse a luchar.
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