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Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 28

Antes Del Enfrentamiento

— Kim, ¿qué piensas que estás haciendo? — El menor miró al rubio encogiéndose de hombros — ¿Debiste quedarte en la base, sabías? 

El menor negó nervioso. Su mirada decía claramente un "lo siento" muy hipócrita. 

— No es para tanto, coronel. De todas formas, soy un soldado más y tengo que cumplir con mi parte. No es como si tuviera que recibir un trato especial porque el coronel me folló hasta el cansancio. 

— ¡Hey, hey! Eso no tiene nada que ver. Tú ni siquiera dominas bien las armas y vienes aquí, aunque te di la orden de permanecer en la base — Jeon estaba furioso. No mentiría, TaeHyung seguía siendo un experto en causar problemas y, por más que haya gemido para él como gata en celo, seguía siendo Kim TaeHyung. 

— Mis compañeros tampoco dominan bien las armas y van a defenderse. 

El menor vio como la mayoría de sus compañeros se dirigían al frente, así que agarró un rifle, una caja con balas, metiéndolas en los bolsillos de su pantalón. 

Jeon frunció el ceño. 

— Ni siquiera lo pienses, Kim — El menor frunció sus labios en una fina línea, aún sin poder mantener contacto visual con el rubio — Tú te quedas aquí, dentro del bosque. No voy a dejar que te maten de forma tan estúpida. 

TaeHyung sonrió ladino. ¿En serio el coronel se preocupaba por él? No, que va, solo lo quería para meter su gran pene dentro de su culo y nada más. Y sí, ese era el pensamiento del soldadito que no podía esperar nada gratificante por parte de Jeon JungKook. Pero no podía negar que le causó gracia su insistencia por no dejarlo venir a la batalla. 

— Se le da bien fingir, pero deje de ser tan hipócrita. 

JungKook le miró con una ceja arqueada, solo que no dijo nada porque quería saber qué tenía TaeHyung para decirle. 

— No nos engañemos, coronel; usted me aborrece, yo lo odio. Así es como están las cosas. Y si no es mucho agregar, creo que me importa una reverenda mierda su falsa preocupación. 

Jeon se cruzó de brazos, mirándolo de la misma forma. 

— ¿Terminaste ya? ¿O sigo escuchando tus berrinches sin sentido? — Los demás soldados ya permanecían en sus lugares y ellos dos eran los que estaban más lejos del campo de batalla. 

— Con todo el respeto que no debería tenerle, solo le diré que se vaya a la mierda — TaeHyung frunció el ceño al escupir estas últimas palabras, pero inconscientemente formó un semi puchero que JungKook no pudo evitar encontrar infantil. Porque TaeHyung estaba igual que un niño de cinco años haciendo una escena de quejas. 

— ¡Auchs! — Dramatizó, arrugando su nariz — Es raro que saques tu lado grosero cuando ayer solo salían gemidos, muchísimos gemidos por tu boca. 

El rostro del menor se calentó al instante. Apegó su rifle más hacia su cuerpo, controlando sus ganas de partirle la cabeza al coronel. 

— Déjame en paz. 

Esta situación ya le estaba resultando aburrida al mayor. ¿TaeHyung no simplemente se podía callar la linda boca que tenía, obedecerle y quedarse en el bosque donde no corría peligro? Idiota de nalgas grandes, testarudo y necio, que siempre le hizo la cabeza un lío, ya sea para bien o para mal. 

— Ven acá — Kim abrió sus ojos a tope cuando el mayor enrolló sus dedos en los cabellos de su nuca y, de un tirón un tanto doloroso, logró hacerlo quedar con su pecho pegado al torso del rubio. JungKook tiró su cabeza hacia atrás para tener la mirada de TaeHyung en la suya, esta adornada solo por el dolor en su cabeza — Vas a dejar de hacerte el inteligente, ¿si? El riesgo no es algo que te favorezca, TaeHyung — Solo centímetros los separaban. El menor, aunque tratara de estar lo más sereno posible, podía sentir su cara caliente. 

Pero no demostró sus nervios. 

— Solo quiero cumplir como el soldado que soy. Deje de esconderme. No soy su puta personal, soy un soldado que sabe y conoce su lugar. Es tiempo de que conozca el suyo, coronel. 

Jeon quiso agregar algo más a esta conversación de reproche por parte de este chico. 

— Vas a obedecerme y quedarte aquí, sin hacer más berrinches, ¿Entendido? O, en caso contrario, voy a tener que castigarte. Y sabes que mis castigos no son para nada agradables, ¿verdad? 

TaeHyung recordó los días en el sótano, el día fuera de la base, esposado a un poste de luz con sed y hambre. Definitivamente no le gustaban esos castigos. 

— ¿Estamos? — Soltó a TaeHyung de forma brusca y este pudo respirar con normalidad, porque hace solo segundos hubiera besado al coronel si se hubiera puesto de puntillas o si este se inclinaba un poco. 

JungKook sonrió burlón. Al parecer Kim le haría caso y dejaría de ser tan rebelde. Porque si TaeHyung iba al frente, tendría una muerte segura. 

Decir que el menor estaba molesto sería poco. No podía soportar ver la satisfacción en la cara del mayor solo porque se quedaría, pero él no seguiría siendo tratado como un muñeco que solo acataba órdenes estúpidas de su coronel que estaba ligando lo profesional con lo personal, dejando a un lado su propia opinión. Y sabía muy bien que el que tenía la autoridad allí era el coronel. Sin embargo, él podía decidir si quería morir al lado de sus compañeros o simplemente quedarse como un cobarde. 

Corrió, corrió rápidamente, escapando de JungKook sin dejarle tan siquiera notarlo. Jeon lanzó maldiciones y removió su cabello, porque Kim era un gran desobediente que amaba el peligro. Quizás, sea un suicida. 

TaeHyung llegó al lado de Jackson, cansado por lo rápido que corrió, y a JungKook le tocó mirar desde lejos lo que le deparaba al menor y al resto de los soldados. 

Actualidad

JiYun agarraba fuerte del brazo a TaeHyung para poder mantenerlo de pie. JungKook seguía disparando sin contemplaciones y TaeHyung solo podía pensar que quizás fue una mala idea venir al frente. 

Escuchó un quejido de dolor, volteó, y era JiYun quien se quejaba, gracias a que su abdomen sangraba justo por el lugar donde estaba su ombligo. 

— Lee, debes irte — TaeHyung aún escuchaba los disparos y, de vez en cuando, miraba al rubio frente a ellos, cubriéndolos de los pocos soldados enemigos que quedaban. Pero Lee no podía arriesgarse a quedarse, pues se veía pálido y la sangre no dejaba de manchar su chaqueta de uniforme — ¡Anda, ve! 

— P-pero el coronel... — Sus ojos parpadeaban con lentitud. Los sentía pesados. 

TaeHyung miró al frente, donde permanecían sus otros compañeros disparando. Por suerte, HaJoon le miró en medio de tanto disturbio y, aprovechando eso, gritó un par de veces "¡Está herido!". Eso bastó para que HaJoon se acercara corriendo, un tanto jorobado, hasta llegar donde estaban ellos; se colocó a gatas y, al mirar toda la sangre en la chaqueta de su compañero, no necesitó saber qué debía hacer. Cargó a Lee en forma de princesa, llevándoselo fuera de allí. 

TaeHyung se sentó en el suelo, encogiéndose, tras el mayor, quien no dejaba de disparar. Tenía aún su rifle a su lado, pero ¿Debería? ¿Debería tratar de usarla aunque eso falle? Él no era bueno con las armas, ni siquiera podía tolerar escucharlas por... su mala suerte, realmente. 

Miró al rubio y se decidió por agarrar su rifle. A una velocidad considerada, metió la primera bala, y, sabiendo que ya estaba cerrada, la colocó en el suelo para poder ponerse de pie sin caer desplomado de nuevo. Su pierna aún dolía y era incómodo permanecer firme. Cuando creyó estar en buena posición, agarró el rifle, apuntó a un soldado que, por suerte, no lo estaba notando. Apuntó como pudo, cerró sus ojitos con fuerza para jalar del gatillo y disparó. 

JungKook volteó rápidamente, y TaeHyung estaba con sus ojos cerrados fuertemente. Sus manos temblaban al agarrar su arma. Sonrió un poco divertido para continuar con lo suyo. 

TaeHyung abrió sus ojos lentamente y miró al frente. El hombre al cual le había apuntado estaba tirado en el suelo, sin moverse. Realmente lo mató. Ni él mismo lo podía creer. Se aseguró de que podía ayudar y ser útil, aunque él se quedara al frente. No quería matar, porque ese no era su hobbie favorito. En realidad, no le gustaba. 

Los disparos dejaron de sonar como una canción en su cabeza. Dejó caer su arma al suelo y, con esfuerzo, no cayó también. Su mirada quedó perdida en el suelo mientras el miedo hacía de las suyas en su cuerpo, poniéndolo más tembloroso. 

— ¿TaeHyung? — Era JungKook, quien se acercó un poco a él — ¿Estás bien? 

TaeHyung tragó pesado. ¿En realidad lo estaba? Asintió, parpadeando varias veces sin quitar la mirada del suelo. 

Recorrió el cuerpo de TaeHyung con su mirada y llegó a la parte donde su pantalón estaba en una abertura, rasgado, y sangre decoraba ese lugar. 

— Eres un idiota — Suspiró.

TaeHyung ya venía eso venir y quizás pasaría los próximos dos días metido en el sótano, acompañado de ratas. JungKook lo cargó como si fuera un costal sin pedir permiso, comenzando a caminar de regreso al bosque con los otros soldados. 

Esperaba más. ¿Dónde quedaron los reclamos, los golpes, las palabras hirientes y humillantes? Nunca llegaron. No dijo nada ni se quejó al ser cargado por el rubio. Miró al frente y todos los soldados enemigos quedaron tirados en el suelo, sin signos de vida. 

Ya había acabado.

Todos los demás tenían una gran sonrisa en sus rostros. Ganaron y no podían quejarse, ya que, a diferencia de Lee JiYun, no había alguien más herido - o por lo menos no de gravedad - solo algunos golpes y rasguños. 

— Jeon — Kim reconoció esa voz, era el coronel YiSuk — ¿Qué ha pasado? ¿Pudieron mantener la situación? 

— Sí, ¿y ustedes dónde estaban? 

— Se nos presentaron unos problemas mientras veníamos. Cuatro de mis soldados terminaron muertos y unos diez heridos porque, al parecer, estaban cazándonos. 

— Son inteligentes, ¿eh? 

— Sí. ¿Y qué haces con ese soldado encima? 

— Ah, es que está herido y lo llevaré a la base — Jeon sonó lo más tranquilo posible. TaeHyung no podía dejar de imaginarse lo débil que debía verse ahora — Si no es mucho pedir, hay un soldado de nombre Lee JiYun que está gravemente herido y me gustaría que fuera tratado por tus paramédicos. Tú siempre has estado abastecido de ellos. 

— No hay problema, Jeon. Ya hicieron mucho al defenderse solos. Yo me encargo de todo este desastre y de tu soldado. Si no es nada grave, pronto puedo mandarlo de nuevo a tu base. Anda tranquilo — Alzó su pulgar en aprobación. 

— Gracias. 

JungKook se fue con TaeHyung cargado hasta llegar al auto. Bajó al menor de su hombro, colocándolo en el asiento del copiloto. TaeHyung cerró sus ojos y simuló estar dormido. JungKook sacó sus llaves y subió al auto para encenderlo. 

— Sé que no estás dormido. 

TaeHyung abrió los ojos con molestia, pero no agregó nada. 

— Espero que recapacites sobre tus estúpidos actos — Echó el auto a andar — También creo que deberías sentirte preparado para cuando lleguemos a la base — Su vista descansaba en la carretera y, de vez en cuando, miraba al menor de reojo. 

TaeHyung asintió, mirando por la ventana, aceptando su fatídico destino.


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