Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ꜥꜥֶָ֢🪖ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 17

— Hoy tenemos que ponernos al día con los nuevos entrenamientos. Así que quiero que traigan sus respectivos uniformes porque los quiero ver en el campo de entrenamiento dentro de... — Subió la manga de su chaqueta, miró el reloj algo pensativo y habló — Cinco minutos.

Todos los soldados corrieron, tirando todo al suelo; sus bandejas de comida, cubiertos, platos y vasos. La escena se le hacía tan cómica al coronel Jeon que solo se hizo a un lado para que toda la manada de soldados saliera corriendo a sus cuartos a alistarse.

TaeHyung... TaeHyung salió de último como siempre; ser pequeño y débil siempre le hacía una mala jugada. Saliendo del comedor, casi se cae de cara al suelo, pero JungKook estiró su brazo para agarrarlo de su camisa, evitando que se estampara contra el suelo.

— Ten más cuidado, Kim — Prácticamente lo alzó con su sola mano, como si estuviera recogiendo un simple almohadón de plumas.

El menor asintió, y cuando sintió que el mayor lo soltaba, fue libre para correr por el largo pasillo hasta su habitación. Al llegar, todo era un completo desastre, y ni siquiera podía distinguir sus pertenencias de las de los otros. Eso no era lo más importante ahora; solo tenía que vestirse con su uniforme y salir lo más rápido posible de allí. Los otros ya estaban casi vestidos, menos él, y para remate, mientras buscaba entre su pequeño cajón, no encontraba nada. ¡GENIAL!

Se giró al escuchar que alguien aclaraba su garganta.

— Supongo que esto fue lo único que pude salvar. Aquí parecen caballos desbocados y todo está rodando por doquier — Era JaeHyun, que le tenía extendida su ropa entre una gran bola de ropa arrugada — Apúrate, no queremos retrasos.

El menor la agarró rápidamente para ponerse el uniforme por encima de su ropa de dormir, que no constaba de más que una pantaloneta gris y una camisetilla blanca. Song lo miró de reojo y se dio la vuelta para abrirse paso entre los pocos soldados que quedaban y dirigirse al campo de entrenamiento. Kim terminó saliendo detrás del último lote de soldados, que, al igual que él, estaban desesperados y apurados.

JungKook miraba su reloj; solo faltaba un minuto y Kim no llegaba. Si no llegaba, mucho mejor para él, ya que le inventaría cualquier castigo para mantenerlo fuera de este entrenamiento. No lo creía capaz de pasar esto. No es que estuviera preocupado por TaeHyung... ¡No, no! ¡Por supuesto que no! Solo que, si no podía pasar el entrenamiento, se vería obligado a mandarlo al sótano, y no quería verlo todo maloliente al salir de ahí.

Faltaban treinta segundos y por fin podría tocar la campana para avisar sobre la culminación del tiempo. Ahora eran quince... diez. Salieron alrededor de siete soldados, y entre ellos estaba TaeHyung. Estos se formaron.

"TaeHyung, idiota", pensó JungKook, suspirando mientras se ponía sus lentes de sol.

— ¡Todos ustedes sabrán lo que es el verdadero entrenamiento de ahora en adelante! — Los soldados permanecieron firmes, aunque aún jadeaban por el maratón que se echaron desde la base hasta allí — ¡Cero quejas! ¡No acepto descansos! ¡Entrenamiento a cualquier hora del día! Por ahora será solo entrenamiento físico... Luego será entrenamiento en campo de batalla y manejo de armas blancas, además del dominio de las armas de fuego... ¿¡ENTENDIDO!?

— ¡SÍ, CORONEL!

Todos parecían de acuerdo, pero, obviamente, por dentro se estaban muriendo de miedo.

— Muy bien — Comentó, desinteresado — Ya que parecen muy listos y preparados... Empezaremos con algo de fuerza, ¿les parece?

Se quedó quieto frente a todas las filas de soldados. TaeHyung parecía un pequeño pedacito de nube perdida entre tantos charcos de lluvia. En este caso, los charcos eran sus compañeros.

— ¡De rodillas ahora! — Gritó. Todos los soldados se arrodillaron con temor de lo que les depararía.

JungKook hizo una seña con su mano a otros guardias para que trajeran las grandes mochilas. Estos asintieron y se retiraron de inmediato en busca de lo que se suponía ejercitaría a los soldados. Estos miraban cómo, de repente, los guardias traían en unas carretas unas grandes mochilas. Cada guardia agarraba una para ponerlas frente a los soldados, justo en la arena.

— Se pondrán estas mochilas, no quiero quejas ni chillidos de perra.

Los soldados miraron las mochilas y las agarraron con mucha dificultad, ya que pesaban como el infierno. Después de un doloroso y difícil esfuerzo, pudieron ponérselas y, con mucha suerte, no se cayeron al suelo.

— Ahora quiero que se levanten.

¡Esto sí que era difícil! Sus piernas temblaban al ponerse de pie de forma torpe. TaeHyung lo logró gracias a que Jackson estaba delante de él, apoyándose en su brazo para mantener el equilibrio.

— ¿Ven este campo? Es amplio y cómodo, ¿no es así? — Todos asintieron — Me alegra que piensen lo mismo — Sonrió ladino — Quiero cincuenta vueltas a todo el campo, de esquina a esquina, sin caer al suelo, o, caso contrario, pasarán la noche en el sótano de castigo — Entrelazó sus manos y las colocó en su espalda.

Uno de los soldados alzó la mano.

— ¡Coronel Jeon! — Oh, no, era HaJoon quien llamó la atención del coronel y, no obstante, de todos sus compañeros — ¿Puedo hacerle una pregunta?

— Sí — Dijo, seco.

— ¿Qué tienen estas mochilas? — Hizo una mueca de desagrado.

— Mmm... ladrillos, tubos de hierro, piedras, fierros. Nada que ustedes no puedan manejar — Todos se miraron las caras. TaeHyung tragó duro, aferrando sus manos a los colgantes de su mochila azul oscuro — Ya habiendo respondido tu pregunta... ¿Qué esperan? ¡Quiero verlos correr ahora!

Todos empezaron a correr, o bueno, prácticamente solo caminaban.

— Aceleren el paso, tortugas... Así ni podrán esconderse de sus agresores.

— ¿De qué nos servirá cargar mochilas gigantes con piedras durante un enfrentamiento? — Kim por fin decidió dirigirse hacia el mayor. Su cuerpo se tambaleaba y creía que caería pronto... Ni siquiera podía avanzar más de diez metros.

— De mucho, soldado Kim, pero eso lo sabrán cuando estén en la batalla.

El menor se dedicó a ignorarlo. JungKook a veces podía ser demasiado entregado al trabajo, y eso, de verdad, le causaba miedo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro