Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Las cuevas

Minar era algo que hacían mucho, pero siempre procuraban ir juntos, o aunque sea salir antes del anochecer.

Pero a veces minar hacia que llegaran a cuevas increíblemente profundas, la oscuridad les decía que no entraran, si no tenían preparación alguna, pero ese día estaban dispuestos a enfrentarse a lo más peligroso de todo, bajaron juntos, no si antes dejar un par de antorchas para indicar que por ahí debían volver.

Caminaron con espada en mano, y ambos portado un escudo, esperando no encontrarse con un los monstruos, los cuales aparecían en plena oscuridad, Kakyoin iba delante, mientras que Jotaro atrás para ambos vigilar en lado que podían.

Se toparon con un esqueleto, por suerte llevaban sus escudos y lograron defenderse muy bien uno atacaba y el otro defendía. Hasta que lograron deshacerse con aquel monstruo, agarraron un par de huesos por si las dudas.

Encontraron un poco más de hierro y carbón, y para suerte de Kakyoin encontraron algo de oro, aunque no sabían en qué utilizarlo.

Y así pasó su tiempo, lograron hasta el toparse con un creeper el cual lastimó a Jotaro con ello prefirieron volver  para curar al pelinegro. Para cuando salieron, notaron que la noche había caído, y debía ir casi corriendo a casa debido a que la cantidad de monstruos era un poco exagerado, esquivando zombies, creepers y esqueletos que le disparaban, los cuales desean eliminar a ambos jóvenes.

Al llegar Kakyoin cerró lo más rápido que pudo la puerta, y ahora no podían dormir, había monstruos cerca. Escucharlos no era nada placentero, entonces saco de los cofres lo necesario para comer, mientras que Jotaro estaba sentado en su cama curandose, de milagro no recibieron un flechazo de un esqueleto, porque según el pelirrojo sacaré esa cosa era dolorosa.

Al terminar de cocinar le paso comida a Jotaro, para luego ayudarlo a curarse, enredando un par de telas para que este esperando que se recupere rápido, hasta que Kakyoin dijo — De milagro no nos topamos con un enderman — se río mientras ahora él agarraba lo que iba a comer.

— Porque creo que nos tratan de matar, aunque no le hicimos nada — eso también había pensado Kakyoin cuando llego, aunque realmente no quiso pensar mucho, aún así trato de no hacer mucho caso.

— No lo sé, tampoco sé como llegue, y que hago aquí, sino hubieras llegado, me hubiera ido a otro lugar — Jotaro le miro por un rato, mientras volvía a comer hasta terminarlo — pero — Escucho atentamente al pelirrojo — no te has preguntado ¿porque se parecen a nosotros? Pero al mismo tiempo no se parecen — era una gran pregunta, y también una incógnita, solo paso y ahora solo estaban los dos solos en un lugar extraño, donde ninguno recordaba como llegó a ese lugar, sentados esperando a que los monstruos se esparcieran para poder dormir hasta la mañana siguiente.

— Este lugar es solitario — le dijo, pensando — crees que haya más personas como nosotros — eso lo penso Kakyoin, más no tenía respuesta de ello — Mañana por la mañana, apenas salga el sol, estas dispuesto a irnos y buscar más personas. — a lo que el pelirrojo asintió, realmente deseaba un lugar donde hubiera más personas.

— Tendremos que llevar madera, y cocinar mucho, quizás caminemos bastante — le dijo sonriendo, a lo que Jotaro le devolvió la sonrisa — se levantó de la cama de Jotaro y fue a la suya, miro por la ventana y miro que ya no había monstruos cerca, con una sonrisa miro de nuevo a Jotaro — ya podemos dormir — se echó y casi al instante cayó dormido por el cansancio, por otra parte el pelinegro lo observó un rato, para luego seguirle, echándose en su propia cama, durmiendo rápidamente.

Amaneció, aquella mañana se escuchó como algunos zombies estaban siendo quemados, al igual que los esqueletos, Kakyoin se levantó y fue a cocinar carne, mientras empezaba a alistarse, acomodó todo lo que iba a llevar, y entre ello se colocaba su armadura.

Jotaro por su parte buscaba o agarraba lo que él llevaría, luego de un rato, ya estaban listos para empezar su nuevo viaje.

Las primeras horas, ambos estaban muy animados, notaban como todo cambiaba, miraron las ovejas, las vacas, habían caballos, más sabían que amansarlos era en  vano debido a que no tenían una montura para poder guiarlos.

Pero no perdían la esperanza, entre el camino Kakyoin decía una que otra cosa que había averiguado o se había enterado de lo que se podía hacer con algunas cosas, para Jotaro eso fue muy interesante, debido a que no sabía que eso se podía hacer o que con una flor podía teñir la Lana. Se podía decir que estaban muy bien juntos, disfrutaban mucho en lo que transcurría el día, comían debes en cuando. Agarraban una que otra cosa que podía utilizar. También escapaban de las abejas debido a que Jotaro molesto a un panal, y ahora de encontraban cansados de correr.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro