38. Lo que me gusta de ti
*** Buenas tardes a todo el mundo. Antes de que empecéis a leer, este capitulo se lo dedico a CeliaVB08. Espero que te guste. Un beso muy grande
Y me gustaría también que escucharáis la melodia mientras leéis el capitulo porque es bastante emotiva ***
El portazo que da Ferran en la puerta me hace pegar un respingo y apretar mis dientes nerviosa. Lo veo mirarnos muy cabreado y no es para menos. La que hemos liado Pau y yo hace 5 minutos no tiene nombre
- ¡Sentaos los dos! - Ferran nos señala el sofá para que nos sentemos mientras yo cruzo mis brazos protestando y apretando mis dientes
- No hace falta que grites Ferran. Además no sé a qué coño viene todo esto - le digo bufando
- Te callas y te sientas - sigue diciendo él señalandonos a los dos- estoy hasta los cojones de vuestros putos dramas. Yo y todos los de ahí fuera. Así que ahora haréis lo que yo diga...
- Pero... - dice Pau con la cara desencajada
Ferran le lanza una mirada asesina y nos sentamos ambos en el sofá a una distancia prudencial mirando al castaño, el cual ha cogido un sillón y lo ha arrastrado hasta estar en medio nuestra.
El volumen de los insultos entre Pau y yo subió por momentos hasta el punto de que ninguno de los dos controlaba lo que decía. Ferran se levantó muy cabreado y nos cogió a los dos obligándonos a entrar en esta habitación que hace las veces de salita. Estoy alterada y mucho. Aún no le he dicho a Pau todo lo que siento y estoy harta de callarme ya. Y tengo mucho que decirle todavía. Pero mucho.
- Se acabó - dice Ferran - de ahora en adelante se acabó. Vais a dejar atrás vuestros resentimientos por el otro, el odio, la rabia, la furia, el que no podáis estar en la misma habitación sin pelearos... Se acabó. Por respeto a lo que fuisteis y a nosotros que somos vuestros amigos, se acabó. Daos la vuelta y miraos
Miro a Ferran resoplando pero paso de hacerle caso. Le encanta practicar lo que aprende en sus clases de psicología. Y yo no soy su proyecto de fin de curso.
- Violeta, no me hagas repetirtelo o te juro que salgo por esa puerta y no te hablo en tu puta vida. También va por ti Pau
Miro a Ferran y sé que lo que me dice va en serio, así que me doy la vuelta resoplando y Pau hace lo mismo. En su cara no puedo ver el fastidio que tengo yo, al contrario, me mira con mucha tranquilidad y mucha calma. Es la primera vez en un mes que lo tengo tan cerca. Siento mariposas y luciérnagas en mi estómago. Tengo que tragar saliva porque tengo ganas de llorar, de gritar, de decirle que se vaya y me deje en paz, pero también quiero refugiarme en sus brazos y que me bese hasta que me duelan los labios.
Si Lena me escuchara diría que soy bipolar. No, soy una gilipollas enamorada de su ex.
- Quiero que os relajeis - nos dice Ferran con voz calmada - Quiero que mis dos mejores amigos se lleven bien y quiero que por lo menos intenten ser amigos. Joder, que si un día os veis por la calle quiero que os paréis y os saludeis con una sonrisa no echandoos cosas en cara
- Ya, eso es muy fácil, p...
- No te he dicho que puedas hablar Violeta
La dura voz de Ferran me hace morderme los labios y seguir mirando a Pau. Cojo aire de nuevo y me aguanto las ganas que tengo de salir de aquí. Puto Ferran.
- Os dire lo que vais a hacer - sigue diciendo él - primero uno y luego el otro quiero que os pidáis perdón por algo que os hayáis hecho. Y no valen réplicas ni justificaciones. Os pedís perdón y punto. Sin preguntas por parte del otro
Me giro para mirar a Ferran bastante alucinada de lo que me pide.
- ¿Esto que es un experimento de los tuyos Ferr? - le pregunto a mi amigo con mi sonrisa más irónica
- Violeta... ¡Callate la boca de una puta vez!
Me revuelo en el sofá resoplando y cabreada como un mona. Miro al techo hasta que la voz de Pau me hace bajar la cabeza y mirar esos ojos azules que tan loca me siguen volviendo.
- Empiezo yo entonces - dice Pau mientras yo vuelvo a desviar mi mirada
- Violeta - me dice Ferran - tienes que mirar a Pau mientras os habláis
Asiento muy fastidiada mirando a mi amigo y vuelvo mi mirada hacia Pau. Joder, estoy nerviosa por lo que él me diga y le diga yo. No sé qué pretende Ferran con todo esto pero es perder el tiempo, de eso estoy segura.
- Te pido perdón por haber dejado que esa chica me besara. Siento haberte echo sentir que te engañaba con ella
Miro a Pau y pego un respingo ante su sinceridad. Me muerdo los labios porque sé que de un momento a otro puede que acabe llorando. Y no ayuda nada mirar esos ojazos azules que aún producen miles de sensaciones en mi.
- Te pido perdón por no haber escuchado tus explicaciones - le digo yo armandome de valor mientras le hablo
- Perdoname por haberte engañado. Ahora si tengo claro que te hice daño
- Te pido perdón por no haberte dicho que me iba a Valencia
- Perdoname por no entender que lo hacías por mi bien el no decirmelo
- Perdoname por tomar decisiones sin contar contigo
- Te pido perdón por no escucharte cuando me dijiste que entre tú y Ferran no había pasado nada
- Espero que me perdones por haberte pegado y echado de mi casa
Pau esboza una sonrisa y yo dejo mis manos encima de mis rodillas mientras pongo mis piernas debajo de mis caderas. Siento ya las lágrimas caer por mis mejillas porque todo esto me hace recordar de nuevo todos esos momentos tan malos que viví. Pero por increíble que parezca, con cada frase ya sea que la diga él o bien yo, es como si me quitara un peso de encima.
- Te pido perdón por haberte llamado zorra y que me dabas asco cuando no era verdad
- Te pido perdón por haberte tratado como un niño por el mero echo de ser más joven que yo
- Perdóname por hacerle caso a los que creía que eran mis amigos y me decían que eras demasiado tía para mí
- Te pido perdón por no querer estar a tu lado cuando tú me lo pediste
- Espero que me perdones si te hice sentir mal las veces que estuvimos juntos después de dejarlo y te pido perdón también por haber cometido el peor error de mi vida que fue dejarte
No puedo evitar morderme los labios conteniendo mis lágrimas, sintiendo que esto es lo que necesitaba para poder avanzar, para liberarme del dolor de mi corazón. Pau ha puesto sus manos en sus piernas muy cerca de las mías. Mis dedos rozan los de Pau y alzó mis ojos para mirarlo. Esboza una ligera sonrisa y puedo ver tranquilidad y calma en su mirada.
- Perdoname por no ser la novia que necesitabas
- Te pido perdón por no haber sido el novio que merecías
- Te pido perdón por no haberte dicho antes que te quería
- Espero que me perdones por no haberte dicho nunca que te quiero
Miro a Pau y siento que mi corazón me va a estallar. No ha dicho que me quería. Ha dicho que me quiere. Las lágrimas llenan mis ojos de nuevo y bajan por mis mejillas sin control alguno. Pau alarga su mano y me las limpia con mucha suavidad. Sentir sus cálidos dedos sobre mí piel me hacen estremecer. Si es que me muero por abrazarlo.
- Espero que me perdones por todas las lágrimas que has derramado por mi culpa
- Te pido perdón por si te rompí el corazón
- Creo que ya es suficiente chicos - Ferran nos habla con la voz muy suave pero yo no soy capaz de apartar mi mirada de la de Pau- ahora quiero que hagáis otra cosa. Os vais a coger de las manos y sin dejar de miraros quiero que os digáis todas aquellas cosas que más os gusta del otro
Pau no se lo piensa y me agarra las manos con una sonrisa. Entrelaza sus dedos con los míos y yo intento sonreír a través de las lágrimas. Curiosamente me siento mucho más tranquila y aliviada.
Estoy en paz conmigo misma y también con él.
- Me gusta mucho la sonrisa que pones cuando te comes un algodón de azúcar - me dice Pau haciendo que sonría como una tonta
- Me gustan mucho tus ojos sobre todo cuando me miras como lo haces ahora
- Me gusta mucho como te sonrojas cuando alguien te dice que eres buena en algo
- Me gusta mucho la seguridad que tienes en ti mismo
Pau está sonriendo cada vez que me habla y yo hago lo mismo. Uno de sus dedos está acariciando muy lentamente mi mano y es algo que me hace sentir sumamente bien. He anhelado esto, a él y solo a él.
Seguimos diciendo lo que nos gusta el uno del otro durante unos minutos y cada vez estoy más tranquila. Ya no siento ese odio irracional que sentía por decirle las cosas, al contrario, siento mucha paz. Y si, a veces me hace reír con las cosas que me dice.
- No te enfades ¿vale Violeta? - me dice Pau riéndose- pero me gustan mucho tus tetas...
Me muerdo los labios nerviosa y siento como mis mejillas están sonrojadas. Este es el Pau que a mi me gusta. El que no le daba miedo de decirme lo que quería de mi.
- Y a mi me encanta tu culo - Pau me mira riéndose y la cara le ha cambiado desde esta mañana. También está más tranquilo y sus ojos brillan cuando me mira
- Me encanta escuchar mi nombre en tus labios cuando te corres...
Joder, joder y joder con Pau. Lo único que puedo hacer es reírme mientras me habla y no tirarme encima suya y comérmelo a besos
- Bueno, chicos - dice Ferran llamando nuestra atención - mejor lo dejamos aquí que os estáis emocionando. Vale. Pau, quiero que mires a Violeta y le digas si de verdad la perdonas por todas las cosas por las cuales te ha pedido perdón. Y piénsalo bien, porque esto es definitivo. Y os perdonais para siempre y no volvéis a retomar el monotema, o se acabó y no os habláis más en la vida
Pau coge una de mis manos y se la lleva a los labios para darle un beso mientras me sonríe. Yo yo a estas alturas estoy ya que me muero. Pensé que Saul haría que olvidará a Pau. Pero, ¿como se puede olvidar a la persona que ocupa todo mi corazón y al que nunca dejé de querer?
- Claro que la perdono, ¿como no la voy a perdonar?
Mi corazón está ahora mísmo a punto de estallar. Tengo ganas de gritar porque por primera vez en mucho tiempo me siento bien, me siento feliz.
- Violeta - me dice mi amigo - es tu turno, ¿perdonas a Pau?
- Por supuesto que te perdono Pau
Le sonrío con una sonrisa tranquilizadora y él deja escapar un suspiro que me llega al alma.
- Ahora quiero que os deis un abrazo. Pero uno de verdad. Que estéis un ratito abrazados
Miro a Pau cogiendo aire. Él se acerca más a mi y pone sus brazos alrededor de mi cintura. Yo pongo los míos en su cuello reposando mi cabeza en sus hombros. Su respiración cosquillea en mi cuello haciendo que la piel se me erice. Puedo escuchar como su corazón late deprisa acompasado con los latidos del mío. Sus manos de nuevo en mi cuerpo me hacen sentir demasiado bien. No he mentido cuando he dicho que lo perdonaba. Todo esto que hemos hecho me ha venido muy bien. No pienso volver a darle vueltas a la cabeza con lo mismo. Es hora de seguir hacia adelante y recuperar aunque sea una amistad con Pau.
Me separo de él unos minutos después. Nos miramos los dos ahora de otra manera. Con calma, con tranquilidad, sin resentimiento ni odio.
- ¿Estás bien? -me pregunta Pau. Acabo de darme cuenta de que estamos los dos solos porque el cabron de Ferran se ha largado
- Si, ¿y tú?
- Ahora si estoy bien
Miércoles
Por la mañana
Pau y yo no hablamos más después de lo que pasó. Salimos de la habitación más tranquilos y como ya se habían acostado todos nos dimos las buenas noches y me dejo en la puerta de mi habitación no sin antes darme un beso en la mejilla. No quiero crearme expectativas con él ni pensar en nada. Quiero recuperarlo como amigo y está vez que mi corazon espere, porque seguro que habrá un momento que dejaré de quererlo.
Acabo de levantarme y salgo de mi habitación en dirección a la cocina. Necesito café en vena pero ya. Entro por la puerta y sonrío como una tonta al ver a Pau de pie bebiendose un vaso de leche. Hay costumbres que nunca se pierden. En cuanto me ve una sonrisa ilumina su cara y yo le correspondo igual.
- Buenos días Pau. ¿Cómo has dormido?
- Bueno... regular. Estoy acostumbrado a mi cama y esta me parece muy blanda
- Te paso lo mismo con mi cama las primeras veces, siempre te estabas quejando
- Vale si. Pero es que mi cama es mi cama, pero al final me acostumbre a la tuya. Me acostumbre mucho
Nos quedamos los dos mirándonos en silencio porque creo que estamos pensando lo mismo, en los dos en mi cama. Imágenes muy, muy calientes pasan por mi cabeza haciendo que un escalofrío me recorra el cuerpo.
- Podemos hacer bromas, ¿verdad? -me dice Pau mirándome interrogativo
- Podemos y debemos. Anda hazme un café que muero
- No. Vístete que nos vamos a desayunar a algún chiringuito de la playa, si te apetece claro
- Uy, si, claro que me apetece. Voy a vestirme, ya vengo
Salgo de la cocina y voy con rapidez a mi cuarto sonriendo como una tonta. He decido que todo lo que me proponga Pau le voy a decir que si.
Y cuando digo a todo, es a todo.
Más tarde...
- ¡Una semana! Buah, no te creo Violeta. Nadie dura tan poco en el gimnasio
- El ejercicio y yo no nos llevamos bien ya lo sabes
- Lo sé. Una sola vez te viniste a correr conmigo y no paraste de quejarte
Le doy un puñetazo a Pau en el hombro mientras cojo otro pelotazo de la bolsa que tiene él en sus manos. Hemos estado desayunando en un bar a pie de playa. Yo un café con leche y media tostada de tomate con roquefort, y él un zumo de naranja con un bollo de aceite. Hemos estado en esa cafetería más de una hora hablando de todo. Yo contándole cosas de mi nueva vida en Valencia y él de sus clases y sus prácticas. Es como si el tiempo hubiera vuelto hacia atrás y estuvieramos de nuevo en esa época en la cual éramos felices y nos lo contábamos todo.
Lena me ha mandado un mensaje preocupada por si lo había matado mientras dormía y estaba enterrándolo yo sola por ahí. No he podido más que reirme. Cuando quiere es una drama queen. Ahora vamos de regreso a la casa. Estamos dando un paseo por la playa comiendo una bolsa de Pelotazos que yo me he empeñado en comprar porque tenía un antojo que te mueres.
- Cuando quieres te dan unos voluntos más raros -me dice él señalando el paquete
- Lo que tú digas, pero bien que estás comiendo a dos carrillos Paulino
- Uy, Paulino -Pau se gira y me mira sonriéndome muy dulce- hacía mucho tiempo que no escuchaba mi nombre en tus labios
No puedo evitar sonrojarme y sentirme como una tonta adolescente no como una adulta que mañana cumple 26 años. Meto de nuevo mi mano en la bolsa y me llevo a la boca un par de pelotazos con tal de que no note lo nerviosa que estoy.
- ¿Es bonita Valencia?
- Bueno, no está mal. Vayas por donde vayas huele a mar y a sal y eso para mi que no estoy acostumbrada es toda una novedad. Es una ciudad diferente. Me costó un poco adaptarme, casi ni salía los primeros meses, pero bueno, cada vez me gusta más
Pau se queda callado y lo escucho coger aire con fuerza. Aprieta los labios con fuerza y lo escucho tragar saliva.
- Pau. Sé lo que piensas. Olvídalo. Ayer ya lo dejamos todo claro, ¿ok? -él me mira algo apenado y yo hago algo que sé que va a hacerle sentir mejor y a mi también. Me agarro de su brazo y le sonrío para que se tranquilice
Pau me mira y asiente no muy convencido, pero como yo sigo hablando como una cotorra, pues lo distraigo de lo que quiera que piense hasta que acaba contándome que se ha sacado el carnet de conducir, algo de lo que me alegro mucho.
Llegamos a la casa y antes de entrar me suelto de su brazo. Nos quedamos en la puerta mirándonos.
- Muchas gracias por el desayuno -le digo dándole un beso en la mejilla- has hecho que el día empiece a merecer la pena
Entro en la casa con una sonrisa tremendamente tonta. De idiota enamorada de su ex con el que acaba de dirigirse la palabra después de 3 meses.
El resto del día pasa bastante rápido. Bajamos todos a la cala que tenemos a nuestros pies y aunque nosotras nos quedamos tomando el sol en la arena, los chicos se atreven a darse un baño en las aguas aún no tan cálidas del mediterráneo.
La comida la vuelvo a hacer yo. Esta vez, patatas a lo pobre. Estoy cortando el pimiento y la cebolla cuando Pau entra en la cocina.
- ¿Te ayudo? -me dice él mientras se acerca a mi. Dos días, dos putos dias llevamos aquí y ya me está volviendo loca
- Claro. Ve pelando las patatas
Le señalo las patatas y le doy un cuchillo para que las pele. Pau se pone a mi lado y antes de ponerse a pelar, pone música en su móvil que llena el silencio que crea nuestra concentración haciendo la comida. No sé como no puede escuchar mi corazón de lo fuerte y deprisa que me late. Pau termina de cortar las patatas y después de lavarlas me las pasa para que las corte en rodajas finas mientras él las va echando en la sarten con el aceite.
Estamos mucho más cerca. De hecho, sus brazos rozan los míos haciendo que mi piel se ponga de gallina. De pronto, la canción de COPENHAGE de Vetusta Morla empieza a sonar y yo me quedo parada aguantando un jadeo. Cierro mis ojos un momento recordando todas y cada una de las veces que escuche esta canción con él.
- Aún sigue siendo mi canción preferida -le digo girándome para mirarlo. No puedo evitarlo, y mira que quiero, pero estoy enamorada de él, bueno, nunca dejé de estar enamorada de él, y seré idiota, imbécil, que no me hago de valer, pero lo quiero. Hace tiempo le entregué un pedazo de mi alma y creo que aún sigue en él. Pau me mira con una media sonrisa ladeada totalmente adorable.
- Bueno, aún sigue siendo nuestra canción
*** No sé si me creereis, pero este capítulo lo he escrito un par de veces porque no me gustaba para nada como iba quedando. Decidí hacer la "reconciliación" de alguna forma que fuera original y emotiva para ellos y pa puedo decir que el resultado me ha dejado muy satisfecha.
A lo mejor muchos de vosotros pensáis que Violeta lo ha perdonado demasiado rápido pero, hay que estar en la situación que está ella para entenderla, porque seguro que muchos de nosotros lo hemos estado.
Pau y Violeta se quieren, creo que eso está claro.
Hubo un momento que pensé que ella terminara con Saul... Pero fue solo un momento... ***
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