3. La Primera Clase
💞⚽ Al día siguiente 💞⚽
Vale si, estoy nerviosa. Me he despertado a las 8 de la mañana y llevo más de una hora sentada en el sillón relax que hay al lado de la cristalera que da a la terraza. Si es que ni he desayunado del agobio que tengo. Anoche me debatía entre sí darle o no las clases a Pau, o a Fran, como le llama su madre. Es que joder, el puto beso que me dio el niño aún no lo he olvidado. Tengo claro que en los institutos enseñan algo más. Seguro que dan clases secretas de besos, porque el beso que nos dimos, me dieron ganas de quitarme las bragas y dárselas. Joder. Debería de dejar de pensar en él y concentrarme en que durante el próximo mes y medio voy estar dándole clase y viéndolo todas las mañanas. Soy una profesional, una gran profesora y sé que voy a saber sobrellevar esta situación y comportarme como lo que soy, una persona adulta. Una persona que no tiembla ante la presencia de un chico de 17 años que me hace tener pensamientos muy, muy lascivos.
El timbre de la puerta suena haciéndome pegar un respingo. Me llevo la mano al pecho y voy a abrir. Salgo del comedor y voy hacia la entrada. Abro la puerta y Pau aparece con cara de recién levantado. Lleva unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes oscura que hacen que los músculos de sus brazos se le marquen más todavía. Y mi puto autocontrol está en peligro, lo sé porque al mirarlo sólo puedo pensar en esos pensamientos de antes.
- ¿Puedo pasar? -me dice haciendo que alce mis ojos para mirarlo.
Trago saliva y asiento. Pau entra en casa con una mochila a la espalda y yo sólo puedo cerrar la puerta deseando que den ya las 12 y media para que termine lo que aún no ha empezado.
- Vamos a dar las clases en el comedor. Aquí estaremos más frescos -le voy diciendo mientras él mira a su alrededor hasta que sus ojos se posan en mi haciendo que me sonroje al sentir su intensa mirada- siéntate donde quieras
- De acuerdo
Pau se sienta en la silla y abre su mochila sacando sus libros. Me siento yo también intentando calmar los latidos de mi desbocado corazón. No sé que coño me pasa al estar cerca de este chico.
- Antes de nada -le digo poniéndome seria. Pau me mira algo sorprendido- ¿cómo quieres que te llame? Es que ayer tu madre te llamó Fran
- Oh, bueno. Es que mi nombre completo es Paulino Francisco... -me dice algo azorado- en mi casa me llaman Fran, pero mis amigos me llaman Pau
- ¿Entonces?
- Prefiero que me llames Pau, si no te importa Violeta
- Vale, pues Pau entonces. Bueno, pues te cuento un poco lo que tengo pensado y si hay algo en lo que no estés de acuerdo o no te parezca bien lo dices...
- No te preocupes. Estaré de acuerdo en todo...
- Si aún no te he dicho nada...
- Da igual. Te agradezco que me des clases. Eres muy buena profesora y necesito alguien muy bueno para no sólo aprobar selectividad, sino para sacar la nota más alta posible. Y estoy seguro de que tú me vas a ayudar
Miro a Pau y trago saliva. Tiene una seguridad en mi y sobre todo en si mismo que me flipa. Tan joven y ya sabiendo lo que quiere. Durante media hora le explico mis planes de estudio con él y hasta le hago un pequeño esquema para que vea todo lo que tengo pensado. Me permito mirarlo de vez en cuando de reojo y me doy cuenta de que si, de que es muy guapo pero que también tiene una cara muy dulce, sobre todo cuando está tan concentrado como lo está ahora. Empezamos las clases con matemáticas, como no. Durante una hora y media nos metemos en el apasionante mundo de las matrices y las ecuaciones. Pau no es nada torpe, se le dan bastante bien y los ejercicios que les pongo los resuelve sin problema. Cuando terminamos con las matemáticas, decido hacer un descanso.
- ¿Has desayunado? -le pregunto levantándome de mi silla
- Un zumo de naranja. Es que hasta que no pasa un rato no soy capaz de comer nada
- Te entiendo, a mi me pasa igual. Anda ven, Tasi dejó la despensa y la nevera llena de comida para dos meses por lo menos -le hago indicaciones a Pau para que me siga y sentir su mirada detrás de mi, si, me pone nerviosa- ¿qué te apetece?
Me giro mirando a Pau y veo que esboza una ligera sonrisa traviesa haciendo que me sonroje de inmediato.
- ¿Tienes pan?
- Tengo pan. ¿Quieres tostadas?
- Si, por favor. De aceite
- ¿Y de beber?
- Un vaso de leche
- ¿Solo?
- Si, sólo. En verano me encanta tomarme un vaso de leche fría -voy hacia el mueble para prepararlo todo y le hago sentarse en la mesa de la cocina
-Uy, pues yo no puedo. No me gusta la leche sola, me sabe a vaca -Pau me mira divertido mientras yo le doy el vaso de leche
- ¿Sabes que la leche sale de las vacas, verdad Violeta?
- Si, se que la leche sale de las vacas. Pero no me gusta sola. Lo mismo que no me gusta el cola-cao, soy team nesquik
Le preparo las tostadas a Pau y me siento a su lado comiéndome una yo también. Me cuenta que quiere estudiar educación física y que las pruebas físicas las tiene dominadas. Que casi todos los días sale a correr o bien por la mañana o por la noche. Tiene valor porque yo no soy capaz ni de llegar a la esquina corriendo.
Terminamos de desayunar y si he de ser sincera, me encuentro ahora más relajada, porque hablar con él es muy agradable y en absoluto parece un niño de 17 años. La siguiente hora y media es de lengua, algo que si le cuesta un poco más. Pero presta tanta atención y está tan dispuesto a aprender, que las últimas oraciones que le pongo las analiza sin problema. Doy por terminada la clase a las 12.30. Él recoge sus cosas y lo acompaño a la puerta despidiéndome hasta mañana. Antes de irse, se da la vuelta y me mira fijamente a los ojos.
- Estás todavía más guapa que la última vez que te ví
Y así sin más sale de mi casa dejándome sorprendida por sus palabras. Cierro la puerta de casa analizando lo que me ha dicho, y si, sonriendo, porque el muy puñetero piensa que soy guapa.
El resto del día me lo paso organizando un poco las clases de mañana y hablando por teléfono con Lena. Esta noche viene de Almería, donde ha pasado unos días de vacaciones con sus abuelos. Hemos quedado que mañana cuando yo termine las clases nos iríamos a la piscina municipal. Nos vamos a llevar la comida y vamos a echar el día allí. Así que he pensado hacer las galletas esas de almendra que tanto le gustan para merendar luego en la piscina.
Mientras cocino no dejo de pensar en Pau. Mi mente se suele ir de vez en cuando al beso que compartimos en la sala de música. Si tuviera por lo menos un par de años más, no me calentaría tanto la cabeza como lo hago ahora. Pero es que tiene 17 años y yo 25. Y eso que parece más maduro que para la edad que tiene. Pero... no deja de ser un niño de 17 años.
Al día siguiente...
Cuando abrí la puerta esta mañana para darle las clases a Pau, esperaba que me dijera algo, pero, no ha abierto la boca en todas las clases. Se muestra receptivo y colaborador y está muy atento a lo que le explico. Con la historia tiene algunos problemas más, dice que se lía mucho con las fechas y los acontecimientos.
- Eso es porque no te gusta la historia Pau -le digo medio regañándole
- Tantos reyes y fechas, la verdad es que me aburren...y luego lo de las alianzas...¿de qué me sirve eso ahora?
- La historia es importante. Conocer el pasado te permite comprender el presente y poder utilizar lo aprendido en el futuro. Además, ¿es que no te interesa saber todo lo que ha sucedido hasta llegar a donde estás hoy?
- Si tú lo dices... -Pau me mira resignado y yo resoplo
- Te voy a poner deberes
- ¡Venga ya Violeta! -me dice protestando
- Si, te los voy a poner. Quiero que para mañana me busques la relación que hay entre Alfonso X el sabio y las matemáticas...
- ¿Para mañana? Es que he quedado con mis amigos...joder Violeta...
Me levanto y me apoyo en la mesa mirando como recoge sus cosas medio protestando. Me cruzo de brazos casi sentandome en la mesa. Estoy pensando, ¿si aguanta mi culo, aguantará otras cosas?
- Pues te vienes antes a casa. Pero lo quiero para mañana
- Y si no lo hago, que, ¿me vas a castigar?
Miro a Pau el cual se ha puesto delante de mi y me mira riéndose. Joder, es que no se puede estar más bueno. Y yo soy una asaltacunas por tener los pensamientos que tengo con él.
- No, no te voy a castigar, pero si quieres se lo digo a tu madre -a Pau le cambia la cara en cuanto se lo digo y yo le sonrío irónica. Se acerca un poco más a mi y yo no puedo apartar la mirada de sus ojos azules. Siento su aliento en mi cara y me es muy dificil no apartar mis ojos de él
- Prefiero que me castigues tú...
- Pau... -le digo regañándole
- En algún momento tendremos que hablar del beso que nos dimos Violeta -genial, mucho estaba tardando en sacar el tema del beso
- No hay nada de que hablar. Nos besamos y punto. Estuvo muy mal por mi parte, tú eras mi alumno y encima eres menor de edad...me aproveché de ti
- Que yo sepa, el que te comió la boca fui yo, no tú, aunque bueno, bien que respondistes al beso, que aún recuerdo tu lengua en mi boca -Pau está cada vez más cerca y me habla al oído haciendo que yo cierre mis ojos estremecida. No sé como soy capaz de aguantar y no tirarlo encima de la mesa, de verdad que no lo sé
- Eres un descarado Paulino -Pau me mira alzando una de sus cejas- no va volver a pasar más, que te quede claro. Sigo siendo tu profesora y tú mi alumno, no lo olvides
Pau alarga una de sus manos sin dejar de mirarme rozando mi brazo de camino. Siento una descarga eléctrica por todo mi cuerpo y un cosquilleo que me hace tragar saliva. Me mira a los ojos y yo es que me muero ahora mismo. Lo que me está haciendo sentir este chico no me había hecho sentir nadie en la vida. Ni siquiera el gilipollas aquel al que le di 2 años de mi vida.
- Pues es una pena, la verdad. Porque me muero por besarte otra vez
Joder, joder y joder. Pau tiene todo su cuerpo encima mía y a mi me cuesta respirar. Se me está clavando la mesa en la espalda de lo mucho que me estoy echando hacia atrás. Lo veo relamerse los labios. Alarga su mano y coge una libreta de encima de la mesa. Nos miramos unos segundos que a mi se me hacen eternos, porque no sé si quiere besarme otra vez. Y joder, estoy deseando que lo haga, porque si, me voy a dejar besar por él, porque ahora mismo no soy capaz de pensar con cordura. Este puto niño me quita la capacidad de razonar. Pau se separa de mi y mete la libreta en su mochila.
- Hasta mañana Violeta
Se da la vuelta y se va. Cuando escucho la puerta cerrarse es entonces cuando me permito respirar y pensar con coherencia. Estoy aqui hecha un flan deseando que me bese un chico de 17 años. ¿Qué coño me pasa? ¿Es que estoy tan desesperada que me muero porque me bese un menor?
Bueno, no, tampoco es eso. Es que este niño está muy bueno, demasiado para mi salud mental, eso es lo que pasa. Y porque el recuerdo de su beso me tiene encendida. Tengo que calmarme. Porque desear follármelo encima de la mesa del comedor, no está bien, no, no lo está. Es un delito. Podría ir a la cárcel y todo. Y a mi padre le daría un ataque. Y Tasi, bueno....
Me voy a la cocina sin saber muy bien que buscar, bueno si
¿pasa algo si empino el codo antes de ir a la piscina?
*** En serio, la adoro, adoro a Violeta. Como veis Pau es muy directo y os advierto que va a ser así el resto de la historia.
No se va a andar con tonterías con respecto a Violeta.
Espero que adoreis a los dos...
Muchos besos y abrazos ***
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