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Un gran paso, comenzando aquí en esta prometedora
Brillante tierra de sol

Septiembre 1944 — Agosto 1945

Era temprano, al menos para la clientela habitual, para quienes la palabra "tarde" era sinónimo del amanecer.

Esa había sido la condición de Dalmi: Que Jangmi cantara a una hora en la que ningún borracho le hiciera daño, y el señor Ahn no había puesto problema por eso.

Dalson estaba sentado observándola desde una de las mesas más cercanas a la pequeña tarima, embobado por la hermosa voz de su sobrina.

Llevaban años diciéndole aquella verdad que ella se negaba a creer, y, al parecer, que la aceptaran en ese dichoso club de la escuela había terminado por convencerla. Ahora cantaba frente a un modesto público de unas diez personas, en su mayoría borrachas, pero de cantarle solo a su familia a eso había un gran paso.

—Si hace diez años me hubieran dicho que esa niña cantaría así, me habría reído —dijo el señor Ahn al sentarse junto a él.

—No sea tan cruel.

—Quiero decir que su voz es sorprendente.

—Dígame algo que no sepa —respondió con burla.