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tres

La sonrisa en el rostro de Hyunjin no había desaparecido desde el día anterior y Yeji no podía estar más irritada por ello. No por la felicidad que su hermano cargaba, ella solo no entendía qué le estaba pasando y la intrigaba de sobremanera, creandole un mal humor por no saber.

Hyunjin le había dicho que le contaría luego, cuando Soobin también estuviera.

La relación de los hermanos Hwang era una muy rara. Ellos de verdad peleaban veinticuatro-siete pero casi nunca era por algo serio, ambos realmente amaban molestar a su gemelo. Lo irónico era que no podían estar el uno sin el otro. A donde Hyunjin iba, Yeji iba, los amigos que Yeji tenía, Hyunjin los tenía también y viceversa, los Hwang iban en paquete, eran los dos o no era ni uno.

Por ejemplo, se lo habían aplicado a Soobin; desde que Hyunjin conoció a Soobin en quinto grado, se le había pegado como goma de mascar en el zapato y siendo el primer amigo de Hyunjin, Yeji no podía soportarlo. Lo miraba mal, le jugaba bromas, le provocaba caídas incluso le escondía la mochila diariamente y aunque Soobin sabía que la hermana gemela del niño que se estaba convirtiendo en su mejor amigo era la causante de todo, no le importó porque Hyunjin realmente le caía bien y él si podía soportarlo. Casi un año le costó a Yeji aceptar a Soobin como parte de la vida de su hermano gemelo y no le quedó otra opción que adaptarse a ello. Los tres se volvieron inseparables, si Soobin no fuera tan distinto a ellos físicamente, fácilmente todos creerían que eran trillizos.

Llegaron al colegio, yendo directamente a su salón de clases, encontrándose con Soobin parado frente al asiento de Arin, ambos platicando alegremente sobre quién sabe qué.

Los Hwang se dieron una mirada cómplice y fueron directamente a su lugar. Un par de minutos después su pelinegro amigo llegó a acompañarlos, sentándose en medio de ambos, como siempre.

—Buenos días —Soobin saludó, comenzado a sacar sus pertenencias de la mochila y colocando todo estéticamente frente a él en su parte de la mesa.

—Hola —dijeron los gemelos imitando la acción de Soobin pero no importandoles el orden como a él si.

Yeji checó la hora y como aún faltaban diez minutos para que la clase empezará, recargó el brazo sobre la mesa y la cabeza sobre la palma de su mano, mirando en dirección a su gemelo. —¿Puedes hablar ya, pedazo de estiércol?

—¡Si! —exclamó contento, sin importarle el insulto de su hermana por primera vez en mucho tiempo.

Hyunjin sacó su celular y luego de toquetear la pantalla, se lo extendió a Soobin, quien lo levantó de una forma en la que Yeji también pudiera ver.

—Nos encontramos ahí y nosotros decidimos empezar el proyecto en mi casa, ella fue super insistente y pues yo accedi —explicaba Hyunjin mientras ellos leían. —Al principio no noté lo linda que Lia es, pero cuando llegó a mi casa con su suéter gigante rosita y falda blanca y cabello suelto, sentí algo —el chico colocó ambas manos sobre su pecho, encima de su corazón y suspiró soñador, dejando perplejos a su hermana y a Soobin. —Ella es tan inteligente, tan responsable y linda que creo que me enamoré.

Yeji y Soobin compartieron una mirada y luego se giraron a Hyunjin, que tenía la mirada perdida, como si estuvieran en una ensoñación. Soobin tenía su razón y solo Yeji estaba tan sorprendida por el hecho de que su hermano creía estar enamorado de alguien que no era él mismo.

—Hyunjin creo que hay algo que deberías saber —Soobin habló, rascándose el cuello y mirando nerviosamente a su amigo, intentando encontrar las palabras correctas para decirlo. —No creo que seas exactamente su tipo.

Hyunjin lo miró seriamente unos segundos antes de comenzar a reír histéricamente. —¿De qué hablas? Soy el tipo de todas —dijo y miró a su hermana señalando a Soobin, con una sonrisa divertida.

Soobin también miró a Yeji y suspiró volviendo a mirarlo. —Lia es lesbiana, Hyunjin.

—¿Cómo? —los hermanos Hwang lo miraron atentamente. —¿En serio?

El pelinegro contestó sacudiendo su cabeza de arriba a abajo.

No era un secreto que Lia fuera lesbiana, pero tampoco era algo que la chica fuera gritando a los cuatro vientos. Un mes atrás, Soobin y Lia habían sido compañeros de trabajo en la clase de historia. Soobin era una persona que congeniaba inmediatamente con todos y Lia no había sido la excepción, lograron conectar inmediatamente y aunque no eran muy unidos, tenían en cuenta la amistad del otro si la necesitaban.

—Oh por dios —Hyunjin se tapó la boca con ambas manos y miró a su mejor amigo. —Estoy enamorado de una lesbiana.

—No seas estupido —Yeji agarró uno de sus lápices y se lo lanzó. —No estás enamorado.

—Es que no lo entiendes —le contestó levantando su mano para fingir que iba a soltarle un golpe, luego volvió a suspirar. —Fue como amor a primera vista.

Yeji chasqueó la lengua. —Dices eso todas las mañanas cuando ves tu reflejo en el espejo al lavarte los dientes.

—Es que mirenme —se justificó sonriendo de lado, haciendo que el par rodara los ojos al escucharlo. —Es imposible que no se enamore de mi.

—No lo es —refutó Yeji. —Le gustan las chicas y según tu certificado de nacimiento eres varón. Hombre. Masculino. Y nunca has demostrado lo contrario.

—Tú cállate —Hyunjin la señaló con el dedo índice antes de empuñar la mano y pasarla frente a su propio cuello con el pulgar extendido, señalando su muerte ficticia, Yeji le paró el dedo de en medio en respuesta. —Tal vez ella sea unisex.

Soobin frunció el ceño. —¿Unisex?

—Si, ya sabes. Que le gustan hombres y mujeres —explicó Hyunjin como si fuera obvio, dejando a los dos aún más confundidos. —Jesus, muy open y todo pero no reconocen a los unisex.

Yeji lo miró incrédula. —¿No puedes ser más deserebrado, uh? —dijo y luego se giró a Soobin. —Explicale tu, porque si lo hago yo voy a ir a la cárcel por homicidio.

Hyunjin entre abrió la boca al escucharla. Ahora él no entendía nada.

—Acercate, ven —Soobin le susurraba a su amigo haciendo un ademán con los dedos y cuando estuvieron lo suficientemente cerca, le soltó un golpe en la nunca. —Es bisexual, tarado.

—¡Au! —se había quejado Hyunjin, pero no le dio tiempo de pelear porque la profesora Manoban, de idiomas, había entrado en ese momento.

Hyunjin los miró, murmurando maldiciones mientras sobaba su nuca. Y pese a lo que se había enterado, no pudo evitar girar sobre su hombro para ver a Lia sentada hasta arriba en la última fila de asientos. Sonrió viendo lo bonita que se miraba poniendo atención a lo que sea que la profesora comenzaba a decir.

[...]

La hora del almuerzo había llegado más rápido de lo que Yeji había imaginado y eso que sus primeras clases habían sido idiomas, cálculo y dos horas de química, y como las asignaturas que más odiaba no podía evitar odiar también los días martes por esa misma razón.

—Puedo sentir el amor en el aire —Heejin, una amiga y compañera de clases llegó canturreando a la mesa donde Yeji comía pacíficamente mientras esperaba por su hermano gemelo y Soobin.

Yeji la miró sonriendo mientras Heejin delineaba un corazón con sus dedos en dirección a Arin y Soobin, quienes estaban formados en la línea para comprar el almuerzo.

—No puedo creer que por fin está pasando —dijo Heejin sentándose en la mesa y subiendo los pies al banco, justo al lado de la castaña. —No tienes idea de las veces que la he escuchado decir: "Oh, Soobin es tan lindo", "Soobin me gusta", "Estoy enamorada de Soobin".

Yeji se rio escuchando el tono exhausto de la rubia. —Geez, me cuesta creerlo pero a la vez no.

La castaña volteó a ver de nuevo a ambos chicos. No conocía mucho a Arin, pero conocía su perfecta reputación. En cambio de Soobin conocía todo y esa era la parte que creía. Ellos eran tan compatibles, tan extrañamente similares que era lo que le causaba un poco de conflicto. Podía verlos como pareja, pero por alguna razón la imagen de Soobin dentro del contexto le parecía tan lejana y borrosa. Su pensamiento acerca de eso era un revuelo.

El par de amigas compartió una mirada cuando Soobin y Arin se acercaron hasta la mesa.

—Entonces... ¿hoy de nuevo en mi casa? —le preguntó Arin al pelinegro, mirándolo dejar la bandeja de comida sobre la superficie, luego se giró a verla mientras asentía. —Genial. Nos vemos.

—Adiós —Heejin murmuró mirando a ambos divertida cuando su amiga le lanzó una mirada furtiva para irse de ahí. Arin estaba nerviosa y Heejin disfrutaba de eso.

Ignorando eso, Soobin se sentó. —¿Dónde está Hyunjin? —miró confundido a la única Hwang en la mesa pues de nuevo su mejor amigo no estaba comiendo con ellos. Como el día anterior que llegó tan solo diez minutos antes de que el timbre sonara y apenas alcanzó a comer por haber ido a la biblioteca en medio del descanso.

—Dijo que tenía algo que hablar con Lia acerca del proyecto —se encogió de hombros, luego echó otro bocado de comida bruscamente a su boca antes de volver a hablar. —Puedes creerlo a él... ¿enamorado?

Soobin frunció los labios para evitar sonreír burlón.

De nuevo esa faceta de Yeji negándose a creer que su hermano gemelo era capaz de crear vínculos con más personas sin su ayuda. Era cierto que la mayoría de sus amigos en la actualidad -a excepción de Soobin- eran principalmente amigos de Yeji, pero eso era porque Hyunjin no era exactamente amigable con todos, popular era por su belleza, pero amistoso no. Yeji estaba tan desacostumbrada a Hyunjin no rondando a su alrededor que la abrumaba un poco.

—No sabemos lo que piensa, pero apuesto que no está enamorado. Solo tiene un pequeño crush con Lia que va a desaparecer cuando entienda que ella es lesbiana y no podrá corresponderle —dijo Soobin para calmarla, mientras la miraba picotear la comida con los palillos.

Yeji lo miró de reojo. —¿Estas seguro que es lesbiana? Porque, queriendo cortarme la lengua después de decirlo... Hyunjin es Hyunjin y ese visual es indiscutible.

Soobin ladeó la cabeza al escucharla, no sabiendo qué responder.

Lia se había abierto con él al confesarle algo de su vida privada, algo que si fuera él, no lo compartiría tan a la ligera si no estuviera seguro. No tenía porqué desconfiar de ello, no era quién para debatir eso ni para suponer la sexualidad de su amiga. Fuera lo que fuera, no tenía nada que decir de ello.

Soobin tampoco entendía lo consternada que Yeji estaba respecto a eso. Hyunjin podía enamorarse y podía equivocarse, podían romperle el corazón y ese iba a ser su problema, no el de su hermana gemela.

—Hyunjin va a estar bien, Yeji —optó por decir Soobin, un poco confundido por todo el asunto pero hablandole suavemente. —Hay que dejarlo ser.

Yeji gruñó para sus adentros, pensando en la extraña chica que había aparecido de la nada, enamorando a su hermano gemelo.

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