¿Cómo detener la persecución de una Bludger? Esa parecía ser la cuestión con el señor Wood, cuando la Bludger que perseguía a la señorita Grindelwald había estado dando vueltas con ella por horas.

Y aunque Ariana pensaba que se trataba de una prueba de resistencia sobre cuánto podría aguantar con la Bludger tras de ella, el cansancio y el estrés le hacían dudar de su reglamento podría parar a la Bludger o no habría más opción que dejar que arremetiera contra ella y acabar con esa odisea.

A su parecer y con la experiencia del Bludger, Ariana había decidido que lo suyo no era el Quidditch, aún así a su suerte surcaba los aires, mientras Faigel la perseguía a una distancia moderada.

Pero el fin estaba cerca y pronto el tren entraría en el último túnel antes de llegar a la estación, el ferrocarril cruzaba un extenso lago que pasaba por debajo y la mirada de Ariana de pronto se vio sumida en una visión, una visión que esperaba que funcionará, así que se animó aún así a hacerlo.

— señor Wood, ¿Qué tanto cree que sea posible detener a la Bludger con el agua? —exclamó Ariana esquivando por millonésima vez la Bludger.

No muy seguro de la pregunta de la señorita Grindelwald el señor Wood dijo— no lo sé, realmente nunca la he intentado detener —expresó el señor Wood un tanto inseguro, nunca se había intentado algo así, pero ya la bludger había cumplido su función y el examen de vuelo práctico ya había sido evaluado.

Pero Ariana debía deshacerse de la bola de hierro que le seguía, así que inclinó su escoba a un lado y terminó por entrar en el lago una vez el tren entró justo en un túnel— vamos —y se daba ánimos así misma, necesitando ello más que nada.

— señorita Grindelwald, está consciente de... —pero cuando quisó avisarle de la cercanía que el tren tenía a la estación y del embrollo en el que estaba, Ariana había tomado impulso y bajado al lago, se introdujo en el agua, tan profunda y tan helada y el señor Wood se detuvo de golpe frente al algo— ¿que? —

Ariana bajo el agua aguanto la respiración, pero no demoró mucho para salir cuando la bola de hierro estuvo bajo el agua con ella, entonces tomó impulso bajo el agua y volvió a salir, tomó una gran bocanada de aire cuando salió con la escoba entre una gran explosión de agua a su alrededor y sin mucho tiempo y totalmente empapada sacó su varita al instante y conjuró un encantamiento— immobulus —justo en el agua cuando empezaba a salir erupciones de agua por la bola de hierro que le seguía y no conformé con el primer hechizo volvió a tirar otro— depulso —y el agua se hizo sobre sí misma, casi como si se absorbiera.

El señor Wood estuvo completamente impresionado, pero a la vez algo interrogativo y acercándose a la señorita Grindelwald expuso su interrogante— bueno, ¿sí sabía cómo sacarla de ahí? porque esa Bludger le pertenece a la señora Hooch y en teoría a Hogwarts —expresó algo temeroso.

Pero Ariana chasqueo su lengua y dijo— por supuesto —y volviendo a conjurar un hechizo dirigió su varita al lago y mencionó— accio —imaginando la bludger en su cabeza y imaginado cómo saldría del agua, entonces volvió a parecer un volcán de agua el algo y la bola apareció rápidamente y el señor Wood se apresuró a tomarla creyendo que Ariana no podría sostenerla entre sus brazos pequeños y frágiles.

Y cuando la tuvo en sus brazos respiró hondo y vio a la pequeña Grindelwald totalmente empapada y no pudo evitar reír— ¿no pensó en lanzar el hechizo estando seca? —

Ariana olía a algas, pero para ella parecía totalmente nuevo y emocionante, se arregló el cabello y sin soltar la escoba y rió diciendo— lo pensé sí, pero era mejor con un poco de ayuda, la presión de agua hace mejor la posición de uno para lanzar un hechizo, señor Wood —

Viendo la perspectiva de la señorita Grindelwald, para el señor Wood esto pareció entonces la única salida correcta— muy bien —y pareció satisfecho con el desempeño de Ariana— terminado esto, debo decir que ha sido un completo éxito, señorita Grindelwald, obtiene un total de cincuenta puntos por los esquivos con éxitos que realizó, por los hechizos de detención y alejamiento, obtiene veinte puntos más y setenta puntos más por no rendirse y por no rechazar la prueba —aseguró con una sonrisa.

Y Ariana no podía con su felicidad, pero aún así en total, los puntos de Ariana seguían siendo inferior al límite, teniendo doscientos cinco puntos y la estación próxima a llegar.

— ahora, le recuerdo —agregó el señor Wood— que para tener sus puntos, usted debe estar en el tren protegiendo a sus... —y de inmediato Ariana se alarmó cuando recordó el tren.

— el señor Khanna y la profesora Haywood, me he distraído —expuso Ariana y se apresuró en su escoba sin mirar atrás.

Porque si perdía esta oportunidad, las puertas de Hogwarts se cerrarán para siempre.

Así que voló sobre el gran túnel, atravesando entre enredaderas y árboles, el señor Wood la seguía por detrás, sin afectar su viaje sola. El corazón de Ariana palpitaba incesantemente hasta el punto en que se escuchan pitidos en sus oídos, pero ello no la detenía. El tren había salido del túnel y Ariana lograba verlo, lo tenía a la vista, pero estaba casi tan lejos como para alcanzarlo, así que pensó en acercarse un poco más al suelo con la intención de comparar la rapidez del tren con la de su escoba.

Y mientras la señorita Grindelwald luchaba por llegar a tiempo, la profesor Haywood volvía a moverse, el señor Khanna parecía completamente impresionado de que la poción había hecho efecto y seguro de sí se atrevió a decir— parece que ha podido con todo —ayudó entonces a la profesora Haywood incorporándose en sí.

Mientras ella parecía tener un dolor de cabeza intenso— valgame, por las barbas de Merlín, he tenido los peores momento de mi vida —expresó la profesora tratando de movilizarse y en un intento de levantarse, sus rodillas le fallaron, pero el señor Khanna la sostuvo— creí que no volvería a ser yo —el señor Khanna la puso sobre la silla otra vez y al profesora Haywood empezó a mover sus manos una y otra vez para tratar de empezar una terapia de movilización lo antes posible— ¿dónde está Grindelwald? —preguntó siendo consciente de su estado.

— en su examen de vuelo práctico —expuso el señor Khanna— no demorará —aseguró.

Penny Haywood entonces miró por la ventana de su lado y se percató de algo— estamos cerca de la estación, dudo que ella pueda llegar a tiempo, Khanna —

Pero el señor Khanna con una sonrisa y sentándose frente a Haywood dijo— es algo que seguramente pensaría, pero Grindelwald parece más de lo que aparenta —aseguró— ella llegará, creéme —

Y Haywood reconoció en Kanna una chispa de esperanza que nunca pensó ver, una chispa de esperanza hacia Grindelwald— bueno, me despetrificó antes de llegar a la estación, así que 300 puntos para Grindelwald —enunció la profesora Haywood—será mejor que llegué antes de que entremos a la estación, porque sino... —y cuando la profesora intentó seguir hablando, de pronto una escoba cayó del techo y un fénix le siguió tomándola y apresurandose a meterla en la bolsa con sus garras, una escena inédita, nunca antes vista para la profesora y para el señor Khanna y segundos después, ver como una pequeña de cabello negro azabache totalmente empapada caía del techo y al interior del vagón donde los dos señores se encontraban.

Para la profesora, era la primera vez que veía por completo a Ariana y recordó entonces las lágrimas de la chica que la vio petrificada, la chica de mechones blancos en su sien y de ojos de diferentes colores, pero ahora esa chica estaba totalmente empapada de agua.

Ariana dirigió su vista a la profesora Haywood, no pudo evitar no verse impresionada y sonriente, pues después de mucho tiempo, la profesora Haywood estaba bien. Pero Ariana entonces recordó los efectos de la petrificación después de y se apresuró al bar del vagón y buscó entre los cajones del lugar algo caliente para ella, pero parecía no encontrar nada y entonces estornudo.

— ¿Podría explicarme cómo terminó toda empapada? —cuestionó el señor Khanna con una ceja alzada.

Pero Ariana le quitó importancia diciendo— tuve que detener una Bludger, de esas que se usan en el quidditch —expuso— ¿por qué no hay nada en estos cajones? —se quejó al no encontrar nada que pudiera ayudar a la profesora Haywood.

Y entonces recordó los bombones que el señor Weasley le había regalado— señorita Grindelwald, no he tenido el placer... —pero cuando la señora Haywood intentó levantarse, sus piernas volvieron a temblar y el señor Khanna estuvo ahí.

— no debería levantarse —se apresuró a decir Ariana abriendo su maleta— su sistema nervioso y esquelético no están óptimos en este momento, será necesario para usted algo de azúcar y calor —y volvió a estornudar.

— usted necesita calor —se apresuró a decir el señor Khanna. Pero para Ariana era más importante la mujer que había sido petrificada, que ella misma.