No todas las personas tienen la capacidad de ser empáticas. No todos se dan cuenta de que algunos piden ayuda desde su interior porque sus voces han sido silenciadas por los prejuicios que crea la sociedad. Existen héroes y heroínas que, día a día, luchan su propia batalla contra un trastorno mental. Algo que inicia siendo inofensivo como una pequeña ave y que, poco a poco, se va convirtiendo en un cuervo que amenaza con sacarte los ojos.

Si eres uno de esos luchadores, esta historia está escrita para ti.

Porque eres especial para mí.

—Guille.