ARIA.

El chucho frente a mí, comienza a desesperarse al verse atado a la silla. Su mirada parece querer cambiar, pero con lo que le había dado hace unos minutos no podría hacerlo. Al menos por un rato. Sonreí levemente. El lobo miró todo a su alrededor hasta que se topó con nosotras, su rostro se puso rojo de rabia y empezó a hamacar de un lado para el otro tratando de zafarse.

— Shh, shh — dije acercándome a él. La mesera se removía incómoda por las miradas que le daba el chucho — ahora señor... — espere que me dijera su nombre. Dios, no podía trabajar así. Me pasé las manos por la cabeza.

— ¿Quién eres?

— Soy alguien que necesita saber una cosa nada más y luego te dejo que sigas correteando a tu amada — dije con una sonrisa. Camila me miró alarmada.

— Jackson — contestó entre dientes. Sonreí y me acerqué más a él.

— Muy bien jacksito... a ver dime una cosa — me senté frente a él. Vi que estaba tratando de desatar lentamente las cadenas de sus manos. Tardaría. Bastante. Quise reírme, sabiendo que por más que lo intentara no lograría escapar.

— ¿Qué quieres para liberarme y así estar con mi chica? — pregunto ahora con una media sonrisa mirando a Camila quien miraba todo a su alrededor menos al hombre.

— Solo que me cuentes un poco de una manada que ha estado por estos lares, pero que casi nadie sabe. Exactamente una que dicen, es la mejor y la más fuerte de por aquí — me encogí de hombros. Jackson frunció su ceño aún más y me miró con algo que no supe identificar en su mirada. Por largos segundos me miró con atención, tanta que me comenzó a molestar.

Extraño.

— ¿Y cómo estás segura que te voy a decir la verdad?

Rodee los ojos. Me acerque más a él para susurrar en su oído.

— Porque como sabes soy una cazadora y aunque seguramente no lo sepas soy la mejor. Además, tú estás atado y yo no. Otra cosa... — me acerque aún más a él evitando tocarlo — no querrás que le pase nada a tu... ya sabes... — escuché un gruñido de su parte y me eché para atrás antes de que comenzara a moverse de forma brusca en la silla.

— NO TE ATREVERÍAS O TE JURO QUE NO SALDRÁS CON VIDA DE ESTE CUARTO CAZADORA DE PACOTILLA — grita con fuerza, veo como Camila se sorprende y da un salto en su lugar por el grito. Se levanta y corre hasta el baño y cierra de un portazo.

— Reverendo idiota. La asustaste — dije pasándome las manos por la cara con frustración. Escuché como Jackson suspiró sonoramente y al verlo de nuevo lo encontré mirando el piso con expresión compungida —. Ok, te voy a ayudar con Camila y ... — levanta la mirada asombrado. Quise reír por su cara.

— ¿Camila? — asentí sutilmente a lo que él sonrió, cruce mis brazos sobre mi pecho y espere — Camila... — pronunció lentamente, como saboreando el nombre de ella.

— Si, sí, pero primero solo contesta a mi pregunta ¿Conoces o sabes alguna cosa de esta manada o de su Alpha? — pregunte seria. Jackson se quedó pensando en algo y cuando me iba a contestar escuche un estruendo de algo haciéndose añicos venir del baño. Miré a Jackson y salí corriendo hasta el baño. Pateé la puerta y vi a Camila tratando de acomodar algunas cosas en los estantes, así mismo algunas botellitas de vidrio rotas en el suelo.

— Dioses — dije con la mano en el pecho observando el desastre que había hecho — pensé que te había pasado algo — sostuve con seriedad. La castaña me dio una mirada de disculpa aun con algunas cosas en sus manos — déjalo, ven conmigo — le tendí una mano y ella se levantó.

— ¡¿Está bien?! — escuché el grito desesperado de Jackson.

— ¡Sí!

Salí con la castaña detrás de mí a unos cuantos pasos, Jackson le sonrió a la chica con un alivio en su rostro al verla bien.

— ¿Me dirán qué demonios está pasando? — pregunto la castaña claramente molesta y a la vez temerosa. Mire a Jackson que tragaba saliva.

— Te dije que era él el encargado de decirte. Yo solo quiero que él me responda lo que pregunte y luego lo dejo en libertad — seriamente esto ya me estaba tardando demasiado. Y cuanto antes terminara con esto, antes me largaría de aquí.

— Bien. Pero solo te diré por donde más o menos los puedes encontrar. No se mucho solo algunas cosas — bajo la mirada, era un claro indicio de que me estaba mintiendo. Creo que sabe más de lo que dice, pero le haré creer que le creo.

— Bien, dime — tome asiento en la cama poniéndome más cómoda.

Suspiró sonoramente y miró a Camila y luego a mí.

— Solo sé de algunos rumores. Se escucha mucho en los bosques de Transilvania — dijo tranquilamente. Asentí — en el bosque frondoso hay una bruja que dicen ella los conoce, pero que es algo, como decirlo... — dijo pensando — escurridiza.

Fruncí el ceño. ¿Amigos de las brujas? Esto cada vez se pone más y más interesante.

Camine hasta la ventana del cuarto atando mi cabello en una alta coleta, las nubes de lluvia estaban presentes en el cielo señal de que pronto iba a llover nuevamente, no sé bien el por qué, pero siento unos nervios inmensos. Como nunca. Me giro y observo a los que están en el cuarto.

— Bien Jackson, soy una mujer que cumple su palabra. Te dije que te iba a soltar si me decías algo que me sirva para mi investigación. Por eso te voy a soltar... — Jackson regresó su mirada a mí cuando estaba hablando, ya que miraba embobado a Camila — pero antes debes jurarme que le dirás todo, TO-DO a ella — la señale. Él pasó su mirada de mí a Camila.

— ¿Qué le has dicho? — pregunto entre dientes. Me encogí de hombros.

— Nada, le dije que tú le dirías.

Caminé hasta mi armario sin decir nada más y comencé a arreglar todo mi equipaje lo más rápido posible. Me iría rápido, no termino de confiar en este chucho. En sus ojos no vi verdad, solo odio por los míos. Hay algo más aquí, algo me dice que él sabe más de lo que me está diciendo, pero por ahora solo lo dejaré creer que con eso me conformaré. Si estoy en lo cierto cuando salga del cuarto irá a buscar o hará algo que me diga si estoy en lo cierto o no. Además, es raro que ande solo, un lobo no anda solo, y este rogué no era, así que su compañero tiene que estar por aquí. Pero la pregunta aquí es ¿Por qué no lo contacto? ¿Por qué no le dijo que estaba en peligro a través de su conexión o al menos con su Alpha? Esto es raro.

No presté atención a lo que pasaba en el cuarto, dije que lo iba a soltar, más no cuando. Sonreì estúpido chucho. '

Una vez terminé de arreglar todas mis cosas y cambiarme de ropa, salí del armario con mi maleta y el otro bolso, ambos estaban hablando, pero ella lo miraba con fascinación, quise rodar los ojos, el efecto Mate, supongo.

— ¿Y tú a dónde vas? — cuestionó Camila con el ceño fruncido mirando mis maletas sentada en mi cama.

— Mi trabajo demanda irme — respondí simplemente arrastrando mis maletas. Las dejé junto a la puerta y fui hasta el teléfono. Llamé a recepción pidiendo que alguien venga a buscar mis cosas y también que trajeran mi auto a la entrada.

— Listo señorita, su auto vendrá enseguida.

— Muchas gracias. Avíseme cuando esté en la puerta.

— ¿Me vas a desatar? — preguntó fastidiado el lobo.

— ¿Le dijiste todo a ella? — él asintió. Vaya, por lo que veo Camila lo acepto — bien, te voy a soltar, pero tengo que tomar medidas, no confió en ti — busque el frasco donde está la pócima que les quita la fuerza y los deja un poco atontados.

— ¿Qué medidas? — preguntó ella llegando a mí viendo mi bolso con asombro.

— Cami, mi trabajo es atrapar a los seres mágicos que no acotan las normas y reglamentos de los mágicos, soy una cazadora, es por eso que tengo diferentes pócimas para tratar con ellos, pero no te preocupes, es solo para preservar mi vida, no confió en él. Solo eso. Prometo no hacerle daño — explique, a lo que ella asintió poco convencida.

Me hacía un poco de ruido esto, ya que literalmente lo había secuestrado, pero si no lo hacía perdería una importante pieza de este rompecabezas.

— ¿Cazadores? — pregunto, asentí mientras soplaba en la cara del lobo el polvo de color magenta que estaba en mi mano. Jackson comenzó a toser fuertemente hasta que se quedó quieto y tranquilo — ¡Dios lo mataste! — grito afligida llegando a él tocando su rostro con pánico.

— No, no, solo está dormido — desate las ataduras que estaban a su alrededor todavía con algo de precaución — sostenlo — dije una vez que las cuerdas estaban flojas. Ella hizo lo que le pedí y con mi ayuda fuimos hasta mi cama y lo dejamos ahí. Mientras ella se encargaba de Jackson el teléfono del cuarto sonó, fui y atendí. La voz de la recepcionista resonó a través de él.

— Su auto ya está en la entrada señorita De La Cruz, ¿le envió a Malcom para que la ayude con su equipaje?

— Sí, gracias.

Miré a Camila que se encontraba observando a Jackson. Lo miraba con un peculiar brillo en sus ojos. Me quedé observando esa escena, y muchas preguntas asaltaron mi cabeza. Preguntas estúpidas. ¿Será que yo también tendré un Mate? ¿Lo encontraré? Agite mi cabeza tratando de alejar esos estúpidos e incoherentes pensamientos. Lo que menos necesito ahora es un estúpido lobo que se crea mi dueño. Escuché el leve golpeteo en la puerta y fui a abrirla. Malcom estaba al otro lado con una sonrisa. Lo deje pasar y se quedó mirando la escena con el ceño fruncido.

Carraspeo llamando su atención.

— Vamos — apremie para que se apure — nos vemos Camila. Algún día — dije y como ya Malcom se había adelantado cerré la puerta dejando a la pareja adentro. Malcom me miraba entre intrigado y asombrado. Recorría mi cuerpo sin pudor alguno y eso era algo que me estaba incomodando — ¡Oye! — aseveré seriamente. El chico frente a mí me quedó observando medio asustado y con un leve sonrojo que lo hacía ver algo tierno — ¡Vámonos! — dije caminando hacia el ascensor. Malcom bajó la cabeza y me siguió apenado.

No veía la hora de largarme de este lugar, pero no podía dejar de pensar en que Jackson no me dijo todo lo que sabía. Algo tendría que idear para saber exactamente qué era lo que me está faltando saber.

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Hola de nuevo.

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Gracias.

Besos.

YANNA