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~ARIA CROMWEL~

Regresé lo más rápido que pude. La lluvia me tomó por sorpresa al salir de la cueva haciendo que me empapara entera. No le tome importancia en ese momento ya que lo que necesitaba saber, ya lo había escrito en un documento.

Apenas y puse una que otra cosa, no iba a escribir todo, ya que la información la había conseguido de una forma poco común. Los cazadores somos desconfiados, por lo que confiar en las "locuras" de una sirena no era muy común que se diga, pero yo no era igual a ellos. No, Celen era la excepción a la regla, ella era una de los pocos seres naturales con la que me comunicaba y que creía en su palabra, no por nada éramos amigas.

Tendría que llegar y partir mañana mismo si quería terminar con el trabajo lo antes posible, pero como esto era confidencial no podía decirles a mis amigos, por lo tanto, tendría que idear algún plan para buscar mis armas, bueno alguna de ellas, ya que la mayoría tengo en el departamento.

A medida que avanzaba por el camino la lluvia se fue haciendo más y más fuerte, haciendo que el poder ver se me estuviera poniendo bastante difícil. Solté un sonoro resoplido que se amortiguó en el vidrio del casco, amo la lluvia, pero en este momento solo quiero llegar y comenzar a preparar todo para mi viaje.

Transilvania era un lugar lleno de historias de seres mitológicos, como vampiros, lobos, entre otras, pero el que obviamente destaca es la de los vampiros, Killian al ser el rey no era la excepción, peor fue al saber de su amistad con otro Alpha que no era de aquí, creo que eso fue lo más sorprendente para los cazadores, el que dos especies distintas, con nacionalidades distintas fueran amigos. Para mi solo era algo normal y para nada fuera de lo común, yo siendo lo que era tenía muchas amistades que no eran por decirlo de alguna manera "comunes".

**

La lluvia me había hecho venir con más lentitud, por lo que las dos horas de ida, se volvieron casi tres horas y media de regreso. Cuando aparqué en el garaje del departamento solté un suspiro de satisfacción.

Comí algo liviano y comencé a organizar mi ropa, algunas armas y mi laptop en su correspondiente valija, era muy minuciosa a la hora de ordenar las cosas para alguna misión. Aún tenía que ir a la base y buscar las cosas que vi que me harían falta.

Como a las 16:00 PM, y luego de darme un buen baño, me vestí con el correspondiente uniforme negro de los cazadores y con llaves y casco en mano salí hacia la base central. Tenía que ir a la zona de armamento y después para despedirme de Hans, trataría de no encontrarme con los chicos en lo posible, al menos no ahora, quería concentrarme de lleno en este asunto, así cuanto antes lo encontrara y acabará el asunto sería mejor. Aún hay muchas cosas que no entiendo, como porque tengo que ir yo sola, o si es algo clasificado tengo que mantener todo en secreto y solo comunicarme con Hans, y no con la encargada de dar las diferentes misiones.

Pero por ahora no diría nada, hasta haber conseguido toda la información perteneciente a él y a su manada. No por nada es la más importante. Se sabe tan poco de esa manada, y casi nada de su Alpha. Me intrigaba aún más ese aspecto, y más que nada ¿que había hecho para molestar así a Hans o en su caso a los cazadores? ¿Tanto daño ha hecho durante todo este tiempo para que signifique que lo busque una persona y solo informe donde está? Tantas preguntas y ninguna respuesta coherente.

Cuando al fin llegué y aparqué en mi zona correspondiente camine lentamente hasta la entrada, el portero que siempre estaba ahí me sonrió cálidamente como siempre y le sonreí de igual forma. No era como los demás cazadores, fríos, apáticos y bastante engreídos, principalmente algunos de los de alto rango. Estúpidos. Creyéndose mejor que el resto solo por tener un puesto mejor que el otro.

Cuando comencé en esto me metí en varios problemas por culpa de personas así, hasta que se enteraron quien era mi padre y de ahí todo "mejoró", claro que yo no cometí el error de confiar en su "amabilidad", y con el pasar del tiempo solo confié en Bella, Caleb y Cam. Ellos no me trataban diferente por ser hija del director, era todo lo contrario.

**

Llegue a la zona de armas y pase mi nuevo pase por la ranura que luego se iluminó dándome paso hacia la zona. Sonreí como niña pequeña al ver la cantidad de armas, autos de alta tecnología, también había ropa con nueva tecnología, así como también había diferentes frascos que contenían pócimas efectivos contra las diferentes especies, aunque la mayoría solo eran prototipos.

Mientras observaba los diferentes tipos de arco vi por el rabillo del ojo que se acercaba a mí la que mandaba en este lugar. Malala era una de las encargadas de esta zona, así como también una de las mejores creadoras de la tecnología que aquí se usaba. Era genial como combinaba las armas antiguas con la nueva tecnología.

— Aria — saludo con una media sonrisa. Me giré y le correspondí — ¿Te gusta algo en especial? — murmuró mirando detrás de mí.

Ella sabía de mi amor infinito por los arcos.

Asentí.

— Si, quiero este — señale uno de los grandes arcos. Era de color gris, con algunos grabados en él. Ella sonrió y abrió la vitrina donde estaba.

— Mmm, ¿Algún nuevo trabajo? — Asentí, mirando cómo lo armaba para qué pudiera guardarlo. Tomé las flechas que iban con ese arco y las puse en su carcaj. También me fijé en las pócimas que había y tomé dos de diferentes colores que eran especiales para los lobos — ¿Hay algo que deba saber? — cuestiono viendo lo que estaba tomando. Negué.

— No, solo es un trabajo un poco difícil, pero nada que ya no haya hecho — murmure guardando las cosas en uno de los bolsos que la base te proporcionaba. Tome el arco ya doblado para mejor transporte y lo guarde en una valija especial para él.

— Cuídalo mucho — expresó ella. Asentí —. Vlad pregunto por ti — pronunció después de unos minutos de silencio.

Fruncí el ceño. ¿Vlad? Desde la última vez que lo vi no había recibido noticias de él. No era muy fan de ser amigos de los cazadores, él solo había llegado a un trato conmigo, pero casi nunca lo veía ya que no me correspondía a mi. Había personas con ese trabajo, Vlad era un viejo vampiro, expulsado por Killian. Ni idea que hizo, pero me tocó ir y buscarlo. Como no era un vampiro problemático convencí a Hans de hacer un trato con él y perdonarle la vida. Hace un año y algo que no lo veía. No después de que él me devolviera el favor y me salvara la vida.

"Vida por vida" me había dicho en ese entonces, con su característica frialdad. Aunque conmigo era un poco más sonriente. Tal vez se deba a que yo no tenía nada en contra de él y no había intentado matarlo a la primera como todos los demás cazadores. Suspire.

— ¿Cómo está él?

Guarde algunas dagas que me gustaron mientras escuchaba a la mujer.

— Bastante bien. Moira me dijo que estaba ayudando en un caso — dijo cruzándose de brazos. Asentí.

— Que bien. ¿Le podrías decir que cuando pueda me escriba? Necesito preguntarle algo – dije tomando mi bolso con las cosas. Ella sonrió y asintió.

— Aun no entiendo porque contigo es más cálido que con los demás. A Moira la odia a muerte. — soltó una carcajada a la que me uní.

— No sé, supongo que porque nunca traté de matarlo.

— Supongo — dijo mirando su celular —. Bueno muñeca, tengo trabajo que hacer. Pero ya sabes, cualquier cosa – movió de un lado a otro su celular.

— Suerte. — le di un pequeño abrazo. Algo me decía que no la iba a ver en mucho tiempo.

— Igual para ti.

Al separarme comencé a caminar con rumbo hacia la oficina de Hans. Pero primero tenía que ir a mi casillero a buscar mis cosas, no quería dejar nada en ellos.

Luego de guardar todo en el bolso, lo dejé ahí para no tener que cargar con todo hasta la oficina de Hans y que alguien me viera y comenzará con las preguntas.

**

Solté un suspiro de frustración al ver que la estúpida secretaria no estaba en su lugar. Así que sin importarme un carajo camine hacia la oficina de mi padre. Antes de llegar vi que nadie andaba por este lugar, supongo que ya todos se estaban retirando. Cuando llegue a la puerta de la oficina escuche unos gemidos provenientes de la oficina. Dios, ¿Enserio? Se la estaba follando en la oficina. Negué.

Golpee la puerta bastante fuerte para darles algo de tiempo y que al menos no los encontrara desnudos o algo así. Después de darles unos minutos escuche un "pase" e ingrese. Me crucé de brazos viendo a la tipa con los labios hinchados y los pelos hecho un lío.

— Arréglate al menos — murmuré frunciendo el ceño. Ella se ruborizó y miró a Hans. Lo fulmine con la mirada y después de mirarme suavizó su mirada.

— Ve — le dijo serio. Ella lo miró con sorpresa por su tono y luego a mí, para después pasar por mi lado y salir azotando la puerta.

— Dios papá ¿Con ella? ¿enserio? — solté una carcajada a lo que él se me unió un poco incómodo.

— Lo siento, no volverá a pasar.

— No me importa con quien te enrolles, pero al menos por favor no lo hagas en la oficina. Iugg. — fruncí el ceño con una mueca de asco plasmada en mis labios — pero bueno, venía a despedirme — exprese tomando en mis manos uno de los tres portarretratos que había arriba de su escritorio. Miré a Hans que se había levantado y se acercó a mí.

— ¿Cuándo te vas? — pregunto dándome una mano para que me levantara.

Deje la foto en su lugar y tome su mano, estaba cálida, como siempre. Sonreí observando sus facciones. Era un hombre demasiado guapo para su edad, su pelo con algunas canas a los costados y su incipiente y bien cuidada barba con canas lo hacían ver como un hombre maduro. Su cuerpo bien cuidado debajo de ese traje que lo hacía ver muy bien y sus ojos de color verde esmeralda lo hacían uno de los hombres más codiciados en este lugar. Me sonrió con calidez a la vez que me abrazaba. Su caro perfume me llegó a mi nariz y aspirando su embriagante aroma sonreí.

— Mañana temprano, supongo que no irás a despedirte. Por eso vine ahora, además de buscar algunas cosas que voy a necesitar.

— Está bien cariño — me acarició la mejilla con una pequeña sonrisa en sus labios — y no, sabes que es mejor así. Odio las despedidas tanto como tú — me abrazo. Solté una risilla.

— Si, tienes razón papi.

— ¿Necesitas alguna otra cosa? – pregunto mirándome a los ojos. Negue.

— No, por ahora tengo todo.

— ¿A dónde viajarás? – negué.

— No te diré. No por ahora. Es mejor así por si no es el lugar correcto, pero cuando arribe te mandaré un mensaje a tu celular personal — él asintió poco convencido.

— Está bien, pero cualquier cosa me mantienes al tanto.

— Okis. — Lo abracé una última vez — bueno. Es mejor que me vaya — le di un beso en su mejilla. Asintió.

— Nos vemos hija.

Me giré hacia la puerta y la abrí, pero antes de pasar me giré a él.

— Papá — lo llamé. Él me miró y sonrió — ten cuidado con esa mujer. No me agrada ni un poco – dije seria. Hans frunció el ceño — y no te la enrolles aquí. Cualquiera podría descubrirlos.

— Está bien Aria. Lo tomaré en cuenta — expresó con seriedad.

— Te amo — dije saliendo de la oficina y cerrando la puerta detrás de mí sin dejar que me respondiera.

CENTRO DE OPERACIONES DE LOS CAZADORES. 

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