Lina llevaba demasiados meses viendo a su hija obsesionada con el tema de recuperar a Ava. A pesar de sus insistencias no había logrado sacar la idea de venganza de su cabeza, y mucho menos de alejarla del plan absurdo sobre revivir a su hermana pequeña. Por todos los medios había tratado de quitar esos pensamientos destructivos, pero Coraline parecía no ceder, estaba dispuesta a ir hasta el final con tal de traerla de nuevo.

Por otro lado, Elisa andaba cabizbaja, y aunque había compartido con ella sus pensamientos y preocupaciones sin entrar mucho en detalle, tenía una ligera idea de que su desánimo mantenía relación con el hecho de que Annabelle Leblanc y ella habían roto su amistad. Le dolía ver a su nieta triste, y más cuando sabía lo alegre y risueña que era, así que sin saber si hacía bien o no inmiscuyéndose en sus asuntos, se dispuso a hablar con ella.

Buscó por toda la casa, y por un momento pensó que había salido hasta que la encontró recostada en una de las tumbonas del jardín. Se hallaba con los ojos cerrados, y en un primer vistazo parecía tan relajada, que Lina dudó en si acercarse para no molestarla. No tuvo que pensar mucho, pues la muchacha sí notó su presencia.

—Sé que estás ahí, Abu —contestó mientras se incorporaba para sentarse.

Lina caminó hasta ella apoyándose en su bastón. Cada día le costaba más caminar, y temía que un día llegara el momento en que sus piernas fallaran del todo y se terminara convirtiendo en una inválida.

Elisa percibió el gesto torcido en la cara de su abuela, y aunque Lina trataba de hacerse la fuerte y aparentar que estaba bien, se notaba que la mujer cada día se encontraba más cansada y que sus piernas ya no resistían como antes.

—Hoy estás más cansada de lo normal —murmuró la joven con cierta preocupación.

—¡Cada día estoy más vieja! —exclamó entre risas, pero a Elisa no le gustó mucho esa declaración, porque sabía el significado que conllevaba el comentario de su abuela.

Lina algún día tendría que irse de este mundo, era ley de vida, pero pensar en ese momento le revolvía el estómago. Su abuela significaba demasiado para ella, sentía que era la única capaz de entenderla y justo en esos momentos tan complicados, su compañía le resultaba la mejor, ya que su madre tenía la cabeza en el plan "Revivir a Ava".

—¿Has logrado convencer a mamá de que su mierda de plan no le va a llevar a nada bueno? —preguntó esta.

Lina le reprendió con la mirada y Elisa le devolvió una corta sonrisa. A su abuela no le gustaba nada que empleara palabras mal sonantes.

—Tu madre sigue obcecada en revivir a tu tía —Elisa apartó la mirada de su abuela por unos segundos. Sentía que nada podía mejorar—. Así que por el momento, la única opción que tenemos que conseguir ese collar que te pidieron las brujas del Sol.

Elisa suspiró. "Si ese fuera el único de los problemas" pensó. El collar lo tenían los Leblanc y ella aún seguía enfadada con Annabelle, ¿así cómo iba a lograr hacerse con él?

—Primero tengo que resolver algo.

—Lo sé —asintió Lina como si hubiera adivinado los pensamientos de su nieta—. Tienes que arreglar las cosas con tu amiga. ¿No crees que va siendo hora?

—¿Hora de qué? —preguntó sin entender.

Lina tomó la mano de Elisa en un gesto cariñoso.

—Hora de perdonarte. De perdonar a Annabelle.

—El problema es que ella no me va a perdonar cuando se entere de lo que voy a hacer. Ahí sí que se va a terminar nuestra amistad para siempre, Abu. —La voz se le quebró cuando pronunció esas últimas palabras.

Pesé a que eran dos personas completamente diferentes, de alguna manera se complementaban, y aunque en muchas ocasiones habían tenido momentos de tensión, siempre lograban arreglar las cosas. Pero una parte suya sabía que cuando Annabelle se enterara de su plan, no habría vuelta atrás.

—Lo estás haciendo por ella, para salvarla. Será lista y lo entenderá, solo que necesitará su tiempo.

—Pero tengo miedo, Abu. Me aterra pensar que las cosas no salgan bien, no solo el hecho de salvar mi amistad con Annabelle, sino el salvarla a ella. ¿Y si mamá logra su objetivo? ¿Y si todo nuestro esfuerzo no sirve para nada?

—No lo permitiremos —declaró Lina muy segura de sus palabras—. Tu madre no es una asesina y no voy a dejar que se convierta en una.

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Ya va quedando poco para dar por finalizada esta novela, y a estas alturas de la trama os pregunto: ¿Cómo os imagináis el final?

¡Espero que os haya gustado el capítulo! Y como siempre, os leo en comentarios 💙