Sé que llevo un mes desaparecida por este mundo, pero literal que no he tenido tiempo para escribir ya que han sido unas semanas un poco estresantes.

Hoy os traigo un nuevo capítulo de #Argentum, así que espero que disfrutéis mucho de él 💚

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Annette pareció enmudecer cuando su sobrina pronunció aquellas palabras. Ella jamás le había hablado de las brujas del Sol, ¿cómo podría saber Annabelle de su existencia? No tardó mucho en darse cuenta de que Gauvian fue el responsable de transmitir esa información a la muchacha. Lo supo porque vio como este apartaba la mirada de ella de inmediato y daba un paso hacia atrás como si sintiera que Annette iba a reprenderle.

—¿Acaso creéis que los Dumont han hecho un trato con las brujas del Sol?

—Eso es —se adelantó Gauvian—. Pero las brujas del Sol les habrán pedido algo a cambio. Ya te imaginas lo que es...

—El collar —murmuró Annabelle—. ¿Lo tienes bien guardado, Ette? Si ese collar cae en las manos de las brujas de Sol...

Annette se apartó de ellos sin responder y se encaminó hacia la habitación contigua al salón. Tardó un par de minutos en volver. En sus manos traía un pequeño cofre adornado por diminutas esmeraldas, que hizo que Annabelle abriera mucho los ojos a causa de la sorpresa. Jamás había visto algo tan brillante y ostentoso.

—¿Y ese cofre? —preguntó aún algo contrariada—. ¿Está ahí guardado?

Annette le dedicó una leve sonrisa para después volver a su estado de seriedad.

—Era de tu abuela Morgana —contestó mientras introducía la llave en la cerradura—. Y sí, el collar ha estado aquí desde que tu abuela murió.

Cuando Annette sacó el collar del cofre, la casa se llenó de un completo silencio. Nadie se atrevió a pronunciar palabra alguna, y aunque a simple vista parecía tan solo una joya, el poder que escondía detrás era lo que imponía tanto respeto. Annabelle fue la primera que se animó a hacer un movimiento. Extendió la mano tratando de tocarlo, pero Annette fue rápida y lo alejó de ella.

—Ten cuidado, Belle —le reprendió su tía mientras devolvía el collar al cofre—. No puedes tocarlo así de simple.

Annabelle no entendió la reacción de su tía. ¿Tan peligroso era que ni siquiera podía tocarlo? ¿Cómo una joya podía llegar a hacerle daño? Por un momento pensó que Annette estaba exagerando, pero cuando trató de responderla, esta volvió a hablar.

—Para tocar el collar primero tienes que controlar tus deseos.

—¿Mis deseos? —preguntó sin entender—. ¿Qué tan peligroso puede ser lo que deseo?

—Tus deseos se pueden volver en tu contra. Destruirte hasta acabar completamente contigo.

—Annette tiene razón, muchacha —murmuró Gauvian apoyando a la mujer. Él tenía muy claro el poder de ese collar y lo peligroso que era si no controlabas tus pensamientos y deseos más profundos—. ¿Recuerdas lo que te conté de ese collar?

Annabelle asintió.

—Que puede traer de vuelta a alguien del mundo de los muertos.

Cuando pronunció esas palabras una idea cruzó por su cabeza de inmediato. Tal y como sospechaban, los Dumont habían hecho un trato con las brujas del Sol: el collar a cambio de revivir a alguien, y estaba segura de la persona a la que querían revivir: Ava Dumont.

Era consciente de que Coraline no había logrado superar la muerte de su hermana pequeña. El altar tan escalofriante situado en el pasillo de su casa parecía más bien un lugar de invocación. Y ahora tenía claro que no iba a parar hasta traer a Ava de vuelta, y para ello debían hacerse con el collar y entregárselo a las brujas del Sol.

—Ette... —susurró Annabelle como si lo que fuera a decir se tratara del mayor secreto de la historia que debiera ser guardado—. Sé lo que buscan los Dumont.

Annette, que en ese momento estaba hablando con Gauvian, cesó la conversación y miró a su sobrina. La cara de esta última reflejaba cierto pavor, y eso alertó a la mujer que reemplazó el semblante tranquilo por uno preocupado.

—¿Cómo lo sabes?

—Por lo que me has dicho del collar, por el poder que tiene de resucitar a la persona que desees.

Annette comprendió a qué se refería Annabelle. ¿Cómo no lo había pensado antes? Estaba claro que Coraline haría lo que fuera por tener de nuevo a su hermana a su lado, y cualquier cosa implicaba incluso hacer un trato con las brujas del Sol.

—Coraline quiere traer de vuelta a Ava.

—¿Sabes lo que implica eso, Annette? —Gauvian conocía muy bien los hechizos para revivir a alguien, sabía lo que implicaba realizar un conjuro así.

Annabelle no entendió lo que insinuaba el animal, pero por el contrario, su tía sí pareció comprender lo que Gauvian estaba tratando de decir.

—Necesitan un alma para hacer el intercambio. Un alma del lado de los vivos tiene que pasar al otro lado para que Ava pueda regresar.

No fue del todo consciente de lo que implicaba eso hasta que Gauvian habló de nuevo. En ese momento se dio cuenta de lo mal que se encontraban las cosas para ellos.

—Se van a cobrar la venganza con una vida de los nuestros. ¿Pero cuál?