06 | Las brujas del Sol
—¡Nairobi despierta!
Gauvian no dejaba de pasearse de un lado para el otro con la cola tiesa, estaba aterrado. Cuando vio que Nairobi no reaccionaba a sus gritos, no tuvo más remedio que actuar. La primera idea que se le ocurrió al felino fue arañar en el brazo a la mujer, tal vez eso ayudaría a sacarla del trance en el que parecía estar metida.
Nairobi tardó un par de segundos en volver a la realidad y en comprender lo que estaba sucediendo a su alrededor. Se pasó la mano por el brazo en el que había sentido como una especie de pinchazo y contempló un pequeño arañazo. Gotas de sangre caían por él manchando el suelo de la sala. Sin dejar de acariciarse el brazo pronunció un hechizo de curación:
La piel volvió a su estado original y ya no quedaba rastro de la herida causada por el minino. Gauvian aún seguía bastante inquieto, y eso provocó interés en la mujer. Mientras se ajustaba el turbante de la cabeza centró su atención en el animal.
—¿Qué sucede Gauvian para que te encuentres tan nervioso?
Gauvian paró de moverse y fijó su mirada en ella. Sus ojos reflejaban un miedo que Nairobi pudo percibir con notoria claridad. Como si se tratara de un secreto miró a ambos lados antes de responder a su pregunta.
—Son ellas. Han vuelto.
—¿Ellas?
—Las brujas del Sol.
—¿Estás seguro de que ellas...?
—Lo estoy —contestó Gauvian antes de que pudiera acabar la pregunta—. Es por la conexión.
Cuando Gauvian fue hechizado por las brujas del Sol y adquirió la apariencia animal, debido al conjuro que le lanzaron surgió una conexión que le ataba de alguna manera a las brujas, podía percibir su presencia allá dónde estuvieran. Eso alejó la duda de la cabeza de Nairobi, y esta comprendió que si Gauvian estaba en lo cierto y las brujas del Sol se encontraban en Nueva Orleans no podría significar nada bueno. Algo estaban buscando y tenía una ligera idea de lo que podría ser.
Se encaminó hacia la estantería en la que descansaban algunos de sus libros de hechizos y tomó uno de ellos.
—¿Qué tienes pensado hacer?
—Avisar a Annette.
Gauvian observó a Nairobi mientras esta ahora se encontraba rebuscando en una vitrina. No sabía qué hacía hasta que contempló el frasco en su mano, ahí se dio cuenta de lo que pretendía hacer y la idea no le gustó en absoluto.
—No puedes hacerlo.
—Tampoco es un hechizo demasiado complicado, Gauvian.
—Nairobi... —le advirtió, pero la mujer ahora no le prestaba atención pues había vuelto a desaparecer de su vista para ir en busca de algo más. Cuando la vio aparecer de nuevo con una caja de cerillas en la mano volvió a negar para sí mismo. Nairobi iba a hacerlo de todas formas—. ¿Acaso no sabes que los hechizos de proyección cuentan con cierto peligro?
—En la vida hay que asumir riesgos, además, me he enfrentado a cosas peores.
Gauvian sabía eso. Habían pasado por situaciones mucho peores que una simple proyección, pero eso no quitaba el hecho de que no fuera peligroso. Al final decidió darse por vencido, pues sabía que cuando a Nairobi se le metía algo en la cabeza era bastante difícil hacerla cambiar de opinión. Tan solo deseaba que las cosas salieran bien.
Cuando Nairobi abrió los ojos, lo primero que vio fue que ya no se encontraba en su casa. El hechizo de proyección había salido bien pues lo segundo que captaron sus ojos fue a Annette sentada en el sofá con un libro reposando sobre sus piernas. Se la veía tan concentrada que no se dio cuenta de que alguien la estaba observando. Fue tal el susto que se llevó cuando alzó la mirada y contempló a Nairobi, que el libro terminó en el suelo.
—¿Qué haces aquí? —Fue lo primero que preguntó mientras recogía el libro y lo depositaba en la pequeña mesa de café—. Por cierto, ¿realmente estás aquí?
Nairobi rió ante el asombro de su amiga.
—No. He hecho un hechizo de proyección. —Cuando vio el gesto torcido en la cara de Annete asumió que a ella tampoco le agradaba la idea de que hubiera realizado el hechizo—. Sí, lo sé, no ha sido la mejor idea, pero tenía que avisarte de algo muy importante.
—Espero que así lo sea.
Nairobi echó un vistazo por toda la casa y volvió a centrar su atención en Annette.
—No está en casa —contestó al ver su cara de preocupación—. Si era eso lo que te estabas preguntando.
Nairobi suspiró de alivió. Saber que Annabelle andaba rondando por casa volvía las cosas un poco complicadas. Era un tema delicado y no quería tener a la joven haciendo preguntas.
—Las brujas del Sol han vuelto.
Ahora la cara de preocupación se transmitió a Annette. De todas las cosas que podrían suceder, sin duda alguna esa era la peor. Si últimamente las cosas estaban algo movidas con el tema de lo que se traían entre manos los Dumont, el hecho de que las brujas del Sol hicieran acto de presencia tan solo complicaba más las cosas.
—¿Sabes qué pueden querer?
Pero Annette tenía muy claro lo que buscaban, y puesto que la primera vez no lo consiguieron, habrían esperado un cierto tiempo para volver a intentarlo. Solo deseaba que esta vez no tuvieran el poder suficiente para arrebatárselo. La reliquia había pertenecido a la familia Leblanc desde hacía unos cuantos siglos, y las brujas del Sol habían tratado continuamente de hacerse con ella.
Nairobi contempló a Annette. Estaba pensativa y eso le generaba muchas dudas respecto a la situación del valioso objeto.
—¿Seguro que está a buen recaudo?
Tras unos segundos de meditación, Annette volvió en sí.
—Lo está, pero aun así tengo que reforzar la protección de la casa. Si las brujas del Sol han vuelto, probablemente sus poderes hayan aumentado. Tenemos que estar preparadas para todo, Nairobi —concluyó esta como si temiera que una guerra entre brujas estuviera a punto de dar comienzo.
———♦———
¡Ya estamos aquí con un nuevo capítulo! 🔮
Tenía demasiadas ganas de actualizar, además, creo que me ha salido un capítulo no muy corto y eso me gusta, ya que normalmente la extensión de los capítulos que suelo escribir no es muy grande. Por otro lado, me encanta cómo ha quedado el capítulo, y también quería introducir a Nairobi en la novela de una vez por todas. La relación de amistad que tiene con Annette me parece maravillosa.
¿Os gusta el personaje? ¿Qué creéis que es el objeto tan valioso que buscan las brujas del Sol? ¿Lo conseguirán esta vez?
Como siempre, no dudéis en dejarme lo que sea en comentarios. ¡Os leo! 💙
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