Annabelle no había podido pegar ojo en toda la noche. El recuerdo de la sombra seguía presente, y aunque había tratado por todos los medios de que no dominara su mente, se colaba cada dos por tres en ella. Iba a ser una tarea complicada dejar a un lado todos los pensamientos relacionados con la mujer de ojos negros y apariencia intimidante.

Cuando bajó a la cocina a desayunar y se encontró a su tía Annette, se obligó a poner su mejor cara para lograr que esta no se diera cuenta del aspecto en el que se encontraba, pero las ojeras que adornaban sus ojos fueron suficientes para llamar su atención.

—¿No has dormido bien, cariño? —preguntó sirviéndose una taza de café.

Annabelle negó con la cabeza. Tampoco quería contarle a su tía lo sucedido la noche anterior, de igual manera no sabía con certeza si fue real o un producto de su imaginación, así que mientras no tuviera una respuesta clara, lo mejor sería no decirle nada. No quería una sesión de preguntas para las que ni siquiera tenía respuestas, primero debía asegurarse que no fue todo un sueño, después sería momento de acudir a su tía.

—No... Supongo que una mala noche la tenemos todos.

Annette no quiso incomodar a su sobrina, así que decidió no preguntar el motivo, si Belle quería transmitirle sus pensamientos, lo haría. Sabía que la joven era un poco reservada y que insistiéndole no lograría nada, así que mejor dejaría que fuera ella la que iniciara esa conversación cuando se sintiera preparada.

Cuando Annabelle se fue a vivir con su tía al Barrio Francés, empezó a trabajar con ella en su tienda de flores. Annette era una experta en todo lo referido a las flores. Recibía muchos encargos y eso era bueno, ya que siempre había trabajo, además, se veía que la mujer estaba encantada con su pequeño lugar. De vez en cuando su amiga Elisa acudía a hacerle una visita y eso permitía a Annabelle distraerse un rato. Aunque adoraba trabajar con su tía, agradecía esos momentos de descanso con su amiga.

En cambio, esa mañana Elisa no apareció por la tienda, pese a que esta le había informado que iría. Annabelle estuvo esperando gran parte de la mañana, y cuando vio que su amiga no se presentaba por allí, decidió escribirle un mensaje para asegurarse de que no le hubiera pasado nada.

ANNABELLE: ¿Estás bien?

Se quedó contemplando el móvil esperando por la respuesta de su amiga, pero esta tardó en llegar más de lo que pensaba.

ELISA: Sí. Se me olvidó ir. Lo siento.

Elisa nunca se olvidaba de las cosas, y mucho menos de ir a la tienda. Su amiga probablemente le había mentido y no lograba entender por qué. Ya se encargaría más tarde de averiguar la razón.

Annabelle miró por segunda vez la casa que se encontraba ante sus ojos. Era de un estilo a la casa de su abuela en la que actualmente vivía, aunque la casa de los Dumont era algo más pequeña, eso no quitaba el hecho de que su fachada no pasara desapercibida. Era magnífica. Durante unos segundos dudó en si había sido una buena idea presentarse sin avisar, pero todavía no había aclarado las cosas con Elisa, y debido a que no respondía a sus mensajes, no se le ocurrió otra cosa que no fuera la de acudir a su casa en busca de respuestas. Quizá no sirviera para nada, pero tampoco perdía nada por intentarlo.

Tomó un poco de aire y tocó al timbre.

Después de esperar unos minutos a que alguien abriera la puerta y al ver que esto no sucedía, decidió darse la vuelta y volver a casa.

Ha sido una mala idea.

Había empezado a caminar cuando una voz a sus espaldas hizo que se detuviera. Reconoció a la dueña de esa voz al instante.

—¿Annabelle?

La joven contempló a la mujer que había hablado. La conocía. Era Coraline, la madre de Elisa. Se habían visto en varias ocasiones, pero hacía tiempo que no hablaba con ella. Tal vez tenía que ver con el hecho de que en contadas ocasiones iba a casa de Elisa, y que Coraline había dejado de acudir a la tienda de Annette desde hace meses. La mujer la miraba con curiosidad y con un atisbo de sorpresa que logró llamar su atención. No se esperaba para nada su visita.

—¿Está Elisa? —preguntó Annabelle con una de sus mejores sonrisas. Quizá si se mostraba amable conseguiría lo que buscaba.

Coraline pareció vacilar un poco ante la pregunta de esta, pero enseguida logró recomponerse y la duda que se vislumbraba hacía unos segundos en sus ojos, se esfumó.

—No. Ha salido.

Annabelle sintió como la oportunidad de hablar con su amiga se desvanecía ante sus ojos, así que derrotada por no obtener lo que quería, se dispuso a alejarse de allí. Realmente sí que había sido una mala idea. Y una completa pérdida de tiempo.

—Dile que he venido.

Coraline asintió en respuesta antes de cerrar la puerta ante ella, pero al ver el gesto de su cara se dio cuenta de que estaba mintiendo. No lo haría, y lo peor de todo es que no entendía por qué. No recordaba haberle hecho nada, ni a ella ni a su hija. ¿Por qué ahora parecía que querían evitarla? Tenía que haber una explicación, el problema es que no sabía cuál era.

Se giró y se dispuso a volver a su casa, pero algo llamó su atención. Unas risas retumbaban a lo lejos. Reconoció una de ellas, pero trató de convencerse a sí misma de que no era posible. Coraline le había dicho que Elisa no estaba en casa y aunque no se encontraba muy convencida de ello, deseaba pensar que así era.

Alzó la vista con el fin de ver más allá, tenía que asegurarse de que una de esas risas no perteneciera a su amiga. De pronto una melena rubia apareció en su campo de visión.

No puede ser.

Había deseado equivocarse. Quiso creer que Coraline estaba siendo sincera, pero ahora esa imagen lo confirmaba todo. Elisa estaba en casa. Elisa estaba sonriendo como si nada. Elisa no se dio cuenta de que fuera de su jardín se hallaba Annabelle contemplando la escena estupefacta y con la decepción acumulándose en su interior.

Le habían mentido y se sentía completamente traicionada.

———♦———

¡Qué ganas de actualizar!

¿Qué creéis que esconde Elisa? ¿Y Coraline? Está claro que ocultan algo, ¿pero será capaz Annabelle de descubrirlo antes de que sea demasiado tarde? ¿Será Elisa sincera y le contará la verdad a su amiga?

¿Y la sombra de sus sueños? ¿Conseguirá descubrir quién es? ¿Confiará en Annette y le contará la verdad sobre ello?

Sí, he hecho demasiadas preguntas 😏, pero me gustaría saber vuestra opinión respecto a la trama y a cada personaje.

¡Nos vemos en el próximo capítulo!