[22] Milagro
Los meses pasaron, durante todo su embarazo no hubo ningun preocupación alguna, se mantuvo la mayoría del tiempo en reposo.
Y llegó el día en que nacerían los nuevos miembros de los Madrigal.
Apenas dió indicio de una contracción todas las mujeres empezaron a correr de un lado a otro mientras que que los hombres ayudaban en lo que podían, excepto Bruno quién a pesar de haber estado en esos momentos llenos de ansiedad cuando sus sobrinos nacieron estaba algo aterrado por la situacion. Pero se calmó para poder estar junto a su esposa... Aunque esta no quería ni verlo.
- Tranquila amor, ya verás que todo estará bien
Se soltó del agarre de su esposo - ¿¡Cómo quieres que me calme!? Si no aguanto el dolor ¡No vuelvas a decirme que me calme!
- Será mejor que te quedes en la esquina y si te necesitamos te avisaremos - Dijo Alma con una sonrisa
- Si será lo mejor - Después de eso se quedó en un rincón, totalmente nervioso
- Solo respira hondo ¿Ok? Verás que en cuanto veas a tus bebés sentirás una gran paz - Musitó Dolores entregándole a su hija Valentina a Mariano quien se fue de inmediato - No puedo creer que yo pasé por eso hace unas semanas
- Por favor pueden guardar silencio, no me ayuda en nada escucharlos - Mirabel suplicó
Y pasaron 30 minutos que se convirtieron en 1 hora, 2 y 3 horas, hasta que finalmente nació el primero de los gemelos, una niña quien lloraba tranquilizando a todos los presentes.
Julieta limpió a su nieta y la envolvió en una manta para después entregárselo a su padre.
- Es hermosa - Bruno no pudo contener las ganas de llorar de felicidad, entre sus brazos tenía a mano un bello angelito
Pero las cosas se complicaron, 5 minutos después nació el niño y este a diferencia de su hermana no lloró.
- ¿Qué pasa? - Preguntó Pepa tratando de que una nube no apareciera
- No respira - La abuela limpiaba al bebé mientras trataba de que reaccionara
Durante 2 minutos donde la desesperación reinó hubo un milagro, el bebé lloró.
- ¿Está bien? - Mirabel no podía más con la angustia
- Si, está bien
Se alivió ante las palabras de su madre y cargó a sus gemelitos. El matrimonio se dieron un beso y admiraban al fruto de su amor.
El pelinegro estaba aliviado de que su mayor pesadilla no se haya hecho realidad.
- ¿Y cómo se llamaran? - Isabella cargó a su sobrino
Mirabel sonrío y miró a su marido - ¿Te parece si los llamamos Samuel y Natalia?
- Me gustan los nombres, Samuel y Natalia Madrigal
[...]
Más tarde, mientras la chica descansaba, los padres de Mirabel cuidaban a sus nietos.
- Natalia se parece a Bruno - Julieta acarició la frente de la bebé - Y Samuel a su mamá
- Mientras no hereden la costumbre de hablar con las ratas de su padre o la gran terquedad de la mamá está bien
- ¡Camilo!
- ¿Qué tía? Solo digo la verdad
- Bueno lo importante es que nacieron sanos, no me imagino si ellos no... Mis visiones siempre me ponen con los nervios de punta - Dijo el hombre
- Tranquilo hijo, ellos crecerán bien y serán iguales a ustedes, fuertes y valientes
- Gracias, mamá
Unas horas después cuando los gemelos también descansaban luego de haberes dado de comer, Bruno se recostó cuidadosamente al lado de Mirabel y de pronto tuvo una visión involuntaria, algo que no le había sucedido hace mucho.
Estaban en el límite del pueblo, unos caballos corriendo a su alrededor y por último logró ver miles de mariposas volando por todos lados.
Obviamente se inquietó ante lo visto, a pesar de que no daba mucha información de lo que pasaría, pero tenía el presentimiento de que no se trataría de algo bueno.
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