—Oh... No. Nadie lo sabe. Desapareció hace mucho tiempo.

HyungWon sintió un vacío en el pecho.

—¿Desapareció? ¿Có... Cómo que él desapareció?

La anciana asintió con pesar.

—Fue hace mucho tiempo. Algo sucedió y el muchacho comenzó a actuar de manera extraña —la mujer se inclinó hacia adelante y los amigos hicieron lo mismo— digamos que perdió la cordura.

Kihyun se aclaró la garganta y dio un respingo cuando uno de los gatos de la anciana saltó a su regazo volcando la taza de té.

—¡Pecas! —la mujer agitó un repasador de colores sobre el líquido derramado y echó al animal que ya estaba acomodándose sobre el regazo de Kihyun—. ¡Vete de aquí, no molestes a los muchachos!

HyungWon se removió incómodo. Necesitaba saber más sobre lo que había pasado con Hoseok.

—Dice usted que Hoseok perdió la cordura. ¿Qué es lo que le sucedió?

—Bueno, decía cosas extrañas. Cosas como que las patinetas iban a poder volar y que había dispositivos avanzados que podían hacer de todo... —HyungWon se empezó a sentir peor de lo que se sentía. Era su culpa.

—¿Eso cuándo fue? —esta vez fue Kihyun quien hizo la pregunta.

—Oh, hace mucho... fue por los '80. El chico empezó a salir y no volvía por días. Había abandonado sus estudios y andaba perdido. Todos decían que había perdido la cabeza. Yo no lo creía, era un muchacho tan amoroso...

—¿Usted sabe qué pasó con él luego?

La mujer frunció los labios y su gesto se ensombreció.

—Su padre estaba desesperado. Si mal no recuerdo, su tía quiso llevárselo a vivir con ella, pero el muchacho no quiso. Una tarde incluso le gritó que el no podía irse porque estaba esperando a alguien... Me rompía el corazón verlo así.

HyungWon se limpió una lágrima.

—Entonces no se lo llevaron.

—No, su padre no pudo separarse de él... pero luego DoYoung enfermó y Hoseok empeoró.

—¿Su padre murió?

—Oigan... ¿Ustedes por qué quieren saber todo eso? Cuando eso pasó ustedes probablemente ni habían nacido.

—Mi... mi padre había ido con Hoseok a la universidad —dijo HyungWon de repente.
—Vivimos muchos años en el extranjero y bueno, él está enfermo y me pidió que averiguara sobre su antiguo amigo.

—Oh —la mujer dio un largo suspiro. —Entiendo. Verás, cuando DoYoung enfermó, Hoseok no supo qué hacer. La familia se hizo cargo y se llevaron a Hoseok a un lugar para que lo cuidaran. Luego la casa se vendió y años después la demolieron porque iban a hacer unos apartamentos... Oh, espera. Creo que tengo algo que quizás a tu padre le gustaría tener.

La mujer se levantó y los dejó solos en la sala. Kihyun volteó a mirar a HyungWon que lloraba en silencio.

—Wonnie... lo siento mucho.

—Es todo mi culpa, Kiki —dijo reprimiendo un sollozo. Kihyun lo estrechó en sus brazos— quiero morirme...

La mujer volvió a entrar con una caja entre sus manos.

—Su tía dejó algunas cajas y dijo que pasarían por ellas otro día, pero bueno, nunca volvieron. Son cosas de Hoseok.

HyungWon se limpió la cara y agarró la caja con las manos temblorosas aunque no se animó a abrirla en ese lugar.

Poco tiempo después se despidieron de la anciana con la promesa de volver a visitarla.

Se subieron al taxi en silencio. Kihyun no se animaba a decir nada, pero echaba miradas furtivas a su amigo que miraba por la ventanilla mientras lloraba quedadamente. El taxi frenó en un semáforo y HyungWon levantó la cabeza.

—Espera. Kihyun necesitamos bajar aquí —dijo abriendo la puerta.

Kihyun casi le tiró los billetes al chofer y bajó corriendo tras su amigo.

—¿El parque infantil? —se preguntó Kihyun antes de verse arrastrado por HyungWon hacia la entrada—. Won, ¿qué estamos haciendo aca?

—Necesito hacer algo... Es importante.

Kihyun se resignó y no hizo más preguntas. HyungWon se movía entre la gente hasta llegar a la fuente.

—Tú vigila que nadie me vea —dijo el alto y antes de Kihyun le preguntara algo saltó la cerca y corrió hasta el árbol de cerezo.

—¿Qué... ? —Kihyun sostuvo la caja entre sus manos y se puso a vigilar. No entendía qué podía estar buscando su amigo, pero la idea de ir a buscar a Hoseok había sido suya así que no tenía más remedio que seguirle el juego.

HyungWon se agachó junto al árbol y miró la piedra. 'H y H' —leyó. El corazón le dolía. Tomando aire, movió la roca y quitó la tierra hasta descubrir una bolsa. Abultada. Se le cortó la respiración. La bolsa pesaba.

'Oh, Hoseok..'

Cuando regresó al lado de su amigo, sentía una presión en el pecho y sólo quería llegar a su casa para llorar a gusto.

♡♡♡

Wonnie... estoy cansado de tanto llorarte. Tengo miedo de mis recuerdos. Cada día que pasa se me hace más pesado. A veces me gustaría tener un botón de apagado y simplemente olvidarme de todo. Me siento solo y miserable sin ti. Tengo miedo de que todo haya sido un sueño.

Cuando te fuiste te llevaste toda mi alegría y mis sueños y es algo aterrador.
Juro que intenté aceptar que todo había terminado pero siento que todo es cada vez más difícil. Vuelve... Por favor. Te extraño.

HyungWon lloró, apretando la carta contra su pecho. La angustia que sentía al leer las palabras de Hoseok era casi insoportable. Con las manos temblorosas, sacó otro papel. Adentro había una foto de ambos.

Wonnie... ni siquiera sé si llegarás a leer esto algún día. Ya pasó un año desde aquella vez en que nos besamos por última vez en el lago. No volviste. Quiero pensar que tomaste la decisión correcta y que pudiste seguir con tu vida sin mirar atrás. Si es así, dime cómo lo hiciste porque yo ya no sé cómo hacerlo... Soy patético. Lo sé. Te extraño.

Hoseok había escrito durante dos años, todos los meses. Hasta que llegó a la última.

Wonnie... Mi padre está enfermo. No sé qué hacer. Me siento perdido, dando vueltas en un callejón sin salida. Extraño a mi madre, a mi vida, a ti. Sé que no volverás. ¿Seguirás acordándote de mí allí en tu mundo? Las cartas indican que nunca volviste al parque. Mi tía dice que debo irme a vivir con ellos pero yo no quiero. No sé por qué aún tengo la esperanza de verte aparecer en mi habitación... Tengo miedo. Mi cabeza ya no funciona como antes, sabes... Dejé de estudiar, yo no podía concentrarme. Intenté contarle a Min sobre lo nuestro, pero por supuesto no me creyó. Él se fue también, a estudiar al extranjero. Me quedé solo, Wonnie. Tengo miedo por mi padre. Tengo miedo de lo que pueda pasarle. Paso las tardes en el lago, rememorando los momentos que pasamos juntos. Esta es la última carta que escribiré. Supongo que es hora de cerrar esta historia. Sólo quiero que sepas que no pasó un solo día, hora o segundo en el que no haya pensado en ti. Cuídate mucho, Wonnie, donde quiera que estés... Te amo.

Hoseok.

HyungWon ya había agotado todas las lágrimas de su cuerpo y entonces abrió la caja. Había algunas cosas como libretas, cassettes, fotos... y un celular. El celular que él le había regalado.

'...Bueno, decía cosas extrañas. Cosas como que las patinetas iban a poder volar y que había dispositivos avanzados que podían hacer de todo...'

Caminó hasta su escritorio y abrió el cajón donde estaba el reloj. Con los ojos empañados volvió a apretar los botones freneticamente. Tiene que funcionar, tiene que funcionar... Pero nada sucedió.

Giró el aparato en sus manos, furioso y entonces sus ojos se posaron en una inscripción en su base. Se frotó los ojos hinchados y se acercó para leer.

'심장 시계 — Gwangjin-gu'

¿Reloj del corazón? —HyungWon releyó la inscripción. El lugar era en el mismo distrito donde había vivido Hoseok. Casi como si lo hubiesen golpeado en la cabeza, corrió hacia su ordenador y lo encendió. Necesitaba saber qué hacer. Tipeó con rapidez el nombre y se abrió una página.

심장 시계 Relojes del corazón

Y una dirección.

¿Habría una esperanza? Necesitaba volver a encontrarlo. Necesitaba volver a él.