26.しょうがない Shoganai
Los días pasaban aterradoramente lentos y desoladores para HyungWon.
Se levantaba por inercia, comía porque lo obligaban y caminaba como un fantasma. Por las noches lloraba abrazado a un buzo de Hoseok que aún tenía su perfume. Cinco meses habían pasado desde esa tarde en el lago y sin embargo parecía que todo había pasado hacía apenas unas horas.
Sus amigos habían intentado acercarse a él, pero HyungWon simplemente estaba ausente. Apenas si respondía cuando le hablaban y ya no sonreía.
—En serio —dijo Kihyun a los demás viendo la figura larga y taciturna de su amigo sentarse en una de las mesas de la cafetería, mirando hacia afuera por el gran ventanal— no puedo verlo así. ¿Qué creen que haya pasado?
—¿A alguien le comentó algo? —preguntó Joo echando miradas furtivas hacia la mesa.
Kihyun hizo un gesto negativo con la cabeza. Lo cierto era que apenas si habían cruzado palabra con HyungWon todos esos meses. Su amigo parecía sólo existir. No iba a fiestas, se pasaba el día acostado cuando no estaba en la universidad, sus notas iban de mal en peor y a él no parecía importarle.
Armándose de valor, Kihyun se acercó a la mesa y se sentó frente al alto.
—¡Hey, Won! ¿Todo bien? —HyungWon asintió sin mirarlo y moviendo los palillos por la comida intacta—. ¿Cómo está tu mamá?
—Bien, gracias.
Kihyun resopló, molesto por la falta de respuesta de su amigo.
—¡Basta! ¿Qué diablos sucede contigo?
HyungWon volteó la cara y enfocó sus enormes ojos en él.
—¿Qué quieres, Kiki?
—¿Que qué quiero? ¡Quiero que regreses al mundo real!
HyungWon rodó los ojos e hizo el amague de levantarse para irse, pero Kihyun se lo impidió agarrándolo por la manga de su chaqueta.
Los demás, al ver que la charla podía escalar rápidamente a cosas mayores, se acercaron.
—Hey, cálmense, chicos. —Jackson se paró al lado de Wonnie—. Wonnie, estamos preocupados por ti.
HyungWon frunció los labios.
—¿Por qué? Estoy bien, ¿ok?
—¿Lo estás? ¡Hace meses que solo te arrastras como un puto fantasma! —le espetó Kihyun furioso—. ¿Qué fue lo que te hizo ese imbécil?
Eso pareció despertar a HyungWon que se estiró todo lo largo que era y agarró a Kihyun por el cuello de su chaqueta.
—¡No te atrevas a hablar de él! —dijo en tono amenazante— Y se llama Hoseok. H O S E O K.
Kihyun levantó las manos y se zafó del agarre con brusquedad.
—¡Me importa una mierda cómo se llame! —le gritó, la cara tensa y roja. Jooheon se apresuró a interceder.
—Bueno, bueno. Ya estuvo bien. Kihyun, discúlpate.
Este se acomodó la ropa.
—¿Por qué debería hacerlo? Él fue el que me agarró del cuello.
HyungWon desvió la mirada. Nadie dijo nada por unos segundos. Finalmente Kihyun soltó un suspiro resignado.
—Bien, lo siento. Yo... Yo estaba preocupado por ti.
—Todos lo estamos, Wonnie —dijo Chang.
—¿Quieres contarnos qué pasó con Hoseok?
HyungWon se sentó pero sacudió la cabeza.
—No hay nada qué contar. Yo rompí con él —dijo con la voz quebrada. Todos notaron cómo le costaba decir eso.
Sus amigos cruzaron miradas entre ellos.
—¿Por qué? —otra vez fue Chang el que habló. —Digo, tú parecías muy feliz con él.
HyungWon se obligó a tragar el nudo que tenía en la garganta.
—Ya no importa. No quiero hablar de eso.
—¿Él... Él te hizo algo, Wonnie? —preguntó Joo sentándose a su lado.
—Solo me hizo muy feliz.
Un sollozo reprimido se escapó de su boca y HyungWon se acodó sobre la mesa, escondiendo la cara entre sus brazos. Ahora todos se acercaron a su amigo para consolarlo. Incluso Kihyun, que aún estaba algo molesto, se levantó para abrazarlo.
Estuvo un rato llorando sin decir palabra. Todos estaban sorprendidos porque jamás habían visto a HyungWon llorar. Mucho menos por alguien.
—Oh, Wonnie... —dijo Kihyun pasándole una mano por el cabello—. Lo siento mucho. Yo no sabía.
Cuando se pudo calmar y volver a hablar sin llorar, decidió contarles todo.
—Prométanme que me escucharán. Luego está en ustedes si quieren creerme o no. Pero esta es mi verdad. Todo empezó el día de la fiesta de Tae...
Para cuando terminó la historia todos estaban sin palabras. Ninguno decía nada y el único que tenía un semblante normal era Kihyun, pero porque él ya había escuchado esa historia.
—Sé que es difícil de creer, chicos. Pero les estoy diciendo la verdad.
Incluso respaldó la historia con fotos y todo.
—Emmm —Chang se aclaró la garganta— yo tengo una pregunta.
HyungWon asintió, más aliviado.
—Dime.
—Si tú puedes... eh, saltar en el tiempo, ¿por qué él no? Digo, si lo que dices es cierto y el reloj es, digamos, tu máquina del tiempo, ¿por qué él no puede venir aquí?
HyungWon se había hecho miles de veces esa pregunta, sólo que siempre tuvo mucho miedo de hacer la prueba. Prefería arriesgarse él que exponer a Hoseok a que algo saliera mal.
—Nunca lo intentamos. Yo no quería arriesgarme a que algo pasara y él no pudiera regresar.
Chabg asintió.
—Pero, o sea, no entiendo por qué tuviste que romper con él. Podrías haber seguido yendo y viniendo.
—Porque cada vez estaba haciéndose más difícil alejarme de él. Él pertenece a su tiempo y yo al mío. Tarde o temprano uno de los dos se cansaría de no poder seguir la historia de manera normal.
Todos asintieron, aunque más que nada por la lógica del asunto no por lo disparatado de la historia.
—¿Podemos ver cómo funciona? —Chang estiró una mano hacia el reloj pero HyungWon apartó el brazo.
—No. Me despedí de él y fue lo más difícil que tuve que hacer en la vida. ¿Con qué excusa voy a aparecer ahora?
—Pero tu dijiste que no siempre aparecías en su casa... sólo para ver, si tu teoría es acertada, entonces elije otro año. —Chang se llevó una mano a la boca— ¡Oye! ¡Podemos viajar al futuro!
Algunas cabezas se giraron y Jackson le golpeó la espalda a Chang en reprimenda por su exabrupto.
—¿Por qué no lo publicas también?
Chang se calmó.
—Lo siento, lo siento. —Bajó la voz y se inclinó hacia adelante—. Digo que podríamos viajar al futuro.
—Hay alrededor de cinco Shin Hoseok en ese distrito.
Todos se callaron y miraron a Tae que se había mantenido callado todo este tiempo.
—¿Qué? —la voz de HyungWon salió temblorosa.
Tae alzó el celular y lo movió.
—Que según google, hay cinco Shin Hoseok en Gwangjin-gu.
Kihyun le sacó el celular de la mano.
—¡Hoseok dijo que no lo buscara! ¿Acaso no escuchas?
Tae se encogió de hombros.
—Bueno, pensé que era algo lógico. Supongamos que lo que dice Wonnie es cierto, Hoseok ahora tendría, ¿qué? Mmm, cincuenta y pico de años. Bueno, aún es joven.
Todos arrugaron la nariz.
—¿Qué estás diciendo, Tae? ¿Que Wonnie debería ir a buscar al tipo? Quizás está casado o tiene hijos... —Joo se calló de repente. Wonnie estaba llorando sobre el hombro de Kihyun. Este le echó una mirada fulminante y Joo se encogió en su sitio—. Lo siento.
HyungWon se separó de su amigo y se levantó.
—No, está bien, chicos. Todavía estoy algo sensible. Lo extraño y necesito algo de tiempo para superarlo.
Todos se levantaron para salir de la cafetería cuando Joo se tropezó y volcó todo el contenido de su cartón de jugo sobre un muchacho.
—¡Ten cuidado por donde caminas, idiota! —dijo empujando a Joo que golpeó contra el marco de las puertas.
—¿A quién le dices idiota, imbécil? —lo encaró Joo pecheándolo.
Todos reaccionaron de golpe y Jackson le devolvió el empujón al tipo... Y entonces todo pasó muy rápido. Algunos amigos del chico se sumaron a la pelea y en medio de la confusión, HyungWon cayó hacia atrás golpeándose la cabeza contra la pared. Sintió un pinchazo en la muñeca y cuando levantó la mano vio con horror cómo su reloj estaba destrozado.
—¡Nooooo! —gritó. Y ya no pudo decir ni sentir más nada. Hoseok se había ido para siempre.
Shoganai (しょうがない)
No se puede evitar el destino; y ya que los sucesos derivados de éste escapan a tu control, no te culpes por ellos
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