24. カード La carta
Los días se hicieron semanas y las semanas, meses. HyungWon estaba enamorado. Ya no podía pensar en nada más que en Hoseok. Su relación se había afianzado al punto de imaginarse un futuro juntos. Incluso sabiendo que eso era poco menos que imposible.
—Esto es horrible —HyungWon tenía ganas de llorar. Hoseok le besó el rostro y luego los labios.
—No digas eso, sólo serán unas semanas.
—No quiero separarme de ti —dijo apretándose más contra el cuerpo grande de su chico.
—Escucha, estuve pensando. ¿Tú no visitas mucho Gwangjin-gu en tu tiempo?
HyungWon frunció el ceño.
—¿A qué viene esa pregunta?
—Quiero hacer un experimento.
HyungWon se sentó en la cama.
—¿Un experimento?
Hoseok se sentó también abrazándolo por la cintura.
—Bueno, estaba pensando que podríamos comunicarnos de otra forma cuando nos separemos en la semana.
—¿A qué te refieres?
—Bueno, pensé en dejarte cartas.
HyungWon no comprendió a qué se refería con eso.
—No hay mucha distancia de un distrito a otro. Pensé que podríamos buscar algún punto intermedio y yo podría dejarte mensajes.
—Pero yo no podría contestártelos.
—Lo sé —dijo Hoseok dejando un beso en el hombro de HyungWon—, es solo para cuando estemos unos días sin vernos.
HyungWon lo pensó y le pareció un gesto romántico.
—Podríamos intentarlo.
Pasaron la tarde del domingo haciendo el amor y retozando en la cama aprovechando que el padre de Hoseok se había ido a visitar a un familiar. Cuando llegó la noche, HyungWon se abrazó a su novio y lo besó largamente antes de dejar caer sus hombros y suspirar.
—Voy a extrañarte.
Hoseok le acarició la mejilla.
—Volveré pronto. Hace mucho que no veo a mi abuela y la extraño. Las dos semanas pasarán volando. Ya lo verás.
A HyungWon no le quedó otra que aceptarlo.
—Te amo —le dijo abrazándolo y dejando un camino de besos sobre el cuello pálido.
—Y yo a ti. Mañana antes de irme dejaré la carta.
Acordaron probar con eso a ver si funcionaba y entonces se despidieron.
Cuando ya estaba en su casa, bajó para prepararse algo de cenar. Su madre había salido con su novio y la casa se sentía vacía y solitaria. Pero estaba feliz por su madre. El hombre, Ji Hoon, había resultado ser un buen hombre y su madre parecía feliz y hasta más joven. Agarró su celular y revisó algunos mensajes. Tenía algunas llamadas perdidas de sus amigos y algunos mensajes invitándolo a fiestas, pero él no tenía ánimos para ir a ningún lado. Sólo quería estar con Hoseok. Sus amigos se burlaban de él y hasta habían insinuado que Hoseok no existía y que todo era una excusa para no salir con ellos. Ya estaba algo cansado de intentar convencerlos de que no era eso, que sólo quería disfrutar de estar tiempo con su novio, pero también entendía que pensaran así porque aunque sus amigos vivían insistiendo que les presentara a Hoseok, él sabía que eso era imposible.
Andaba todo el día pensando en los viernes para salir del trabajo y saltar al pasado. Estudiaba pensando en Hoseok, comía pensando en esa hermosa sonrisa que lo traía loco y cuando dormía, soñaba con él. Sus notas habían bajado drásticamente y en el trabajo lo regañaban como nunca antes.
—Mira, Chae —le dijo una tarde su jefe— si tienes algún problema, tómate un tiempo y soluciónalo. Pero no puedes estar así en el trabajo. Has echado a perder dos partidas enteras de paquetes y casi rompes una máquina. Entiende que no puedo seguir haciendo la vista gorda con tus errores. ¿Está pasando algo que no quieras contarme?
HyungWon negó todo e intentó tranquilizarlo con que nada pasaba, pero cuando estropeó uno de los paneles de control al estar distraído mirando las fotos que había sacado de su novio la última vez que se habían visto, su jefe le dio un ultimátum.
—Estoy hecho un desastre —dijo sentándose frente a Kihyun que estaba leyendo un libro en la cafetería de la universidad.
Kihyun lo miró, pero no dijo nada y siguió concentrado en su libro.
—Estoy hablándote —dijo con aire ofendido.
—Ah, ahora te acuerdas que tienes amigos.
HyungWon soltó un suspiro.
—¿Tú también vas a empezar con eso?
Kihyun cerró el libro con un golpe seco y lo dejó a un lado.
—Hace meses que apenas si nos diriges la palabra, Wonnie.
—No seas exagerado —se quejó—. Ustedes son mis mejores amigos.
Kihyun se mordió el labio y empezó a juntar sus cosas.
—Pues no lo parece. ¿Sabías que la abuela de Tae está internada?
HyungWon movió la cabeza.
—No... Yo no lo sabía.
—Lo comentó el otro día en el almuerzo. Estabas ahí.
HyungWon se quedó callado sin saber qué decir.
—Yo debí olvidarlo.
—¿Qué diablos pasa contigo? Ya no sales con nosotros, ni siquiera nos contestas las llamadas o los mensajes cuando estás con él.
—Lo siento, se que estuve algo distraído.
—¿Distraído? Directamente despareces para estar con ese tipo y luego vienes para seguir hablando de él.
HyungWon se sintió molesto.
—Se llama Hoseok —dijo— y es mi novio.
—Pues lo siento, pero ya no me interesa. Ya ni siquiera preguntas cómo estamos.
HyungWon se puso la mochila.
—¿Qué es lo que quieren? ¿Acaso tan difícil es que estén felices por mí?
Kihyun dejó escapar una risita burlona.
—Estás hecho un idiota. Pareces un puto fantasma. Dime, ¿qué somos nosotros para ti?
—Bueno, se supone que son mis amigos, aunque con esto que me estás diciendo ya no estoy tan seguro. Ni siquiera les importa cómo me siento yo.
—Eres un idiota —le dijo su amigo— y vas a quedarte solo si sigues ignorando al mundo por él.
Kihyun agarró su libro y se fue casi corriendo.
HyungWon se dejó caer en la silla y suspiró. Nadie lo entendía. Ni su jefe ni sus amigos. Sólo Hoseok podía saber cómo se sentía. Decidió saltarse la última hora y tomarse un taxi para ir Parque Infantil donde habían acordado que Hoseok dejaría su mensaje. Estaba algo nervioso. De sólo pensar que si hacía unos kilómetros más estaría en la casa de Hoseok en su tiempo actual... Ese pensamiento lo perturbó. Pero había hecho una promesa y pensaba cumplirla.
'...en el parque hay una fuente, no sé cómo siga en tu tiempo o siquiera si sigue en pie, pero en estanque, donde está la fuente, hay un gran árbol de cerezo. Pondré una piedra justo en su base. Búscala y ahí dejaré el mensaje. Espero que funcione...'
Las palabras de Hoseok lo acompañaron mientras caminaba hacia la entrada del parque. Nunca había estado ahí antes a pesar de ser un parque muy popular. Caminó hasta el estanque y divisó el árbol. Pero no estaba seguro de que fuera a funcionar su plan. Era algo muy poco planeado, pero deseaba que Hoseok tuviera razón. No había mucha gente en ese horario lo cual agradeció cuando se paró bajo el árbol. Había una gran piedra y se agachó a su lado y pasó una mano sobre la superficie roma. ¿Sería esa la piedra que Hoseok había puesto? No había muchas más alrededor. Se sentó y sonrió al ver unas marcas algo visibles en la roca. 'H y H'.
Su corazón se agitó contento. Levantó la roca y escarbó un poco en la tierra. Pocos minutos después una latita apereció y con el corazón golpeando con fuerza, la abrió. Había un sobre algo amarillento y sacó el papel.
'Hola bonito. Apenas ayer nos vimos, pero ya te extraño. Como sea, espero estas dos semanas pasen rápido para así poder estar contigo. Te amo. Tuyo siempre. Hoseok'.
Había funcionado. Se sentó apoyándose en el árbol y volvió a colocar la roca en su lugar. ¿Hoseok estarás cerca?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro