17. キャンプ Camping
El agua salpicaba para todos lados y a HyungWon le dolía el estómago de tanto reír. Hacía algunas horas que habían improvisado un pequeño campamento a la orilla del lago. MinHyuk lo perseguía por el agua intentando atraparlo mientras Hoseok y SeJun reían y lo animaban a huir del 'kraken'.
Un rato después, disfrutaban de unas ricas salchichas asadas, envueltos en toallones sentados alrededor del pequeño fogoncito.
—Nunca había acampado antes —dijo HyungWon mirando con hambre la salchicha frente a él.
—¿En serio? —los tres chicos lo miraron, claramente sorprendidos—. ¿Cómo puede ser eso posible?
—Bueno... Digamos que mis amigos no son muy amigos de la naturaleza.
—¿Y que hacen para divertirse?
—Fiestas, a veces vamos al parque a andar en skate.
—Bueno —dijo Hoseok que tenía la nariz ligeramente colorada por el sol— el skate parece algo entretenido también.
—¡Podríamos salir algún día todos! —propuso Min muy entusiasmado—. Y podríamos acampar, estoy seguro que les encantará.
HyungWon miró a Hoseok y este sacudió la cabeza.
—Min, te recuerdo que Wonnie no vive cerca.
Min se encogió de hombros.
—Bueno, solo decía. Oye, Wonnie, ¿dónde compras tu ropa? Tienen unos diseños súper originales y geniales.
HyungWon quiso reír. Aunque se cuidaba de no viajar al pasado con ropa muy llamativa, a veces no podía evitar tomarse alguna licencia en la moda y aparecía con zapatillas algo estrambóticas y de modelos que no existían. Pero siempre podía inventarse una excusa.
—Oh, mi padre viaja mucho al extranjero. Tienen cosas geniales por allá —su sonrisa hizo sonreír a Hoseok que estaba pendiente de las palabras de su amigo por si debía 'salvarlo' de alguna situación confusa.
—Deberíamos ir a juntar un poco de leña para hacer una fogata a la noche —observó SeJun mirando alrededor.
—Vayan ustedes —sugirió Hoseok a Min y a SeJun— nosotros dos limpiaremos un poco por acá, para poder bajar las cosas de la camioneta.
Los dos chicos partieron entre charlas y risas.
—Hey, Wonnie, no quise preguntarte antes pero, ¿cómo estás? Siento que hayas terminado con tu novio.
HyungWon ya se había olvidado por completo de HyunWoo. Sobretodo porque Hoseok se paseaba por el lago en unos shorts tan pequeños que estaba muy seguro que no iba a olvidarlos jamás.
—Bueno, simplemente no era para mí —dijo HyungWon dibujando figuras erráticas con una ramita en la tierra—. Sólo teníamos sexo, no lo veía mucho después.
Hoseok se removió incómodo, aunque le gustaba que HyungWon fuera directo y sincero, él aún no se acostumbraba a que hablara de su sexualidad tan abiertamente. No porque tuviera algo en contra, al contrario, hasta sentía cierta curiosidad, pero su país no era precisamente muy abierto con respecto a la sexualidad y él no sabía muy bien cómo manejar eso. Pero Min era su amigo y era gay, ahora tenía a Wonnie, que si bien no era tan exagerado como su mejor amigo en la forma de expresarse, si era un poco más sincero a la hora de hablar de sus problemas entre las sábanas.
—Oh, sí. El sexo puede llegar a nublar los sentidos a veces.
HyungWon lo miró y se echó a reír.
—Sí, es difícil a veces ver el panorama completo cuando estás bien atendido.
El rubor cubrió toda la cara de Hoseok y HyungWon quiso abalanzarse sobre él. El chico era tan lindo.
—¿Y tú con la chica de la fiesta? —necesitaba cambiar de tema a uno menos agradable. HyungWon sentía que estaba involucrándose demasiado sentimentalmente con Hoseok y no podía permitírselo.
—Hyuna —dijo Hoseok lanzando una piedrita al lago—. Fue mi crush por mucho tiempo. Y hace un tiempo empezó a notarme. Aún no me lo creo.
HyungWon carraspeó. No debía haber sacado ese tema de conversación.
—¿Cómo que no te notaba? —no se podía contener mucho más.
—Si, bueno... Ella siempre fue una chica popular. Y yo, bueno era yo. —Levantó los hombros y ladeó la cabeza, frunciendo la nariz.
—Sigo sin entenderlo —dijo sinceramente. A sus ojos, Hoseok era perfecto.
—Bueno, digamos que no soy el tipo de chico por el que las chicas babean.
—¿Acaso te viste en un espejo? —su rostro era la imagen perfecta de la incredulidad—. Lo siento, pero o vas a un colegio de ciegos o en serio jamás viste un espejo en tu vida.
Hoseok se empezó a reír a carcajadas.
—Cállate. Tú lo dices porque jamás te habrán rechazado.
—¿Y eso qué tiene que ver? Como un hombre al que también le gustan los hombres, puedo afirmar que no solo eres atractivo sino que también te rodeaste siempre de gente estúpida.
—¿Tú crees?
—Oye, tienes un cuerpazo y una cara tierna. En mi época hasta te perseguirían por la calle.
Hoseok le tiró una piedrita y sacudió la cabeza.
—Estás loco —dijo.
—Bueno y entonces, está chica, ¿estás enamorado?
Hoseok miró hacia el agua.
—Recién estamos empezando algo. No lo sé. Es linda.
—¿Pero...?
Hoseok suspiró.
—No quiero sonar desconsiderado ni mucho menos. Es una chica agradable y todo es sólo que estoy un poco... No sé. Pensé que iba a ser diferente.
—¿Estás desilusionado? —HyungWon le dió un mordisco a la última salchicha y se la ofreció a su amigo.
Hoseok la agarró y se la metió en la boca, relamiéndose luego.
—¿Estoy siendo un idiota? —Hoseok tenía un gesto algo afligido. HyungWon se sentó a su lado y le pasó un brazo por lo hombros.
—No. No lo eres. Es normal. A veces, imaginamos algo tanto tiempo que cuando lo tenemos a veces nos gana el desencanto.
Hoseok giró la cara y entrecerró los ojos.
—Hablas muy bien —dijo sonriendo— deberías ser poeta.
La risa desafinada de HyungWon resonó por todo el bosque y hasta algunos pájaros volaron espantados.
—Sólo lo sería para tomar hasta el coma etílico y para tener musas.
—¿Y sobre que escribirías?
HyungWon se echó a un costado con los brazos detrás de la cabeza.
—Mmm, podría escribir sobre como los trajes de baño de esta época hacen estragos en la cabezas de la gente...
Hoseok se miró y se rio.
—Hey, es bastante discreto —dijo parándose y dando una vuelta. HyungWon desvío apenas la mirada y volvió a mirar al cielo.
—O quizás tú eres muy grande.
Hoseok se echó a su lado.
—Así que... Nunca te rechazaron, ¿eh?
—Tuve suerte.
—Y luego me dices a mi sobre no tener espejos —la risa de Hoseok era escandalosa y contagiosa.
—Cállate, quizás debería pasearme con esos shorts.
Hoseok se cubrió la cara con la manos, avergonzado.
—Basta, me los quitaré y los quemaré.
—Mientras me dejes mirar...
—Cállate, tonto —Hoseok le dió un pequeño empujoncito y HyungWon rio.
—Hey, tú sugeriste lo de ser poeta, ahora deberás ser mi musa.
—Las musas son mujeres —dijo Hoseok riendo a carcajadas.
—Hey, yo me inspiro con lo que quiero, así que cierra la boca y posa para mí.
Las risas estaban siendo demasiado escandalosas y para cuando Min y SeJun volvieron ambos estaban despatarrados en el piso, grises de tierra y con el cabello lleno de pasto.
—¿De qué se ríen tanto ustedes dos? —preguntó Min dejando las pocas ramas que cargaba—. Podríamos habernos perdido y sus risas nos hubiesen guiado hasta aquí sin problema.
—Hablábamos sobre mi futura carrera como poeta de trajes de baño.
—Ah —Min asintió fervientemente— en eso me apunto. Espera, hablas de trajes de baños masculinos, ¿no? Porque si de trata de chicas, ya no me interesa trabajar contigo.
Todos se echaron a reír y al rato Min sacó un aparato que HyungWon sólo había visto en videos y en el príncipe del rap. Era un estéreo.
Pusieron música y Min se puso a bailar. A HyungWon le gustaba mucho la energía del rubio porque siempre estaba de buen humor y contagiaba la alegría. Pronto los cuatro bailaban entre risas y Hoseok aprovechó para sacar las cervezas que le había sacado a su padre.
HyungWon estaba muy contento. Quería que ese fin de semana durara para siempre.
MinHyuk roncaba demasiado y HyungWon decidió que no podía soportar mucho más los ruidos y salió de la carpa. El ruido de los grillos y las lucecitas de las luciérnagas lo dejó perplejo por un momento. Cuando volviera a su época insistiría a sus amigos para salir a acampar.
—¿No puedes dormir?
HyungWon se giró con la mano en el pecho.
—Diablos, Hoseok —su corazón estaba casi saliendo de su pecho— creí que estabas dormido.
—Min es terriblemente ruidoso.
HyungWon asintió dándole la razón y se ajustó un poco más la manta sobre los hombros.
—Ven —Hoseok le estiró la mano y HyungWon la tomó rápidamente—. Vamos a la orilla del lago, por la noche es algo digno de admirar. La luna ilumina todo el agua.
HyungWon se dejó conducir perdido en el tacto de la mano de Hoseok sobre la suya.
Ojalá ese momento durara para siempre.
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