Después de días con su voz llenando sus silencios y noches plagadas de sueños donde sus ojos azules la miraban con infinita dulzura Marinette no podía pensar en nada más que Luka.

Recostada en su cama dejo sus ojos recorrer cada rincón de su habitación, carteles, recortes de revistas y fotografías de Adrien cubrían el lugar y por primera vez se dio cuenta de que su amor por el rubio rozaba el fanatismo y la obsesión.

Suspiró.

"Eres una chica extraordinaria, Marinette"

Recordó los momentos en los que se ocultaba para espiar al rubio y las muchas veces que sus celos y ansiedades sacaron lo peor de si misma.

—Definitivamente creo que Luka está equivocado Tikki—murmuró la chica a la pequeña criatura roja acurrucada contra su mejilla.

Ella no era extraordinaria, ella era solo la loca acosadora de Adrien Agreste que con suerte llegó a ser su amiga.

—Marinette eres extraordinaria, valiente, inteligente y bondadosa. Eres Ladybug con y sin el traje. Luka no está equivocado, creo que el te ve mejor de lo que tú te ves a ti misma—La voz de Tikki fue dulce, tranquilízate y sobre todo honesta.

—Pero Marinette es invisible Tikki, todos ven a Ladybug y la aman, ella es todo lo que yo no soy, incluso Adrien la admira y yo soy...—su voz se quebró debido al llanto y un sollozo se escapó antes de que lograra hablar de nuevo—una buena amiga. No soy brillante y talentosa como Kagami...

—Marinette... yo te veo, el maestro Fu vio tu corazón y te concedió el Miraculus, Luka te conoce desde hace poco tiempo y te ve como yo te veo—Tikki flotaba frente a ella mirándola a los ojos, desesperada por hacerla ver, por hacerla entender, ella era extraordinaria—Si Adrien no es capaz de verte no merece que llores por él, eres perfecta, si tu deseas cambiar algo de ti que sea por ti misma y no por alguien más.

El suave sonido de las gotas de lluvia chocando con el cristal de su ventana la distrajo un momento. El cielo gris y el aroma a tierra mojada la llenaron de paz.

Se sentó en la cama con lentitud y volvió a mirar su habitación. No podía seguir así más tiempo, ella tenía que dejar ir a Adrien, ella necesitaba comenzar a amarse primero antes de amar a alguien más.

No podía olvidar las palabras de Luka, el la veía de la manera en la que ella deseaba ser. No podía seguir ocultándose en su enamoramiento por Adrien para continuar igual.

Nada cambiaría si ella no cambiaba. Nada resultaría diferente si ella no actuaba diferente.

Se levantó y uno a uno tomó los carteles, las fotos y los guardo en una caja. Tomo el horario de Adrien y lo doblo cuidadosamente para colocarlo también en la caja.

Sus ojos azules se fijaron en su computadora, se sentó en la silla y los ojos verdes de Adrien la miraron una última vez antes de que cambiara la imagen de fondo colocando una fotografía de la Torre Eiffel durante una noche de luna llena.

Suspirando guardo la caja bajo su cama, no se sentía lista aún para tirarlas aun y se sentó largos minutos en silencio. Tikki la miro con una pequeña sonrisa, Marinette había dado el primer paso hacia algo nuevo pero aún no parecía segura de que hacer después.

El sonido de su móvil llamó la atención de la chica y un sonrojo se apoderó de sus mejillas al ver el nombre de Luka en la pantalla, con dedos temblorosos abrió el mensaje agradecida de que no fuera una llamada, no estaba lista para hablar con él.

No estaba segura aun de que era lo que sentía por Luka, se sentía nerviosa en ocasiones cuando esos ojos azules la miraban y al mismo tiempo lograba tranquilizarla y hacerle sentir cómoda con solo unas pocas palabras o acordes pero sabía que en el fondo estaba enamorada de Adrien aún y eso no cambiaría de la noche a la mañana.

"Ma-ma-Marinette, no te pido que olvides mis palabras, son verdad pero no te pido una respuesta. Estoy feliz de ser amigos y llegar a conocernos"

Marinette con las mejillas sonrojadas y una suave sonrisa siguió mirando la lluvia caer y decidió que ser amigos era genial. Necesitaba conocerse a sí misma  lejos de su obsesión por Adrien y si en el camino conseguía conocer mejor a Luka entonces podria ser simplemente perfecto.