"Eres una chica extraordinaria"

Marinette miraba sin ver realmente la pizarra frente a ella y a su profesora mover sus labios pero en su cabeza era otra voz la que escuchaba.

"Clara como una nota musical"

Una voz amable, suave y sin embargo masculina que seguía atrapada en su mente.

"Sincera como una melodia"

Gravada en su memoria como si fuera un viejo disco de acetato rayado, uno que reproducía la misma parte una y otra vez.

"Eres la canción en mi cabeza desde la primera vez que nos vimos"

Dormida soñaba con ese día, con sus suaves ojos azules, con su amable sonrisa, con sus manos cálidas y su magnífica voz.

Despierta se perdía en el recuerdo y se desconectaba del mundo.

Quizá Luka ya no era el único con una melodía atrapada en su cabeza y Marinette sonrió un poco al decidir que no necesitaba sacar esas palabras, más bien poesía, de su mente.

Le gustaba.

Recordarlas le gustaba y algo, pequeñito y frágil se agitó en su corazón cuando de nuevo su mente reprodujo el momento.

"Eres la canción en mi cabeza desde la primera vez que nos vimos"

Se llevó una mano al pecho, a la altura de su corazón y suspiró. Aún no sabía que era eso que bailaba en su pecho sutilmente pero con un nuevo suspiro y las mejillas sonrojadas se prometió darle una oportunidad de crecer.