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26. Unión de dos almas

– Hola Chaeyoung, ¿cómo estás?.

– Bien Jungkook, gracias, Taehyung que gusto de verte – le medio sonreí avergonzado – ¿así que quieres saber si JiMin y yo fuimos novios? – dijo entrando a la habitación.

– Jungkook acaba de contarme lo de Baekhyun y cómo ayudaste a JiMin a salir adelante.

– Además de que has visto como nos tratamos, ¿no? – asentí con la cabeza – está bien, te contaré la verdad – se sentó al lado de jungkook – cuando teníamos 17 años, en una fiesta jugamos botella, alguien me puso de "castigo" besarlo durante minuto y medio y yo encantada lo hice, porque sí, JiMin me gustaba desde que me acuerdo, pero en ese beso comprendí que éramos como hermanos, que no había química entre nosotros como pareja y cuando lo platicamos, ambos estuvimos de acuerdo, olvidamos ese beso y seguimos siendo confidentes como hasta ahora, ¿aclarada la duda?.

– Sí, pero... dan la impresión de ser más que amigos.

– Es una táctica que usamos ya sea para alejar a alguien o confirmar si le interesamos.

– ¿O sea que están confabulados para cortar las expectativas si alguien no les gusta y si les interesa otra persona lo hacen para darle celos?

– Suena medio perverso, pero sí, le he espantado a varios y él a mí a algunos tipejos.

– ¿Entonces tú ya sabías de mí existencia desde antes que nos descubrieras?

– Sí.

– Hijo, acaban de llegar el estilista  – anunció Sora.

Yo me quedé de una pieza, ahora comprendía muchas cosas y porque ella había cambiado su actitud hacia él de repente, JiMin quería corroborar mi interés por él, pequeño tramposo, entonces me pregunté desde cuando él había roto la tercera regla. Me sacaron de mis pensamientos cuando me dijeron que sería el primero que arreglarían, ya que Chaeyoung dijo que tenía que bañarse y Jungkook tenía que vestirse antes.

El chico inició con su trabajo, peinándome, me hizo una línea con el flequillo peinado de lado, me empezó hacer unas ondas con la plancha, puso un poco de crema para peinar para que se viera sedoso mi cabello. Después pasé con el maquillista para que me pusiera un poco de polvo para que no se viera mi cara muy brillosa y tuviera un poco de color, y finalmente puso un poco de bálsamo en mis labios.

Mientras tanto peinaban a Hyuna y maquillaban a Chaeyoung. Por su parte, Sora ayudaba a Jungkook a ponerse el hermoso y moderno traje beige diseñado por él mismo una vez que lo tuvo puesto se sentó con sumo cuidado para que lo peinaran y maquillaran, entonces fui a mi habitación para cambiarme de ropa.

Entré y estaba vacía, así que cuidadosamente me quité la playera y luego el pantalón, saqué mi ropa del enorme armario que parecía una habitación más y me lo puse al igual que mis zapatos negros, estaba mirándome al espejo cuando JiMin entró.

– Wow, voy a ser la envidia de toda la fiesta, te ves hermosisimo, corazón.

– Gracias – dije sonriéndole y dándome una vuelta, de pronto la triste historia vino a mi mente y lo abracé con todas mis fuerzas y le acaricié la espalda – gracias por dejarme entrar en tu vida.

– Las gracias debería de dártelas yo a ti, tú fuiste el que me llamó, ¿recuerdas?.

– Sí, pero... – me quedé callado, no sabía si era buena idea que él supiera que su hermano me había contado sobre su primer novio – tú rompiste las reglas... ¿desde cuándo JiMin? necesito saberlo, por favor.

– Casi desde el principio, ¿recuerdas la noche en que llovió? – Asentí con la cabeza – me quedé contigo hasta mucho después que amaneció, era mentira que no traía coche, si te lo dije fue porque no quería ilusionarte, yo mismo no quería ilusionarme, estaba muy confundido Tae y quizá rompí las reglas antes que tú.

– Te amo JiMin, creo que te amé desde el primer segundo que te vi.

– Creo que yo también, eres el único hombre con el que hecho el amor y si me lo preguntas, no sabría decirte exactamente cuando sentí esa diferencia, así que como verás, definitivamente el agradecido de que hayas entrado a mi vida soy yo – me beso tiernamente los labios – ahora tengo que cambiarme, nos toca recibir a los invitados.

– ¡Qué nervios!

– Relájate, te ves precioso, impresionarás a todos, ya verás.

Cuando vi el color de su camisa me quedé sorprendido, era verde, parecido al tono que mi camisa, cuando se lo hice notar me dijo que estábamos en sincronía y me guiñó un ojo. Bajamos y salimos a la terraza, ya había algunos invitados que platicaban con HyoJong y Hyuna. Más tarde JiMin me presentó a algunos de sus tíos Siwon, Shindong y YoungWoon , hermanos de su papá, muy serios ellos, por cierto.

A las seis en punto nos colocamos en nuestros respectivos lugares, todos los Park en primera fila, Chaeyoung y su hermano detrás de nosotros y del otro lado los papás de SeokJin. Calculé que serían unos 200 invitados. El sacerdote ya se encontraba en el altar y Jin también, visiblemente contento y nervioso. La melodía empezó a sonar y entraron las damas, con vestidos color lila y una cinta rosa en la cintura, cuando llegaron a su lugar Jungkook hizo su aparición, del brazo de su papá, comenzaron a caminar por el pasillo, ambos con una gran sonrisa. Al llegar al altar, Leetuek entregó la mano de su hijo a SeokJin que lo recibió gustoso y se pararon frente al padre que dio inicio a la ceremonia. Dijeron sus votos emocionados y después JiMin le coloco el lazo. Al terminar, la pareja se dieron un dulce beso y después caminaron por el pasillo mientras les aventaban pétalos de margaritas.

Pasamos al salón, una pequeña banda de cuatro músicos amenizaba con melodías suaves, todos empezaron a tomar sus lugares, los esposos en la mesa de honor, uno de los músicos les pidió que pasaran a bailar su primera pieza como casados y todos les aplaudimos, JiMin me tomó la mano por debajo de la mesa y me sonrió, estaba tan feliz por su hermano.

Los músicos siguieron tocando, algunos se pararon a bailar y un par de horas después sirvieron la cena. En cuanto terminamos de comer, anunciaron que era momento de las palabras del padrino y JiMin se puso de pie.

– Buenas noches a todos, es para mí un gran honor dirigirme a ustedes, es un poco difícil para mí ver a mi hermanito como toda un hombre Casado todavía la recuerdo brincando por toda la casa usando calzoncillos y calcetas, pero el tiempo pasa y el amor tocó a su puerta y me da muchísimo gusto que haya sido de un chico ejemplar como lo es SeokJin, bienvenido a la familia. Bien, tenía preparado un largo discurso, pero lo olvidé en la maleta, así que sólo les diré lo siguiente.

Tomó un respiro.

– Amor es como encontrar un oasis en el desierto, hay muchos espejismos, pero sólo uno es el verdadero. Jungkook, SeokJin mis mejores deseos para esta aventura que inician juntos, estoy seguro que serán inmensamente felices y que formaran una preciosa familia, hermanito te adoro, cuñado, más te vale que te portes bien con él ¿ok? – dijo con su típica sonrisa traviesa y levantó su copa – ¡Salud por los esposos!

– ¡Salud! – exclamamos todos los presentes levantando nuestras copas y después bebimos el champagne. JiMin me sonrió y me extendió su mano.

– ¿Bailamos? – propuso caballerosamente.

– ¡Claro! ¿Por que no? Soy muy bueno bailando – respondí sonriendo y tomando su mano.

Nos levantamos y caminamos a la pista, ahí estaban SeokJin y jungkook que nos vieron y nos sonrieron, al igual que Sora  y Leetuek, que no podían ocultar su felicidad. JiMin puso una mano en mi cintura y con la otra tomó una de mis manos y coloqué la restante sobre su hombro, empezamos a movernos al ritmo de la tranquila melodía, JiMin tenía apoyado su mentón al lado de mi frente y danzábamos suavemente, me dejé llevar completamente por él. Terminó la canción y regresamos a la mesa.

La fiesta siguió, bailamos otras melodías, hablamos y después llegó el momento de aventar el ramo. Jungkook se sentó en una silla en medio de la pista  mientras tanto hombres como mujeres silbaban rodeándolos, yo me quedé sentado.

– ¿Sabes? es la primera vez que JiMin se une a ese ritual – dijo Chaeyoung sentándose a mi lado.

– ¿En serio?, ¿no lo hizo en la boda de HyoJong? – pregunté sorprendido.

– No, y ni en ninguna otra boda, así que me da mucho gusto que hayas terminado con NamJoon y hoy estés aquí.

– Veo que entre tú y JiMin no hay secretos.

– No te creas, sí los hay, no le cuento todo lo que hago, ni él a mí tampoco, pero ese no es el punto, la semana pasada me encontré a NamJoon en un bar.

– ¿En serio?, ¿y cómo está?

– Bien, dentro de lo que cabe, me contó todo lo que pasó entre ustedes, sus mutuos engaños, te admiro, yo no sé si hubiera tenido el valor para confesar algo así.

– Tenía que saber la verdad.

– Pues sí, de alguna u otra manera se iba a enterar y fue mejor que lo supiera por ti.

– ¿Piensas que soy de lo peor?

– No Tae, a veces el destino se presenta de una forma extraña, pero las cosas se acomodan de tal forma para que estemos con quien debemos estar y el tuyo definitivamente es con JiMin y de la misma forma NamJoon encontrará a la mujer u hombre con el que deba pasar el resto de su vida, su relación sólo fue una experiencia más, por cierto, también terminó con ella, que tipa más desagradable.

– ¿Y ella se lo tomó tan tranquila? A mí me amenazó.

– Obvio no, estuvo acosándolo, pero él tomó cartas en el asunto y logró que le pusieran una orden de restricción, así que, frustrada, regresó a vivir con sus papás a Taiwan.

– ¿Y de todo eso hablaron en una noche?

– La mayoría sí, casi nos sacaron con la escoba y como hablamos muy a gusto intercambiamos números de teléfono y mails, así que hemos seguido en contacto.

– Te gusta, ¿verdad? – dije recordando la escena de ellos viendo el partido de futbol.

– Es muy lindo y tenemos muchas cosas en común, pero no sé, necesita poner en orden su cabeza y su corazón... claro que yo no tengo prisa.

Poco después, los esposos se despidieron, para partir a su luna de miel en Europa, él me abrazó fuertemente y después me tomó de las manos.

– Me voy muy feliz y no sólo porque me he casado con el hombre que amo, también porque en unos meses seré ¡tío!, pero más por saber que JiMin ha encontrado finalmente el amor y me alegra tanto, gracias Taehyung por este regalo.

– Gracias a ti por tus palabras, la verdad no sé qué decirte.

– No tienes que decirme nada, sólo ser feliz con mi hermano – me dio un beso en la mejilla, se separó y lo abrazó a él.

Después JiMin me abrazó y vimos como se iban en un hermoso coche convertible, que traía amarradas las tradicionales latas y el letrero que anunciaban que eran recién casados, Jungkook mandó besos y se despidió levantando la mano, al igual que SeokJin que luego puso el coche en marcha y se alejaron.

Estuvimos un rato más en la fiesta y cuando quedaban pocos invitados, JiMin tomó una botella de champagne, un par de copas y me tendió el brazo, yo le sonreí y se lo tomé. Caminamos por la playa y no muy lejos de la casa había como una especie de cama, con cuatro barrotes a los lados y un techo de donde colgaba un velo blanco. Nos sentamos ahí, JiMin destapó el champagne sirvió en ambas copas y me dio una.

– Por ti, por mí y por nuestro amor – dijo chocando mi copa.

– Por nosotros y porque nuestro amor dure toda la eternidad.

Nos bebimos el contenido de las copas, después dejó la botella y las copas en la arena. Se acercó a mí y me acostó, me acarició un brazo y yo le acaricié su cara, suspiré y lo acerqué a mí para besarlo con pasión y amor, nuestras lenguas se entrelazaron, acariciándose suavemente, saboreándose. JiMin se colocó encima de mí, puso su mano sobre mi muslo y lo acarició, subiendo y bajando por encima del pantalón, luego rompió el beso para mordisquear mi cuello.

Me abrazó y se giró para que yo quedara encima de él, le sonreí y me enderecé, quedando hincado sobre él, con mis piernas a los costados, empecé a quitarle su camisa por completo, besé y lamí su torso perfecto, deteniéndome en sus pezones con los que jugueteé un buen rato, mientras miraba como su pecho subía y bajaba al ritmo de su acelerada respiración, bajé por su abdomen y volví a detenerme en su ombligo, sus jadeos se intensificaron. Me detuve y volví a enderezarme, me quite el chaleco y el moño, empecé a desabrochar mi camisa, él quiso ayudarme, pero le moví la cabeza negativamente, tomé sus manos y las puse a los lados de su cabeza y lo besé unos segundos para después volver a hincarme.

Me bajé de él, para poder quitarme mi pantalón y quedar solo con mi bóxer. Lo detuve para despojarlo de su pantalón y su bóxer, me lamí los labios al ver su erección y mi corazón terminó por dispararse completamente. Me quité la ropa interior. Tomé su masculinidad entre mis manos, pero JiMin me pidió que me volteara para que él pudiera también besar mi erección, así que le obedecí.

Sentí su tibia lengua recorrer toda mi erección mientras yo hundía su erección en mi boca y la sacaba, proporcionándole el mismo placer que él me estaba dando, en momentos era tan intenso que no podía seguir con mis besos y exhalaba en la punta de su pene y a veces él se detenía por mis caricias y lamía y metía su deliciosa lengua en mi agujero fruncido lubricándome. De pronto sentí como metió dos dedos embadurnados de saliva y los movía en un vaivén rápido y delicioso, hasta que al llegar a mi punto dulce mi cuerpo se estremeció completamente al llegar al éxtasis total y llenar toda su boca con mi esencia mientras seguía con mi labor y segundos después JiMin lo alcanzó también, tragándome su espeso semen, emitiendo un grito profundo que fue sofocado por el ruido del mar que era nuestro cómplice al igual que la luna.

Me bajé y me acosté a su lado, le acaricié nuevamente la cara, sus párpados, su nariz, sus labios y después nos besamos, aún teníamos el sabor de nuestras esencia en las bocas y eso volvió a encendernos intensificando el beso con ansias y hambre en tanto sentía como mi cuerpo entero se excitaba, pero sabía que tenía que esperar unos minutos así que rompí el beso y ambos tomamos aire. Nos miramos sin decir nada, sólo se escuchaba el sonido de las olas, suspiré y él me sonrió de la forma en que sabía que me enloquecía, yo le sonreí también y después cerré los ojos.

Estaba quedándome dormido cuando sentí su peso sobre mí y su boca devorando uno de mis pezones, abrí los ojos de par en par y me mordí los labios, separé mis piernas y le di la bienvenida a su masculinidad que estaba más que listo para entrar en mí, el gemido fue intenso, JiMin me sonrió y comenzó a moverse lentamente, entrelazó sus manos con las mías y las puso encima de mi cabeza, pegó su frente a la mía y yo le suplicaba por más y repetía su nombre una y otra vez, le rogaba que no se detuviera.

Después puso su cabeza sobre mi hombro y susurraba mi nombre en mi oído acompañado de intensos gemidos que me hacían enloquecer. Prácticamente le ordené que se moviera más rápido y me hizo caso, embistiendo una y otra vez en mí, abusando de mi próstata con fuerza hasta que ambos llegamos al orgasmo y JiMin se dejó caer en mi pecho totalmente rendido y extasiado al igual que yo.

– Quédate así, por favor, un rato más, quiero seguir unido a ti.

– Lo que tú quieras corazón – respondió y me besó los labios – te amo Tae.

– Te amo minnie y amo la forma en que me haces el amor.

Nos quedamos así unos momentos, él recostado sobre mi hombro y yo acariciándole sus cabellos, después me dijo que pronto amanecería así que nos levantamos y nos vestimos, caminamos a la orilla de la playa y nos sentamos, JiMin detrás de mí envolviéndome con sus piernas y sus brazos. Poco a poco el sol fue apareciendo en el horizonte, este era el mejor amanecer de toda mi vida, sin duda era un nuevo comienzo, al lado de un extraordinario hombre que jamás imaginé encontrar, sólo esperaba que todo siguiera igual de perfecto, pero, ¿qué podría salir mal?.

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