13. Necesitados
El sábado fui con Chaeyoung al cine y después a cenar, estando en el restaurante le llamó su nuevo compañero de trabajo para invitarla a una exposición al día siguiente, me daba gusto verla de nuevo entusiasmada con alguien y que hubiera olvidado tan rápido a su ex, me pregunté si era buena idea decirle que el tipo estaba muerto y decidí que era mejor que lo ignorara, no quería amargarle su día, sería muy impactante para ella y lo que menos quería era que sufriera de nuevo.
El domingo no hice prácticamente nada, sólo leer, escuchar música y ver la televisión, pasaron un anuncio de la línea de ropa de Jungkook y de inmediato vino Taehyung a mi mente, sí, otra vez el hechizo estaba haciendo efecto, así que me levanté, tomé las llaves del coche y me dirigí a su departamento, necesitaba verlo aunque fuera a lo lejos, no me atrevía a llamarlo, quizá se negaría y muy en mi contra, al menos conscientemente, eso me dolería.
Llegué y me estacioné otra vez en la acera de enfrente, no tenía idea si su departamento daba a la calle y sólo se veían un par con las luces encendidas, me quedé ahí sentado decidiendo que hacer, no podía ir a buscarlo, ¿qué le diría?, ¿que me equivoqué de departamento y no me imaginé que él viviera ahí?, ¿que se descompuso mi coche y estaba buscando ayuda?, quizá eso funcionaría si viviera en la planta baja, pero no en el quinto piso. Eran patéticas mis opciones y más aún mi actitud psicópata, obsesiva, compulsiva, ¿desde cuándo yo era así?
Fui sacado de mis cavilaciones cuando un coche se estacionó afuera de su edificio y de inmediato lo reconocí, claro, ¿qué otra cosa podría hacer él en domingo que no fuera salir a pasear con su novio? Lo vi bajar y mandarle un beso con la mano y después él arrancó, me esperé a que él entrara al edificio, se veía tan hermoso con esos jeans y ese suéter amarillo que tenía una imagen del personaje animado conejo bugs bunny y unos lentes falsos, realmente se veía muy guapo. Moví la cabeza y me dirigí a mi departamento.
Los siguientes días transcurrieron con la rutina de siempre, incluido el ir a espiar a su edificio, estaba completamente convencido de que ese hombre me había dado algo, no era posible que me estuviera comportando de manera tan irracional, ¿qué ganaba con verlo escasos segundos? ¿por qué a pesar de estar tan cerca de él, no me atrevía a acercarme? ¿por qué temía a su rechazo? Taehyung parecía una especie de droga que había probado, me había gustado y quería más, pero a la vez intentaba evitarlo, unos días tenía la suficiente fuerza para no pensar en él y otros sentía una necesidad impetuosa de estar a su lado, sí, él parecía algún tipo de adicción que tratas de dejar y no puedes.
Ese viernes no pude más, estaba afuera de su edificio y, aprovechando que apenas me habían entregado el movil que utilizaría en la oficina, le marqué desde ese para que no supiera quien lo estaba llamando. Después de tres timbrazos escuché su hermosa voz: "hola, buenas noches", me quedé mudo como vil adolescente, sin poder hacer la pregunta de rigor, "hola, ¿hay alguien ahí?", preguntó un tanto desconcertado y al volver a escucharlo, un suspiro me traicionó y colgué de inmediato el teléfono, entonces tuve la vaga esperanza de que supiera que era yo y me buscara. Casi veinte minutos después sonó mi movil y una sonrisa se plasmó en mi cara al ver que se trataba de él, sin planearlo resultó.
– Hola – respondí pareciendo casual.
– ¿Estás libre esta noche? – preguntó casi en voz baja.
– ¿Lo estás tú? – exclamé sin pensar.
– ¿Acaso es un reclamo?
– De ninguna manera, sabes que así no funciona – le mentí, conservando mi papel de desconocido.
– Entonces, ¿nos podemos ver? – me alegré al escuchar esa frase, él estaba tan ansioso como yo, pero guardé silencio unos instantes para que no lo notara.
– Sí, en una hora en el lugar de siempre.
Y ahí seguía yo, con la sonrisa estúpida estampada en la cara, emocionado porque volvería a verlo después de casi cuatro semanas. Suspiré y arranqué a toda velocidad. Llegué al hotel y me quedé en el auto haciendo tiempo, luego me puse un un poco de colonia y me dirigí a los ascensores. A los pocos minutos llegó él, vestido de forma informal, con unos jeans y una chaqueta, mi corazón se aceleró al verlo y comencé a excitarme a pesar que aún no lo tocaba ni lo tenía cerca.
Nos saludamos y después subimos al ascensor, alguien debió escuchar mis plegarias porque en el piso dos subieron demasiadas personas haciendo que él tuviera que pegarse a mí, aspiré el aroma de sus cabellos y exhalé en su oreja sin que pudiera evitarlo, había echado tanto de menos su perfume, en realidad todo de él.
Salimos y caminamos rumbo a la habitación, le ofrecí mi brazo que acarició suavemente provocándome una cálida sensación que recorrió todo mi cuerpo. Cuando iba a sacar la tarjeta para abrir la puerta de la habitación sentí que mi iPhone vibró, así que tuve que excusarme con él para que no escuchara la conversación y que siguiera ignorando cosas sobre mi vida personal.
– Permíteme unos minutos, necesito pasar primero al baño – dije deslizando la tarjeta, él sólo asintió con la cabeza.
Entre y cerré el baño, caminé hacia la regadera y corrí la puerta de cristal para entrar en ella y tener un poco más de privacidad. Saqué el aparato del bolsillo y vi que la llamada era de Chaeyoung, iba a marcarle cuando ella volvió a hacerlo.
– Hola niña – respondí susurrando.
– Hola nene, ¿cómo estás?
– Ocupado, y ¿tú?
– Esperando. ¿Por qué hablas en voz baja?
– Porque estoy en una junta, ¿qué necesitas?
– Escuchar tu voz nene, te extraño.
– Muy graciosa, ya dime en serio para que me llamas con tanta insistencia.
– Sólo para confirmarte que ya tengo las entradas para la función de Mamma Mía, es mañana a las nueve.
– Muchas gracias, no iba a poder dormir.
– Ahora, ¿quién es el gracioso? te aviso para que no programes ninguna de tus citas misteriosas, sabes que odio que me dejen plantada.
– Lo tomaré en cuenta, ¿es todo?
– No, quería hablar contigo mientras pasan por mí, ¿por qué tanta prisa galán?
– Porque ya te dije que estoy en una junta.
– ¿Y tú crees que yo soy tonta?, es viernes y pasan de las nueve de noche ¿quién es él?
– No lo conoces.
– Lo conoceré algún día? – preguntó curiosa.
– Lo dudo – lo más probable es que sí, pero no quise que aún lo supiera.
– Mmmm, otra de tus citas misteriosas, ¿algún día me dirás qué es lo que haces?
– No y en serio ya tengo que irme.
– Uy, que prisa, a veces es bueno hacer esperar... aumentan las ansias.
– O duermen a la gente, así que ya te dejo nena, nos vemos mañana.
– Hasta mañana baby diviértete mucho, te mando un besote.
– Y yo dos, descansa y que sueñes con los angelitos.
– Tú también descansa, te he visto más flaco últimamente.
– Me estoy haciendo anoréxico.
– Uy sí te lo creí.
– Bueno, ya adiós, voy a colgar en este momento.
Sólo escuché su risa antes de oprimir el botón de apagado. Salí de la bañera, me lavé las manos y abandoné el baño.
Le sonreí a Taehyung mientras me acercaba a él, por fin iba a tenerlo nuevamente entre mis brazos. Levanté mis manos para tomar su rostro, pero él me lo impidió sujetándolas por las muñecas, ¿qué pretendía?.
Me besó frenéticamente haciendo prisionera mi lengua, que delicia fue sentir la suya, comprobé que tenía las mismas ganas que yo y le correspondí el beso de igual forma, su sabor era realmente embriagador y me perdí en el, disfrutándolo, saboreándolo, en tanto mi cuerpo reaccionaba y la excitación aumentaba, definitivamente necesitaba de él, con sólo un beso había logrado hacer lo que aquel rubio chico no había podido lograr estando desnudo sobre mí. Forcejeé con él, quería tocarlo, acariciarlo, recorrer su cuerpo con mis manos y entonces rompió el beso.
– Esta noche será a mi manera – susurró en mi oído.
– ¿Ah sí?, ¿y qué tienes en mente?
Lo sentí sonreír sobre mi cuello y empezó a lamerlo, en ese momento logré liberar mis manos, pero él me aventó los brazos impidiendo de nuevo que no lo tocara, fue mordiendo mi cuello en tanto levantaba mi suéter hasta que me lo quitó, después levantó mi camisa y fue lamiendo de una forma deliciosa mi torso, quise sujetarlo por los hombros y una vez más no permitió que lo hiciera, entonces empecé a jadear, el no poder tocarlo estaba aumentando peligrosamente la excitación, finalmente me quitó la camisa también, me sonrió y me tiró sobre la cama, sin duda esa noche iba a ser una de las mejores de mi vida, me encantaba esa actitud que había adoptado, quería dominarme y por supuesto que se lo iba a permitir.
Me tumbó en la cama y terminó de desnudarme. Me gustaba esa sonrisa traviesa que tenía en la cara, entonces, tomó mi miembro endurecido entre sus manos y comenzó a lamerlo de manera deliciosa, quise poner mis manos en su cabeza, pero me lo impidió mientras seguía devorándose por completo mi masculinidad. Me acosté por completo en la cama, disfrutando de sus húmedas caricias y mis gemidos se escuchaban por toda la habitación, al fin me estaba haciendo lo que tanto había querido y de qué forma, sentía su tibia boca absorber mi miembro sin parar, al tiempo que lo acariciaba con su mano y pasaba su lengua a todo lo largo.
Yo me mordía los labios ante las grandiosas sensaciones que me estaba provocando, no sé cómo pude contenerme y no gritar su nombre, que ya conocía. Cuando estaba a punto de terminar, él se detuvo y me besó ansiosamente, entrelazando su lengua con la mía en tanto su mano se deslizaba por mi dureza y me hizo explotar en él.
Se separó lo mínimo para tomar aire, quise besarlo, pero seguía sin dejarme, así que hice uso de mi fuerza y logré tirarlo en la cama colocándome encima de él y lo sujeté de las muñecas con fuerza, pero sin lastimarlo, él me miró confundido y yo me reí.
– Fue tu idea jugar rudo esta vez... prohibido tocar o prolongaré más la tortura – expliqué sobre sus labios.
Lo fui desnudando lentamente, al tiempo que lo besaba y lamía, le quité la ropa interior con mi boca y después lo giré para recorrer su espalda con mis labios, mi lengua y mis manos. Su respiración se volvió errática y después me suplicó que lo hiciera mío, era lo que más había deseado todos estos días, pero quería embriagarme primero de su aroma, de su sabor, quería comprobar si me había necesitado tanto como yo a él. Mientras me colocaba el condón, Taehyung se acostó de frente y me tumbé sobre él, pero sin penetrarlo todavía, entonces volvió a suplicar.
– Necesito tenerte dentro ahora – exclamó demandante.
– ¿Me extrañaste? – pregunté entrando al fin en su cuerpo.
– Sí – respondió con un grito.
– ¿Cuánto? – inquirí mientras me movía suavemente.
– Mucho – dijo entre gemidos deliciosos que me excitaban más.
– ¿Mucho? – insistí disminuyendo la velocidad de mis movimientos.
– Muchísimo – aclaró tratando de besarme, pero no se lo permití.
– Demuéstrame que tanto – ordené.
Entonces me envolvió con sus piernas mientras sus manos viajaban por mi espalda y se movió de manera desenfrenada incrementando el roce de nuestros sexos, estaba tan apretado provocando que el placer aumentara, así que comprobé lo que quería saber, Taehyung me había echado de menos tanto como yo a él, su cuerpo, las expresiones de su cara, sus manos, sus gemidos me lo decían, nuestros cuerpos se fundían en uno solo, en una sincronía perfecta, yo sentía mi sangre hervir en cada rincón de mi ser hasta que ambos llegamos al orgasmo y me dejé caer sobre su cuerpo.
No sé cuánto tiempo me quedé dentro de él sin moverme, pero mi miembro se rehusaba a salir de su agujero y no iba a ir en contra de eso, había pasado muchos días sin sexo y estaba ansioso, así que lo besé desesperadamente, aprisionando su lengua, mordiéndosela ligeramente mientras él me acariciaba la espalda. Fui besando su mentón hasta llegar a su cuello que mordisqueé levemente en tanto una de mis manos acariciaba su miembro y con la otra pellizcaba suavemente su pezón. Taehyung jadeaba placenteramente y, aunque no quería, tuve que salirme de él para cambiarme el condón, le di un pequeño beso lamiendo sus labios antes de levantarme.
Tiré el preservativo usado y me puse uno nuevo, me senté al borde de la cama y le extendí mi mano, él la tomó y lo jalé, lo hice sentarse sobre mis piernas, a espaldas de mí, coloqué uno de sus mechones detrás de su oreja y, me acerqué y empecé a besar y lamer su hombro desnudo mientras nuestros miembros se rozaban lentamente y deslicé mi mano hasta su pene para masturbarlo mientras besaba su cuello. Él movía su pelvis adelante y atrás mientras yo sentía como mi miembro se alistaba una vez más. Seguimos frotándonos otro poco en tanto mis manos le daban placer a su miembro.
– Levántate, por favor – susurré en su oído cuando sentí que ya no podía más, me subí a la cama y doblé mis piernas – híncate de espaldas – le indiqué y así lo hizo.
Apoyó sus manos sobre mis rodillas y entré en él, puse mis manos en sus nalgas ayudándolo a subir y bajar mientras ambos gemíamos. Después, él comenzó a moverse nuevamente adelante y atrás con mi miembro dentro, era una sensación realmente exquisita tenerlo de esa manera, yo le acariciaba sus nalgas en tanto él seguía con sus movimientos. Luego lo hice que se acostara de lado y volví a quedar detrás de él, ahora yo guiaba el vaivén de nuestros cuerpos, entrando y saliendo de él con cierta velocidad mientras mi mano seguía dándole placer a su miembro, él gemía sin parar y como deseaba que gritara mi nombre. Seguí moviéndome más rápidamente hasta que volvimos a llegar juntos al orgasmo.
A continuación fue Taehyung quien recorrió mi cuerpo con besos y caricias, después yo puse una almohada en la cabecera de la cama y me recargué, lo ayudé a subirse en mí, con sus piernas sobre mis hombros y volví a entrar en su cuerpo en tanto él apoyaba su espalda en mis piernas que tenía dobladas, nos mirábamos mientras nuestros cuerpos se fundían, me encantaba verlo con su rostro retorcido y su frente cubierta de sudor, disfrutando del placer que ambos nos proporcionábamos.
Mis manos estaban aferradas sobre sus costados, veía como él abría la boca y se mordía los labios, sujetándome por los brazos, los movimientos se aceleraron, yo sentía que casi terminaba, pero a él le faltaba un poco así que me contuve hasta que me di cuenta que estaba a punto de conseguirlo y logré terminar al mismo tiempo que él. Descansamos sin decir nada, sólo mirábamos el techo, luego de estar un rato así, volví a cambiarme el condón y lo hice mío otra vez, después de explotar nuevamente, me acosté a su lado.
De pronto, una luz atravesó por la ventana seguida por el estruendoso ruido de un trueno y luego por el sonido de la lluvia. Taehyung se pegó a mi cuerpo y me abrazó temeroso.
– ¿Te asustan las tormentas? – no pude evitar preguntárselo, eso no venía en la investigación.
– Sí, desde niño – respondió avergonzado.
– No pasa nada, la lluvia es algo muy normal, vital para la vida, además no estás solo – quise abrazarlo, pero me detuve, quizá era mejor no darle alas al asunto.
– Lo sé, es sólo que... no importa.
– Tranquilo, me quedaré aquí hasta que pase – dije acariciando su hombro tratando de tranquilizarlo.
– ¿De verdad? – preguntó, pero no supe si fue ilusión lo que había en su tono de voz o yo me lo estaba imaginando.
– Sí, no traigo coche y no quiero mojarme – le mentí, pero no quería ilusionarlo, yo no era un santo y tampoco quería hacerme ilusiones, él tenía novio.
Se acostó de lado, separándose de mí y dándome la espalda, se aferró a la almohada y yo me quedé ahí, inmóvil, pensando si era buena idea romper de una vez por todas las reglas frente a él, decirle que me había dado cuenta que lo necesitaba como jamás había necesitado a alguien, a tal grado que mi cuerpo no había respondido a otros hombres, además de que había sido capaz de mandarlo investigar con tal de saber todo sobre él, sin embargo, eso lejos de halagarlo podría asustarlo y más si supiera que había estado vigilando su edificio, por lo que preferí callar.
Cuando me di cuenta que estaba dormido le acaricié su brazo, me encantaba la textura de su piel; bronceada, suave, tersa, delicada, lo acaricié con el dorso de mi mano, con las yemas de mis dedos, él no se inmutó así que me atreví a pegarme a su cuerpo y lo abracé por la cintura, enterrando mi cabeza entre su espeso cabello y me perdí en su olor.
– No me dejes solo esta noche.
Lo escuché decir y me separé abruptamente de él, pero seguía profundamente dormido, entonces puse mi cabeza sobre mi mano para mirarlo, velando su sueño mientras la lluvia continuaba cayendo.
– Te necesito... no te vayas... las reglas, sí las reglas.
Ahí me di cuenta que estaba soñando conmigo, ¿acaso él también quería romper las reglas y no se atrevía? tenía que encontrar la manera de hacerlo fortuitamente, al parecer, ninguno de los dos era capaz de quebrantarlas frente al otro.
No me di cuenta cuando me quedé dormido hasta que sentí los tibios rayos del sol sobre mi piel, abrí los ojos y vi que él seguía durmiendo, miré mi reloj y eran las diez de la mañana, me levanté con cuidado para evitar despertarlo y nuevamente decidí dejarle una nota, así que bajé otra vez a la oficina del gerente, tenía que seguir con mi teatro de desconocido para sorprenderlo cuando nos viéramos en la calle.
Escribí varias cosas y las borré hasta que encontré la frase que quería decirle: "Recuerda que después de la tempestad viene la calma, la vida es un equilibrio y no podemos ir en contra de eso", yo iba a darle el equilibrio que él necesitaba, ese que MinJae no le daba. Regresé a la habitación y le dejé la nota sobre la mesa, lo miré unos instantes y después me fui.
Por la tarde llegó Chaeyoung a mi departamento y me propuso que fuéramos al juego de los Gigantes, que era el siguiente lunes. Ella era gran fan de ese equipo, así que la abracé y le di un beso en la frente, sin querer me dio la idea perfecta para propiciar el encuentro casual con Taehyung, recordé que MinJae me había mencionado que él jugaba futbol americano en el insituto, así que seguro iría si lo invitaba, sólo esperaba que esta vez sí fuera con Taehyung.
Este está largo Jsjsj
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