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Era algo tarde. Estando en su lugar favorito se sentía algo libre entrando a su mundo para perderse pero la puerta realidad lo golpeaba y para el era algo difícil para él, sintiéndose tan pequeño e inútil.
¿Tan desprotegido se sentía? ¿Por qué no podía defenderse el pequeño Muichiro? ¿Qué es a lo que le teme?
Sus ojos llorosos llamaban la atención de un pelirrojo curioso. Gracias a las lagrimas la tinta se corrió manchando su dibujo, mordía su labio inferior para tratar de no sollozar - A Muichiro no le gustaba sentirse así, se sentía tan miserable y humillado de cierta forma; La escuela era como un maldito sitio de guerra para él -. Los largos dedos rozaron su mejilla quitando aquellas lagrimas que manchaban el rostro del pelinegro.
Muichiro se había asustado por el roce de los dedos ajenos. Sus orbes con algunas lagrimas estancadas se conectora con los ojos del pelirrojo quien mostraba una sonrisa. Este sin avisar limpio el rostro del pelinegro con una servilleta, y Muichiro simplemente quedaba estático.
Al terminar la acción el pelirrojo le pregunto -: ¿Te encuentras bien? ¿Alguien te hizo daño?
Negó con su cabeza, teniendo un puchero en su rostro asintió después.
Con ganas de volver a llorar sorbió su nariz, sollozo en bajo cubriendo su rostro no quería que el pelirrojo lo viera así.
Este cuidadoso puso su mano en la espalda palmeando cuidadoso. - ¿Te gustaría que me quede? - sugirió acariciando su cabellera.
- ¿L-Lo... ? - se incorporo para limpiarse un poco y decir fragilmente -: ¿L-Lo harías?
- Por su puesto - respondió Tanjirou -. Pediré permiso para retirarme por hoy.
- ¿Eh? - confuso casi susurro.
- ¿Te gustaría ir algún lado?
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Un bastante tarde se notaba por el cielo, con sus colores anaranjados con el rojo del sol... era bastante notorio.
Las papilas gustativas de ambos se deleitaban con el dulce sabor del helado. Tanjirou compro helados para ambos, el tenia uno de cono con dos bolitas y Muichiro uno de canasta. El pelinegro se sentía un poco apenado por la compra de Tanjirou (aun que no tenia por que), los dos estaban sentados en la rueda giratoria.
Están en silencio, Muichiro como siempre evitaba el contacto visual y tener algún tacto con el pelirrojo. Aun que el contrario sentía una fina atracción por él, indefinida pero de verdad el pelinegro era tan llamativo que le encantaría presionar sus mejillas.
Quiso romper el hielo.
- ¿Entonces... por que te sentías mal? - pregunto mirándolo, aun que este lo ignorara con su helado -. Puedes hablar con confianza. No soy quien para juzgarte.
Muichiro lo miro de reojo. No quería decirle nada, pero su corazón estrujado y su llanto interno lo hacían marear molestándolo tanto que formo un puchero. Con un pequeño tartamudeo dijo -: M-Me molestan.
- ¿Quienes? ¿Tus compañeros o otras personas?
Asintió terminando su helado. Confundiendo al pelirrojo; Tanjirou no era un genio para saber lo que pasaba con el chico, pero aun así no podía ser grosero con él.
- Mmm... ¿te gustaría que le diera vueltas o te columpiara? - cuestiono, sujetando su mano y Muichiro solo temblaba por el tacto del mayor.
- B-Bueno...
- ¡Perfecto! - exclamó alegre sujetando con fuerza su mano lo arrastro asta los columpios.
Llegando a ellos Tanjirou hizo que Muichiro se sentara pues el solamente se apenaba más negándose pero para Tanjirou ya no había vuelta atrás. El pelirrojo tenía en cuenta que si decías algo tenias que hacerlo si o si. Pues es como una promesa y las promesas no se rompen.
Muichiro por fin sentado en el columpio, el mayor tocaba las cadenas de este para empujar lo, muy leve. El pelinegro definitivamente se sentía nervioso con la cara roja e ardiente. En su mente corrió la voz de su hermano diciendo que llegaría más temprano; puesto que Yuichiro tomaría el turno de la mañana, por su cita de trabajo.
Con sus nervios bastantes visibles trato de parar el columpio pero Tanjirou seguía columpiando lo.- T-Tanjirou - tartamudo haciendo que parara el nombrado.
- ¿Ocurre algo Muichiro?
- Y-Yo...
Tanjirou se puso al frente para mirarle mejor con su sonrisa tan llamativa.
- ¡¿Muichiro?! - gritaron si nombre en confusión.
- ¡Hic! - chilló volteando a ver a todos lados asta que dio con su hermano; el tenia el ceño fruncido, caminando con los puños en la mano. Muichiro empezó a temer por alguna acción agresiva de él. - ¡Yuichiro! - nombro.
Tanjirou quedo confundido, acaso él ¿miraba doble Muichiro?, miro a ambos y solo pudo levantarse para estrechar la mano de Yuichiro; quien ya estaba muy cerca de ellos.
- ¡Buenas tardes! - saludo sin soltar su mano.
- Hola...
- ¿Eres el hermano gemelo de Muichiro?
Son muy parecidos - dijo para entablar una conversación sana -. Soy Kamado Tanjirou el amigo de Muichiro, es un gusto conocerte, espero llevarnos bien ¿Sí?
Yuichiro se congeló. Asintió frunciendo los labios. - Yo soy Tokito Yuichiro hermano gemelo mayor de Muichiro.
- Oh, Muichiro es el menor entonces. - soltó una pequeña risita mirando lo -, Es todo un placer.
- Sí... - hizo que soltara su mano casi con un manotazo -. Muichiro.
- ¿Mande Yui...?
- Vayámonos.
- ¿Eh?
- Ay un problema en la casa, tenemos que irnos.
- Pero...
Yuichiro le tomo de la mano y lo arrastro, Tanjirou trato de tomar su mano pero Yuichiro le dedico una mirada asesina.
- ¡Nos vemos Muichii-chan!
Muichiro se sorprendió por tal apodo. Sonrió tímido volteando a verlo con su mano libre la movió lado a lado con sus mejillas regordetas y ojos entre abiertos cristalizados.
- ¡A-Adiós Tanjirou! - le gritó despidiéndose, estando un bastante lejos de él.
Una despedida rara y linda fue.
Tanjirou se quedo sentado en el columpio asta ver como desaparecían los gemelos. Un sabor agrio le paso en la boca sin borrar su sonrisa.
Yuichiro tenia que admitir que los celos eran lo peor de él. Ahora siente que a cometido un error pero en parte no se arrepiente de nada.
Su hermanito era lo más especial del mundo para él y no permitiría que alguien le hiciera daño. Sin saber que su hermano sufre de acoso escolar.
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