Esta temporada ya está acabada, los test previos a acabar el mundial ya están completados también. Ahora toca descansar de la Fórmula Uno un rato, aunque seguro que el tiempo se nos va a pasar lento, muy lento. Pero seguro que cuando menos nos demos cuenta estamos otra vez en todo este caos.

Las navidades están aquí ya, Charles y yo hemos organizado un viaje a México de unas dos semanas, de hecho, ya llevamos aquí un día.

No teníamos pensado pasar las navidades fuera de Mónaco, pero al final decidimos que nos hacía falta un descansito. También, al fin y al cabo a Charles las navidades le recuerdan mucho a su padre.

Eso sí, con nada que vengamos de México ya tenemos organizado otros planes: un día iremos a cenar con la familia de Charles, y otro día iremos a Madrid para estar con mi familia, a la que por cierto llevo algo de tiempo sin ver.

México es brutal, es un paraíso. Sus playas son ideales y su gente es como en España, humilde y hermosa. Es una maravilla y el ambiente tan colorido que hay me tiene enloquecida.
A México no hemos venido solos, sino que nos acompañan los amigos de Charles que son todos majisimos. Y también se han unido mis amigos, Jimena y Ricard.

- amor - me despierta Charles.

- mm - murmuro todavía con los ojos entrecerrados.

- Vamos despierta.

- Charles, déjame dormir.

- Zoe, cariño son las once de la mañana. - indica, abro mis ojos.

- Vale, ya estoy despierta - digo y se ríe. - Buenos días.

- Bues días, amor - me da un abrazo.

- ¿Qué haremos hoy? - pregunto.

- Antes de todo, hay que prepararse para desayunar. - responde con una sonrisa.

Algo trama y ese algo no sé lo que puede ser, miedo me da.

Cuando nos terminamos de cambiar de ropa bajamos al comedor del hotel a desayunar. Y al llegar, vemos que nuestros amigos ya están sentados esperándonos, tomamos asiento junto a ellos y nos disponemos a cada uno echarnos en el plato lo que queramos desayunar.

Por mi parte, mi desayuno consiste en un mollete, pan cortado al medio, untando con frijoles refritos, al que se coloca una rebanada de queso para que se derrita. Y un café.

- Zoe - me llama Ricard, bajito para que solo nos enteremos él y yo.

- Dime Ric.

- ¿Sabes lo que pasó ayer? - pregunta y yo niego.

- ¿El qué? - pregunto dándole un sorbo al café.

- Jimena se ha enrollado con uno de los amigos de Charles - confiesa, y sin querer escupo el café de la boca.

Toda la mesa me mira sin entender nada, mientras que Ricard y Charles no paran de reírse.

- Lo siento, quema mucho - me excuso.

- ¿Tú lo sabías? - pregunto a Charles.

- Me he enterado diez minutos antes que tú - afirma.

- Mírala a ella que viene a ligar y todo - digo y los dos vuelven a reír.

Terminamos de desayunar y volvemos a subir a las habitaciones para ponernos los trajes de baño e irnos a la playa.

- Charles, ¿crees que Jimena y Tom llegarán a algo?

- Cariño, no lo sé pero hay ahí una especie de química.

- Yo también lo pienso.

El hotel está a primera línea de playa, así que sólo tenemos que salirde el, dar unos pasos y llegamos.

Tumbamos todas las toallas en la fina arena de la playa, y sin pensarlo vamos a darnos un baño, que hace mucho calor.

Voy caminando hacia la orilla a paso lento cuando sin darme cuenta, Charles me coge y me pone bocabajo mientras él empieza a correr.

Qué tengo buenas vistas de su culo.

- Lo has dicho en alto - dice.

- Lo siento - empezamos a reírnos a carcajadas.

Siento que me voy a comer la arena en nada. Pero menos mal que llegamos al agua, y a dos metros de la orilla me suelta.

Pasamos un buen rato en el agua todos jugando al uno x dos, típico juego de piscina o playa.

Hasta que cuando creemos que ya llevamos bastante sal pegada al cuerpo nos salimos un rato y nos ponemos protección solar.

@zoegarcia

- Tengo una sorpresa - dice Charles y todos nos incorporamos para mirarle.

- ¿Qué es? - pregunta uno de sus amigos.

- Zoe, ¿sabes algo? - me pregunta Jimena.

- Lo mismo que vosotros, ósea nada. - respondo.

- Nadie sabe nada. Pero ahora si me permitís os diré lo que es. - puntualiza Charles.

- Habla - decimos al unísono todos.

- Bien, hoy iremos a bucear bien equipados y junto a un profesional.

Todos sonreímos y les damos las gracias.

- vamos que nos esperan.

Charles coje mi mano y vamos hasta la barca en la que nos esperan.

- Espero que lo pases bien - deja un beso en mi frente.

- Eso seguro, y más si es contigo.

Sonríe y deja un tierno beso en mis labios.

- Aquí tenéis los neoprenos - dice el hombre.

Nos ponemos los neoprenos, las gafas y las aletas. Y cuando él nos dice nos tiramos al agua junto a otro chico.

Las vistas son maravillosas, hay un arrecife de corales que es precioso. Y muchos tesoros escondidos dentro del mar.

Bucear me encanta, pero es que encima si son en estas aguas tan puras y cristalinas, es mejor aún.

Pasamos un rato explendido buceando hasta que acaban las horas establecidas.

Es hora de comer y nos acercamos a un restaurante mexicano que está justo al lado de la playa, es decir, junto al hotel donde nos alojamos.

Para almorzar pido unos tacos, que aún no había probado la típica comida mexicana, y que obvio que no podía irme de aquí sin probar los originales.

Después de comer volvemos a la playa. En el día de ayer, fuimos a montar en motos de agua. Y fue una verdaderamente pasada, es una sensación de adrenalina épica.

A las ocho de la tarde nos vamos al hotel para ducharnos y prepararnos para la noche mexicana.

Después de prepararnos salimos a una discoteca cerca de aquí. De la que hemos oído hablar muy bien.

A plena noche, mientras estamos bailando Charles se acerca a mi.

- ¿Sabes una cosa? - pregunta cerca de mi oído.

- ¿El qué? - pregunto.

- Eres el amor de mi vida.

Me quedo en shock. Nunca Charles me había dicho esto. Ahora mismo tengo ganas de llorar de felicidad.

- Tú también eres el amor de mi vida, Charles. - digo y me besa apasionadamente.

nuevo capitulooo!!
espero que os guste ❤️
nos vemos pronto.