Mi nombre es Izuku Midoriya, un chico introspectivo y soñador, mi vida solía estar llena de alegría y momentos divertidos, incluso tenia una hermosa novia, que cariñosa y se preocupaba por mi, en simples palabras mi vida era perfecta, sin embargo un día todo eso cambió. Mi alma se sumió en la calma, y una sensación de vacío se apoderó de mi. Como si algo esencial en mi interior se hubiera perdido.

Me esforzaba por ser sincero consigo mismo y enfrentar las consecuencias de mis acciones, no tenías excusas por mi obsesión en convertirme en el mejor héroe del mundo descuidé nuestra relación. Intentaba redimirme de mis errores y liberarme del peso del karma que me perseguía. Aun asi, a pesar de mis esfuerzos, me encontraba solo.  Ya no encontraba las palabras o las acciones adecuadas para expresarme, y las noches se volvieron feas y desoladoras.

Tal vez sea exagerar pero los colores que solían adornar mi vida cuando estaba junto a ti se desvanecieron, convirtiéndose en grises monótonos. No había ningún rincón al que escapar de esa tristeza que me envolvía. Mis ilusiones se desvanecieron y la soledad se convirtió en mi único consuelo.

Sentía que no era tan bueno como alguna vez prometí ser. El insomnio me atormentaba con preguntas sobre cuánto tiempo podría soportar esta situación. Gritaba al destino, suplicando que no me dejaras, aunque varias lo hubieran hecho hace tiempo. A pesar de todo, me negué a rendirme, a dejarse vencer por la desesperanza. Intente reparar nuestra la relacion, que cambiaría pero por mas que lo intente no pude lograrlo

Aunque no quería aceptar que mi antigua realidad ya no existía, me ví obligado a adaptarme. Recordaba a alguien que alguna vez fue la luz en mi vida, alguien a quien dejé ir. Aunque soltarla fue doloroso, era necesario. Era como una alma inquieta, siempre anhelando descubrir nuevas experiencias, y yo no podía retenerla.

Es por eso que ahora estoy aquí, sentado a varios metros de ti, observando como estas a punto de casarte con otra persona. Las lágrimas amenazan con escaparse de mis ojos mientras mi corazón se aprieta en un nudo doloroso. El sonido de la música de fondo se desvanece en mis oídos mientras mi mente se llena de recuerdos de nuestro pasado juntos.

Recuerdo nuestros momentos de risas compartidas, las aventuras que vivimos y los sueños que planeamos cumplir juntos. Pero ahora, todo eso parece haber quedado en el pasado, como un sueño adolescente que se desvanece al despertar.

Observo cómo sonríes, radiante en tu vestido blanco, y me pregunto si realmente alguna vez fui capaz de llenar el vacío que sientes. Me pregunto si podrías encontrar la felicidad que buscabas junto a mí, o si en realidad siempre fue un anhelo que solo alguien más podría cumplir.

A medida que el oficiante de boda pronuncia las palabras que unirán tu vida a la de otra persona, siento un nudo en mi garganta. Es el adiós definitivo a lo que alguna vez tuvimos, a lo que pudo haber sido.

Pero en medio de todo este dolor, también encuentro una pequeña chispa de esperanza. Una esperanza de que encuentres la felicidad y la plenitud que buscas en este nuevo capítulo de tu vida. Aunque ya no sea yo quien te acompañe, quiero que sepas que siempre te desearé lo mejor, incluso si eso significa dejarte ir.

Y así, mientras te veo intercambiar votos y promesas con tu nueva pareja, me despido en silencio. Mientras me alejo del lugar de la ceremonia intentando organizar mis pensamientos, percibo la sensación de que alguien me esta observando, recorriendo a los alrededores, una chica de cabello celeste brillante y ojos llenos de curiosidad se cruza en mi camino.

Sus ojos se encuentran con los míos y siento una conexión instantánea, como si el universo estuviera conspirando para encontrarnos en ese preciso momento. Su sonrisa amable y su energía positiva como de costumbre me cautivan de inmediato, haciendo que olvide por un momento el dolor que todavía se encuentra fresco en mi corazón. 

Decido acercarme a ella, atraído por su presencia magnética y la curiosidad que brilla en sus ojos, después de todo ya no tenia nada que perder. 

Ya nos conocíamos de antes, debido a las pasantías de la UA, donde salvamos a una pequeña niña. Intercambiamos saludos y nos sumergimos en una conversación que fluye con naturalidad y gracias a mis hábitos de analizar las cosas fue fácil conocer tu personalidad.

No me había fijado en el pasado pero realmente eras un hermosa mujer. Ya hacia tiempo logre superar mis nervios al hablar con los demás así que no me costo decirte algún que otro elogio.

A medida que la conversación avanzaba descubro muchas cosas de ti, me compartes tus experiencias y yo las mías, mientras que contaba mi historia ella me escucha atentamente. Con cada palabra de aliento que me brinda, siento cómo mi corazón es sacado de la oscuridad y una pizca de esperanza renace dentro de mí. 

La ceremonia avanza y la fiesta para celebrar a la pareja de recién casados comienza. Me despedí inmediatamente de ti, sinceramente no quería quedarme, deseaba irme a mi casa y solo descansar, pero me lo impediste, dijiste que querías continuar nuestra conversación y conocerme más. 

A pesar de la leve tristeza que aún me embargaba, me dejo llevar por el ambiente de la fiesta que nos rodea. La música y las risas que resuenan en el aire intentan disipar el dolor que aún siento en lo más profundo de mi ser. Sin embargo, el alcohol también fluye libremente a medida que el tiempo pasa.

Las copas de vino se vaciaban una tras otra, y mis barreras emocionales se desmoronan lentamente. Nuestras preocupaciones se desvanecieron, sumergiéndonos en conversaciones profundas, tal vez tocando temas sensibles.

Quisiste cambiar de ambiente, así que minutos después sin pensarlo dos veces me arrastraste a la pista de baile, no me negué y al ritmo de la música nos divertíamos.

No se si fue por culpa del alcohol o como método de escapar de la realidad, pero luego de bailar y beber, tome una decisión arriesgada, te pedí pasar la noche juntos, por supuesto no esperaba nada de mi petición y menos de tal belleza, sin embargo sorpresivamente aceptaste, me que en shock.

¿Porque aceptó? No lo sé, hasta el día de hoy no tengo esa respuesta

Me guisaste hasta tu departamento, y me explicaste que recientemente te habías mudado sola, que gracias a tu trabajo de heroína pudiste pagarlo, te felicité por tu esfuerzo y me diste una sonrisa sincera.

Una vez en tu habitación, yo me debatía mentalmente si esto seria lo correcto, si verdaderamente quería esto o era por influencia del alcohol, antes que dijera algo, sin decir una palabra, te acercaste lentamente a mí y tus cálidos brazos rodearon mi cuerpo en un abrazo. Las palabras se volvieron innecesarias.

Los besos comenzaron y ya no había vuelta atrás, cada caricia, cada suspiro, era un intento desesperado de llenar el vacío. la situación escalo rápidamente, los besos comenzaron a ser mas intenso despojándose mutuamente poco a poco de sus ropas.

Izuku bajo delicadamente el vestido de Nejire, dejando a la vista los enormes pechos de la chica comenzando a masajearlos, para luego ambos dirigirse a la cama y recostarse para continuar las caricias.

La noche transcurrió en susurros y gemidos ahogados. En la penumbra de aquel encuentro fugaz, me aferre desesperadamente a cualquier forma de conexión, esperando encontrar un momento de alivio en medio de la oscuridad que nos envolvía.

Pero a medida que el amanecer se acercaba, la realidad se hacía más evidente. El vacío en mi corazón no podía ser llenado con un encuentro físico. Era una ilusión efímera que solo servía para enmascarar por un instante esta herida emocional.

Luego de aquel encuentro lleno de pasión y deseo, nos quedamos en silencio, exhaustos y abrazados en la cama. Sin embargo, la tristeza que me acompañaba no había desaparecido por completo.

Mire a la chica completamente desnuda, tapada únicamente por una sabana durmiendo plácidamente, aferrada a mi cintura sabiendo que las heridas aún estaban presentes y que este encuentro no podía resolver todos los problemas.

En ese momento, tomé la decisión de ser honesto con ella y compartir mis sentimientos más profundos. Cuando despertaste te conté sobre mi dolor por haber perdido a la persona que alguna vez fue mi todo, sobre la sensación de vacío que me había consumido y cómo luchaba por encontrar mi camino en medio de la oscuridad.

Tema que no debería sacar a la luz, luego de haber tenido esta noche contigo.

Sin embargo tú, por tu parte, escuchaste atentamente en silencio y cuando termine de contar me consolaste sin dudarlo. Charlamos un rato del tema y en lugar de alejarnos el uno del otro y hacer como que esto nunca sucedió, decidiste ayudarme a enfrentar mis penas juntos, a comenzar una relacion. Prometimos apoyarnos mutuamente, reconocimos que llevaría tiempo, que habría momentos difíciles y diversas dificultades, pero estábamos dispuestos a enfrentarlos juntos. 

Nuestra relación no fue convencional ni fácil, pero encontré consuelo en tu compañía. Me di cuenta de que el amor no siempre viene en forma de cuentos de hadas, sino que puede surgir de los momentos más oscuros de nuestras vidas.

A medida que el tiempo pasaba, nuestras sonrisas se volvieron más genuinas y mi corazón encontró la paz que tanto anhelaba, me enamoré de ti.

No era el mismo de antes, pero eso no me impidió encontrar la felicidad en un nuevo comienzo.

Aprendí que el amor puede surgir incluso en medio de la oscuridad, y que a veces.........
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Las historias más hermosas se escriben en los momentos más difíciles de nuestras vidas.