
Rojo y Rosa
Vida y Sexo
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JinYoung invitó a Jae Beom a cenar a su casa. Después de ver los fuegos artificiales la lluvia cayó nuevamente sólo que esta vez las gotas eran más delgadas y no llovía a cántaros. Park pensó que era tonto pero siempre había querido un beso bajo la lluvia, como en las películas de romance que veía los sábados o domingos. Con su ex nunca lo hizo porque al chico no le gustaba mojarse y tener la ropa pegada a su cuerpo, además le huía al romance siempre que tenía la oportunidad.
Tal vez podría intentarlo con JB, si tan solo tuviera las agallas necesarias para dar ese paso.
Cuando llegaron a su casa corrió para buscar toallas y llevárselas a Jae Beom. Le dio la oportunidad de que tomara un baño primero así que el comenzó a sacar las cosas que necesitaría para la cena, optando por preparar algo rápido. Le prestó ropa al pelinegro y ahora que lo veía con ella, una sonrisa pícara iluminaba su rostro. Se alegró de darle una camiseta sin mangas, era un verdadero deleite ver los músculos de sus brazos.
Luego de que JinYoung se bañara y Jae Beom terminara de hacer la cena, JinYoung propuso que sería buena idea ver alguna película, por lo tanto fueron a su habitación. Tardaron media hora peleando por el género que verían, Park quería acción pero Jae Beom prefería comedia. Al final terminaron viendo El Rey León.
Debido a las horas de lluvia el clima continuaba con bajas temperaturas, ambos estaban bajo las sábanas cómodos y calientes. La manera en la que los dos convivían era sumamente especial, como si hubiesen hecho eso durante años. Reían y cantaban cada una de las canciones de la película e hicieron una apuesta. El que llorara en la escena de la muerte de Mufasa perdería.
Ambos perdieron.
—¿Por qué apostamos eso? Todos lloran en esa parte.
—No tengo idea.
Lo único bueno fue que JinYoung utilizó de excusa eso y enredó sus brazos en el torso del pelinegro. Casi grita de emoción cuando sintió que los brazos del chico lo rodeaban, y cuando llegó la parte de "Esta noche es para amar", oh, él prácticamente sentía que flotaba. Se quedaron así hasta el final.
Jae Beom tenía que regresar a su casa para alimentar a Nora pero el castaño no lo quería dejar ir. Con tal de que se quedara le ofreció chocolate caliente con malvaviscos y lo retuvo media hora más.
"Ya, Park. Lo verás mañana" se repetía mil veces para no ponerse triste. "No seas malo con la gata".
—Gracias, JinYoung.
—¿Por qué?
—Por la cena.— Jae Beom se balanceaba de adelante hacia atrás como si estuviera nervioso, algo muy inusual en él. —Por todo en realidad. Me la pasé bien hoy.
—Yo también. —sonrió. —Fue muy divertido salir contigo.
—Bueno... Nos vemos mañana.
Jae Beom rebobinaba una y otra vez la tarde que tuvo con JinYoung. Todo el tiempo a su lado sintió que su ritmo cardíaco estaba como loco y nuevamente trató de hallar excusas, pero en su lugar encontró la respuesta cuando estaban sentados admirando los fuegos artificiales, cuando cubrió la mano de JinYoung.
Ah, JinYoung.
Le gustaba. No podía negarlo más.
El chico llegó de la nada y le hizo ver todo tan colorido. Jamás había sentido algo parecido con otra persona, era una sensación tan nueva y grata. Estuvo a punto de decírselo mientras veían la película, pero retuvo las palabras en su boca, lo único que hizo fue rodear a JinYoung y cuando éste le miró dijo que había sido porque tenía frío cuando era lo que menos sentía. Estaba tan cálido ahí con JinYoung, juntitos en su cama.
Debía admitirlo, le estaba costando trabajo irse de ahí, aunque si se quedaba más tiempo su mascota sería capaz de saltar a la barra de la cocina para saquear lo que se encontrara a su paso, y lo que menos quería era una gata que además de hambrienta y enojada, terminaría intoxicada.
—Espera.— Park corrió dentro de la casa y salió unos minutos después. Tenía en sus manos la gorra de Jae Beom, la que llevaba la noche que se conocieron. —Ten, lamento no habértela dado, soy muy olvidadizo.
El castaño se acercó a Jae Beom y se la colocó, igual que aquella noche, lo hacía con movimientos sutiles que acaparaban toda su atención.
—Listo. —susurró con sus cuerpos a una corta distancia.
—Gracias.
Lim sintió su respiración acelerarse. ¡Estaban tan cerca! Unos movimientos más y sus labios probablemente se tocarían. Se estremeció cuando los dedos del menor tocaron el borde de su boca.
—¿Por qué te quitaste el piercing?
—Solo decidí no llevarlo hoy.
—Mm, no lo hagas. Me gusta verte con él. — JinYoung conectó su mirada con la suya y tras eso, sentía la tierra moverse debajo de sus zapatos. —¿Te lo pondrás cuando salgamos mañana?
No podía creerlo. ¡Estaba usando la mirada de cachorro que lo volvía tan débil!
—Claro, si tú quieres.
—Genial.— sonrió. —Espero que llegues bien a tu casa. No quiero que te enfermes, Jae Beom.
—Descuida, tomaré un taxi.
—Bien. Esperaré contigo.
En realidad no tuvo que esperar tanto. Mientras caminaban hacia la entrada del jardín, JinYoung se debatía en si debía besar a Jae Beom de manera sorpresiva, obtener su beso bajo la lluvia y de paso confesarse. No se sentía capaz de seguir manteniendo oculto aquello, no quería seguir reprimiéndose más, pero tampoco quería que el pelinegro lo catalogara como irrespetuoso y atrevido.
¿Qué debía hacer?
JB lo confundía muchísimo. A veces ambos se quedaban tanto tiempo perdidos en la mirada del otro que Park creía gustarle a él también. Se comportaba tan gentil y cariñoso, no quería confundir las cosas, esto lo frustraba demasiado. Antes de llegar al taxi, JinYoung detuvo su andar y lo tomó del brazo. El chico se veía confundido y curioso por lo que hizo, pero no estaba en sus planes decirle nada. Sólo demostrar.
Respiró profundo y lentamente se acercó a él, las ganas de juntar sus labios crecían cada vez más, pero cuando estuvo a unos centímetros, cambió su objetivo. Lo besó en la comisura de los labios. Fue un pequeño beso, tímido.
Observó la reacción en su rostro, este levantó las cejas, claramente sorprendido.
"Por favor, que no me rechace". JinYoung moría de los nervios.
—Hasta mañana. —dijo.
Jae Beom tardó en reaccionar, pero al final le devolvió una sonrisa que tranquilizó a un JinYoung sumamente nervioso.
—Hasta mañana, Jinnie.
Corrió a su hogar una vez que lo vio subirse al taxi, cerró la puerta de golpe y se quedó parado ahí en la entrada, analizando lo que acababa de hacer.
Al menos obtuvo un beso bajo la lluvia, no como el que quería pero era algo.
—Él es YoungJae, mi novio.
Estaban nuevamente en el bar donde se reunieron la primera vez. YuGyeom llevó a su novio y se lo presentó con orgullo a sus amigos. YoungJae era un chico tierno, el nuevo integrante del grupo se veía tan enamorado de Kim que Mark lo aprobó antes de comenzar con su interrogatorio.
JinYoung estaba ansioso. Jae Beom llevaba retrasado tres horas. ¡Tres malditas horas! No podía evitar pensar que el casi beso que le dio antes de que se fuera a casa era el problema de su retraso. Tal vez resultó incómodo y por eso no quería verlo. Se sentía morir, cada minuto sus ánimos decaían, pues si resultaba cierto que Jae Beom no quería verlo más, acabaría con el corazón roto nuevamente. Se divertía con los demás pero ver a Kim con YoungJae sobre sus piernas le hacía envidiar lo que ellos tenían. También se conocieron la noche que Jae Beom y él lo hicieron, fue algo instantáneo. Él hubiera querido que lo suyo con Jae Beom también hubiese sido así.
Luego de un par de horas las parejas estaban en su propio mundo, comenzó a sentirse solo hasta que BamBam apareció, era el chico que le había pintado los labios. Él fue su salvación en esos momentos, gracias a él Jae Beom desapareció de su mente unos minutos. Bailó con el chico durante un rato hasta que Park tuvo un poco de sed y regresaron donde estaban los demás. Una vez ahí JinYoung vio a Jae Beom hablando con Choi.
¡Al fin había llegado! Después de tres horas. Por más que estuvo ansioso por su llegada, no sabía que decirle, no quería empeorar las cosas, en lugar de eso deseaba correr hacia él y besarlo, pero eso por obviedad quedaba descartado.
Jae Beom vio a Park parado junto al chico de la semana pasada. Bimbi o algo así, según recordaba.
Tenía que hablar con JinYoung, tenía que decirle que...
—¡Hola! ¿Eres el chico de Jin, cierto?
—Ah, yo...
—Hey, JinYoung, ¿te molesta si me robo a tu chico unos minutos?
Debía dejar las cosas claras cuanto antes, pero BamBam se lo llevó a bailar sin dejar que respondiera. No hizo más que observar a los dos en medio de toda la gente, BamBam parecía estar fascinado con lo que JB decía, soltaba carcajadas y saltaba divertido. El pelinegro no parecía incómodo, es más, parecía a gusto con el chico. Por un momento pensó que lo estaba evitando, ya que ni siquiera hizo el intento de hablar con él. Todo le había salido mal. Se mordía los labios en un intento de no llorar.
¿Qué iba a hacer ahora?
—¿Cómo van las cosas con Jae Beom?— Jackson le preguntó.
—Mal.
—¿Qué? Pero toda la semana han estado juntos, de hecho, pensamos que ya estaban... Bueno, ya sabes, saliendo.
—Hemos salido pero, no en plan de novios.
—¿Por qué te escucho tan apagado?
Park se mantuvo callado unos instantes, pero pensó que soltar todo aquello que lo acongojaba le vendría bien.
—Porque... Me gusta mucho, Jack. Pero no le gusto a él.
—Ya hablamos de eso, además Mark y yo creemos que le gustas.
—Lo besé. — JinYoung confesó repentinamente.
—¿Qué?
—Bueno, fue casi un beso. Debido a eso no me habla. —Wang se acercó al castaño y lo apretó en sus brazos. —No debí hacerlo, Jack. —su voz poco a poco perdía volumen. —Fue algo tonto.
—Claro que no. ¿Te ha dicho algo al respecto?
—No he hablado con él.
—Entonces hazlo ahora.
—Pero está con BamBam.
—Pues ve hacia ellos y llevatelo. Escucha.— Jackson lo tomó de las mejillas y le habló fuerte y claro. —Jae Beom es un idiota, si no te paras frente a él para aclarar esto, tardará años en admitir sus sentimientos. ¡No te quedes aquí, anda!
El menor se puso de pie y bebió un shot para darse valor mientras Jackson lo vitoreaba. Con paso decidido fue hacia BamBam y JB, al acercarse vio cómo el chico delgado se acercaba peligrosamente al mayor y le susurraba algo al oído, sonriendo coqueto en todo momento.
No sabía si era producto del alcohol o algo parecido, pero tuvo una sensación de calor por todo el cuerpo que no le agradó para nada.
—Y dime, ¿cuánto llevas con tu novio?
—No es mi novio.
—Oh, disculpa. Creí que lo era, él habla tan lindo sobre ti y los dos se ven maravillosos estando juntos.
—¿Te ha hablado de mi?
—Claro, JinYoung está encantado contigo, creo que le gustas. Es una lástima que a ti no te guste.
—En realidad... Sí me gusta.
—¿En serio?— BamBam se llevó las manos a la boca para detener el grito de emoción que amenazaba con salir.
—Pero, no estoy seguro de decirle.
El chico dejó de saltar. Tomó a Jae Beom de los hombros y le mostró una mueca.
—No hagas eso, no dejes pasar tu oportunidad. Es difícil cuando eres correspondido, así que hay que aprovechar. Ambos se gustan, ¿por qué no intentarlo?
—¿Y si no funciona?
—Es mejor intentar que quedarse con el sentimiento de haberlo hecho.
Jae Beom sonrió complacido. Tenía que hablar con JinYoung, ahora.
—Iré con él.
—No hace falta, ya viene hacia aquí.— hizo un intento por voltear, pero BamBam lo detuvo y se acercó a susurrarle. —Te deseo suerte, aunque creo que no la necesitarás.
—Eso espero.
—Te estoy ayudando a ponerlo un poquito celoso, tal vez ayude en algo. De nada.— BamBam sonrió mostrando sus blancos dientes y después JB sintió como el chico era hecho a un lado.
JinYoung se había interpuesto y ahora estaba frente a él con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
—Es mi turno de bailar con él.
—Oh, claro, pero no creo que a JB le moleste bailar con ambos. ¿No es así?— BamBam le lanzó un guiño y Jae Beom le iba a seguir el juego, pero JinYoung lo abrazó fuerte dejándolo inmóvil.
—¡Si le molesta! Ve a bailar con alguien más.— Park formó un puchero al contestar. Jae Beom no lo podía creer, en verdad estaba un poquito celoso.
—Tranquilo, no estoy detrás de tu novio. Es todo tuyo. Nos vemos.— Bam se despidió de ambos y al pasar a su lado le deseó suerte una vez más palmeando su hombro.
Jae Beom miró a JinYoung. Seguía con una mueca enojada en la cara, pero aun así no paraba de pensar en lo lindo que estaba. Soltó una gran risa al ver que todavía no lo dejaba moverse. —¿Vas a bailar conmigo o nos quedaremos aquí parados?
El castaño pestañeó un par de veces hasta darse cuenta de que lo mantenía apresado. Lo soltó inmediatamente y se avergonzó por eso. Jae Beom lo acercó hacia su cuerpo y eso fue todo, bailaron poco porque JinYoung no quería hacerlo en realidad. Él quería resolver las cosas entre ellos.
El pelinegro le miró extrañado al ver que se quedaba quieto.
—¿Qué ocurre, Jin...— no le dio tiempo de terminar de formular la pregunta. JinYoung le abrazó por la cintura y escondió su rostro entre su cuello.
La respiración del castaño le hacía cosquillas en la piel y Jae Beom se quedó sin aire cuando JinYoung dio pequeños besos desde su cuello hasta su oreja, en donde se entretuvo con las perforaciones.
Comenzó a temblar cuando sintió su lóbulo entre los esponjosos labios del chico.
—¿Estás enojado conmigo?— JinYoung susurró. Su aliento hizo que una corriente recorriera su espina dorsal.
—No...— Demonios, con JinYoung demasiado cerca no podía formular más palabras. Lo tomó de las caderas y retrocedió lo suficiente para ver su rostro.
Park se percató del piercing en el labio del mayor, era más pequeño que todos los que se había puesto pero no dejaba de darle el toque sexy.
—Te lo pusiste.— con los dedos lo tocó delicadamente. Jae Beom se pasó la lengua por inercia sobre sus labios resecos.
—Tu querías que lo llevara puesto.
—Así es. Me encanta cómo te ves con él.
JinYoung llevó sus manos a las mejillas de Jae Beom y se acercó hasta tocar los labios del chico con los suyos. El primer roce fue suave, pero poco a poco empezó a moverse con fluidez. Lim apenas reaccionaba cuando el castaño dejó de besarlo. Lo tomó de la mano y ambos salieron de ese lugar, llegaron hasta el estacionamiento y Park detuvo su andar cuando estuvieron frente al auto de Jackson.
JinYoung sabía que era su último movimiento y las probabilidades de que el pelinegro aceptara sus sentimientos se veían muy escasas. Al dejar besos en su cuello lo sintió tensarse y cuando sus belfos tocaron los contrarios no recibió respuesta de su parte. Era obvio que Jae Beom no estaba contento con eso, no quería ser besado por otro hombre. Sintió las lágrimas acumularse en sus ojos, pero no se iba a permitir llorar, lo había hecho tantas veces que ya estaba cansado y lo que menos quería era verse mucho más patético frente al chico.
Se sentó en el capó del auto negro y comenzó a jugar con sus dedos mostrando lo nervioso que estaba. No despegó su vista de sus falanges entrelazadas como si fuera lo más interesante de ver.
—Jae Beom... Tal vez no te agrade oír esto y es muy probable que dejes de hablarme, aun sabiendo eso necesito decírtelo.— inhaló fuerte y se animó mentalmente para continuar. —La noche que nos conocimos sentí algo provenir de ti que me atrajo bastante, tienes algo tan llamativo que me es imposible apartar la vista. Eres cautivador, gentil, atento... Tienes un sin fin de cualidades que me vuelven loco.
El menor miró por debajo de sus pestañas al hombre, tenía el rostro un poco rojo debido al calor dentro de aquél lugar, su cabello estaba ligeramente húmedo y tenía mechones ondulados que caían por su frente, pero su perfecto rostro estaba opacado por el asombro e incredulidad de que en esos momentos JinYoung se le estuviera confesando.
Se reprendió por haberle mirado tan siquiera un segundo, ahora ya no se sentía tan valiente para continuar y las ganas de llorar incrementaban más y más.
—Esta semana fue increíble, cada hora que estuve a tu lado fue... Especial.— JinYoung había bajado su tono de voz, se redujo bastante que Jae Beom dio unos pasos hacia adelante para oírle bien. —Tú eres especial para mí... Me gustas, Jae Beom, y creo que estoy enamorado de ti.
Sé que sólo me ves como tu amigo y sé que tampoco podré lograr algo contigo así que sólo te pido.— La dulce voz de JinYoung tembló y unas cuantas gotitas cayeron de sus ojos. —No me odies. Quiero estar a tu lado, por favor, no te alejes.
Jae Beom dio un par de pasos hasta quedar cuerpo a cuerpo con él. Le tomó con delicadeza el mentón y murmuró. —JinYoung, mírame. Vamos, Jinnie, hazlo.
Lanzó un suspiro triste al ver los hermosos ojitos del castaño opacados por las lágrimas que ahora caían muy lento. Limpió de manera sutil las gotas saladas en los mofletes sonrosados del menor, pero nuevas gotitas bañaban sus mejillas.
—Lo siento.
—¿Por qué?
—Te besé. Sé que no querías. Fue un impulso, no debí hacerlo.
JB no quería que JinYoung pensara que había sido un error el haberle besado y enamorarse de él. Le iba a demostrar que nada de aquello lo había sido. Justamente como Park hizo, inició dando besos de consuelo en su cuello hasta llegar a su oreja, escuchándole soltar suspiros.
—Estos días a tu lado me han hecho saber lo mucho que significas para mí.— susurró. —Estás tan lleno de vida que con sólo el hecho de mirarte y estar a tu lado hace que la mía florezca. Te adoro, JinYoung, cada parte de ti. —Lim le dio un pequeño beso en la frente y se desplazó dejando roces ligeros por su piel hasta quedar cara a cara para mirarlo a los ojos. —Creo que esa es una de las razones por las que me he enamorado de ti.
Jae Beom no esperó más. Esta vez él comenzó el beso y JinYoung se había quedado petrificado. Volvió de su asombro cuando sintió que el pelinegro le mordía suavemente los labios. Pasó las manos detrás de JB y enredó los dedos en su cabello, para estar tan juntos como podían. Al fin tuvo la oportunidad de tocar con la lengua aquél jodido piercing en la boca del chico. JinYoung escuchó a Jae Beom suspirar cuando tomó entre sus dientes el pequeño aro y él gimió gustoso por eso. Se separaron cuando les hizo falta oxígeno.
JinYoung escondió su rostro en el pecho del chico con perforaciones y sintió sus brazos rodearle, apretándolo contra su fuerte pero cómodo pecho. Esa noche helada, las bajas temperaturas permanecían, pero en esos momentos ambos lo ignoraban, cuando sus cuerpos estaban pegados se sentía todo lo contrario.
Se veía imposible que JinYoung describiera su sentir, pasó tan rápido que aun no dejaba de repetir las palabras del pelinegro para convencerse de que era correspondido. Jae Beom le había devuelto la vida que perdió en su relación fallida, le regresó tantas cosas y entre ellas estaba el sentimiento de ser amado una vez más.
Jae Beom había hecho lo correcto, lo sabía. De JinYoung aprendió bastante, como por ejemplo, que el amor puede llegar de distintas maneras cuando menos lo esperes. ¿Qué importaba el sexo?
Es muy simple, amor es amor. Eso es lo importante.
—Creí que no vendrías.
—¿Qué te hizo pensar eso?
—Te demoraste mucho, imaginé que había sido por lo de ayer.
—¿Lo de ayer?
—Ayer estuve a punto de besarte, siempre deseé un beso bajo la lluvia.— comentó con una sonrisa apenada. —Pero pensé que no sería adecuado. Creí que eso te iba a desagradar.
—¿Sabes? Ayer quise confesarme.— JinYoung se vio asombrado al oír sus palabras. —Pero mi valentía se esfumó...— unas gotas en el rostro de Jae Beom impidieron que continuara hablando.
Genial, lluvia otra vez.
—Podemos aprovechar.
—¿Qué?— JinYoung le miró confundido.
—Está lloviendo, Jinnie.— Park se mordió los labios, era una insinuación tan tentadora. —Este es el plan. Te beso, me besas y obtienes tu deseo, luego vamos a tu casa a tomar chocolate caliente y meternos entre tus suaves sábanas ¿Trato hecho?
—¿No tienes que alimentar a tu gatita?
—Ya le di de comer. Entnces...
—Trato hecho.
JinYoung posó las manos en los hombros de Jae Beom y éste no esperó ni un segundo para cubrir su boca con entusiasmo una vez más. Los dos veían chispas de colores, un verdadero arcoíris de emociones que se reflejaría en el cielo de la mañana, al finalizar la lluvia.
Y esto llegó a su fin.
Lamento decepcionarles si se esperaban algo hard cuando vieron los significados, jaja.
Sentí que en esta historia no iba a encajar. Aparte aun da mucho que desear cuando escribo algo así. Voy a mejorar, prometido.
Nos vemos pronto y gracias a todas las personas que se tomaron el tiempo de leer.
-BlueSapphireBoy
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