Atardecer
Hice este corto como regalo de día de flores amarillas para Wond y su novio Bunna
Me gustó mucho, así que quise mostrárselos
Corre libro
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Las flores; todo un campo entero de flores amarillas, campo que iba se ondulaba en su terreno, habían hasta pequeñas montañas por la tierra que se formaba; amarillo en todos lados, no solo las flores, también el tenue sol, que alumbraba con un amarillo tirando a naranja a todos lados, como si brillara el suelo al cielo; aquel campo llano parecía infinito, podías mirar tan lejos como quisieras, pero solo mirarías esas flores amarillas, y cada vez más lejos no se distinguían de flores, solo se veía aquel reflejo amarillo. Y aunque el sol daba cierta luz amarilla, el cielo estaba morado, tirando a lavanda, las nubes regadas por todos lados le daban también esa sensación de calidez, como estar en el paraíso
Era silencioso, pero no estaba vacío; había un lobo sentado en el suelo, con una mueca hacia abajo, algo triste, el campo amarillo le daba toda la paz que podía, pero su pecho, su pecho tenía un malestar, malestar que se sentía como un bloque de metal que no dejaba pasar nada más, quería llorar, tomó un respiro buscando más calma, fue una respiración con un sollozo, soltó una lágrima
Se empezaron a escuchar pasos detrás de él, un poco lejos, pero acercándose poco a poco, pasos descuidados, para el sigilo, eran cuidadosos para no pisar las flores, de todas formas el lobo no escuchaba nada de eso, en su mente había estática, generada por la tristeza, estrés, angustia
—Eh... ¿Wond? —El lobo color arándano soltó un suspiro del susto
—¡Ah! —El lobo volteó alerta, asustado, con sus ojos de haber lagrimeado hace rato; notó al conejo marrón con vestimenta naranja
—Bunna —Soltó su nombre con sorpresa, rápidamente llevó sus manos a su cara, empezando a limpiar las lágrimas cómo podía —No sabía queee-ee —Empezó a tartamudear, tambalear, quería llorar más, en los brazos del conejo, pero él no se iba a dejar débil, detuvo su habla cerrando su boca y apretó sus puños con fuerza, buscando reprimir esos sentimientos; ya con sus lágrimas regresándose a sus ojos pudo soltar el aprieto en sus manos, notando cómo había enterrado sus filosas garras en sus propias palmas, arrugando su cara en preocupación —Mm... —Gimió preocupado
Pudo ver con su mirada como el conejo se detuvo frente a él, levantó la mirada, hacia el conejo más bajo que él, mostrándose asustado, como si el que su novio lo fuese así fuese algo de miedo
El conejo se mostró preocupado e impactado, viendo su cara apunto de llorar, luego volteó a sus manos, viendo sus palmas ensangrentándose, el conejo mostró más impacto, una gota de sangre cayó a una flor amarilla, el lobo se sintió culpable y se aterró más —No, no, disculpa —Fue a quitar sus manos, pero rápidamente el conejo las tomó
El lobo mostró impacto, el conejo volteó las manos del lobo, palmas mirando al suelo, algunos chorros de sangre terminaron de caer en las flores, el conejo no le importaba, se estaba asegurando de la seguridad del lobito, luego el lobo volteó al conejo, apenado
—Mm... —Gemía con duda y nervios, no quería que lo vieran así, el conejo totalmente atento a las manos del lobito revisó bien las heridas que tenía, frunció su ceño y volteó a su espalda, donde había una mochila que él trajo
El lobo se mostraba igual de apenado y nervioso, el conejo sacó agua, jabón y vendas y volvió a las palmas del lobo, tomó su mano derecha, tapando con sus dedos las heridas en forma de agujero sacó el agua chorreando un poco en toda la palma, luego el jabón para limpiar con suavidad la herida, luego el agua para sacar jabón y sangre, tomando la venda y vendando la palma del lobito
El lobo mostró duda —Yoo... —Seguía tartamudeando, sentía que si hablaba iba a llorar, sus ojos lagrimearon un poco, volteó a un lado para evitar su vergüenza —¿No es mejor con... Alcohol en vez de agua y jabón? —Soltó algunas lágrimas y luego volvió su mirada al conejo, este se mantenía atento al cuidado de las manos del lobo
—El jabón y agua es mejor para heridas, el alcohol funcionaría, pero menos y te daría mucho ardor —El lobo bajó sus orejas, apenado de su tonta pregunta
—Pee-r... Perdón —El conejo al terminar de vendar su otra mano le miró con preocupación
—No, ¿por qué? —Atento con la mirada y orejas al lobo, el herido miró directamente a esos hermosos ojos que tenía, adorando su ser por unos segundos, ladeando su cabeza, preguntándose, ¿por qué alguien cómo él estaría con alguien tan inútil como el lobo? Bajó su mirada al suelo, encogiéndose de hombros
El conejo mostrando lástima y más preocupación soltó las manos del lobo, se acercó más a este mostrándose preocupado e interesado por él
—Cuéntame, ¿qué pasó? ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué estás así? Estoy aquí para ti —El lobo lagrimeó sus ojos y tartamudeó un poco, con sollozos
—Noo, es que yo... Wonder casi te hace daño y yo... No pude defenderte, yo... —Los labios del lobo empezaron a tambalear, sus ojos empezaron a soltar lágrimas más seguido —No quiero que me veas así —Sollozó —Tan débil, tan inútil... No te merezco —Volvió a sollozar, pero antes de que se diera cuenta su cabeza estaba en el pecho del conejo, con sus brazos envolviendo su cabeza
—¡Ah! —El lobo volvió a soltar otro suspiro de sorpresa, pero cuando sintió la calidez de ese abrazo, sus brazos aferrándose a él y hasta las lágrimas del conejo cayendo a la cabeza del lobo preocupado por la seguridad de este y sus emociones, se sintió tan cálido, acompañado, realmente amado y protegido, empezó a llorar, con fuerza
Soltando todo aquello que le atoraba en su garganta, que sus ojos intentaban retener, que su pecho guardaba, que sus brazos avisaban, todo eso lo soltó con sus sollozos y aferrándose con fuerza al pecho del conejo, buscando seguridad en él, seguridad que obtenía
El conejo apretó su agarre a él, también él aferrándose al lobo, buscando hacerlo sentir seguro y amado, y también buscando calmar sus propias ansias y miedos de perder a su lobito arándano
El lobo se empezó a calmar, cada vez sus sollozos siendo menos, sintiéndose más tranquilo, con una calma que lo inundaba, en su pecho, en sus ojos, en sus manos, en su garganta, en sí mismo, en todo el entorno lleno de morado y naranja, y el amarillo de las flores
Soltó los últimos sollozos, se empezó a aferrar cada vez menos a él, porque ya no necesitaba estar tan cerca, su compañía lo hacía sentir protegido, amado y acompañado, se soltó lo suficiente, al igual que el conejo, para poder verlo cara a cara
Quedaron en un silencio cómodo, adorando cada parte de ellos mismos, en esas miradas profundas que se daban, el conejo sonrió, el lobo igual en respuesta, alegre de verlo alegre, y el conejo alegre de verlo a él alegre, el conejo cerró sus ojos y el lobo sonrió más con ternura, de ver lo adorable que era, el lobo se tiró a él y lo besó
Luego de un rato de besarse se separaron viéndose con adoro nuevamente, ya no habían esas sonrisas tan alegres, pero sí calmadas y tiernas, la calma estaba ahí, con ellos, la compañía, calidez y felicidad, aún se sonreían y se miraban con adoro
En eso una idea iluminó la mente del lobo, emocionándose un poco, el lobo volteó a su detrás, el conejo le miró con interés, ¿qué estaría pensando él hacer?
El lobo se volteó con una hermosa flor amarilla —Ten —Le dio la flor que el conejo recibió con sorpresa, el lobo sonreía emocionado de tenerle —Es el día de las flores amarillas, le das una flor amarilla a las personas que adoras y amas —Le sonrió más, el conejo se enterneció, sonriendo de punta a punta, no se había sentido tan feliz y amado antes, ahora él saltó a besarlo
Quedándose un rato en ese beso cálido, igual que su compañía, igual que ellos y el entorno.
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