7._Atuendo
Bills siempre viste su atuendo de dios, salvo cuando duerme y se pone ese camisón horroroso. De ahí que tenía yo, el capricho de verlo vestido de otra manera. Siempre supe que la idea no iba a agradarle ni un poco,por eso no me animaba a pedirle tal cosa,pero esa semana tuve un poco de dinero extra y al pasar fuera de una tienda de ropa masculina me quedé viendo unas prendas. ¿Qué era lo peor que podía pasar? Iba a montar su drama,se molestaría un poco. Nada que yo no pudiera manejar,pese a que esas situaciones me eran mejor evitar. Lo cierto es que siempre acabamos discutiendo por algo. Compré la ropa y unos días después, cuando fue a verme, le hice la propuesta.
-Anda...no te cuesta nada. Será sólo un momento- le dije un poco cansada. Llevaba más de media hora insistiendo con eso. Mis brazos agotados de sostener aquella ropa, bajaron pesadamente.
-¡Ya te dije que no! -me grito-¡Este atuendo es el que debo llevar como dios que soy. Esos trapos son indignos de mí! ¡Y no me los pondré!
-Es lo más costoso que pude pagar -murmure un poco ofendida y apartando la mirada de él,por un momento -Nunca te pido nada...- agregué en voz baja.
Bills me miró levantando un poco la cabeza y apretando los brazos cruzados sobre su pecho. Su cola se movía de un lado a otro de manera tensa. No estaba nada feliz con el asunto e indisponerlo nunca era buena idea,pero por esa vez decidí insistir un poco más.
-Es sólo un cambio de atuendo. Sólo estamos los dos. Nadie más te verá así...
-¡Te dije que no lo haré,ya no insistas con eso!-exclamó separando los brazos,para apretar el puño entre los dos-No voy a ponerme eso sólo porque a ti se te ocurrió que puede quedarme bien y tienes la idea ridícula de querer verme como un hombre. Yo no soy un ser humano...
-¡Nunca dije que ese fuera el motivo!-le grite viéndolo a la cara, aunque después baje la mirada.
La verdad no es que quisiera hacer de cuenta que era un hombre,un ser humano,era sólo que quería verlo con otro atuendo,sin embargo, había un motivo más del que no fui conciente en ese momento.
-¿Entonces por qué es?-inquirió poniendo las manos en las caderas y bajando un poco la cabeza para verme a la cara-Anda,dime,estoy escuchando...
-Es un fetiche si...-conteste con la cara roja a más no poder y metiendo la cabeza entre los hombros. Estaba mintiendo y me daba bastante vergüenza recurrir a tan... singular argumento.
-¿Un qué?-exclamó medio confundido.
-¿En serio no sabes que es un fetiche?
-¡Claro que sé que es! ¡¿Piensas que soy un idiota?!-exclamó salpicando mi cara de saliva, pero se calmo rápido-Lo que me sorprende es que tengas esa clases de ideas. Eso es nuevo-dijo,con una sonrisa ladina y un sutil placer en la mirada, mientras se acariciaba la barbilla-Voy a ponerme esos trapos,solo porque tú me lo pides y no quiero que digas que soy un insensible que desprecia tus regalos-me dijo al estirar la mano hacia mi para que le diera la ropa.
Le entregué el atuendo y lo ví ir a baño para cambiarse. Yo me quedé sentada sobre el cofre bajo la ventana de mi cuarto. Unos minutos después Bills salió luciendo un pantalón negro de esos con varios bolsillos y una camiseta color grafito de mangas largas. Supuse que debió hacerle otro agujero al cinturón, porque tiene una cintura muy estrecha. Estaba descalzo y se rascaba el abdomen con su mano derecha, mientras la izquierda la tenía en su nuca.
-Esta cosa me da picazón-dijo refiriéndose a la etiqueta,que terminó arrancando.
Yo no pude evitar sonreírme al verlo así,con ese atuendo común y corriente. Cómo si fuera cualquier sujeto. No era más humano por llevar ropa de hombre,ni dejaba de ser un dios por abandonar su atuendo,pero por un instante se me hizo más...
-¿Por qué tiene tantos compartimientos este pantalón?-se preguntó mirando esa prenda. Cuando se enderezó, yo le brinque encima rodeando su cuello con mis brazos y cruzando mis tobillos en su espalda-¿Y ahora qué te pasa?
-Te vez tan,pero tan,pero tan guapo que no me aguanté...-le dije al besar la comisura de su boca para después descansar en su hombro.
Bills se recostó en el aire,a un metro del suelo,con los brazos cruzados tras la cabeza. Yo me quedé sentada sobre él descansando mis manos en su abdomen. Miré su rostro con esa expresión medio ladina,medio traviesa que se suavizó después de un rato. Llevó su mano a su mi mejilla y la dejó ahí un momento, como considerando mil y una cosas. Ese tipo de caricias no eran frecuentes en Bills,pero eran mis favoritas. Me recosté sobre él subiendo una de mis piernas a la suya. La otra quedó colgando hacia el piso. Su pecho era duro, pero me resultaba confortante oír ese rápido y amplio latido de su corazón. Su mano en mi cabello me causaba cosquillas,de esas relajantes.
-Eres demasiado fácil de complacer-me dijo,pero no me quedo claro si fue una crítica o no.
-Esto no me saldrá gratis ¿Verdad?-le dije después de reflexionar y casi pude asegurar que tenía una sonrisa bailando en su cara. Me levanté un poco y él puso su dedo bajo mi barbilla para mirarme a los ojos y decirme que era lo que quería yo vistiera para deleitarlo.
-¿Que quieres que use qué?-exclame un poco escandalizada tras oír su petición.
-¡Ya sal de ahi, Mary!-me dijo por segunda vez y al límite de su paciencia.
-Esto es ridículo-le conteste del otro lado de la puerta del baño. En serio no quería salir vistiendo así.
Descance mi espalda en la madera preguntándome por qué acepte una idea como esa. El solo color me disgustaba.
-¡Yo pensé exactamente lo mismo de esa ropa que me diste y ni proteste tanto!
-¡Si lo hiciste!-respondí mientras me miraba vestida de...ni siquiera puedo decirlo ahora.
Bills destruyó la puerta al perder la paciencia. Por poco caí de espaldas,en lugar de eso termine de frente a él que me miró de pies a cabeza,con las ideas que ese atuendo le exaltaba revoloteando en sus pupilas.
-Que bien luces, Mary-me dijo y me tomo de la cintura para acercarme a él-Juguemos un poco ¿Quieres?
Y bueno no iba a decir que no a esas alturas. Le sonreí nerviosa y asentí.
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