5._De campamento.
Es difícil que Bills abandone la comodidad del hogar para venir a internarse a un sitio tan incomodo como lo es un bosque. Yo en cambio necesito perderme en sitios asi o campos,de vez en cuando. Lo convenci para que me acompañara en una incursión en esta verdes montañas,hablándole del sabroso pescado que se puede sacar de los ríos que bajan a los valles,desde aquí. Pero no hubo pescado y comenzó a llover desde temprano. Nos tuvimos que refugiar en la tienda y comer unos alimentos enlatados que traje. Para Bills no fue suficiente. Estaba de muy mal humor. Ya era de noche,hacia frío y la luz de la linterna de extinguia.
Me quite algo de ropa para dormir. No importa el frío que haga,me es imposible dormir muy abrigada. Bills estaba de espaldas a mi,sentado y absorto en sus pensamientos. No me hablaba desde el medio día. Me cubri con una manta y doble el brazo bajo mi cabeza para intentar dormir. Los truenos se oían lejanos y ocasionalmente la luz de un relámpago iluminaba la zona. Pasaron unos minutos antes de que se dejara caer a mi costado,tendido de cara a mi espalda. Su mano en mi cadera se sintió pesada. No me movi. Lo ignore por completo.
Estaba perdiendo la conciencia cuando sentí la mano de Bills bajar y subir por mi muslo suavemente. Abrí los ojos y sólo vi oscuridad.La linterna se había apagado. Oía la lluvia,sentía el calor de su cuerpo detrás del mio,pero no me moví. Siempre cree que unas caricias bastan para terminar con la distancia que marca su impaciencia y caprichosa actitud. Como si en ese acto depositará algo de sensibilidad. No digo que sea un bruto,es sólo que lo que busca en la intimidad es la superficialidad del gusto. Sus actos sensitivos brotan de otras partes y en otras formas. No me quejo de eso,es más yo siento de la misma forma. Pasa que para mi no es un trueque justo cambiar la ofensa de la indiferencia por el placer.
Su mano bajo hacia mi abdomen, abriéndose paso bajo mi camiseta. Sus dedos estaba helados y me causo un escalofrío. Sus agudas uñas dibujaban lineas sobre mi piel,extendiéndose y contrayendose en un movimiento casi hipnótico,que empezó a ser doloroso. Cerré mi mano sobre su muñeca y eso lo detuvo. Eche su brazo atrás con enojo luego cerré los ojos para dormir,pero volvió a posar esa mano gruesa y pasada sobre mí. En mi brazo en aquella oportunidad. Se aproximo un poco más mientras acariciaba mi hombro,al que despejo de mi cabello. Respire profundo para ignorar lo que me causaban sus manos. No iba a responder y él,lo sabia. Pero mi resistencia lejos de terminar con su intento lo exaltaban.
-¿Estas despierta?-me preguntó en tono juguetón. No conteste. Sabia que lo estaba.
Esas caricias continuaron. Eran lentas y cálidas,pero fueron aumentando su intensidad al no encontrar obstáculo. Termino por pegar su cuerpo al mio y cuando eso ocurrió,me aparte,pero intento sujetarme. Molesta lo empuje para dejar la tienda. No me importaba si me daba una pulmonía allá afuera,mas termine de cara contra el suelo. Bills sujeto mi tobillo y me derribo,enseguida tomó mi brazo izquierdo y lo doblo sobre mi espalda con cierta brusquedad. Cuando intente usar mi brazo derecho para darle un codazo en su rostro,cerro su mano en mi muñeca y azotó mis dedos contra el suelo.
-Me duele-le dije entredientes.
-Es porque te gusta hacer las cosas difíciles-me dijo y se inclino un poco. Cuando senti su aliento sobre mi cabello,use mi cabeza para golpearlo. Me dolió el cuello,pero a él debió dolerle más la nariz,porque soltó mi mano derecha.
Aprovechando la libertad de mi brazo derecho logré darme la vuelta y conseguí derribarlo,pero se recupero rápido e inmovilizó mis manos otra vez. Usando una de sus piernas inmovilizo las mías.
-Perdiste...-me dijo.
No podía verlo. Estaba oscuro,pero cuando un relámpago ilumino la tienda lógre mirar sus garras negras ante mi rostro. Nada podía hacer en ese momento. No volvería a darme la oportunidad de estrellar mi cabeza contra la suya y retenía mis manos. Mi pierna derecha tenia algo de libertad,pero con él encima no podía efectuar ningún moviendo. Uno a uno los botones de mi camisa fueron cayendo,pero en esa oportunidad algo era diferente a otras situaciones de similar contienda. El sonido de esas uñas afiladas cortando los hilos que sostenían esos botones,podía oirlo tan nítido que la lluvia contra la tienda parecía haberse silenciado.
Hasta me parecía poder escuchar el sonido que hacían los diminutos músculos que se tensan al erizar la piel. Y es que esos nudillos deslizándose por entre mis pechos,
trazando una linea imaginaria hacia el declive de mi pelvis,agitaban cada particula de mi carne que de frío ya no sabia nada a esas alturas. Sin embargo,aunque el deseo que despertó el súbito combate,estaba ahí algo más se agitaba dentro de mí. Algo que sabia lo que era,pero que reprimía todo el tiempo. El atrevido toque en mi entrepierna coincidio con la luz de un relámpago y el posterior sonido de un trueno que hizo temblar la tierra. Fue similar en mi cuerpo.
La fuerza de Bills era y seria superior a la mía, lo que me impedía soltarme de su agarre esa era brutal diferencia,pero no hace falta violencia para romper una limitante. Relaje mis miembros, deje de oponer resistencia y me entregue a sus manos,a las sensaciones húmedas y calurosas que mi brindaban sus osados toques. Incluso exagere un poco. Sólo un poco o bien simplemente me olvide por entero del pudor ¿Quien podía oirnos ahi? Pero yo esperaba un instante en que Bills,bajase la guardia lo suficiente y sucedió al intentar deshacerse de lo que quedaba de mi ropa.
Lo hice tan rápido como mi cuerpo me lo permitió. Quizá la exaltación del momento colaboro con mis intenciones o quien sabe. El punto es que logré tumbarle boca arriba sobre el suelo. Fue con violencia y no lo pude evitar. Molesto intento levantarse,pero le sujete las muñecas y lo tumbe de nuevo.
-Quedate ahí-le dije en un tono imperativo sutil.
Cuando Bills se tendía boca arriba,su caja torácica se volvía prominente y no pude evitar buscar,después de desgarearle esa odiosa camiseta,el espacio entre sus ultimas costillas y el abdomen sólo para hundir mis dedos allí y tirar un poco,como si quisiera arrancarle los huesos y la carne. Su piel tenia una singular elasticidad que me provocaba,desde siempre,tirar de ella. Amasarla casi. Me causaba un gusto nervioso que a ratos me hacia olvidar que le podía estar provocando dolor. Pero no había indicios de sufrimiento en él. Por la forma en que se mano libre se aferro a mi desnudo muslo,pareció gustarle.
Tome su monton para empujarlo un poco y extender al máximo ese cuello delgado,largo y fibroso cubierto de una capa de sudor con un gusto a sal agradable al paladar.Lo saboreaba mejor. Mi nariz respiraba su tenue aroma de una forma más profunda. Mis sentidos estaban más despiertos y mis enojos fueron apaciguandose a medida que el anhelo de despedasar su cuerpo iban aunmentando. No es que quisiera hacerle daño,es que lo sentía tan mio que no me era suficiente tocarlo.
Intento liberar la mano que yo retenía,pero no se lo permiti logrando volver a sujetar la otra con toda la fuerza de la que yo disponía.
-Shh-le dije antes de que protestará y un relámpago iluminara la tienda-Sabes que odio las palabras innecesarias...
Y si,odio la palabrería en esos momentos. Lo único que me gusta escuchar son los sonidos de nuestros cuerpos. Nada más.
Al principio se mostró un poco reacio a dejarse transgredir,pero pronto dejo aquella actitud. Después de todo el era el estimulante a todos mis hambrientos antojos. No sé que pasó exactamente esa noche. Pudo ser la lluvia,mi enojo o todo eso junto,lo que me permitió dejar de contener mi lado salvaje. Porque nunca he tenido problemas con las jugadas osadas,pero lo salvaje es diferente. La violencia de mis anhelos la reprimo y la convierto en pasión,pero no es igual.
No habia oido su respiración asi antes. Era un jadeo pesado que mutaba en gemidos,que enloquecieron mi sangre que no supo de saciedad hasta que mi cuerpo fue victima de la fatiga y me derribe sobre él,que quedó con los brazos extendidos a los costados totalmente entregado a mi. No imaginé que accediera a darme el poder,por eso nunca se lo plantie. Cerró sus brazos en mi espalda después de un rato y fue cuando senti el ardor que dejo el despiadado paso de sus garras por mi espalda. No me queje. El tenia huellas de mordías por ahí y por allá.
Por la mañana la luz del sol y el canto de las aves me apartaron de los sueños. Usaba su brazo de almohada y su cuerpo pegado a mi espalda nos hizo sudar. Bills suele tener una temperatura algo alta. Estaba dormido y lo deje descansar. Despertó a media mañana. Para entonces sólo me faltaba guardar la tienda. Hasta tuve tiempo de pescar y asaba unos pescados en la fogata. Lo vi salir para ir a sentarse detrás de mi y abrazarme desde la espalda. Frotó
su rostro contra el mio de una forma juguetona y me quitó el pescado que yo me estaba por comer.
-Guardaste todo-me dijo antes de probar la comida.
-Ayer vi lo incomodo y disgustado que estabas. Pensé que era mejor volver-le dije-No pude darte la buena comida que prometi...
-Lo de anoche fue suculento.
Quedemonos unos días más-me dijo casi al oído.
Nos quedamos. Y de tanto en tanto,en los años que vinieron,nos íbamos de campamento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro