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10._Chicos buenos


Merus era un destacado agente del cuerpo de policía de la ciudad. Shin era otro destacado oficial, pero del cuerpo de detectives de la ciudad vecina. Acabaron trabajando juntos debido a que buscaban al mismo individuo. Un escurridizo estafador que defraudó a decenas de personas, entre ellos miembro del gobierno regional. El problema es que no estaban obteniendo resultados. Frost era muy hábil para esconderse, incluso había estado eludiendo a un temible asesino y un par de cazadores de recompensa. Por esta razón el jefe de policía Bills, por consejo del fiscal que llevaba el caso, decidió involucrar a una tercera persona y para comunicárselos a los agentes citó a los agentes a su oficina.

-Su nombre es Mary. Está condenada a treinta años por varios delitos semejantes a los de Frost- les explicó Bills arrojando al escritorio una carpeta con una foto de la mujer colgada en una esquina.

El fiscal, era tipo alto y delgado como un lápiz, que llevaba un largo abrigo granate. También estaba ahí y tomó la palabra.

-Le hemos ofrecido una rebaja en su condena si colabora con nosotros- dijo.

-Pero es un criminal- manifestó Merus a quien la lista de delitos de la mujer no le gustó nada.

-Sí, lo es- afirmó el fiscal- Pero no uno peligroso si nos referimos a agresiones. Es alguien fácil de controlar físicamente- añadió.

-De todas formas no deben fiarse de ella-les advirtió el jefe de policía- Es una mujer muy mañosa- agregó tomando una rosquilla de la caja frente a él.

-¿Lo dice porque estuvo apunto de robarle el corazón o porque por poco lo deja en la banca rota?- le preguntó el fiscal con una sonrisa burlona.

-¡Cállate Whiss! Para que lo sepas yo siempre supe lo que esa mujer se traía entre manos.

-Por supuesto...

-¿Estás poniendo en duda mi palabra?- le cuestionó severamente el jefe de policía.

-Como creé...- murmuró Whiss y apartó sus ojos de él.

Retomaron el asunto dando a los oficiales unos cuarenta detalles más. Después de unos minutos ambos, el jefe de policía y el fiscal, llevaron a los agentes a una de las celdas donde mantenían a la prisionera. La habían sacado de prisión, pero la mantenían encerrada por seguridad. Le habían puesto una tobillera electrónica además de otras restricciones. Desde el pasillo era posible oír su voz cantando: "oh, mama mía, mama mía, mama mía, let me go. Beelzebub has a devil put aside for me, for me, for me..." Al quedar frente a la celda, Merus y Shin, quedaron ante una mujer que estaba oyendo música por medio de un anticuado reproductor. De esos que usaban cintas. Estaba acostada en el suelo con los pies apoyados en la pared. Los movía al ritmo de la canción que estaba cantando. Parecía como si estuviera en el patio de su casa. Fue Bills quien golpeó los barrotes con un bastón retractil para obtener su atención. El sonido fue molesto, pero nadie expreso disgusto. La prisionera se quitó los audífonos y se recostó boca abajo para mirarles desde esa posición.

-¡Ponte de pie!- le ordenó el jefe de policía.

-Me gusta el piso. Está helado y rígido... igual que tú- le contestó Mary, pero tomó una postura más digna sentandose a lo jefe indio-¿Y estos son los oficiales de los que me hablaron? Se ven bastante jóvenes...

-Que su aspecto no te engañe- le habló Whiss- El oficial Merus ha capturado a varios criminales mucho muy peligrosos y el detective Shin a colaborado en la
desarticulación de varias bandas criminales.

-Pero ninguno de los dos es bueno para investigar- exclamó Mary poniéndose de pie para avanzar hacia la pared de barrotes.

Su actitud cambió súbitamente. Los más jóvenes lo advirtieron de inmediato. La manera felina en que la mujer avanzó hacia ellos los obligó a estar a alerta. Mary saco las manos a través de los espacios entre las varas de hierro y luego sujetó dos de ellas con un poco de fuerza.

-Para capturar alguien solo debes estar presente en el lugar donde el criminal está presente. Para colaborar...debes tener apoyo de alguien más- continúo la mujer- En resúmen estos son dos novatos en lo que a investigar respecta, lo que me hace preguntarme: ¿Por qué los escogieron para atrapar a Frost? ¿Es que no consideran a ese tipo peligroso o es que no les conviene sea capturado?

Bills recogió el labio superior enseñando su colmillo. Whiss dio a su rostro una expresión fría y los dos jóvenes agentes se mostraron un poco intrigados ante las palabras de la mujer que lucía un poco diferente a la de la foto. El cabello lo tenía más corto, hasta al hombro. Estaba más delgada, más pálida y tenía cicatrices en el rostro y brazos. La camiseta sin mangas exhibía huellas de una pelea reciente.

-Retrocede- le ordenó Bills y Mary puso las manos tras su nuca para dar tres pasos atrás sonriendo ladina.

La celda se abrió con un chillido y el fiscal le señaló al técnico que se acercará para que les enseñará a los oficiales a quitar y accionar la tobillera electrónica que Mary llevaba. La mujer se sentó en el borde de la litera mientras oía las reglas que tendría que seguir. Se mudaria a un departamento que compartiría con Shin y Merus desde donde no tenía permitido salir a menos que lo hiciera escoltada por ambos. No podía usar teléfonos de ningún tipo, no podía usar internet a menos que fuera para investigar y siempre bajo supervisión. Mary oía a Whiss, pero no lo miraba a él ni a nadie allí. Con las manos en la nuca permaneció viendo el techo hasta que se le indicó podía dejar la celda.

La mujer se caminó por el pasillo a paso lento, oyendo las últimas reglas y advertencias. Cuando llegó a la salida del departamento de policía esperó a que Shin y Merus la alcanzarán para poder cruzar esa puerta. Ellos solo intercambiaron unas breves palabras con el jefe de policía y fueron con ella que apenas los tuvo a dos pasos avanzó hacia la puerta.

-Espera- la llamó Merus quien fue tras ella pensando iba a alejarse o intentar huir, pero no. Mary solo se quedó parada allí viendo el cielo azul y sintiendo el sol.

-Durante dos años he visto el cielo todos los días, pero rodeada de muros de concreto- dijo como hablando con sigo misma- Casi olvido lo grande que es...

-Camine por favor- le pidió Shin tomándola por el brazo- Debemos ir al departamento y...

-Dame un momento ¿quieres? Estoy disfrutando de este bocado de libertad.

Bills y Whiss veían la escena desde el interior del edificio. Ambos se mostraban bastante serios, en especial el jefe de policía.

-¿Crees que esos dos serán capaces de lidiar con esa mujer?- le preguntó Bills a su compañero.

-No veo porque no podrían- contestó Whiss levantando un poco los hombros- Lo que realmente me preocupa es que está inusual combinación consiga su objetivo. Podrían verse en serios problemas.

-No serían los únicos- agregó Bills quien antes de volver a su oficina dio una última mirada a la mujer que bajaba la escalinata a la acera.

Merus tenía un automóvil aparcado cerca de allí. Durante el breve trayecto, hasta el vehículo, no le quitó los ojos de encima a la mujer que sonreía de manera amena viendo todo a su alrededor. No parecía un criminal peligro, pero sus delitos sugerían a alguien a quien más valía estar vigilando. Shin también la miraba, sin embargo, con menos suspicacia. La mujer se mostró bastante dócil subiendo en los asientos traseros del vehículo junto al chico del mohaicano.

-¿Ustedes dos son hermanos?- les preguntó una vez Merus echo a andar el automóvil- Es que se parecen mucho.

-Solo somos compañeros en este caso- le respondió Shin.

-Hmm y mis guardianes- murmuró Mary que se cruzó de brazos y fijó su vista en la ventana un buen rato- Si se supone voy a vivir con ustedes imagino tienen ropa para mí- exclamó luego obteniendo una mirada de Merus por el lente retrovisor- Nunca he sido el tipo de mujer que gusta de las compras, pero...no traigo ropa interior.

La cara de esos dos cambió de color en un instante. No es que hubieran tenido ideas morbosas solo fue un golpe de pudor.

-Oigan acabo de salir de la cárcel ¿saben cómo es ese lugar? Es horrible. Literalmente te roban todo. Hasta las pantaletas y no es recomendable usar una pantaleta que otra se puso- continúo Mary- No con la cantidad de enfermedades que hay allí. Voy a extrañar a mi novia de prisión Lunch. Era bastante bipolar, pero eso era su encanto.

No era muy agradable oír las experiencias de Mary en la cárcel, pero ninguno se atrevió a pedirle que se callara. Por suerte ella no habló mucho. Sin embargo, dijo lo suficiente para obligarlos a hacer una parada en una tienda de ropa debido a que no tenía nada que ella pudiera ponerse en ese departamento que ocupaban. Claro que los atuendos de Mary salieron del bolsillo de los oficiales, debido a que no les dieron ninguna colaboración monetaria para cubrir los gastos de la mujer. En el lugar se ganaron varias miradas de extrañeza. Merus llevaba el uniforme policial, Shin llevaba un elegante atuendo de color azul oscuro y la mujer que los acompañaba y a la que estaban comprando ropa parecía la habían recogido de la calle.

-Son mis hermanos menores- le dijo Mary a la dependiente cuando puso las prendas sobre la mesa- Por parte de padre. Y yo soy la hermana problemática que se droga y vive con marginales ¿Tiene alguna pregunta?

La chica no le contestó y bajo la mirada. Lo mismo hicieron otra dos dependientes.

-Son ciento cuarenta con sesenta y cinco- le dijo la muchacha.

-Pagale hermano- le pidió Mary a Shin que sonriendo un tanto incómodo saco una tarjeta de su cartera.

-¿Lo quiere en cuotas?

-No, a un pago está bien- le respondió el muchacho que se había puesto de acuerdo con Merus que más tarde la daría la mitad del dinero.

Después de esa parada siguieron rumbo al departamento que estaba en un barrio antiguo y tranquilo de la ciudad. El sitio era pequeño y lo primero que se veía al entrar era una pizarra cubierta por una sábana, más allá del sofá que parecía estar haciendo de cama de uno de los dos. Habían cajas con archivos por todos lados, libros y demás cosas propias de dos oficiales que intentaban dar con el paradero de un delincuente. Todo estaba bastante ordenado y limpio por lo que Mary puso cuidado en no estropear nada mientras iba hacia esa pizarra que descubrió de un tirón, antes de que alguno de lo impidiera.

-El jefe de policía y el fiscal me hablaron de este sujeto- comentó la mujer viendo una fotografía de Frost- Pero tal parece que no me dijeron más que una décima parte de todo- agregó al observar todos los datos expuestos allí.

-Te lo contaremos todo, pero antes deberías darte un baño y ponerte algo de ropa limpia- le dijo Merus.

-¿Es que huelo mal?- le preguntó Mary y levantó un poco el brazo para olerse una axila- Si huelo horrible. Que horror...

-El baño está ahí y hay toallas limpias- le indicó Shin.

-Sí, si...¿Qué hay de esta cosa en mi tobillo?

-No te preocupes. Es aprueba de agua- le respondió Merus.

Mary se encogió de hombros y tomando una muda se ropa, de la bolsa de papel cargo hasta ahí, se dirigió hasta el baño. Mientras la mujer permaneciera allí, Merus tania pensado instalar el dispositivo que controlaría la tobillera dentro del departamento.

-¿Crees que sea buena idea trabajar con ella?- le consulto Shin a su compañero.

-Dicen que solo un criminal puede identificar a otro, veremos si es cierto. Cualquier ayuda nos vendrá bien. Este caso es bastante difícil. Aunque si te soy honesto, ella no me inspira mucha confianza.

Shin guardo silencio. Su opinión respecto a la mujer no estaba definida todavía. Para cuando ella dejó el baño Merus había terminado su trabajo y estaba junto a él sentado en la sala. Mary se veía mucho mejor después de su larga ducha caliente. Se hizo una colita a la altura de la nuca y se vistió con una bermuda negra y roja playera con la frase good guys escrita sobre su pecho. Estaba descalza, pero no parecía molestarla. Sonriendo caminó hacia sus anfitriones y poniendo sus manos sobre sus caderas les dijo:

-Bueno señores...es hora de ponernos a trabajar.

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