Hoy se publicó en el periódico:
Hallan cadaver a la orilla de un río.
Médico forense descifra el lío.
Patética nota, mucho morbo, detalle módico.

Solo decía que la victima era Clemencia Verdel,
además mencionaban que había un sospechoso.
No había mucho detalle en el asqueroso papel,
pero nórdico viento atravesó mi torso.

¿Sabrán que satán se encuentra en mi pecho?
¿Que la mariposa come carne de cuervo?
¿Vendrán a mi lecho, sabrán lo que he hecho?
¿Lo dudo, en esta ciudad solo hay policias ineptos?

Aquí se atrapan borrachos, indigentes o prostitutas.
Mucho bote de basura, mucha basura de policía.
Orquesta de carteristas toca a los cuatro vientos su partitura.
Aunque, con más crimen que árboles, ¿a un activista quien culparía? .

Debo seguir tranquilo, usando la máscara del buen tío.
Resistir la sed de sangre, salir cuando esto se calme.
Remar a contra corriente; aunque ente, mente y dientes pidan lío.
Mentir, más y mejor, hacerme mentor, eso me hará indetectable.

Quien diria, siempre odié este pueblo de Mierda,
y ahora la mierda de este pueblo tapará mi putrefacto aroma.

Por el momento escribiré, le daré rienda a esta mente cerda,
dejaré que la cangrena satánica, mi libreta carcoma.