Hoy hacemos un año de noviazgo, nunca había llegado tan lejos.
No sabemos de engaño ni hartazgo, nunca había vivido estos festejos. 

Es la época más feliz de mi vida,
luzco radiante en todos los espejos.

Pero algo me dice que está mintiendo.
Su mirada de amor me produce otro efecto.
Siento que finge, que rie de mi cuando no la veo. 

Empiezo a sentir que solo está aquí por miedo,
por miedo a dejar de vivir si me entero,
si me entero que ya sabe mi macabro secreto.

Aunque después pienso que solo exagero,
que no hay hechos que sostengan mi teoría.
Me hidrato, recargo oxígeno y paz adquiero. 

Y así llevo más de un mes de infierno.
Treinta y tres días de sal y azúcar desmedida,
treinta y seis noches de anarquía y gobierno. 

Cincuenta canciones de despedida, cuarenta dosis de clonazepam, noventa y cinco crisis de comida. 

Mas hoy he parado de dudar.
Es un hecho que conoce la realidad,
eso dijo mi oscuro ángel guardián,
dijo que lo sabe desde hace tiempo, que de mí solo se quiere burlar. 

Por eso hoy, al bosque la llevaré a jugar...

Si, muévete, patalea, intenta gritar, 
sabía que lo ibas a disfrutar, 
si la almohada logras quitar,
el juego habrás de ganar. 

¿Qué pasó, te rindes tan rápido? 
¡Vamos amor tu puedes triunfar!

¿Qué pasó, por qué me tenías que engañar? 
¡Vamos cariño tu eres capaz!

¿Qué pasó, por qué comienzo a lagrimear? 
¡Vamos cielo tú lo has de lograr!

¿Qué pasó, por qué no me siento mal? 
¡Vamos princesa, descansa en paz!

¿Qué pasó, como lo pude disfrutar? 
¡Vamos, no hay duda, nací para matar!