XXXV
Toni estaba sentada mientras recibía el sol frente a la piscina y yo disfrutaba una limonada desde la sombra de una gran sombrilla. La alfa siempre tenía algo que contar, así que yo la escuchaba con paciencia y participaba de vez en cuando para obtener más detalles.
— Es una lástima que no podamos ser ese tipo de parejas que hacen juntos por primera vez deportes extremos. — Dijo después de contarme cuando hizo parapente con su amigo Rhodey.
— Es suficiente con nuestro trabajo. — Respondí recordando la cantidad de veces que había saltado de aviones con y sin paracaídas.
— ¿Un viaje en globo contaría como deporte extremo?
— Supongo que no. — Contesté al pensar lo romántico que sería. — Aunque siempre podríamos hacer otro tipo de actividades como las parejas normales.
— ¿Cómo que?
— Un taller de cerámica o pintura.
— No soy buena con las manualidades, una cata de vinos, chocolates o quesos suena más placentero. — Agregó y me gustó la idea. — Un día de spa y masajes sería algo que necesitaremos después de que nazca Morgan.
Me encantaba el nombre que habíamos escogido con Toni y cada vez que lo mencionaba mi corazón saltaba de gozo.
Escuche la puerta de cristal abrirse, luego algo pasó volando y cayó sobre el rostro de Toni.
— ¡Qué mier...! ¡Oh! — Dijo al ver que eran sus bragas las que Natasha le había lanzado.
— Las olvidaste en el auto. — Expresó haciendo mala cara.
— No las olvidé, Steve me pidió el auto rojo prestado, así que las puse ahí para que me recordará. — Respondió extendiendo la prenda para que yo la viera completamente.
— ¿Tenia que ser justo en el volante?
— Si las hubiera dejado en el asiento no las habría notado. — Contestó y la pelirroja se marchó molesta. — Creí que la misión era de los tres.
— La situación no me requería.
Le había contando toda la situación a Toni. Todo comenzaba desde mi repentina desaparición después de nuestra noche de reconciliación. Mientras nosotros estábamos ocupados acariciandonos, los integrantes de la Sociedad de la Injusticia estaban luchando contra un grupo de personas que se había unido para derrotarlos. Lastimosamente los villanos eran más poderosos y acabaron con la vida de el grupo que se hacía llamar Sociedad de la Justicia de América. Por eso la mañana siguiente partimos hacía Blue Valley por órdenes de Fury. Nos encontramos una masacre en el bosque, el levantamiento de los cuerpos se le dejó a S.H.I.E.L.D. pero mientras se llevaba a cabo nos enteramos de que el líder no estaba ahí, quien se hacia llamar Starman, lo único que dejó atrás fue su bastón cósmico. Después del hallazgo, nos dedicamos a buscar al hombre que creíamos había sido secuestrado por la Sociedad de la Injusticia. Pero después de varias semanas el caso se dio por cerrado, si ellos habían sido los culpables de la desaparición era seguro que ya le habían quitado la vida.
— ¿A quién se le ocurre embarazarse por voluntad propia? — Escuché quejarse a Toni mientras se ponía de pie, siempre la ayudaba, pero me había distraído con mis pensamientos. — Steve, nunca lo hagas, mira como tengo los pies. — Continuó protestando mientras tomaba de mi vaso de limonada. — Deberías agradecerle por evitarte este sufrimiento.
— ¿Quieres que te de un masaje de pies?
— Sí, cuando cumpla 60 y ya no pueda ni con mis pensamientos.
— ¿A dónde vas? —Consulté cuando la vi alejarse mientras ponía una mano en su espalda baja.
— Tengo la vejiga del tamaño de una uva, tengo que orinar a cada minuto. — Expresó y yo decidí seguirla. — Sabes, hay algo que me gustaría hacer como pareja justo ahora. — Agregó y yo la miré expectante. — Un brunch, me muero de hambre.
Toni desayunó tarde, por lo que pensé que no comería una merienda, pero si tenía hambre le prepararía un delicioso bocadillo.
Preparé tostadas con mermelada y zumo de naranja, cuando subí me encontré a la castaña vistiendose con lentitud.
— Steve... Morgan ya viene. — Informó cuando iba a sacar su cabello de la camisa que se acaba de poner.
— Aún falta un mes.
— Lo sé, pero esta vez no es como las falsas alarmas, está contracción si fue dolorosa. — Contó, pero recordaba que apenas la semana pasada habíamos corrido al hospital, cuando en realidad Toni sólo tenía hambre.
— Está bien, iremos al hospital. — Contesté tranquilamente mientras me dirigía a la habitación continúa para recoger las cosas que ya teníamos preparadas para la llegada de Morgan.
— El cuello del útero se está comenzando a dilatar. — Avisó Jarvis en toda la casa y escuché pasos acelerados por el pasillo.
— La pequeña ya quiere vernos. — Celebró Thor.
Hacia un mes había regresado a la tierra y no estaba dispuesto a irse hasta que conociera a la nueva integrante de la manada.
— Deberías estar más alegre. — Dijo Natasha mientras me quitaba la bolsa para que yo ayudara a Toni.
— Tengo una sensación extraña. — Expresé y entré a la habitación.
Una ola de feromonas me recibió, solo podía sentir la ansiedad provenir la alfa que había comenzado a caminar por toda la habitación.
— Toni... Toni... Mirame. — Pedí deteniendome frente a ella y tomando su rostro en mis manos.
— Steve, no voy a poder, no soy una buena madre, soy un desastre.
— Toni, eso no pasará y ambos nos ayudaremos.
— Perdón por arruinar el regalo que me hiciste. — Expresó poniendo su mano sobre su barriga.
Me estaba poniendo nervioso el sentir que su respiración se estaba volviendo irregular y eso podría afectar a nuestra hija.
— ¿Recuerdas lo que hacemos al final del día? Pensar en dos o tres cosas por las que nos sentimos agradecidos. — Manifesté y logre que sus ojos se enfocaran con los míos. — Puedes nombrarlas para mi.
— Por tu amor... por la bebé que tendremos... por nuestra unión... ¿De verdad te quieres quedar conmigo? — Cuestionó y tomé sus manos para depositar un beso en cada una de ellas.
— Toni, te amo. Yo me enamoré de tu mente acelerada de tus días malos, de tu forma de pensar demasiado en el algo, de cuando te enfurruñas y no quieres hablar con nadie, de cuando estás insoportable y ni tu misma te aguantas, para mí sigues siendo perfecta, ¿Debo decir algo más para que aceptes que te amo?
A medida las palabras iban saliendo de mi boca sentí el temblor de sus manos bajar y acomodé su cabello detrás de sus orejas.
— ¿Mejor? — Consulté y ella asintió.
Antes de que pudiera decir algo más una oleada de dolor recorrió su cuerpo, haciendo que doblará su cuerpo para delante y yo le serví de apoyo.
— Ya quiero sacar a esta bebé. — Habló cuando el dolor pasó.
— Quiero conocerla, estoy seguro que se parece a ti. — Expresé caminando a su lado para ayudarla.
— Espera. — Dijo antes de llegar a la puerta y regresó al plato que había quedado en una mesita de noche.
— Creo que no puedes comer.
— Faltan varias horas para que llegue el momento del parto, no pienso estar todo ese tiempo sin comer. — Contestó llevándose la tostada a la boca.
Cuando llegamos al hospital Toni estaba entusiasmada, pero a medida el tiempo pasaba se había puesto más y más malhumorada, pero la comprendía totalmente. Pues las contracciones se volvieron más fuertes, más cercanas entre ellas y regulares. Además de que tenía calambres en las piernas y sentía náuseas. Y cuando al fin rompió fuente la alfa sentí a un gran alivio, sin embargo, eso provocó un aumento de dolor en su espalda. Yo mismo pedí que le dieran un analgésico al ver su sufrimiento, y desgraciadamente debido al extremis el efecto pasó con demasiada rapidez.
Algo que le dio alivio fueron las técnicas de respiración y relajación, que le enseñó Howard cuando llegó, pues mis palabras de ánimo no la ayudaron mucho. Sus padres y hermano tuvieron que hacer un viaje de emergencia desde Manhattan hasta un hospital en Malibú, y Toni agradeció su esfuerzo por estar lo más pronto posible con ella. El tiempo pasaba de forma lenta para la castaña que no veía la hora de llegar a la etapa final. Sin embargo, cuando al fin llegó el momento parecía aterrada.
— Steve, si algo me pasa, promete que no le contaras a Morgan lo idiota que fui contigo.
— No digas eso, no te pasará nada. Estamos a pocos minutos de conocer a Morgan.
— Prometeme que la cuidarás. — Pidió y cuando yo iba a decirle que ambos lo haríamos, tiro de mi brazo con fuerza para que quedará casi a su nivel en la cama. — Prometelo.
— Lo prometo. — Dije al ver la determinación en su mirada.
Cuando Toni logró expulsar a nuestra hija, fue de los momentos más emocionantes de mi vida, no podía creer que podía llegar a ser tan feliz al escuchar ese llanto tan agudo. Y cuando la cargué para acercarla a su cansada madre, mi pecho estaba inflado de alegría. A pesar de lo agotada que estaba, la alfa tomó a Morgan y depositó un beso en su cabeza. Al poco tiempo se la llevaron para bañarla y un rato después la alfa saco la placenta de su cuerpo, así logró respirar suspirar en paz. Todo había terminado. Así que yo me retiré para avisarle a todos la buena noticia.
— Ya ves que todo salió bien. — Expresó la pelirroja mientras me daba un abrazo de felicitación luego de recibir cumplidos de la familia de mi alfa.
— ¿Podemos verla? — Consultó un emocionado Thor.
— En un rato. — Respondió Bruce por mi.
No hay sensación parecida a la de poder cargar un hijo por primera vez y ver sus ojos abrirse hacía mi provocó un revoloteo de amor en mi interior. Mis ojos se llenaron de lágrimas al ver el parecido que había con su madre, sus ojos cafés y las casi inexistentes hebreas castañas en su cabeza eran la prueba de que sería la imagen de la alfa. Además de que eran de la misma casta, su aroma era prueba de ello. Era mi pequeña alfa.
Un poco después, compartí mi emoción con la mujer de mis sueños, con quien había cumplido todos mis anhelos y con la que esperaba pasar toda mi vida. Esperaba que envejecieramos juntos y quizás, tuviéramos más cachorros. El deseo perdido de vivir en una linda casa con mi familia al fin había florecido, el sol brilló sobre mis expectativas y las cumplió de la mejor manera.
Lastimosamente la vida no perdona, apenas habíamos pasado unas cuantas horas de felicidad cuando mi equipo recibió la orden de presentarse en Blue Valley para detener a los integrantes de la Sociedad de la Injusticia. Ellos dijeron que se las arreglarían sin mi, pero tenía la sensación de que debía acompañarlos. No necesité decirle a Toni, ella leyó en mi rostro que algo no andaba bien.
— Ve. —Me animó cuando me arme de valor para contarle la situación. — Morgan y yo te esperaremos aquí y si la misión se alarga estaremos en nuestra casa.
— No quiero dejarte. — Confesé y ella sonrió con tristeza.
— No dejes que papá te vea marcharte o te dará una represión. —Dijo bajando la mirada hacia la bebé que estaba degustando la leche de su pecho.
— Te amo. — Respondí antes de acercarme a besarla y luego besé la cabeza de nuestra hija.
Mientras me preparaba y me dirigía al pueblo asignado sentía un sabor amargo en la boca, la sensación de que las cosas iban a salir mal no se iba. Y lo comprobé cuando llevamos al lugar y nos vimos superados en número. Se notaba que el grupo estaba bien entrenado, y aunque nosotros estábamos a la altura, ellos tenían poderes que nos sobrepasaban.
Me distraje un segundo de mi oponente para ayudar a Natasha que fue acorralada por Sportsmaster sobre un automóvil, le lance mi escudo y la dejó libre, lo que le dio ventaja a la chica, pero Icicle aprovechó para lanzar hielo a mis botas y me dejó inmóvil en el lugar, no podía despegar las piernas del pavimento. Todos estaban demasiado ocupado y solo pude cubrirme el pecho para evitar que el hielo que salía de sus manos llegara a mi corazón.
Esperé sentir el conocido dolor de que mis vasos sanguíneos congelandose, pero no pasó, abrí los ojos y me asombré cuando vi el rojo y dorado de la armadura de Toni, el disparo de calor de sus repulsores lo dejó sin poder producir más hielo y luego le dio un golpe que lo dejó inconciente.
Clint lanzó el escudo hacía mi dirección y lo usé para golpear el hielo que me mantenía en mi lugar.
— Toni, ¿Qué haces aquí? Acabas de parir.
— Ya pasaron varias horas y un gracias por cubrirme el trasero estaría bien.
— Solo... No te esfuerces demasiado, ya llamamos los refuerzos de S.H.I.E.L.D. cuidate hasta que lleguen, luego podrás regresar.
— Gracias por venir, Toni. — Dijo Natasha cuando la alfa lanzó un explosivo que lanzó fuera de alcance a Tigresa una luchadora especializada en la lucha.
— Yo voy por Wizard. —Estableció viendo al hombre que creaba ilusiones con una varita. — Natasha, busca a Brainware, no debe estar lejos y no dejes que entre a tu mente. — Agregó y ella asintió. —Clint, sigue con Sportsmaster que ya se está levantando después de la paliza que le dio Nat. Y Steve, te dejo a Tigresa. Gracias al cielo Thor y Hulk ya terminaron con Solomon Grundy, porque ya quiero terminar con esto. — Celebró la alfa cuando vio al gigante huir de la pareja antes mencionada. — Thor, puedes traer de regreso a Bruce y luego cuidarle la espalda a Natasha, no me fío del tipo al que tiene que detener.
— Estoy en eso. — Respondió el asgardiano.
— ¿Alguien tiene algo de comer? No he comido nada en todo el día.
— Tengo galletas de arroz en el quinjet. — Contestó Clint.
— Me las comeré todas
— Toni, puedes concentrate. — Pedí cuando Tigresa asestó una patada en mi costado por sus distracciones.
— Steve, estoy muriendo de hambre.
Di un vistazo en su dirección y noté que había logrado ponerle un par de esposas al hombre con el que luchaba, claramente ella había escogido al oponente más débil. Clint le lanzó la última flecha al tipo con el que peleaba y ésta era de una sustancia rosada que creció, cubriendolo casi por completo y dejándolo inmóvil.
— Brainware no está en la alcantarilla, busqué las firmas de calor y no hay ninguna. — Escuché decir a Natasha antes de que dejará inconciente a mi oponente.
— Eso es un problema. — Comentó Toni a mi espalda.
Un jadeo de sorpresa general retumbo en todo el lugar, luego un silencio ensordecedor, seguido golpe metálico y segundos después el sonido de algo quebrarse en muchos trozos. Mi mente me decía que no me girara, pero cuando Clint y Natasha pasaron corriendo a mi lado, lo hice.
Decenas de cubos de hielo estaban regados por el lugar, pertenecían al cuerpo de Icicle que quedó reducido a trozos. El bastón cósmico que estaba guardado en el quinjet ahora estaba parado al lado del cuerpo que estaba tendido en la acera. Todo pasaba muy lentamente en mi mente, caminé hasta arrodillarme frente a Toni un trozo de hielo cubría el reactor.
No podía escuchar nada de lo que pasaba, un zumbido se había alojado en mi audición. Vi el guante de Toni desprenderse de su mano y adherirse a la de Natasha, un disparo acabó con todo el hielo y automáticamente el traje de abrió. Los labios pálidos de la alfa fue lo primero que noté.
— Lo siento mucho. — Fue lo único que logré escuchar, la voz venía de Jarvis, pero se escuchaba rara.
— No, ella está bien, el extremis la protege, ella no puede morir, en unos minutos volverá a la normalidad.
— La congelación rompe las células, lo que hace que los órganos se vuelvan inservibles y sean imposibles de recomponer. — Informó la IA.
— Eso no es verdad, Toni va a despertar. — Expresé con mis ojos llenándose de lágrimas, la mano de Natasha en mi hombro tiraba de mi hacía atrás. — Bruce, haz algo. —Demande girandome hacía él que estaba cubierto con la capa de Thor.
Sus miradas de pena me hicieron romper en llanto.
29 de Abril 2022
El siguiente capítulo es el epílogo 💔
Perdón por tardar tanto en actualizar, me cuesta despedirme de mis historias ☹
Itsdinili publicará una historia con la esencia del personaje de Sara, que aparece en mis historias (Otra Oportunidad y Otras Oportunidades). Cambiará varios detalles para no violar los derechos del autor de Marvel y Umbrella Academy... si les gusta leer cualquier cosa, se las recomiendo, esperemos que está vez Sara tenga su final feliz
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