XXVIII
— ¿Cómo puede existir alguien tan... —Me mordí la lengua cuando me reparé en lo que estaba a punto de decir.
— ¿Insoportable? — Agregó Natasha con gracia.
— No, alguien que acapare tanto el tiempo de Toni.
— Estamos en la hora del almuerzo.
— Pero hace que Toni llegue tarde y quiere quedarse en las reuniones. Además, Toni estuvo a punto de agregarla al grupo cuando sabe perfectamente que el lugar que sobra es de Thor.
— Y tú le negaste el acceso.
— Fury me dejó al mando.
— Solo porque Toni no llegó a la primera reunión.
— Da igual. — Dije y vi como Johnson descaradamente bebió del vaso de Toni y a esta le pareció divertido.
— ¿Por qué no quieres estar con Toni, pero tampoco quieres estar con ella?
— ¿Apoyas lo nuestro?
— Prefiero que estén juntos antes de ver la forma en que la acosas.
— No la acoso.
— Tienes razón, lo que haces va a otro nivel. — Respondió y yo le lancé una mala mirada. — ¿Por qué no aceptas que te mueres por ella?
— Jamás, no la tolero.
— Dime por qué.
—Es sarcástica, irónica, egocéntrica, prepotente, altanera, petulante, imprudente, irresponsable, al borde del narcisismo, arrogante, orgullosa, voluble, soberbia y... siempre quiere sobresalir, preferiría echarse encima todo el trabajo, siempre se preocupaba por hacer sentir bien a los nuevos, da explicaciones detalladas y con paciencia a quien le preguntara sin hacerlos sentir inferiores, cuando es el momento se muestra como una alfa bien educada y refinada, sus grandes ojos me ven tan interesados cuando hablo con tal concentración que me hacía sentir nervioso...
Oh no, me estoy desviando le la lista que me haría que Natasha me obligara a querer estar fuera del círculo de Toni.
— Steve, estas perdidamente enamorado. — Comentó Clint sentándose a mi lado, al parecer había escuchado mi patética plática.
— Primero que todo, ¿Tiene un diccionario de sinónimos en la cabeza? — Se burló Natasha haciéndome sentir más abochornado.
— Ve a hablar con ella Steve. — Me aconsejó el arquero cuando la vio despedirse de su amiga y noté que Toni iba en dirección al baño, así que lo hice.
Estaba frente al espejo cuando entré y cerré la puerta con seguro, a lo que la alfa me estaba viendo con desconcierto mientras le ponía la tapa al lipstick que se estaba colocando cuando llegué.
— El baño de omegas está al lado.
— Lo sé, quiero hablar contigo. — Expresé y ahora parecía más confundida. — Quiero... Recuerdas lo que me dijiste de... Me gustaría salir contigo... ya sabes, de forma casual, no todos los días.
— ¿De forma casual? — Cuestionó, al parecer no se creía lo que le decía.
— Sí.
— ¿Una relación casual?
— ¿Sí? — Volví a responder. Así se podían llamar, ¿Verdad? ahora era yo quien se sentía confuso por su comportamiento.
— ¿Estás seguro?— Consultó dando un paso al frente y yo asentí algo dudoso, parecía que Toni intentaba leer entre líneas, pero no había otro mensaje oculto. — ¿Desde ahora?
Apenas hice otro asentimiento sus ojos cambiaron, se veían más oscuros y en un rápido movimiento tomó mis mejillas con sus manos para besarme, estaba sorprendido por sus acciones, pero rápidamente me encontré correspondiendo, mi omega interior extrañaba esos labios.
Toni me hizo caminar hasta el lavabo y mi espalda se apoyo sobre la superficie, sus manos acariciaron mi espalda, las mías viajaron a su nuca y en un descuido me encontré sentado en la superficie de granito, no pude evitar atraerla más con mis piernas. Sus dedos apretaron mis muslos y un leve jadeo quedó atrapado entre una tras bocas.
Mi entrada había comenzado a lubricar por sus feromonas y las manos de Toni sobre mi cintura me incitaron a bajar del lavabo, ágilmente me dio vuelta y sus manos abrieron mi cinturón, estaba por abrir el botón de mi pantalón cuando subí la mirada al espejo, mi respiración estaba agitada y tenía un desastre en la boca por el labial café de la alfa, eso me devolvió a la realidad de lo que estaba a punto de hacer.
— No. — Susurré antes de que bajara mi ropa interior, pues en el lapso de tiempo que me vi en el espejo logró abrir y bajar mi pantalón.
— ¿No quieres? — Preguntó llevando su mano a mi pene para comprobar si estaba erecto, lo cual era tonto pues podía sentir que mi lubricante ya se había escurrido a mi boxer, estaba seguro de que tenía una gran mancha en mi parte trasera.
— No quiero que esto sea así. — Comuniqué y me giré, a lo que ella dio unos pasos hacia atrás para darme espacio.
— Creí que solo querías sexo.
— ¿Por qué lo creiste? — Inquirí mientras devolvía mi ropa a su lugar
— Las relaciones casuales se basan sólo en eso, supongo que es un término que cambió hace algunos años.
— Oh. — Dije al caer en cuenta de que esa era la razón del aturdimiento de Toni. — Me refería a salidas esporádicas.
— Yo lo lamento, entendí todo mal y creo que ahora necesitas un cambio de ropa. — Manifestó y sentí mis mejillas calentarse. — Déjame ver. — Dije esperando que me girara y lo hice sintiéndome aún más apenado. — No se nota nada. — Informó y de un segundo a otro estaba arrodillada detrás de mi. — Puedo sentir tu aroma, pero solo porque estoy aquí abajo. — Agregó. — Te llevaré a tu habitación para que no tengas ningún incidente si un alfa logra olerte. — Estableció mientras me tomaba de la muñeca. — ¿O prefieres que vaya a tu cuarto y traiga ropa?
— Que me acompañes está bien. — Acepté bajando la mirada hacia la unión de nuestras manos, a lo que ella me soltó para no incomodarme, aunque la realidad era que no me molestaba.
Antes de salir Toni se limpio los bordes de los labios y yo me quité el color totalemente, afortunamente no encontramos a nadie de camino al edificio de habitaciones.
— ¿Quieres pasar?
— ¿Es cortesía o quieres que entre?
— No te lo preguntaría si no lo quisiera.
La alfa aceptó pasar pero se quedó de pie cerca de la puerta, yo entré al baño a cambiarme y cuando salí la alfa estaba usando su teléfono.
— ¿Podemos hablar?
— Sería raro que no lo hicie... Olvidalo... Sueltalo.
— Es sobre nosotros.— Comencé y ella se acercó a mi pues yo había caminado hasta la ventana. — Quiero que tengamos una relación íntima, pero no de la forma que tu piensas, quiero que yo pueda contarte mis miedos y tú tengas la confianza de compartirme tus traumas, que intercambiemos todo sin la necesidad de preguntar y que me veas como tu igual, no como alguien inferior y que trabajemos en nuestro lazo, quiero ser capaz de sentirte sin la necesidad de tocarte.
— Haré todo lo que me pidas, cambiaré todos mis criterios si te hace feliz.
— No lo hagas por mi...
— Te lo mereces. — Respondió extendiendo su mano para tocar mi mejilla, pero no lo hizo así que yo me incliné hacía su contacto. — ¿Puedo? — Solicitó y yo asentí, depositó un beso en mi mejilla y acarició mi pómulo con su pulgar antes de alejarse.
— Espero verte pronto. — Se despidió dejando a mi disposición la próxima fecha para nuestra cita.
●●
— No puedo creer que no hicieran nada. — Chilló Natasha.
— Baja la voz. — La regañé viendo que a unos metros Bruce estaba emocionado hablándole sobre un avance en su proyecto a Clint.
— Tengo razón, ustedes no podían mantener las manos separadas del otro.
— Era Toni.— Me defendí y ella me veía con incredulidad.
— ¿Cuándo saldrán? — Se metió a la conversación el arquero.
— No establecimos una fecha.
— ¿Estás seguro de que cambió? — Formuló Bruce para sopresa de todos. — Se que yo fui el que menos ha mostrado su descontento con Toni, pero se lo que le hizo y no quiero que te vuelva a pasar.
Sabía que él estuvo en la Torre las dos veces que Toni me castigó y ahora estaba seguro que escuchó todo, por eso estaba preocupado por mi.
— Ella... intenta hacerlo.
— ¿Y si no es suficiente? — Me hizo dudar el galeno.
— Ponle una prueba. — Concluyó el rubio.
— ¿Una prueba?
— Si, para asegurarnos que cambió. — Acotó Natasha.
— ¿Cómo que?
— Dile que te deje estar arriba. — Precisó la única mujer en la sala.
— ¿Quieres que terminen sin empezar? — Se burló Clint.
— Dejarte ser el activo es suficiente para saber las intenciones de Toni.
— Oh no, Toni jamás me dejaría, es demasiado controladora.
— Entonces no sabrás si cambió. — Respondió Natasha. — Tendrá que ceder si ahora es "diferente"— Explicó haciendo comillas con las manos.
— Tiene que haber otra forma.
— ¿Por qué no quieres, Steve? ¿Será que muy en el fondo sientes que Toni sigue siendo la misma? — Inquirió el pelinegro.
— Está bien, se lo diré. — Afirmé y la pareja de espías chocaron las manos. — Tienen prohibido hacerle un comentario al respecto.
●●●
— Hola Steve, ya que está semana no llamaste pensé en traerte la cena y traje la mía, pero puedo comer en mi auto si crees que es demasiado pronto que comamos juntos...
— Pasa. — Pedí al notar que comenzaba ha hablar demasiado, señal de nerviosismo.
— ¿Prefieres que sea aquí? Podemos ir a un parque lleno de personas si no te sientes cómodo con mi única presencia.
— Estoy bien.
Con movimientos casi robóticos Toni se sentó en mi cama, en un momento pareció dudarlo, pero yo había tomado asiento en la única silla que había. Estaba vestida con ropa informal, pero lucía hermosa
Abrí la bolsa de papel que le entregó y supe que era algo que Alfred había preparado para mi, sonreí encantado y le agradecí. La plática fluyó con normalidad como siempre y en dada la comodidad Toni se sentó en medio de la cama para apoyar su espalda en la pared. Tuve ciudado con sus zapatos en el suelo y me acomodé a su lado. La alfa parecía sorprendida, pero yo sabía perfectamente lo que hacía.
Mientras ella continuaba hablado me metí entre sus piernas que estaban abiertas y me senté sobre mis rodillas para besarla. No tardó mucho en seguir el beso. La despojé de la chaqueta y acaricié su largo cabello. Sus manos tiraron de mi camisa para intentar sacarla, pero yo me separé un poco para desnudarla a ella primero.
— ¿Puedo hacerlo? — Pregunté y ella asintió, aún no entendía a lo que me refería.
Le quité la camisa y me agaché para besar su abdomen al mismo tiempo que abría el botón de su pantalón y tiré de el hasta sacarlo de sus piernas, pues era bastante ajustado.
— No es justo. — Se quejó cuando comencé a besar su pierna para ir subiendo por su muslo.
— ¿El qué?
— Solo yo estoy desnuda.
— No lo estás. — Respondí pues aún conservaba su ropa interior.
— Pero quiero verte.
— Podrás hacerlo, si... — Gateé hasta quedar cerca de su rostro y lo último lo dije directamente sobre su oído. — Si me dejas hacerte mía.
La respuesta de su cuerpo fue inmediata, noté como se tensaban todos sus músculos y yo deposite un beso detrás de su oreja mientras esperaba su respuesta.
14 de Marzo 2022
Dejen sus votos ☆
La historia solo iba a tener 30 capítulos y como soy tan desorganizada ahora no tengo idea cuantos tendrá 😅
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