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XXV

Estaba desayunando mientras veía el ramo de flores que Toni me había regalado, estaba sobre un bonito jarrón de vidrio, pero las flores habían comenzado a marchitarse, era obvio que sucedería, pues ya había pasado más de una semana, era hora de deshacerse de ellas.

— Lamento no haberte apoyado desde el principio. — Dijo Bucky cuando reparó en mi mirada sobre el arreglo floral.

El alfa se había disculpado conmigo desde el día que regresé a su casa despues de que le contara todo lo sucedido y él le había pedido a su manada que no hicieran ningún comentario al respecto, pues ellos solo conocían una pequeña parte de la historia que Toni y yo teníamos.

— Que no comprendieras mi situación en un dado momento de mi vida no hará que nuestra amistad se termine.

Estaba pensado en como le haría saber a James que me iría de su casa, no quería ser una carga para su familia, tal vez el adorara tenerme cerca como en los viejos tiempos, pero en cualquier día alguien me diría que era un estorbo y no quería que se hartaran de mi para siempre, así que me marcharía antes o no podría visitarlo esporádicamente.

Creo que venir aquí en primer lugar no fue mi mejor decisión. Bruce se había ido a un hotel y Natasha me ofreció ir con ella a la casa de Clint, pero no me sentía cómodo con ello. Howard me ofreció quedarme en la Torre, pero yo únicamente quería alejarme del lugar y estar solo. Sin embargo, no lo hice. Tomé otra decisión, me acerqué a la persona que sabía que estaba igual de sola que yo.

— ¿Te vas ya? — Preguntó Bucky cuando bajé nuevamente vestido para salir.

— S.H.I.E.L.D. no da vacaciones.

Hoy al fin se uniría Natasha a la investigación que había comenzado, ella había pedido unas vacaciones para adaptarse a ser una delta, aunque no se lo había dicho a nadie y posiblemente disfrutó ese tiempo con Clint.

En lo que estaba trabajando era reunir información sobre la Sociedad de la injusticia, era un nuevo grupo de villanos que estaba entre las sombras. Encontré muy poco sobre ellos. Icicle era el principal, su poder es generar y controlar el hielo; él puede crear ráfagas de frío, misiles de hielo y paredes de hielo de la humedad ambiente, así como formar nieve y lluvia helada. Brainwave tiene una variedad de poderes mentales, el principal de ellos es la telepatía. Gambler es un jugador experto, estratega y maestro del disfraz. Sportsmaster usa armas de temática deportiva como pelotas de béisbol explosivas, bases voladoras , bates de béisbol con cohetes, pelotas de baloncesto eliminatorias, redes de lacrosse , discos de hockey explosivos. Tigresa tiene habilidades de lucha sobrehumanas y está altamente entrenada. Ella es una experta tiradora con su ballesta. Tiene un sentido mejorado del olfato que le permite rastrear individuos. Dragon King debido a su fisiología mutada, es mucho más fuerte que un hombre promedio y puede cortar una barra de metal con un solo corte armado de su espada. Wizard controla los secretos de la ilusión, la hipnosis y la proyección astral, todo eso gracias a su varita. Y Solomon Grundy es capaz de resistir cualquier tipo de daño. Si una de sus extremidades se separa del cuerpo, se puede reposicionar con una facilidad impresionante gracias a su capacidad de regeneración.

Estaba sentado en la sala que usualmente trabajaba con Natasha cuando mi visión repentinamente obstruida por un par de manos y supe quien era por su aroma. El olor dulce de la chica se sentía un poco menos que la última vez, era como si un omega la hubiera intentando marcar lo más posible con sus feromonas, pues aún podía apreciar un poco de su esencia de alfa.

— Nat. — Fue lo único que pude decir antes de levantarme y abrazarla.

Nos quedamos así un buen rato, disfrutando de la cercanía, sintiendo que los lazos de manada que intentábamos crear en la Torre se reestablecían. Al final de todo, no estaba tan sólo en esta nueva generación.

— Me extrañaste. — Dijo intentando parecer que era una burla, pero sus ojos estaban brillosos por las lágrimas, parecía muy conforme de que ambos sintieramos la ausencia del otro.

— ¿Cómo estás?

— Tan bien como se puede estar después de que te obligan a cambiar lo que siempre fuiste.

Asentí sin saber que decir y ella tomó la carpeta que yo hojeaba.

— ¿No hay identidades verdaderas? — Preguntó al ver la poca información que había, ni siquiera estaban sus rostros. — Solo sobrenombres. — Susurró deslizando las hojas por toda la mesa. — ¿Cómo conseguiste eso?

— Hice que alguien hablara.

— Creí que tu no te ensuciabas las manos de esa forma. — Manifestó intentando crear un ambiente jovial.

— Me contó todo cuando vio mi escudo... lamentablemente ellos se dieron cuenta.

— Brainwave debió leerlo en su mente. — Expresó señalando la página con su información. — ¿Qué es lo que buscan?

— Alterarar las mentes de millones de personas. — Respondí aunque ella ya estaba leyendo la segunda carpeta que le extendí.

— Vi a Toni. — Confesé cuando Natasha terminó con la información.

— Por mi puede enterrarse viva. — Contestó fingiendo que su mención no la afectaba.

— Parecía... arrepentida.
Dije recordando sus ojos tristes, a pesar de que otra vez estaban azules se veían muy expresivos, como cuando la conocí. Sin embargo, no la dejé hablar mucho, sabía que si ella me rogaba yo cedería y lanzaría por la borda todo mi progreso.

— Siempre tan ingenuo. — Murmuró para ella misma, pero gracias a mi audición mejorada la escuché. — La vas a perdonar. — No respondí, pues ella lo había afirmado.

— No. — Declaré después de pensar un rato.

— Sabes, las personas que te hicieron daño pueden cambiar y mejorar, pero eso no te obliga a perdonarlas, ni a aceptarlas de nuevo en tu vida, ni siquiera volverles a hablar.

— Aún no estoy seguro de lo que debo hacer.

— Pero si quieres perdonar, ese perdón es para ti, como un regalo, para que te liberes del coraje y los malos pensamientos, sin embargo no tienes la obligación de ser como antes.

— Lo pensaré. — Le dije.

Un rato después Natasha se marchó sin decir nada, pero no me preocupé, pues seguramente había pensado en algún método para encontrar a los tipos que buscábamos y luego me lo comunicaría. No obstante, volvió unos minutos después, su piel estaba pálida como el papel, el labial rojo que usaba no me dejaba ver el color de sus labios, pero debían estar igual.

— ¿Qué pasó? — Consulté preocupado y ella abrió la boca, pero no salió nada, luego llevó la mano a su frente y comenzó a ver toda la sala.

— Debo estar soñando. — Dijo y se sentó.

— ¿Qué ocurrió? — Interrogué viendo como ella se cubría el rostro.

— Llego mi periodo.

— Creí que era algo malo. — Contesté con alivio pues llegué a pensar que nos atacaban.

— Es que no lo entiendes, en el cuarto rojo me sacaron el útero y los ovarios... yo no puedo... es imposible.

— ¿Estás segura?

— Steve, no he tenido mi periodo desde los doce años.

— ¿Cómo es eso posible?

●●

No es mentira cuando dicen que mentir es fácil. Y es tan sencillo mentirse a uno mismo, es un arte a pesar de que nos conocemos a nosotros mismos, ¿Será negación?  Pero a pesar de que duela y cueste, sólo la verdad permite sanar, aunque toque reabrir heridas.

Finalmente había hablado con mis padres, hubieron muchas lágrimas, de parte de los tres, quizás un poco más mías, pero habíamos solucionado todo. Era increíble como ellos estuvieron dispuestos a perdonar todo, apesar de que yo los alejé y me comporté como una estúpida. Olvidaron todo a penas toqué la puesta de mi antiguo hogar.

Perdí años por culpa del miedo que mi mente había inventado, me deje llevar por mis pensamientos, al creer que cuando ellos no llegaron al aeropuerto habían dejado de quererme. Eran simples ideas las que me llevaron a eso. Pensé lo peor de personas que solo me querían amar, no les di el beneficio de explicarse y ahora tendría que vivir con ese gran error, además de todas las consecuencias que eso conllevaba.

Mis padres tenían un amor incondicional, pero los demás no me lo debían. Y ahora había aprendido una importante lección, no es bueno callar lo que se siente, en aquel momento me cerré a hablarlo, sin embargo, por guardar tanto silencio terminé estallando con la persona equivocada y cometiendo atrocidades con los que pensaron ser mis amigos.

Ahora sabía que no podía ser fuerte siempre, no es saludable y no es posible. Además de que eso no tenía excusa, pero intentaría arreglarlo. Ayer había ido a la casa de Bucky, pero su hija me dijo que Steve se había marchado, al parecer no les contó nada, pues me dijo que esperaba que solucionaramos nuestros problemas. Y hoy me dirigía a S.H.I.E.L.D. ya que me enteré que se mudó a las habitaciones de ahí. Esperaba hacerlo cambiar de opinión sobre su vivienda, pues ese no era lugar para el futuro hijo que tendríamos.

— Hola, Steve. —Saludé, cuando lo alcance, estaba cambiando del edificio principal al complejo de habitaciones.

— Toni.

— Te traje, algo. — Dije extendiendo la bolsa con los táper que Alfred había preparado para alimentar al futuro padre.

— Gracias. — Expresó con algo de renuencia y los tomó.

— ¿Cómo estás?

— No me siento cómodo contigo cerca. — Soltó antes de lo esperado.

— Steve, lamento que mi mala salud mental te lastimara, nunca quise arrastrarte a eso, no estaba en mi mejor momento, pero las cosas malas pasaron...

— Necesito tiempo.

— ¿Cuánto tiempo?

— Toda mi vida.

— Te daré todo el tiempo que quieras, después de que subas a mi auto, vayamos a una clínica y...

— ¿Quién te crees para venirme a dar órdenes?

— Lo formulé mal. — Intenté rectificar al ver su enojo. — ¿Puedes acompañarme a...?

— No iré contigo a ningún lado. — Finalizó antes de irse de forma molesta.

No lo seguí, sabía que yo había metido la pata en grande, las órdenes eran un tema sensible para él y lo había pasado por alto. Era horrible ese maldito dolor en el pecho al saber que nada de lo que hiciera repararía el daño que cometí, jamás sería suficiente todo mi esfuerzo, sólo me quedaba aceptarlo.

23 de Febrero 2022

No me pasa, yo sigo actualizando aunque no tenga mucha inspiración, como hoy por ejemplo xD

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