XXIII
— Toni, déjalo, no tiene caso. — Le dije al ver lo desesperada que estaba reescribiendo el código que había sido borrado.
— No lo entiendes. — Respondió alejando el hombro, pues estaba a punto de tocarla. — Yo tengo que cuidarla, nadie más lo hizo, hago realidad el sueño que dio por perdido.
— ¿Quién?
— Toni, deja de actuar como una tonta y acepta que papá te gana en inteligencia. — Se hizo escuchar el hermano menor de la alfa.
— No me importa, te gano a ti. — Contestó sin dejarse distraer.
— Sabemos lo que hiciste, con todos esos alfas, eres una...
— Jarvis, dame imagen. — Gruñó la castaña. — ¿Soy qué? — Formuló ubicándose frente a la pantalla en la que estaba su madre, Arno y Virginia. — Dilo ¿O no puedes? Claro que no, porque sabes que lo que hice fue para cuidarte a ti, a Pepper, a Steve, a Clint y no solo a ellos, a todos los malditos omegas del país, ya que la organización a la que estoy vinculada es tan incompetente que no hicieron nada.
Un estruendo se escuchó, Natasha había logrado liberarse de la cápsula en la que estaba retenida, soltando una ráfaga de feromonas para dejar saber lo enfadada que estaba, pero no se sentían tan intimidantes como siempre, más bien, tenía un toque dulzón en ella.
— Tenemos que seguir un protocolo. — Respondió la pelirroja acercándose a nosotros. — No es apresuradamente como tu siempre haces todo, por impulso y al final todo te sale mal.
— Tu eres la menos indicada para hablar. — Contestó aproximándose también a ella. — ¿No fuiste tú la que dejó caer un edificio repleto de personas para asesinar a una sola persona? Si mal no recuerdo, había una una niña, recuérdame, ¿Cuántos murieron bajo tus acciones? — Destacó y por una centésima de segundo la estupefacción pasó por los ojos de Natasha, pero rápidamente se recompuso. — Yo no tuve ese tipo de daños colaterales, todo estaba calculado, no había margen para el error.
— ¿No hay daños colaterales? Soy una maldita delta y todo por egoísmo tuyo. — Exclamó mostrándole la marca que llevaba en el cuello.
— Míralo por el lado bueno, estas en el equipo correcto.
La alfa gruñó y se puso en posición de ataque y la otra alfa parecía divertida con la situación.
— Tú omega también es mío. — Destacó para robarle la paciencia, lo que provocó que ella tomara impulso para saltarle encima. — Quieta.
El asombro se hizo notar en todos los que estábamos en la sala al ver como la voz había hecho efecto en la ahora ex alfa. De verdad era una delta. Debido a la mordida de otra alfa, viviría sometida por quien la marcó, siendo una deshonra para su casta al ser rebajada por alguien de su misma especie. No conocía ningún caso así, pero una vez escuché que no había peor vergüenza para un alfa que ser tratado como un omega, era la mayor humillación del mundo.
— Ven, ven aquí, a mi lado. — Demandó y lamentablemente Natasha tuvo que obedecer. — Buena chica. — Halagó. El desagrado en el rostro de la pelirroja se notaba a leguas. — ¿Quieres qué saque a Clint de allí? — Consultó con falsa ternura intentando tocarle la mejilla, pero ella se apartó. — Lo tomaré como un no.
— Toni, ¿Por qué haces esto? — Consultó con tristeza Peggy, su rostro estaba descompuesto por el pesar, muy pocas veces se lograban apreciar esos gestos en ella, era notable cuanto le afectaban las acciones de su hija.
— Porque nadie más la va a cuidar, lo único que hacen es dañarla. — Expresó y volvió a su tarea de continuar lo que había comenzado.
— ¿De quién hablas? — Preguntó Arno con irritación.
— De mi pobre versión inocente. — Concluyó haciendo que Virginia jadeara sorprendida. — La pobrecita estaba tan herida que no luchó conmigo, me dejaba tomar el control cuando quería y luego se reprochaba mis acciones, pero no sé preocupen, la voy a proteger así como no lo hiciste tú. — Escupió hacía su madre.
— ¡Hice todo por ti! — Se defendió la mayor subiendo la voz
— Vamos, Margaret, sabes que abandonabas a tus hijos durante semanas para cumplir con las misiones de S.H.I.E.L.D. y la dejaste sola en su peor momento.
— No sé de qué estás hablando. — Replicó cambiando la mirada hacia otro lado y comprendí que sabía lo que su hija le recriminaba.
— No permitiste que Howard la buscara cuando la secuestraron. — Amonestó sin ver la pantalla, casi parecía que le dolía expresarlo.
— No sabes el estrés que estaba pasando tu padre. — Manifestó recalcando la última palabra. —Era demasiado el peso sobre sus hombros, el dejar que siguiera con la investigación habría acabado con él, tuve que pedirle que se detuviera y confiara en las autoridades.
— ¿Él me hubiera continuado buscando?— Formuló con esperanza. No podía creer que en lo más profundo ella dudara del amor que le tenía esa pareja.
— El trabajo lo estaba consumiendo, sentía que era su culpa, pero no habría parado si yo no sé lo hubiera pedido.
— Me hubiera encontrado, yo lo sé, en cambio dejaste a los inútiles de S.H.I.E.L.D.
— Al final te encontraron.
— Se salvó ella sola. — Exclamó dando un golpe sobre la mesa. — Pero, ya era muy tarde, ya la habían roto, se robaron su dignidad y la hicieron trizas.
— Toni, no... — Dijo Virginia y yo giré hacía la castaña, ¿Qué quería ocultar?
No se como lo supe, pero noté que la verdadera Toni estaba luchando por recuperar el control de su cuerpo. Sus extremidades se notaban tensas y sus manos estaban fuertemente apretadas.
— Jarvis, abre el archivo encriptado de 2008. — Ordenó apoyando las palmas sobre la mesa, las dos personalidades se disputaban en su interior.
— No, por favor. — Susurró la omega.
¿Qué es lo que sabía ella y yo no? Una pequeña incomodidad creció al pensar que Toni nunca me decía nada, en cambio Virginia la conocía completamente, seguro la alfa le contaba hasta sus pensamientos más enterrados.
Una carpeta se abrió y la primera imagen fue desgarradora, era Toni, repleta de moratones, mordidas y heridas. Estaba prácticamente desnuda, solo tenía unas bragas y dado a eso pude divisar que faltaba uno de sus pezones. La gran cantidad de tonalidades en su piel eran impresionantes y no sólo eso, los orificios por colmillos eran notorias. Pasaron a otra fotografía, que me dejó horrorizado, no pude evitar que de mi boca saliera un jadeo. Su cabello estaba recogido en un moño y ella estaba de espalda, en su nuca y cuello no tenía un espacio libre de mordidas, que bajaba por sus hombros y por el resto de su cuerpo, gracias al cielo, eran más escasas en el resto de su anatomía. Sin embargo, no podía imaginar el dolor de recibir esa cantidad de perforaciones.
— Querías saberlo, ¿No? — Preguntó dirigiéndose a la pantalla y noté que Howard se había acercado, sus ojos tenían lágrimas y una expresión de tristeza estaba pintada en su rostro. — Los alfas de ese lugar la humillaron todos los días, durante tres meses. — Contó, al parecer disfrutaba de ver con les dolían sus palabras. — No había espacio en su cuerpo donde un alfa no mordió, desgarraron partes de su cuerpo infinidad de veces, aún me pregunto cómo sobrevivió.
— Lo lamento. — Habló Howard.
— Es tarde.— Contestó. — Creo que el deseo que tenía de volverlos a ver, la hizo soportar todo.
— ¿Y por qué nos ignoraste? — Cuestionó Peggy.
— No estaban cuando llegó al aeropuerto, lo único que quería era llorar en los brazos de su padre, pero no lo encontró. — Declaró y me desconcerté ante eso. — ¿Saben quienes estaban esperándo? Pepper y Happy... Y Rhodey que me acompañó en el avión.
— Te esperábamos en casa. — Habló su madre.
— ¿Cómo podía regresar sabiendo que Jarvis murió por mi culpa? Si no me hubieran secuestrado, él estaría vivo.
Notaba que la pelirroja estaba desesperada entre el drama familiar, pensaba susurrarle que se calmara, pero tomó la palabra antes de que lo hiciera.
— ¡Por Dios! Toni, aprende a madurar y dejar de víctimizarte. — Se artó Natasha.
Parecía que estaba actuando con muy poca compasión después de lo que pasó Toni, pero la comprendía, pues la alfa le había arruinado la existencia en el momento que la convirtió en una delta.
— Justo ahora estoy pasando de víctima a responsable.
— ¿Cómo exactamente lo estás haciendo?— Indagó con hostilidad la pelirroja.
— Contándoles todo lo que ella pasó, porque los traumas volverán a aparecer si no expongo las heridas, es necesario para sanar.
— Son la misma persona, deja de hablar como si fueran diferentes. — Puntualizó subiendo la voz.
— No me gusta el tono que estas usando.
— Estamos a mano, a mi no me gusta lo que hiciste conmigo.
— Podrías liberarte, pero demasiado cobarde. — Replicó de forma severa. — Toni logró deshacerse de su enlace ella misma, con determinación, fue una delta durante semanas a pesar de que mató a todos los desgraciados que la doblegaron y sometieron. Y si borro las marcas con procedimientos estéticos, pero se libro de ser lo mismo que tú ahora.
Natasha estaba tan furiosa que parecía estar a punto de saltarle a la yugular.
— ¡Está hecho! — Exclamó Howard y enseguida escuchamos un ruido en la ventilación. — En cuanto aspiren eso los compuestos del extremis quedarán eliminados de su cuerpo.
Una nube de gas comenzó a esparcirse por la sala y un poco después las cápsulas en las que continuaban Clint y Bruce se abrieron. Me desconcerté al percibir un olor a omega proveniente de él.
— Nací como un omega, pero los rayos gamma me transformaron en un alfa y aún no estoy seguro si fue el extremis el que me devolvió a mi verdadera casta o fue a causa de la mordida de Toni. — Explicó con tranquilidad.
¿Cómo podía lucir tan tranquilo después de que lo marcaran a la fuerza? Yo había pensado que sería un problema con Hulk cuando despertara y se diera cuenta de lo que le habían hecho.
Toni parecía haber pedido fuerza, pues ahora sólo golpeaba de rodillas el cristal del taller, no se veía al otro lado, pues una especie de lámina lo cubría, para dar más seguridad al lugar. Estaba a punto de acercarme cuando me sentí extrañamente agotado y noté que era algo en general. Me senté en el sofá esperando que todo pasará y los dos omegas junto con Natasha me siguieron, la única que no se daba por vencida era la castaña.
Finalmente el cansancio me venció, al igual que al grupo, esperaba que ahora todo estuviera mejor.
●●
— ...Toni... Toni... Toni... — Escuché que me llamaban.
— Umm — Gemí al sentir que estaba en acostada sobre algo muy duro.
Poco a poco abrí los ojos y lo primero que capté fueros las orbes celestes de Pepper, su rostro estaba demasiado cerca del mío, pero podía leer la preocupación en sus ojos.
— Tanto tiempo sin ver ese color. — Susurró con cariño y comprendí que se refería a mi ojos, ya no estaba el extremis para hacerlos cambiar.
Sus manos sobre mis hombros me obligaron a sentarme, ella estaba arrodillada entre mis piernas y me atrajo a ella para abrazarme, mi cabeza quedó sobre su pecho, sus manos comenzaron a acariciar mi espalda y yo me relajé tanto que mis párpados se cerraron. Sin embargo, los recuerdos llegaron a mi de golpe, haciéndome abrir los ojos. A unos pasos de distancia estaba Steve, de pie, nos veía con recelo y con los brazos cruzados, por lo que inmediatamente me separé de Pepper.
Parecía que éramos el centro de atención y por primera vez en años lo odié. Me sentía patética por el desastre que había hecho y ahora todos ellos sabían lo que pasó en Afganistán, mi secreto más vergonzoso y doloroso.
Me paré rápidamente dejando a Pepper en el suelo y ubiqué la primera salida.
— No te puedes ir, debes muchas explicaciones. — Sentenció mi madre aunque no me bloqueó el paso.
— Tú no eres la víctima. — Espetó Natasha, que fue la primera que querer detenerme.
— Ya lo sé. — Respondí girandome, pero inesperadamente mi traje se adhirió a mi cuerpo.
— Gracias, Jarvis agradecí.
Mi IA siempre me cuidaría la espalda. Así decidí salir de ahí, dejando a todos esperando respuestas. Me dirigí con la única persona que no juzgaría.
— ¿Toni?
— ¿Tienes alcohol? — Pregunté empujando la puerta para entrar a la vivienda. — Ya lo puedo consumir sin problemas.
— ¿Qué haces aquí?
— Quería ver como te adaptas a la casa que te regalé.
13 de Febrero 2022
Decidí actualizar hoy para no arruinarles mañana la celebración 💕
No olviden votar ☆☆☆☆☆
Estaba releyendo la primera historia que terminé y no puedo creer como escribí tanta dulzura y amor, pero me dieron ganas de volverlo a hacer 👐🏻 espero me apoyen cuando termine con esta historia ♡
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