XIV
La actitud de Toni siempre lograba desconcertarme, estar con ella era como convivir con dos personas totalmente diferentes. Por la mañana podía ser la persona más dulce que existía, pero apenas algo la hacía enfadar, se transformaba en otra persona totalmente distinta, incluso cuando algo la molestaba mínimamente desataba ese sarcasmo tan cruel que sólo ella conocía.
No podía evitar recordar las palabras de Natasha el día que nos dimos por vencidos en la investigación sobre el extremis que le habían inyectado a Toni.
- Supongo que ella es así, ahora estamos conociendo mejor su verdadera personalidad.
Se me hacía difícil de creer, pues antes de que le administraran ese suero ella podía ser irritante, pero no a tal punto de soltar sus feromonas para conseguir cualquier cosa.
Pero no tenía como probar eso, pues su hermano solamente dijo que el compuesto era combinación perfecta y no podía ser la causa de las acciones de Toni.
Buscamos por otro lado con Howard y él le restó importancia diciendo que la cura de su hijo era lo mejor que le pasó a Toni, también agregó que su hija siempre fue temperamental, por ello siempre discutían y ella decidió mudarse sola a la Torre.
Natasha me comentó que según había leído, Toni adquirió esa personalidad después del secuestro en Afganistán y luego de eso se alejó de todo, para resurgir como una alfa fiestera y promiscua.
No tenía ningún punto por el cual guiarme, no la conocía bien, no podía decir cuál era la verdadera causa de su actitud, pero intentaría investigarlo a medida nos acercabamos como pareja. Aún me parecía extraño despertar con alguien a mi lado y sentía que me besaba con una desconocida, pero no podía alejarme, la ley no lo permitía y por otra parte, ella no me dejaría ir, así que sólo me quedaba intentar que nuestra convivencia fuera soportable.
Ya eran más de las tres de la tarde, estábamos en su auto de regreso a la Torre, habíamos conversado abundantemente, me atrevería a decir que fueron tan sólo segundos los que nos mantuvimos en silencio. Me di cuenta que estar con ella no era un total martirio, en realidad eran bastante interesantes sus platicas y me gustó la forma en que prestaba atención a cada una de las cosas que yo decía, creo que después de mi madre, nadie había estado tan interesado en mis charlas corrientes.
Mi mente volvió a la realidad cuando escuché el sonido del cinturón de seguridad, Toni se lo había quitado para acercarse a mí y recostarse en mi hombro. No le reproché su acción, solamente me dediqué a acariciar su largo cabello.
- Me gusta estar cerca de ti. - Confesó y sus palabras me alegraron, la acerqué más a mi como respuesta y el resto del viaje fue en silencio.
Toni caminaba algo apresurada al ascensor y en cuanto se cerraron las puertas me empujó hacía una pared para comenzar un demandante beso. En un momento nos separamos y un ligero escalofrío me recorrió el cuerpo al ver el color de sus ojos, estaba del mismo tono que cuando se enojaba, pero esta vez el aroma de sus feromonas no coincidía.
Ahora ella era ligeramente más alta que yo y parecía que había igualado su fuerza con la mía. Eran cosas que nadie les prestaba atención, pero yo las tendría en mente por si algo empeoraba.
- Hueles delicioso. - Expresó cuando dejamos de basarnos y apoyo su frente contra la mía.
Me avergoncé un poco al reparar en mis feromonas, las había soltado en todo el cubículo y eran las que usa un omega para atraer un alfa. Ella tocó un botón y las puertas del ascensor se abrieron, ¿En qué momento habíamos llegado? Nuevamente su boca tomo posesión de la mía y entre tropezones llegamos a su habitación. Estaba nervioso, una parte de mi quería entregarse a Toni y otra me hacía pensar que era incorrecto por hacerlo sin conocernos completamente.
- No dudes Steve, solo disfruta. - Pidió comenzando a subir mi camisa y cuando dejó salir su esencia no pude negarme más.
Suavemente me empujó sobre la cama y ella se subió sobre mi, no podía evitar sentir un poco de miedo al quedar bajo su merced, pero al sentir sus delicadas caricias la duda se fue.
Su boca comenzó dejando húmedos besos detrás de mi oreja hasta mi cuello, lo que provocó que todo mi interior se volviera loco y un intenso calor se alojó en la parte baja de mi vientre. Sus dedos apretaron levemente mis pezones, lo que me hizo jadear de forma baja, no sabía que tuviera tantas terminaciones nerviosas en ese lugar y lo descubrí hasta que ella comenzó a tirar de mi piel provocando que mi excitación comenzará a subir con esos simples movimientos.
Besó entre mi pecho y comenzó a bajar sin dejar de torturar mis pezones, llegó hasta mi ombligo, el que mordió y luego siguió mordiendo todo el alrededor. Ahora sus dedos delinearon desde mis oblicuos internos hasta los externos y luego sus manos llegaron al comienzo de mi pantalón.
Tomé con suavidad sus manos para hacerla subir y unir nuevamente nuestras bocas, mis dedos anhelantes buscaron su piel por debajo de su camisa, al notarlo ella inmediatamente se deshizo de a prenda. Sus grandes pechos quedaron frente a mi rostro sólo cubiertos por la tela de un sostén negro. El encaje se veía tan delicado al rededor de su piel de porcelana y la luz del reactor era hipnotizante. Llevo mis manos hasta esas dos protuberancias de piel, no sabía que hacer, así que apreté ligeramente y me sonrió de forma picaresca.
Sus senos se sentían como dos gotas de agua, pero suaves como un algodón, ya los había sentido cuando me abrazaba o me atraía cariñosamente a su pecho, pero tocarlos era una experiencia extremadamente diferente. Tomó mis manos para que desabrochara la parte trasera del sostén y no tarde mucho en abrirlo. Ella lanzó lejos la tela y yo admiré las dos magníficas protuberancias, ella se meneo sin pena alguna y yo encaje perfectamente mis manos en sus curvas. Acaricié los pezones con lentitud y ella me hizo recostarme nuevamente en la cama, su cabello se vino hacía adelante y la cubrió, pero el contraste entre su piel desnuda y el tono de se cabello era embelesante.
Toni pasó a bajar mis pantalones y de paso quitó mis zapatos. Su dedo índice se posó sobre mí miembro aún cubierto por mi ropa interior y se fue deslizando hasta llegar al elástico, con sus dos índices hizo un gancho y tiró de la tela, dejándome expuesto.
- Alguien está alegre de verme. - Se rió y antes de que pudiera decir algo se agachó para pasar su lengua sobre la punta, haciéndome respingar por la imprevista sensación.
Me quitó totalmente la ropa interior, dejándome sólo con calcetines y se levantó para quitarse su pantalón. Pude ver que su clítoris ya se había extendido y estaba haciendo presión contra sus bragas, pero ella no se las quitó, subió a la cama y sin previo aviso metió casi la mitad de su pene en mi boca. Inevitablemente jadeé y ella movió su lengua aún dentro de su boca. Mis manos apretaron las sábanas mientras ella continuaba usando su boca para darme placer.
Estaba suficientemente enfrascado en las nuevas y deliciosas sensaciones para reparar en que momento abrió mis piernas, pero lo que sí sentí fue cuando su dedo se posó sobre mí esfínter. Inmediatamente mi orgasmo se alejó ante el miedo y al parecer ella notó mi ligera tensión.
- Te prometo ser gentil. - Expresó y se arrodilló entre mis piernas. - ¿Aún no recuerdas nada de lo que hicimos la primera vez? - Consultó y yo negué. - Solo trata de no tensarte o será difícil.
Hice un asentimiento y ella sonrió, luego besó mi rodilla y su cara pasó a total concentración lo que me causó un poco de gracia. Masajeó superficialmente mi esfínter y dirigí mi vista al techo intentando ignorar lo incómodo que me sentía con las piernas abiertas mientras Toni metía sus dedos ahí.
- Dime si no te está gustando o si quieres cambiar algo. - Avisó la alfa mientras con su otra mano acariciaba la parte interna de mi muslo.
Comenzó a introducir su dedo medio, no dolía, pero tampoco era como si fuera la mejor sensación del mundo, tomó con su otra mano mi miembro y deslizó su dedo hacía afuera, mi cuerpo ya había lubricado lo suficiente para que pudiera mover su dígito con facilidad. Agregó otro dedo al mismo tiempo que deslizaba su mano con más rapidez por mi pene. Sus dedos empezaron a moverse con más constancia y un pequeño gusto creció en mi interior, hasta que tocó algo que hizo saltar todas mis terminaciones nerviosas.
- Lo encontré, de ahora en adelante solo es placer.
Aceleró el movimiento de sus dedos y yo lleve mis manos a la boca para evitar hacer ruido. Toni se detuvo y quitó mis manos de mi boca, me avergoncé al ver mi pene apuntando hacia el frente por la excitación, pero la castaña parecía muy satisfecha por ello.
- Girate, si comienzas a llorar no me podré detener. - Dijo mientras se quitaba su ropa interior, lo que me hizo dudar de lo que pasaría. No hice lo que me pidió, pero unos segundos mi mundo giró y me sorprendí por la fuerza que tenía Toni para dejarme de cara al colchón con un rápido movimiento. - Es mejor si te pones de rodillas.
Con algo de indecisión lo hice y escuché el sonido de un plástico siendo abierto. Me estremecí al sentir su falo tocando mi piel, intente respirar clamadamente aunque estaba más nervioso de lo que había estado jamás, ni las misiones más peligrosas provocaban eso en mí.
Iba entrando en mi con lentitud, sentí perfectamente como mi entrada se abrió para recibir toda la punta y no mentiría, dolía, creí que eso sería lo peor, pero no, a medida iban entrando su longitud mi cuerpo se sentía desesperado por la intromisión y cada vez era más trabajoso para aceptarla.
- ¿Estás bien? - Preguntó Toni sobre mi nuca.
- Si... solo... estoy bien.
No sabía porqué respondí eso cuando claramente me dolía, sólo sabía que quería llegar al final, parecía que me había vuelto un masoquista, pues estaba totalmente decidido a terminar no importaba como. Estaba por tomar una bocanada de aire pero se quedó a la mitad cuando Toni metió de un solo golpe lo que faltaba.
Estaba bien dotada pesar de ser mujer. Me apoyé sobre mis antebrazos y ella recargo su frente sobre mi nuca. Para ese momento mis ojos ya estaban soltando lágrimas sin que yo pudiera evitarlo y sus manos fueron hacía mi espalda, notando toda mi tensión acumulada.
- ¿Duele mucho? - Cuestionó y yo pegué mi rostro en la cama antes de asentir. Se movió un poco para darme un masaje, pero eso provocó que mi interior escociera ante sus acciones y me quedé de forma casi inaudible. - Relájate. - Demando con esa voz y fue la única vez que agradecí que la usara ya que mi cuerpo inmediatamente acató su orden.
Cuando estuve totalmente relajado se empujó en mi de forma suave, haciéndome disfrutar del leve roce a mi próstata que hubo en mi interior. Besó repetidamente mi hombro y se movió hacía atrás. La fricción era mínima, pero me ayudaba a olvidar el antiguo dolor que sentí.
Sus manos comenzaron a magrear la piel de mis muslos y las embestidas se volvieron más rudas. Mi cuerpo era empujado por el de la alfa contra el colchón y su lengua delineó mi marca.
- ...Toni - La intenté llamar entre las estocadas que me daba. - ...Toni...
- ¿Te lastimé? - Consulté defendiéndose abruptamente.
- Quiero cambiar... Quiero verte.
La castaña se separó para que pudiera girarme, me acomodé e inmediatamente ella se subió sobre mi para retomar nuestro placer. Atrapé mi labio inferior entre mis dientes para evitar que salieran mis gemidos, pero Toni aumentó la velocidad y me fue imposible no hacer ruido. La bruma de las feromonas y los golpes a mi punto más sensible volvieron inevitable mi culminación.
Nunca había sentido algo así, parecía que todo mi ser se desbordaba de éxtasis y mi miembro expulsó todo ese revoltijo de percepciones, haciéndome sentir libre. Mientras aún estaba gozando de mi culminación Toni encajó sus dientes en una de las marcas y en lugar de doler, eso ayudó a prolongar los efectos del orgasmo.
- ¿Te gustó? - Cuestionó con la voz algo agitada y con su mejilla pegada a la mía, solo dije que si con la cabeza y ella se abrazo más fuerte a mi.
19 de Enero 2021
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