VI
La armadura de Toni me depositó suavemente sobre la tierra y se abrió, yo di un paso para salir de ella. Estaba cerca de un lago, a lo lejos escuché el murmullo de la gente y me giré hacía la planta. El traje ya había desaparecido, seguramente en busca de su dueña, pero apenas iba en vuelo cuando la estructura se vino abajo.
Una nube de polvo se extendió alrededor de las personas y los gritos anteriores fueron silenciados por la sorpresa, en mi campo de visión apareció Natasha, me decía algo, pero no lograba entenderla.
— ¿Y Toni? — Interrogó Bruce, hasta ese momento pude escuchar con claridad.
— No salió. — Respondí con la voz más temblorosa de lo que pensé y noté como el alfa se iba poniendo verde.
Hulk se lanzó a las ruinas, para apartar los escombros que cubrían en cuerpo de Toni, así me percaté de que llegaron varias armaduras para ayudar con la búsqueda de su creadora.
— Clint, trae el quinjet lo más cerca que puedas, pero ten cuidado con Hulk. — Demandó Natasha, viendo como el gigante verde pedazos de de columnas y otras cosas al lago. — Acompañalo y trae una camilla.
— No, ayudaré a encontrarla. — Respondí tomando control de mis emociones y dirigiéndome a los vestigios.
— Hay suficientes ayuda, sólo estorbaras. — El tono agrio en su voz delataba el reproche hacía mi, pero no detuve mis pasos.
Hulk ya había lanzado lejos varios pisos, y los rayos que lanzaban las armaduras de Toni, quebraban los trozos más grandes para hacer más fácil la remoción. En algún momento se unieron personas que no habían huido del desastre.
Escuché el grito de una mujer e inmediatamente me acerqué, seguida por Natasha y ahí estaba. La persona más heroica que conocía, con sus ojos cerrados, su cabeza estaba sangrando por un gran golpe, su cabello estaba pegado a su frente por la sangre que había corrido por esa zona, mi mirada descendió y noté su brazo. Una armadura aterrizó junto a su extremidad, lo que hizo que las personas que ya estaban a nuestro alrededor retrocedieran. El mecanismo dirigido por Jarvis levantó el metal arrugado que estaba sobre ella como si fuera una pluma, dejando al descubierto el hueso, la carne parecía que había sido cortada por el material y un poco más abajo había una quebradura, el brazo solo estaba unido por ese tendón.
Me arrodillé a su lado cuando vi la luz del reactor apagarse, sostuve su mano, estaba a punto de dejar fluir las lágrimas cuando la estruendosa voz de Hulk se dejó oir.
— ¡Quitense! — Berreó para que Clint y Natasha pudiera pasar hasta la alfa, segundos después comenzó a volver a la normalidad.
La pelirroja me lanzo una manta para Bruce y yo tuve que soltar a Toni para que ambos la pusieran en la camilla.
Todos nos apresuramos al quinjet y el pelinegro se vistió para atender a la alfa, había evitado examinar su cuerpo, pero ahora que veía al doctor poner un aparato en su pecho para resucitarla, me hacía pensar que ya no había esperanza. Sin embargo, contra todo pronóstico, es escucho un débil pitido después del tercer intento, señal de que lo había logrado. A pesar de esa pequeña victoria, la situación era grave, posiblemente nunca volvería a su estado anterior si es que lograba llegar con vida a S.H.I.E.L.D.
— Ven, deja a Bruce trabajar. — Expresó Natasha con voz maternal y después de unos segundos dejé que me llevara, pues no sería de ayuda ahí.
— Howard ya está movilizando todo tipo de médicos, para recibir a Toni. — Avisó Clint intentado llenar el silencio.
— Perderá el brazo y la pierna.
— No... — Comenzó Natasha.
— Vi ese tipo de heridas en la guerra, implicaban amputación.
— La tecnología a mejorado. — Mencionó el arquero.
— Su padre no dejará que le pase nada. — Decretó Natasha y yo apreté los ojos pensado en los insultos que recibiría de su parte por no cuidar a su preciada hija. — No se lo diremos. — Decidió al comprender mi temor.
— Toni no dio su vida para que ganes odio de su familia.— Agregó Clint, pero las palabras fueron como punzadas en mi corazón.
Los padres de Toni mantuvieron la compostura cuando la vieron por primera vez al bajar del quinjet. Su madre comenzó a ladrar órdenes a todos y yo me quedé atrás, viendo como un grupo de profesionales se la llevaba.
— Está en buenas manos. — Precisó Bruce que había dejado a los más especializados tomar la batuta.
Me dirigí a la sala de espera después de quedarme un rato frente a los previos de la sede, en el lugar ya estaba Peggy y su esposo, por otra parte estaba Natasha y Clint, más alejado de todos estaba Bruce. Cuando llegué la alfa castaña se levantó para abrazarme y yo se lo devolví gustoso, su aroma era demasiado parecido al de su hija.
— Gracias por traerla. — Susurró cerca de mi oído y yo asentí con un nudo en la garganta.
— Gracias por cuidarla. — Agregó Howard dándome un abrazo más breve. — Deberían ir a cambiarse y refrescarse un poco, es posible que este ahí adentro hasta mañana.
— Nos quedaremos para dar el informe. — Estableció Natasha. — Deberíamos esperar a Fury en una sala. — Agregó y se puso de pie.
— ¿Qué están planeando? — Cuestionó el alfa.
— No le diremos a nadie lo que en realidad pasó. — sentenció la pelirroja.
— Es imposible, la gravedad de las heridas es demasiado alto para decir que estuvo en su traje.
— Diremos que estaba fuera de ella. — Expresó el rubio.
— ¡Toni no es tan tonta como para no protegerse en ella! — Replicó el galeno y tomó respiraciones profundas para calmarse. — Pero pueden decir lo que quieran, posiblemente nunca despierte, así que no habrá quien cuente la verdad.
— ¿Ustedes sabían que es Iron Woman? — Consulté evitando que se formara una discusión.
— Todos en S.H.I.E.L.D. lo saben, no entiendo porque no se lo contaron. — Habló Bruce hacía la pareja.
— ¿Por qué no lo dijo?
— Decírtelo la haría ver más humana, ya no tendría esa reputación de ser alguien fría y sin sentimientos, porque da ayuda de forma desinteresada. Estoy seguro de que quería conquistarte siendo ella, no por las obras que hace. — Contestó el médico.
●●
Natasha no me había acompañado está vez, aunque fuera solo para quedarme en un pasillo, creía que era algo en vano, esperar que me dejaran entrar a verla. Pero la culpa me estaba matando, no podía simplemente dejar de ir y no paraba de recibir malas miradas de el hermano de Toni y su asistente omega, Virginia.
Finalmente ese día Peggy me había permitido entrar, después de semana y media de espera. Hoy ya no estaba en la unidad de cuidados intensivos, pero mis ojos se llenaron de lágrimas al ver que tenía razón, su brazo derecho ya no estaba, al igual que su pierna izquierda, cambié la mirada al recordar como se veía su cuerpo cuando la encontramos. Intente apreciar su rostro, sin embargo, no pude, su cabeza estaba vendada hasta un poco más arriba de su frente y tenía un corte en el pómulo que ya estaba sano. Entonces preferí centrarme en sus pestañas y la tranquilidad que reflejaban al descansar sobre sus mejillas. Puse mi mano sobre la suya aunque tenía un aparato en su dedo y una intravenosa en el dorso, estaba fría y recordé el coma en el que estaba. Había escuchado a un par de agentes decir que lo mejor sería desconectarla, pero yo estaba seguro que ella despertaría, no dejaría que yo me quedara solo.
— Se que vas a despertar. — Susurré antes de besar su mejilla sana.
— ¡¿Por qué lo dejan entrar?! ¡El mató a mi hermana! ¡Fue su culpa! — Escuché los gritos de Arno desde afuera y decidí salir de la habitación.
— Hijo, estamos en un hospital. — Lo reprendió Howard.
— ¡Jarvis me lo dijo!—Protestó escandalosamente. — ¡Me las vas a pagar! — Rechistó hacía mi.
— Silencio. — Dijo con firmeza Peggy pero sin usar la voz. — Respeta el sueño de tu hermana y hablaremos sobre eso en un lugar más privado.
— Agradece que la puedo salvar, egoísta. — Susurró pasando por mi lado.
Evité el contacto visual con la alfa y el omega que estaban sentados uno junto al otro, y me fui hacía las oficinas. Podía sentir la mirada de todos los agentes sobre mi, pues para esta fecha ellos debían pensar que Toni y yo teníamos una relación estable, pero la realidad era totalmente otra.
Divisé la cabellera rubia de Sharon y ella me sonrió cuando se percató de mi presencia, tuvimos una amena conversación, ella evitó mencionar el estado de Toni y habló sobre otros temas, internamente se lo agradecí pues estaba agotado mentalmente con el asunto, todo iba fluyendo bien, hasta que la alfa fue requerida en otro departamento y yo decidí que era hora de irme, ya había tenido suficiente diversión mientras Toni estaba inconsciente.
Estaba caminando entre el área de cubículos para llegar a la entrada principal cuando noté que Brock Rumlow venía directamente hacia mi, intenté desviarme entre el personal, pero el hizo lo mismo. Su presencia siempre me incomodaba, me tocaba los hombros de forma innecesaria y su mirada sobre mi era demasiado intensa.
— Hola, Steve. — Saludó con demasiada confianza ubicándose demasiado cerca de mí.
— Hola, Rumlow
— No había podido acercarme a ti para darte mis condolencias por tu alfa.
No pude evitar hacer una pequeña mueca por su elección de palabras, pues lo hacía sonar como si ella hubiera muerto.
— Gracias... supongo. — Respondí desviando mi nada de hacía la puerta, intentándole decir de forma muda que se quitara de mi camino, pues me quería ir.
— No olvides que yo estoy disponible. — Aclaró y cuando quise alejarme, repentinamente me atrajo a sus brazos en un abrazo forzoso para mi, sin necesidad de usar tanta fuerza me separé de él intentando no aspirar su aroma, ya que era desagradable para mi.
— ¡No te le acerques nunca más en tu vida! — Exclamó una voz exageradamente conocida para mi.
Su aroma protector llegó a mis fosas nasales y lo aspiré con gusto, me giré hacía el sonido pensando que estaba alucinando, pero no, venía caminando hacia mi, en perfecto estado, no parecía que hacía unos minutos estaba en coma. La única diferencia era que sus ojos estaban de un brillante color azul.
— ¿Toni? ¿Cómo...?
— Deberías marcarlo sino quieres que te lo roben. — La retó el otro alfa y ella le gruñó.
— Lo haré. — Sentenció arrastrándome con ella al lado contrario hasta que choque con la pared.
— Antonella Stark. — Vociferó Howard desde el pasillo.
Con una rapidez increíble y bajo la mirada de todos me tomó de la cintura para meter su cabeza entre mi cuello y clavar sus colmillos en la zona. Lo último que pensé fue: ¿Estaba soñando o ella en verdad había despertado?
4 de Enero 2021
La explosión está ambientada en los sucesos de Capa y Daga (La serie de Marvel) con una diferencia de fecha.
Peggy es la madre de Toni, porque la serie Agente Carter me dijo con ganas de juntarlos.
Discúlpenme si escribo Tony en lugar de Toni
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