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V

El miedo recorrió mi cuerpo, era una horrible sensación, parecía que sufriría un ataque de pánico, pero sabía que no era yo, reconocía que era mi soulmate, quise ignorarlo como las últimas dos noches, pero esta vez se intensificó tanto que no podía pensar, por más que intentaba continuar con la actualización en el sistema de Jarvis no podía recordar los códigos, mi mente estaba totalmente centrada en la otra persona con la que estaba conectada. Sabía que Steve estaba teniendo una pesadilla, pues ambos evitabamos pasarnos emociones por ese lazo mientras estábamos conscientes. En realidad nunca lo hacemos y mi instinto alfa me llevó a terminar frente a su habitación. El impulso de proteger a mi omega me hizo entrar en la habitación sin meditar en las futuras consecuencias.

Entré y cerré la puerta lo más silenciosamente que pude, dejé salir mis feromonas para calmar al omega y noté como poco a poco dejabas de removerse en su cama. Me quité mis zapatos y me adentré en sus sábanas, lo atraje a mi pecho y comencé a tararear una suave melodía que recordaba muy bien. Mi madre me la cantaba cuando era pequeña y luego la aprendí perfectamente al escucharla cuando se la dedicaba a mi hermanito. Poco a poco mi omega comenzó a relajarse totalmente entre mis brazos, terminó con gran parte de su cuerpo sobre mi, pero no me importó, me encantaba la idea de que el buscara mi calor y mi protección.

Steve aún olía dulce por su reciente celo, me acerqué a su cuello para aspirarlo un poco más. Recordaba ese día, el omega había comenzado su celo justo el día que aceptó salir conmigo. Estábamos en la sala cuando eso pasó, sus pedidos de necesidad casi me hacen ceder, pero me las arregle para arrastrarlo hasta el ascensor y llevarlo a una habitación en otro piso, muy lejos de mi. El problema fue que cuando lo dejé en una cama, mi alfa rogaba por su soulmate, así que me quedé un poco más ayudándolo a deshacerse de su ropa mientras me deleitaba con sus feromonas y justo en ese momento llegó Natasha y me obligó a salir.

Cuando finalmente el celo de Steve pasó, casi una semana después (creemos que se había alargado porque no tuvo ninguno desde que despertó de su siesta glacial.) Clint le dijo que yo estuve a punto de ayudarlo con su celo y eso hizo que su confianza en mi retrocediera. Lo más grave de todo es que Natasha no aclaró las cosas, simplemente le dijo que yo lo estaba desnudando, así que el pensó lo peor, de ahí el omega evitaba toparse conmigo. Por eso ahora estaba tan feliz de olerlo.

Con su suave respiración cerca de mi terminé por quedarme dormida, con increíble facilidad, siempre me costaba hacerlo, pero esta vez la compañía de mi soulmate fue suficiente para adentrarme a las profundidades de la inconciencia.

— Aaahhh

El grito que escuche cerca de mi oído me hizo saltar en la cama para terminar cayéndome de la cama y por si fuera poco me golpeé la cabeza en la mesita de noche.

— ¿Que pasa?— Pregunté masajeandome desde la nuca hacía arriba por el gran golpe que me acababa de llevar.

— ¿Qué hicimos?— Gritó desesperado —¿Qué me hiciste?

— ¿No lo recuerdas?— Pregunté con una sonrisa pícara sólo para molestarlo.

— ¡Vete! ¡Vete de mi habitación! — Vociferó y se cubrió lo más que pudo con la sábana.

Lentamente me puse de pie y salí de la habitación sin decir nada, y justo cuando cerré la puerta apareció Natasha en mi campo de visión, creí que venía en son de paz, pero no, me recibió con un puñetazo en la mandíbula.

— No puedo creer que lo hicieras.

— Y yo no puedo creer que pienses soy de ese tipo de alfas — Expresé decepcionada y con la frente en alto me fui en dirección al ascensor. Tenía que tomar aire fresco.

No podía creer que hubiera tanta violencia entre esa gente, aunque, que más podía esperar, uno era un soldado y la otra era una agente especializada en violencia, ahora me arrepentía de haber traído compañeros a la tranquilidad de mi Torre.

Estaba parada frente al ascensor cuando un fuerte dolor llegó a mi abdomen bajo y me llevé la mano a la zona mientras me quejaba en voz baja.

— ¿Estás bien? — Consultó Bruce y yo me obligué a erguirme.

— Claro, Brucie. — Respondí y en su rostro se pinto una expresión de, no te creo. — Por eso eres mi favorito, no me golpeas y me quieres.

Una nueva ola de dolor llegó y me arqueé un poco por el dolor.

— Ven, te ayudo. — Manifestó pasando su mano por mi cintura. Iba a negarme, pero su fuerte agarre me arrastró con él, para un alfa ser ayudado por otro era denigrante, pero Bruce lo hacía con tanta suavidad que acepté su apoyo. — ¿Necesitas algo para el dolor?

— Tengo una gran fuente de abastecimiento por aquí, pero gracias.  — Contesté cuando entre a mi habitación, el alfa entró directamente al baño para buscar el botiquín de medicinas y luego sacó una botella de agua de mi mini refrigerador. — Eres un alfa maravilloso, será muy afortunada la persona con la que te cases.

— ¿Quieres un té?

— Antes necesito un tampón, no quiero estornudar y escurrirme por todas las paredes.  — Bromeé y el pelinegro se avergonzó por mi explícitud.

Cuando me aseé y usé los implementos de higiene bajé a la cocina para probar ese té que Bruce mencionó, pero en mi camino encontré a Steve en la sala, tenía una manta sobre los hombros y tenía una taza en las manos.

— Justo ahora llevaba tu té. — Habló el galeno y yo lo tomé de sus manos.

Me senté en un sofá frente a Steve y le hice señas a Bruce para que me acompañara, con algo de duda lo hizo.

— ¿Estas enfermo, Steve? —Indagó Natasha que venía apareciendo y el rubio negó mientras tomaba de su té, la alfa espero respuesta, pero el continuó con la taza sobre sus labios.

Repentinamente el dolor regresó y escuché un gemido de queja de parte del rubio.

— Que lindo, se nos junto nuestro periodo. — Comenté cuando el dolor pasó.

El sonrojo de sus mejillas me hizo saber que no quería hablar más del tema y con la mano libre se cubrió más con la manta que tenía encima. Nastaha se sentó a lado del omega y le preguntó algo en voz baja, a lo que el asintió. Yo por otra parte me acomodé en el costado del galeno mientras tomaba del té que había preparado para ambos. Era tan injusto que todos los que tenemos la capacidad de dar vida nos desangraramos cada cierto tiempo, al menos las alfas no entrábamos en celo, pero siempre pasábamos por esta parte, aunque a los omegas les iba peor, pues machos y hembras entraban en celo y cuando no se preñaban tenían su periodo.

— Nunca había envidiado tanto a Natasha. — Expuse cuando terminé mi té. — No tiene que pasar por esto, ella es libre. — Agregué ante la incomprensión de los demás.

La alfa me hizo una seña para que me callara, al parecer nadie más lo sabía, pero yo recordaba que ella me lo contó una vez que nos emborrachamos, cuando se hacía pasar por mi amiga con el nombre de Natalie. Un rato después Bruce pidió que lo dejara ir, pues tenía asuntos que resolver en su laboratorio.

— Toni, siento haberte golpeado injustificadamente...— Comenzó Natasha.

— Ya se que aquí todos siempre me verán como la mala, no me importa serlo. — Expresé antes de marcharme de la sala.

Llegué a mi dormitorio y solo tenía ganas de arrojarme a la cama y hacerme un ovillo hasta quedarme dormida. Unos minutos después escuché que tocaron la puerta, y fingí que estaba dormida cuando abrieron, así que no les quedó de otra que dejarme en más. Finalmente me quedé dormida otra vez, esperaba que Bruce no me hubiera dado una sobredosis, pues fue inevitable irme al país de los sueños.

El sonido de alarma de la Torre me despertó, no se cuanto tiempo había dormido, pero aún tenía sueño.

— ¿Jarvis, qué pasó?

— Junta de Vengadores en el laboratorio del doctor Banner.

Hice un sonido de hastío y me levanté para descubrir lo que pasaba.

— ¿Y Iron Woman? — Interrogó Steve a los presentes antes de que notará mi presencia, tres pares de ojos se clavaron en mi y el rubio se giró.

— Yo la represento. — Revelé y a Clint se le escapó una risita, por lo que Bruce y Natasha le dieron una mirada de silencio.

— Dile que es una emergencia, la necesitamos para una misión.

— ¿De qué trata?

— Es información clasificada. — Manifestó tajante y yo entrecerré los ojos.

— Se lo diré, pero porque yo quiero, no por órdenes de alguien. — Precisé y me fui hacía mi taller.

Las cápsulas en donde guardo mis trajes se abrieron a mi disposición y escogí el más nuevo. Salí por una ventana y volé alrededor del edificio para entrar por otra ventana en el laboratorio.

— Buenos días equipo, me notificaron que necesitan mi presencia.

— Hola, Iron Woman. — Saludó emocionado Steve.

El omega tenía un crush conmigo, ya que no sabía mi identidad, no podía ni imaginar su cara cuando se diera cuenta que la persona que tanto idolatraba y la que no soportaba eran la misma. Y afortunadamente usaba un filtro que distorsionaba mi voz, así que estaría un largo tiempo oculta

— No hay que perder tiempo. — Puntualizó Natasha ubicándose frente a una pantalla y la expresión divertida del arquero aún no se iba.

— Tenemos un infiltrado en Roxxon, al parecer los números comienzan a ir mal, quiero que hagan una investigación discreta. — Habló Fury que estaba en la pantalla.

— ¿Y tenemos que ir todos? Prefiero hacer las cosas sola. — Precisé manteniéndome un poco alejada.

— Tu dirigirás la misión. — Decretó el alfa para sorpresa de todos, hasta mía.

— Steve es el más capacitado. — Aclaró la pelirroja.

— Hasta que el capitán controle sus hormonas, Iron Woman estará a cargo.

— Yo no tengo problemas con mis hormonas.

— Capitán, agradezca que no lo retiro de sus labores. Cuando un alfa agrede a un omega es expulsado de las instalaciones, pero tendré más consideración con usted debido a su cargo.

Bruce y Clint parecían no comprender lo que el moreno dijo, pero Natasha sí y Steve parecía más molesto que de costumbre.

— Acepto liderar. — Decidí y la llamada se finalizó.

— ¿A dónde vas? — Indagó Natasha cuando Steve se marchaba.

— Hablaré con Toni.

— Te esperamos en el quinjet. — Lo despedí y salí nuevamente por la ventana para entrar por la ventana del baño de mi cuarto, me deje caer dentro y mi traje se quedó afuera, me paré frente al espejo mientras fingía ponerme máscara de pestañas cuando el rubio apareció.

— ¿Qué le dijiste?

— Tienes que ser más específico, cielo.

— Le dijiste a Fury que te golpeé y no le contaste la razón.

— Sí, estaba molesta y quería que te dieran una pequeña corrección.

— ¡Ya no dirigiré misiones y es tu culpa!

— Son las consecuencias, querido.

— Esto no se quedará así.

— Agradece que no te castigué con mis propias manos por esa osadía que tuviste. — Reproché y el omega apretó la mandíbula con palpable enfado. — A la próxima, obedece a los alfas. — Agregué cuando salió y cerré la puerta con seguro.

Trepé a la ventana y nuevamente entré a mi armadura para volar hacía la plataforma del quinjet.

— Deberías sólo decirle. — Mencionó Natasha cuando entré.

— ¿Y perderme sus ojitos de adoración hacía mi persona?

El rubio entró directamente hacia el vestidor y yo me acerqué hacía Bruce pues estaba investigando la empresa.

— ¿Día difícil? — Inquirí acercándome al omega.

— Si, tu amiga logra perturbar mi día.

— Seguro le gustas. — Declaré y él negó.— Es la verdad, ¿Quién no estaría interesado en ti? Eres hermoso. — Agregué y estaba a punto de responder cuando el galeno habló.

— Chicos, los niveles de Roxxon están cada vez más arriba.

— Hay que evacuar. — Dispuse cuando leí los números. — Yo iré a la parte baja y le pediré a los empleados que salgan, ustedes quédense sacando a todos en los pisos de arriba y esperen que yo arregle la situación. — Establecí mientras abría una compuerta para salir y llegar antes.

Entré directamente a la parte en donde se podía originar la explosión, a pesar de que muchas personas no querían salir, las obligué a hacerlo, tuve que cargar a varios. En los pisos de arriba las personas salieron con más facilidad cuando vieron al Capitán América así que la mayoría debía haber salido al momento que yo regresé, pero fue un grave error, pues vi los datos de presión y calor, estaban muy elevados, lo que podría llevar a resultados fatales.

— Alejense lo más que puedan de la planta, estoy a punto de salir, ya no hay solución.

— Steve entró hace un par de minutos. — Informó Clint.

— Les dije específicamente que no entraran.

— No pudimos detenerlo, quería ver que estuvieras bien. — Acotó Natasha.

— Carajo.

Los números casi estaban en su punto máximo y justo en ese momento vi a Steve llegar por las escaleras.

— Sacalo de aquí, Jarvis. — Pedí y el traje se comenzó a desensamblar para unirse parte por parte a su cuerpo, vi el asombro en sus ojos y sólo pude sonreírle, quizá por última vez.

La armadura rompió piso tras piso mientras yo corría por las escaleras, buscaba protegerme del desastre que se avecinaba, pero sabía que por más que lo hiciera no tenía posibilidades. Las paredes comenzaron a temblar, el calor se hizo sofocante y cuando volteé hacía arriba, vi como mi traje abría un espacio en el techo, la última barrera. Steve había salido. Alcancé a ver el agujero por el que se colaba el color azul del cielo y sonreí de felicidad, así que me detuve a esperar que la edificación colapsara.

3 de Enero 2021

Llegamos a los 10 votos @UserKava 👐🏻

Ya me gustó esa dinámica de subir capítulo cuando llegamos a la meta

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