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IV

El sonido del ascensor se hizo escuchar en toda la sala, despegué la mirada de mi libro para ver a la alfa dar sus primeros pasos fuera del cubículo, cargaba unos tacones exageradamente altos en la mano, la ropa de ayer estaba totalmente desarreglada y arrugada, al igual que su cabello apuntaba hacía todas las direcciones posibles, no podía ver su rostro, pero su maquillaje debía estar regado por toda su cara.

No saludó, simplemente camino hacia las habitaciones ignorando cualquier presencia. No discutíamos desde que ella hizo ese anuncio a todo S.H.I.E.L.D.

En realidad había omitido cualquier broma o palabra hacía la manada. Fingía que no veía a nadie, las pocas veces que comió con nosotros después del incidente ignoró cualquier conversación, solo se mantuvo ahí con sus audífonos en los oídos, el teléfono en una mano y la cuchara en la otra.

Nadie sabía lo que había pasado, Bruce ya se había retirado de la cocina cuando yo perdí el control con ella y ahora no encontraba un buen momento para pedirle disculpas, además de que me faltaba valor para hacerlo.

Me avergonzada haber dejado que mis emociones me controlarán, pero no pude detenerme cuando escuché a una omega en S.H.I.E.L.D. decir que Toni simplemente la quería poner celosa, pues la alfa le había dejado en claro que estaba interesada en ella y todos sabían que yo prefería las omegas. No me arrepentía de mi romance con Gail, una linda omega, pero me cansaba que me catalogaran siempre así sólo por haber gustado una sola vez de una chica de mi misma casta, yo prefería dejar que las cosas fluyeran, me enamoraría de una persona no de su rango.

Por otra parte, mi cerebro no podía dejar de pensar que Toni decía estar interesada en mi, pero ella andaba tras cualquier omega que se le cruzará, quería cerrarme el paso hacía una relación, pero ella podía coquetear con quien quisiera, si me iba a cortejar, quería exclusividad y muchos cambios de su parte. Sin embargo al final no le dije nada de eso, no me encontré capaz de decirle que otra omega creía que era cortejada por ella, simplemente la golpeé al no poder expresar nada de lo que quería decir, pues el rumbo que había tomado era una discusión.

Ya eran las once de la mañana y estaba seguro de que la alfa no había desayunado, así que decidí ir a prepararle algo, ya que era el día libre de Alfred y luego aclararía las cosas.

— Estoy sufriendo por amor y tú vienes a regañarme. — Escuché a Toni quejarse a través de la puerta de su habitación.

— No estás sufriendo por amor, estas sufriendo porque Steve no te presta la atención que estas acostumbrada a recibir de parte de los omegas.

— Es lo mismo.

— Estás encapricada y él no te va a corresponder.

— Creí que éramos amigas.

— Intentó hacerte ver la realidad.

Hubo un breve silencio e imaginé que Toni nuevamente la estaba ignorando y segundos después la puerta se abrió, Natasha me dejó pasar y cerró la puerta.

— Te traje el desayuno. — Anuncié pues ella estaba de espalda a mi.

— No me gusta desayunar. — Contestó sin girarse.

— Deberías hacerlo, estoy seguro de que ayer no cenaste.

— ¿Solo eso quieres decir? — Cuestionó y sabía lo que ella buscaba. — ¿O vienes a intentar golpearme otra vez? Porque está vez estoy lista para esquivarlo.

— Toni, se que mis acciones no fueron las mejores. — Comencé y ella se giró sonriendo triunfante. — Pero todo fue tu culpa. — Cambié lo que diría al verla regodearse ante mis posibles disculpas.

— ¿Qué? ¿Es en serio? ¿Culpas a la víctima?

— Tu deberías disculparte por tus acciones, le dijiste a todo S.H.I.E.L.D. que me cortejarías y eso no ha sucedido. — Puntualicé, pero había pensado bien en mis palabras y hasta que ella se acercó supe que malinterpretaría todo.

— Así que es eso. — Habló y me quito la bandeja del desayuno para ponerla en un escritorio. — ¿Entonces quieres que te corteje?

— Yo no dije eso.

— Tus ojos dicen que sí. — Expresó pasando su dedo por mi mandíbula y yo evité demostrar que su toque me erizaba la piel.

— Le mentiste a todos diciendo eso.

— Jarvis, llama CC JITTERS. — Demandó y yo me extrañé. — Hola, estoy teniendo una discusión con mi novio. — Expresó apenas contestaron y yo entrecerré los ojos. — Solo dígame, ¿Hubo una reservación de todo el local para el sábado 15 de este mes?

— No podemos responder eso.

— Antonella Stark hizo la reservación, soy yo.

— Oh, sí señorita Stark, usted tuvo que pagar los gastos aunque canceló la reservación debido a los gastos que incurrió el anuncio. — Contestaron y la llamada inmediatamente se cortó, al parecer Jarvis sabía exactamente lo que debía hacer. — Te llevaría a una cita, pero arruinaste mis planes.

— Pudiste solamente pedirlo, no tenías que hacer un comunicado.

— ¿Hubieras dicho que sí?— Formuló y no contesté. — Steve no podemos hablar sin discutir, no sabía cómo hacer que aceptaras.

— Aún así estuvo mal.

— A mi me pareció romántico,  es decir, yo nunca he tenido una relación formal y de repente digo que cortejaré un omega. — Explicó y la vi con incredulidad, era estúpido su pensar. — Mira, me fui a Francia para darte un poco de tu propia medicina, quería que me extrañaras y cuando vuelvo tu sólo me dijiste que debí avisarle a la manada, nada más, ni un abrazo de bienvenida.

— Estas exagerando.

— No lo hago.

— Mira, Toni, no sé como es tu idea de cortejar, pero coqueteando con otros no es lo correcto.

— No tenemos una relación formal, no creí que te molestara que tuviera sexo con cualquiera.

— Tu concepto de tener pareja es estúpida. — Me alteré al ver que ella le restaba importancia al hecho de mantener ese tipo de relaciones con alguien más. — La primera vez que te vi, sólo pude pensar en tu madre, estabas dando órdenes cuando entré al quinjet, como lo hacía ella en el ejército, así supe que te dio un gran ejemplo, por eso te salude cortésmente cuando te presentaste conmigo y pude sentir el momento exacto en que tu nombre se comenzó a imprimir en mi brazo, no mentiré, me alegré, al pensar que mi soulmate era una buena alfa, pero de un momento a otro estabas coqueteando con todos y me di cuenta de que te gusta hacerlo, de modo que ya no quería pasar tiempo contigo, ni acercarme a ti, no quería correr el riesgo de enamorarme y que me rompieras el corazón. Y luego me diste la sensación de que solo querías hablar conmigo porque soy un omega.

— Yo no...

— A las personas que coquetean no les interesas tú, lo que les interesa es sentirse bien con ellos mismos, por eso no quiero nada contigo.

— Déjame probarte que puedo cambiar. — Pidió fijando sus grandes ojos cafés sobre los míos, parecía un cachorro triste pidiendo perdón. — Tienes razón, en todo lo que dijiste, yo te prometo que ya no coquetearé.

— Lo voy a pensar. — Respondí evitando su mirada o terminaría aceptando.

— ¿No me darás un abrazo o un... beso? — Preguntó en el momento que yo me estaba por salir.

— No tienes tu suerte. — precisé sin girarme cuando estaba a punto de abrir la puerta.

— Tenía que intentar algo.

Toni no parecía guardar ni una pizca contra mi y era un alivio, pues quería mantener la paz entre la manada. Aún dudaba de su capacidad para cambiar, pero no la daría por perdida, después de todo el destino había decidido que debíamos estar juntos, por algo nos unió así que intentaría entablar una amistad, solo para comenzar.

Decidí tomar una ducha y luego visitaría a mi mejor amigo, desde los pasados eventos de Nueva York no había aparecido en su casa.

Fue una total sorpresa para mi descubrir que estaba vivo, con noventa y cinco años, además de que se había casado con Gail, que es un par de años menor que él. Al comienzo se me hizo extraño que mi antigua novia y mi mejor amigo estuvieran juntos, pero luego lo comprendí, ellos pensaron que yo estaba muerto y yo había provocado que se conocieran bien pues siempre le hablaba al uno sobre el otro. Un factor a su favor fue que cuando los visité después de despertar me contaron que eran soulmates, así que aunque yo hubiera estado en ese tiempo, me habría tenido que separar para dejarles el camino libre.

Finalmente estaba frente a su casa, había tomado un taxi que me sabía dejado a una cuadras de distancia a petición mía, quería caminar un poco para aclarar mis ideas. Bucky aún vivía en Brooklyn, pero no en un barrio modesto como cuando éramos niños, ahora vivía en un barrio residencial con la menor de sus hija y dos nietos. Apresar de su avanzada edad seguía siendo jovial y se mantenía activo, conversabamos un rato y parecía que nada había cambiado.

— ¡Hombre, Steve! Creí que la próxima vez que me visitaras te dirían que yo estaba tres metros bajo tierra. — Habló cuando llegó a la sala, pues su nieta me había llegado hasta ahí mientras lo esperaba.

— No bromees así. — Le pedí devolviendole el abrazo.

— Te vi en televisión, te veías increíble como siempre.

— Gracias. — Dije tomando asiento nuevamente.

— Recuestate totalmente y cuéntale al abuelo Bucky lo que sucede. — Habló sentadose frente a mi. — Debe haber pasado algo importante para que te ausentaras tanto tiempo y te ves tenso. — Agregó ante mi gesto de confusión.

— Me conoces tal bien.

— Entonces... Habla.

— Tengo un nombre en la muñeca. — Expresé de golpe antes de darle más vueltas a la conversación.

— Vaya, eso es... Tan imprevisto como tú resurrección. — Contestó después de un rato de silencio y yo esperé que continuara. — ¿Cómo se llama?

— Antonella.

— Una chica.

— Una alfa.

— Felicidades, ¿La conoces o fue...?

— Es la hija de Howard y Peggy.

— Que pequeño es el mundo. — Dijo después de hacer un sonido de impresión. — He visto mucho sobre ella en las noticias y la mayoría no son cosas buenas.

— Lo sé.

— ¡Steve! — Escuché la voz de mi antiguo amor e inmediatamente me levanté para abrazarla.

Era afortunado de por lo menos tener la oportunidad de reencontrarme con ellos para recibir sus consejos

1 de Enero 2021

Prometí subir un capítulo nuevo cuando llegáramos a 10 votos, así que aquí estoy pagando mi deuda 👌🏻

Gracias por los votos ❤

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