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II

— Te crees muy importante por se la hija del fundador de S.H.I.E.L.D. — Increpé siguiendola pues ella quería ignorarme yéndose de la sala de entrenamiento.

— No necesito creerme muy importante, lo soy y sin el título de mi padre.

Entorné los ojos hacía ella, ya no recordaba la razón de nuestra discusión, lo único que sabía es que no la soportaba, su actitud me hacía querer tenerla lejos, pero ella se esforzaba por acercarse a mí a tal punto que me hacía querer explotar.

— ¿Por qué hay tanta riña entre ustedes? — Consultó Natasha cuando Toni entró el ascensor.

— Es insufrible y sólo nos trajo aquí para que el mundo la reconozca como buena persona por todas las barbaridades que hizo hace unos añ... — Me silencié al ver a Alfred el mayordomo de Toni limpiando un ventanal.

Natasha me hizo unas señas para que nos dirigieramos a la cocina y yo la seguí.

— Se que ha cometido errores y se que disfruta molestandote, sin embargo, todos somos malos en algún momento de la vida, nos portamos  egoístas, herimos con o sin intenciones, abusamos del cariño y la paciencia de quien nos quiere y más, pero la cosa es estar conscientes de eso y corregirlo

— No creo que ella quiera hacerlo.

— Tienes que ser un poco más minucioso para ver los cambios que ha hecho.

La pelirroja se fue y yo me quedé apoyado frente a la mesada.

— La señorita Stark tiene una personalidad difícil, pero cuando la conoce, es imposible no amarla. — Comentó Alfred que por lo general era poco conversador, en contadas ocasiones había escuchado su voz.

El omega la mayoría del tiempo era callado, podría decir que no se notaba, pero habían oportunidades en las que hablaba y hacía reflexionar con sus palabras.

Decidí darle el beneficio de la duda a la alfa y me dirigí a S.H.I.E.L.D. durante el desayuno escuché que le mencionó a Natasha que iría a ver a su padre, así que yo aprovecharía para cambiar mi punto de vista sobre ella.

Apenas entre a las instalaciones varias miradas se giraron hacía mi, estaba acostumbrado a que mi aroma llamara la atención por sobre los demás, pero en ese momento no me importó, pues mi olfato había percibido el aroma de la alfa que buscaba, caminé hacia un ventanal y la veía de reojo. Al parecer iba a entrar a una oficina cuando notó un problema en la puerta y ahora estaba ayudando con una simple bisagra disfuncional, se echó a el bolsillo la herramienta que utilizó y se enderezó para mover la puerta, aparentemente ya había corregido la dificultad. La dueña de la oficina se derretía en agradecimientos hacía Toni y ella parecía encantada por los halagos.

Como si la alfa siempre hubiera sabido todo el tiempo de mi presencia se giró y me saludó con la mano, pero yo estaba de brazos cruzados y me giré hacía la ventanal. Mientras fingía no haberla visto me pregunté como podía guardar tantas cosas en sus bolsillos con esos pantalones tan ajustados. Su aroma se intensificó, prueba de que se estaba acercando hacía mí.

— ¿Te conozco? O es que te pareces a mi futuro omega. — Expresó la alfa y yo tensé mi mandíbula.

— ¿Con esas palabras conquistas a tus parejas?

— Por lo general caen rendidos ante mi inconmensurable belleza.

— Ególatra.

— Agrega: "Mi alfa" a tu lista de adjetivos

— Jamás.

— No esperaba encontrar a ambos aquí. — mencionó Natasha ubicándose entre nosotros.

— Steve me vino a visitar, al parecer no puede vivir sin mi, apenas se percató de que yo no estaba en la Torre corrió detrás de mí.

— Lo único que quiero es alejarme de ti.

— Eso dices ahora, después irás detrás de mi, como ahora. — Finalizó dejando una leve caricia en mi mejilla, que no me dio tiempo a eludir.

Mi molestia salió mediante mis feromonas al ver a la descarada dirigirse hacia la oficina de su padre y ni siquiera tocó la puerta.

— Toni es especial, solo queda aceptarla. — Manifestó Natasha, antes de marcharse al lado opuesto y yo decidí que ya llevaba demasiado tiempo ahí.

No entendía que había hecho mal para terminar en otro siglo y unido a ese tipo de alfa, se notaba que la chica era un desastre y justo hoy había intentado cambiar de parecer, pero sólo encontré esa excesiva coquetería que me desagradaba por completo.

No se puede forzar una conexión. Me dije cuando llegue a la Torre, y negué con la cabeza antes de adentrarme en el ala de entrenamiento para borrar la estúpida idea de pensar en ella y yo aceptando ese lazo.

●●

— ¿Necesitan ayuda? — Consulté. Recién había tomado una ducha después de ejercitarse por un par de horas.

En la cocina se encontraban Natasha y Alfrend, por otra parte en la barra estaba Toni, comiendo frituras de un bol.

— Estamos a punto de terminar. — Informó la pelirroja.

— Yo los entretengo. — Acotó la otra alfa.

— ¿No sabes cocinar?

— Querido, esas cosas son de omegas. — Contestó la castaña y automáticamente fruncí las cejas.

— ¿No necesitas comer o me estoy perdiendo de algo?

— Para algo existe Delivery y tengo a Alfred.

— En algún momento necesitar...

— Me iré, porque al parecer aquí el ambiente se está calentando y no por la comida. — Interrumpió la alfa para ignorar mi consejo.

— ¿Siempre se van a llevar la contraria? — Formuló Natasha y yo no respondí, simplemente busqué las cosas necesarias para poner la mesa.

En la mesa ya estaban Toni y Clint, compartiendo lo que sea que ella estuviera comiendo y se estaban riendo, así que pude apreciar mejor las feromonas de la alfa, inundaban el lugar en grandes cantidades y mi omega disfrutó de percibirlo. La castaña saco un lápiz del bolsillo de su saco, aún no se había quitado esa ropa formal que le quedaba tan bien. Comenzó a escribir en una servilleta de papel bajo la mirada del otro omega que estaba demasiado cerca de ella para mi gusto. Luego, le siguieron susurros y mirada cómplices mientras volvían a reír por lo bajo, no sabía lo que hacían, pero los separe al momento de colocar los platos y lo volví a hacer con los cubiertos y vasos.

— Gracias, Toni, lo aprecio mucho. — Dijo el arquero y apareció Natasha que lucía alegre por los dos miembros de la manada.

— El señor Banner vendrá en unos minutos. — Anunció Alfred que había colocado los alimentos y rápidamente regresó del laboratorio el lugar en que siempre estaba el alfa.

Nuevamente Toni tomo la servilleta y anotó algo más, Clint casi estaba sobre su mano para leer lo que la alfa agregaba y Natasha se sentó al lado de ella, por lo que yo no sabía lo que hacía.

— Le regaló unas flechas a Clint, le está escribiendo la función de cada uno. — Informó Bruce, que seguramente acababa de llegar, mis mejillas se calentaron al ser pillado intentando saber lo que hacían.

Natasha me sonrió con picardía y yo finalmente tomé asiento para aminorar el ridículo que estaba haciendo.

No pude evitar recordar la paciencia que ella tenía al momento de dar explicaciones sobre sus conocimientos. El segundo día que llegué me habló de la inteligencia artificial que había creado a partir de una idea de su padre y la había nombrado como el mayordomo que la cuido en su infancia. Me mostró todo lo que podía hacer con ella y también me enseñó gran parte de la tecnología de la Torre, además de que contestó todas mis preguntas, que ahora que lo pensaba debieron ser ridículas para ella, pero no me lo hizo saber, ni me intento rebajar, más bien detalló sus respuestas.

— ¿No es de tu agrado la cena, Steve? — Preguntó la millonaria trayendome de regreso de entre mis pensamientos.

— No... digo, estoy bien, está bien, me gusta. — Logré responder bajo la mirada de los cuatro pares de ojos que tenía sobre mi, pero los de la castaña eran los más intimidantes.

— Entonces, come, o tendré que sentarte sobre mi regazo y alimentarte yo misma.

La genio si que sabía arruinar mi punto de vista sobre ella, siempre soltando bromas estúpidas y avergonzandome frente a la manada.

— Me sorprende que puedas manejar una empresa siendo tan inmadura e impertinente.

— Las opiniones de los omegas nunca han detenido mis grandiosos proyectos.

Nunca me había molestado que me dijeran omega, pero Toni lo había dicho de una forma que lograba ofenderme, levanté mi mirada y ella sonrió parecía satisfecha de que esa palabra me hubiera perturbado.

— ¿Algo que decir, omega? — Agregó sólo para irritarme un poco, pero yo solo negué con la cabeza, no tenía ganas de entrar en discusión por mi casta. — Eso creí, te vez más lindo cuando eres obediente, omega.

Estuve a punto de doblar el cubierto que tenía en la mano por la furia contenida debido a la forma en que se refería a mi, pero me obligué a controlarme. Solo era una alfa que se creía superior sólo por el hecho de serlo, había convivido con muchos así en el ejército y no me quedo nada más que ignorarlos.

Toni realmente sería un gran dolor de cabeza para mi.

29 de Diciembre 2021

Discúlpenme por la mala ortografía y pésima redacción, pero no olviden votar

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